Sylvia Massy, una profesional no convencional

Hay un par de cosas que podrían separar a un ingeniero promedio de un ingeniero extraordinario. Una de ellas es trabajo duro y la otra es creatividad. Sylvia Massy posee las dos. Y no es que uno o dos individuos por ahí hayan comentado esto; se trata de una plétora de personajes reconocidos mundialmente que lo afirman cada vez. Entre ellos Tool, Red Hot Chili Peppers o Johnny Cash, entre otros muchos. Todos están de acuerdo en que Sylvia es enorme.

Grandes profesionales, personalidades inspiradoras

Aunque definitivamente no es regla, sucede que muchos de los excelentes ingenieros son primero que nada músicos. Así con Sylvia, que siendo cantante y baterista evolucionó al trabajo en producción al primer contacto con consolas, ecualizadores y todo eso. Simplemente le fascinó. “Tuve una banda de puras mujeres en la que tocábamos punk-rock. Un día tuve la oportunidad de hacer una grabación y me enamoré de la idea del trabajo en estudio, así que comencé a trabajar en cosas muy simples en varios de ellos, ya saben, haciendo cafés y ayudando en lo que se podía. De ahí fui progresando hasta que llegué a ser la ingeniero asistente para discos con Aerosmith y Prince”, inicia Sylvia, a quien se entrevistó durante la Conferencia Anual AES México, en la que participó con una charla notable. Todo esto en torno a sound:check Xpo 2017.

Una cosa lleva a la otra, por lo que siempre hay que estarse moviendo y conociendo gente. Fue así como Sylvia llegó a producir con Tool, por ejemplo. “Por un lado, ya me encontraba trabajando en proyectos grandes, aunque fuera sólo como asistente; y por otro lado, tenía amistad con dos bandas: Green Jello y Tool. Siendo que tenía contacto con un estudio grande, ellos quisieron que los grabara y esa fue mi oportunidad para hacer producción”.

     Fue ahí cuando Sylvia de inmediato comenzó a dar rienda suelta a su creatividad y su estilo muy particular de producir. “Cuando comencé a trabajar con Tool pensé: ‘tengo que hacer algo diferente, algo poderoso’. Así que se me ocurrió usar un instrumento como el piano, ponerlo en alto con una grúa, soltarlo desde arriba y grabar el estruendo del objeto cuando cayera al piso. Desafortunadamente nadie pudo conseguir la grúa, por lo que decidimos llevar dos pianos al estudio, fuimos a una ferretería a comprar unos mazos y destruimos los pianos con ellos mientras grabábamos el sonido que provenía de los golpes. ¡Se logró un efecto increíble de verdad! Pusimos eso en el disco Undertow de Tool en la canción Disgustipated. Esa fue mi primera oportunidad de hacer una grabación profesional no convencional”. A partir de este momento, Sylvia trata de aportar algo especial a cada proyecto en el que participa. “Tal vez resulte algo muy interesante, tal vez no, pero siempre lo intento”, asegura al mismo tiempo que recuerda otras ocasiones en las que arrojó una guitarra al precipicio, o una más donde llevó a la banda tocando en la parte trasera de una Van mientras ella grababa. “No obstante, debo decir que no siempre son muy bien aceptadas las ideas locas, pero frecuentemente trato de proponer algo diferente para que por lo menos ayude a la banda a pensar un poco más fuera de lo común”.

A principios de los noventa, Sylvia produjo a Red Hot Chili Peppers, teniendo un flujo de trabajo con una vibra muy especial. “Una cosa que admiro de estos músicos es que, no importa lo que pase, ellos defienden su sonido por encima de todo; es una banda muy auténtica y no siempre son muy bien comprendidos por las disqueras. Red Hot tienen un sonido muy específico, al igual que Tool o System of a Down. De hecho, cuando trabajé con esta última banda nadie pensaba que sería exitosa. Un poco parecido a lo que me pasó con Tool; al momento que terminamos el Undertow y lo escuchamos, no estábamos seguros de que a alguien más le gustaría, aunque a nosotros nos haya encantado el resultado”.

