Si bien los eventos en vivo fueron suspendidos hasta que los riesgos por la crisis sanitaria se vea reducida, el trabajo en el estudio para realizar grabación, mezcla o masterización ha podido continuar de alguna manera en el mundo, perfeccionando métodos que ya se usaban y adoptando otros para hacer más eficientes los procesos. Tenemos a continuación dos ejemplos que comparten sus experiencias en esta nueva realidad que enfrentamos en la industria.
Tiempo de investigar y experimentar
Néstor Salomón, de origen argentino y fundador del estudio Salomón Mastering, ubicado en San Juan, Puerto Rico y ampliamente reconocido en la industria, comienza narrando los proyectos en lo que ha tenido la oportunidad de colaborar durante esta temporada: “Son muchos los proyectos, fundamentalmente de masterización, pero también han entrado proyectos de conservación sonora, tanto de digitalización como de restauración de audio”, comienza Néstor y continúa: “De mastering hemos tenido a Boston, Darell, Hemir & Fanny Lu, Flipnation, Adri Reyes, Durand The Coach, Orquesta El Macabeo, Orfeón San Juan, Kevo, Rob Soul, Vitín, Alex Gárgolas, Danger, Antonio Guzmán, Arkey O, Chris Wandell, Clarias, DJ Blass, Japanesse, Walt & Randy, Luminara, El Koala, Feylus, Cesgo, Jampier, Young Alister, Jeronys, Laly B, El S, Lizbeth Román, Bobby Sambalá, Miguel Blasini, Valentino Esposito, Ali Tapia, Mackenzie, Andy Mendoza, Denviel y Maury Galaxy, hasta el momento”.
“Entre los proyectos de conservación hemos tenido a Grupo Tepeu, Archivos Históricos y Museos de la Isla, trabajos de música clásica y de conciertos viejos que se han grabado en Puerto Rico, entre los que están Olga Iglesias, Antonio Barasorda y Pablo Casals”.
Para Néstor, los proyectos en los que ha trabajado han sido en su mayoría nuevos; sin embargo, hay otros en los que el tiempo se aprovechó para concluir: “Ha sido posible producir un ciclo de charlas on line, que esta cuarentena me sirvió para adelantar un poco más, además de poder actualizar la programación de www.masteringradio.com y hacer ajustes necesarios de todo el sitio”.
Para muchos ingenieros de estudio, sobre todo los dedicados a la mezcla y masterización, el trabajo a distancia es un método establecido desde hace mucho tiempo. Néstor Salomón señala: “Este proceso de trabajo es muy conocido para mí; lo hago a distancia, pero continuamente comunicado, y es muy placentero para mí. Hace años trabajo a distancia en mastering y restauración de audio. Claro, hay ciertos trabajos de producción que es necesario estar en el estudio y eso por el momento está suspendido, pero en realidad son pocos trabajos que tomo de producción en el año, no más de tres”.
Este tiempo, Néstor lo ha aprovechado bastante para investigar y experimentar: “He incorporado cables nuevos y conexiones diferentes. He buscado acerca de la experimentación en el audio tridimensional en sus diferentes tendencias y técnicas utilizadas hasta el momento y he tenido conversaciones con expertos en el tema. También estoy haciendo experimentaciones sobre la curva RIAA (para la reproducción de discos de vinil), ya que su estándar es bastante discutible. Esto es muy importante en esta etapa en la que los vinilos han vuelto”.
Entre las formas de trabajo que tiene el fundador de Salomón Mastering, anota que aunque en estos meses ha sido poco, detecta dos cosas: “La primera es que extraño que la gente no pase por mi estudio, la camaradería y charlas con un vino o un café son parte de mi trabajo; la segunda es que como están postergados los proyectos de producción hasta que esto pase, las grabaciones por sistemas a distancia requieren ser restauradas, ya que se está grabando de forma informal y hay descuidos en la toma del sonido en cada casa. En mi caso, puedo decir que mi trabajo en el estudio aumentó un veinte por ciento”.
¿Y de lo rescatable de esta temporada? Claro que sí hay; Néstor lo resalta: “Rescato la importancia de la música como un producto de primera necesidad para alimentar el alma. Creo que es una etapa de mucha reflexión profesional. En lo personal, he podido observar una tendencia de los productores, ingenieros y artistas a mejorar la tecnología de sus estudios y por otro lado a mejorar su conocimiento. Esto no está mal, pero hay algo que también debemos darle importancia y mejorar; me refiero a los métodos de trabajo, a estudiar las nuevas necesidades de nuestros clientes, así como los potenciales. De esta manera podremos afinar muchos detalles para que todo concluya en un trabajo de calidad. Esta labor de mejorar los métodos y técnicas ha sido una experimentación constante desde 2004 en mi trabajos de mastering, restauración y producción”.
