Indiscutible. Greg es un conquistador de grandes espacios. Guerrero del rock pesado, sus oídos son las puertas de la distorsión y el doble bombo. Black Sabbath, Ozzy Osbourne, Van Halen, Aerosmith, Kiss o Poison, si suenan duro, él lo hizo. Habitante del cambio, ha sabido acostumbrarse a lo inesperado.
Música en el garage. “Mi hermano y yo solíamos tocar en palomazos; él era el baterista y yo guitarrista del grupo de un músico llamado Pablo Cruz. Así me involucré en la industria del espectáculo”. y de eso y más nos cuenta en este encuentro a propósito de su clínica organizada en México por Vari Internacional
Desde la sexta cuerda. “Además de ser guitarrista, también trabajé como roadie y chofer del camión. Trabajaba con ellos haciendo los discos y me inscribí para estudiar audio”, hace memoria, “antes de darme cuenta, estaba en el estudio de grabación con ellos, mezclando, trabajando el audio como su ingeniero. Si Pablo Cruz salía de gira, yo terminaba mezclando los shows”, precisa; “entre 1975 y 1979 fue cuando hice la mayoría de mi entrenamiento. Hubo además ingenieros que me influyeron mucho”.
Bill Schnee fue el primero. “Él entrará a la historia como uno de los más grandes ingenieros de grabación de todos los tiempos”, acredita el soundman; “Bill produjo a Huey Lewis y muchos discos de Pablo Cruz. Su fuerte es un audio prístino en la grabación. Aprendí de él todos mis trucos y los conocimientos básicos de ingeniería”, compara; “no había escuelas; pero sí algunos libros. Actualmente, los muchachos pueden tener un gran inicio”.
Layla
El último disco de Pablo Cruz lo grabó Tom Dowd. “Es otro ingeniero del Salón de la Fama”, considera Greg; “grabó para Aretha Franklin, trabajó con Eric Clapton; es un tipazo. Me ensenó ingeniería y producción. Invito a todos los lectores a conocerlo: él me mostró muchas cosas al grabar la voz de Aretha. Son la clase de cosas que te hacen mejor. En ese periodo de cuatro años trabajé con dos de los más grandes personajes en la historia de la música moderna”.
Originario de San Francisco, Greg tuvo que mudarse a Los Ángeles por la falta de certidumbre. “Había más trabajo en conciertos que en el estudio, donde estábamos todos amontonados en un pequeño cuarto. Ahí me di cuenta que durante el show estoy solo y soy libre para expandir mi creatividad y talento. Esa es una de las razones por las que empecé a mezclar en vivo”.
36 años de carrera. “Mis orígenes vienen del pop; Pablo Cruz era muy pop”, describe Greg; “trabajé con Glen Campell y Chicago, pero mientras que hacía un demo para Bret Michaels y Poison, los managers de Kiss me invitaron a mezclar”, sonríe.
Sonorizar a Kiss: tarea difícil. “Quise estructurar toda la mezcla para que al menos pudiéramos oir a Gene Simmons y cantar con claridad a Paul Stanley”, bromea el ingeniero; “ese fue el principio. Inmediatamente, managers y compañía de renta me dijeron que Kiss había sonado muy bien. Fue porque soy capaz de tomar el metal y mantenerlo con fuerza, pero que el público pueda entender lo que cantan”.
Siguiente parada: Oz. “Trabajé con Ozzy Osbourne en estudio, y con la maquinaria moderna que tenemos, desde 2004 estoy grabando todo lo que hace. La grabación digital reinventó mi habilidad para mezclar. Esperé 25 años, pero ahora tengo un estudio de grabación en vivo para recintos grandes, con todas las herramientas. Y grabar en Pro Tools es lo mejor que me ha pasado. Pienso que cambió las características del sonido en vivo”, asegura el ingeniero.
Venue, tan pronto cómo salió. “Sí, había utilizado productos digitales en los estudios de Los Ángeles durante los años ochenta y noventa; casi 20 años. No era nuevo para mí aplicar algunas consolas digitales, pero nada era tan sólido como la Venue: fue el fin de todo lo que se había construido hasta ese punto”, afirma el experto.
Transformando el sonido. “No solamente es fácil de usar, sino que incorpora naturalmente el sistema Pro Tools: todos los plug ins vienen incluidos en ella”, recuerda el también especialista de producto Waves; “comenzamos a fabricar plug ins en 1991, diez años antes de Venue. Cuando la consola estuvo lista, inmediatamente la llevé con Ozzy y creo que cambió mi vida para siempre”.
La mezcla. “Ozzy estaba muy emocionado y mis grabaciones nunca sonaron tan bien. De pronto nos dimos cuenta que solíamos gastar fortunas para registrar los conciertos: ahora estábamos capturando todos los conciertos. No solamente los momentos especiales, sino que se podían tener los ensayos que nunca antes se habían guardado. Cuando Ozzy y su grupo subían al escenario, la grabadora ya estaba corriendo, ya fuera ensayo o concierto”.
Sound:check virtual de Venue
“Tengo una buena historia al respecto”, reflexiona el veterano; “Ozzy con Black Sabbath se iban a presentar en el festival de Downington Fall, que es el más grande de Europa y dura tres días”, respira Greg; “Metallica cerró el sábado y nosotros tocábamos en el cierre del domingo. A las dos de la mañana, Metallica estaba sacando sus cosas y nosotros trabajamos el escenario hasta las cuatro, pero ya no podíamos hacer ruido; por lo tarde de la hora”.
A la mañana siguiente. “Encendí la Venue, pero el grupo ya no podía probar sonido, así que usé el Virtual soundcheck”, recuerda satisfecho; “el grupo que guardé para presentarse frente a 100 mil personas jamás subió a la tarima a las pruebas, solamente usé esta función para probar el PA, las entradas, los inputs que venían del escenario y eran revisados por los técnicos de backline. Los músicos nunca revisaron esto, sólo salieron, tocaron la primera canción y fue absolutamente fantástico”.
Pagó el precio. Organizador de lo imposible y prófugo de la melodía melosa, la verdad es que Greg Price jamás buscó la música heavy: el metal lo encontró a él…y le robó el sueño.
Redacción: Víctor Baldovinos