“Finalmente, creo que también es importante que sepamos medir que el trabajo tanto de los ingenieros de audio como de los productores y artistas debe ser pagado y no regalado a través de conciertos on line. Cualquiera que sean las nuevas formas en las que la industria de la música y el espectáculo se desarrolle en estos tiempos, el arte debe ser valorado siempre”.
Resiliencia y reinvención
Por el lado mexicano, tenemos a Luis Herrera, fundador de Masterhead Lab Mastering, con gran carrera dentro y fuera del país, y quien nos da su visión acerca de su trabajo en estas particulares condiciones: “En esta temporada he podido trabajar con I.M. YONI, Flora Pasquet, Armando Manzanero, Paul Kang, Alfonso André, MacMaiki & Hadrian, Railrod, Alea, Notion of Animals, Dave Engls, Flor Bromley, Bronson Orquesta, Neoplen, Hant Caai, New Lines, Pollux, Alberto Pedraza, Pablo Habitual, Tepeyolohtli & Rudyck Vidal, Jaime Botello, Jonathan Gómez, Gran Barracuda, Bárbara Riquelme, Sierra León, Las Galletas de Mr. Esqueleto, Kimbala, Car Met, Joel Montero, La Chamomile, Los FRVRS, Pablo Reyes, The Wolves, La Mula de Sietes y algunos más, y entre los productores e ingenieros se encuentran Felipe González Camarena, Hernán Hetch, Luis García, Icautli Cortés, Seiji & Kenji Hino, Felipe Souza, Antar Ahumada y Juan Pablo Aispuro, entre otros”.
“Casi todos son proyectos nuevos. Los únicos que empecé antes de la pandemia son los de Tepeyolohtli, que venía mezclando desde principio de año y terminamos hace unas semanas, así como el de Alea, que estará lanzando sencillos durante todo el año hasta culminar con un LP, y la mezcla de las grabaciones que hicimos en febrero durante el Festival Internacional de Órgano y Música Antigua en Oaxaca”.
Como en el caso de Néstor Salomón, Luis tiene prácticamente todas sus sesiones a distancia desde hace varios años y el tiempo de la cuarentena no ha sido la excepción: “Algo que también es cierto es que me gustaría tener más contacto personal con los artistas y productores con quien trabajo, pero la geografía no me ayuda. Muchas de las grandes amistades que tengo ahora surgieron de sesiones de grabación y/o mezcla de discos que trabajé con ellas y ellos años atrás. Desafortunadamente, el contacto no es tan personal con las sesiones a distancia y ahora, menos. Las sesiones a distancia ya eran una norma para mí, así que no ha sido muy drástico el cambio en la forma de hacer mi trabajo, excepto por las sesiones en locación”.
Entre las herramientas que Luis ha aprovechado para investigar más, está el software DearVR, un plug-in para mezclar sonido inmersivo/binaural. Del lado del hardware está la interfaz HAPI, de Merging Technologies, ideal tanto para masterización como para grabación. En cuanto a la proporción de trabajo que ha tenido, en comparación con anteriores fechas, él señala: “En general, se ha mantenido el trabajo de masterización y mezcla, pero las fechas para grabaciones planeadas durante el verano y otoño se pospusieron hasta el invierno, si tenemos suerte”.
En conclusión, de esta temporada Luis rescata: “Definitivamente, haber tenido algunos años haciendo las sesiones de manera remota ayudó a que el cambio de dinámica de trabajo haya sido sutil. También he reafirmado la importancia de tener un fondo de ahorro para emergencias, así como la flexibilidad y estabilidad mental para adaptarse a los cambios y retos del camino. Por último, me parece oportuno mencionar lo valioso que es tener la capacidad de no dejar de aprender, de ser curiosos, de renovarse, e incluso de reinventarse”.
Estos últimos conceptos de renovación son algo a tomarse muy en cuenta en estos momentos. Los retos son grandes, pero la creatividad es más, y la industria de la música y el espectáculo en México lo ha demostrado en muchas ocasiones.