Al evolucionar la tecnología, también evoluciona la forma de trabajar de casi cualquier profesional y Sylvia ha adoptado muy bien la era digital en el audio. “Me gusta grabar en análogo, pero ya no lo hago más, principalmente porque lo encuentro muy limitante y caro. Ahora uso una consola análoga, pero grabo en digital y al momento de mezclar lo hago siempre en digital; es mucho más flexible cuando se quieren hacer cambios, a la vez de que es mucho más accesible en lo económico”.

En su estudio, en Ashland Oregon, descansa una preciosa consola Neve 8038 importada desde Inglaterra en 1994. “Por mucho tiempo esta consola estuvo instalada en el estudio B de los estudios Sound City en Los Angeles” exclama Sylvia. “Es una de las mejores inversiones que he realizado en mi vida. La Neve 8038 es una consola muy especial, hecha en 1972, pero todavía ahora muy deseable para la música popular, lo que me mantiene siempre ocupada. Su ecualizador, el 1073, es verdaderamente extraordinario. Y aunque ya no uso equipo análogo en realidad, estoy pensando en adquirir de nuevo una grabadora de cinta; sin embargo, no la estoy pensando para grabar sobre la cinta sino sólo como un procesador para registrar a través de las cabezas”. Su equipo periférico está conformado por dispositivos bastante vintage, como por ejemplo, los compresores Universal Audio 175b y los Gates Sta-level, que Sylvia usa para las voces y efectos. “En general, me gusta comprimir mucho la batería”, asegura Sylvia. Para ecualizar tiene en su poder un GML 8200 sólo para complementar lo que ya tiene en su Neve.

En actividad constante

Entre sus trabajos más recientes se encuentra la producción con The Melvins, a quienes grabó en los estudios Village en Santa Monica, California. El sonido de esta banda es caracterizado por ser grande, gordo, pesado. “Grabando a esta banda me di cuenta cómo Buzz Osbourne, el guitarrista, obtiene su sonido tan particular. Él usa un amplificador de estado sólido SUNN, que es de los setenta u ochenta, que va conectado a un gabinete con bocinas Blond. Sus pedales son muy simples, son Boss overdrive, que él dice que usa porque los puede encontrar donde sea. El caso es que experimentamos un poco mientras grabábamos en esta ocasión. Se me ocurrió que podíamos cortar el cable que va del amplificador de la guitarra a la bocina con el objetivo de insertar objetos entre ellos, por ejemplo un pepinillo, para obtener nuevos sonidos. Así que una vez que descubrí esto, experimentamos también con un taladro y con un foco… ¡muy loco todo!”.

Sylvia recomienda a todos que se tomen un tiempo para experimentar durante las sesiones de grabación. Que no teman que el experimento fracase, porque si así sucede, de todos modos toda esa emoción y energía quedará impresa en el disco.

Otro proyecto interesante es el que Sylvia hizo recientemente con el primer disco de Skunk Anansie, donde una vez más tuvo oportunidad de experimentar un poco. Fue una producción realizada en una vieja casa en Inglaterra, donde se instaló una tienda de campaña, dentro de la que la cantante estaría completamente sola grabando su parte. “El resultado fue increíble. Ese aislamiento le dio toda la confianza para relajarse y ser totalmente espontánea, mientras nos relataba la historia de cada melodía por medio de su canto. Fue una experiencia extraordinaria”.

Precisamente en su libro Recording Unhinged, motiva a todos los involucrados en la música a que no se limiten a usar sólo los sonidos sampleados que pueden obtener electrónicamente, sino que creen sus propios sonidos por medio de métodos inusuales. “Cuelga a tu cantante de cabeza al piso y observa qué resultado obtienes. Yo hice eso con Serj  de System of a Down”, comenta Sylvia para ilustrar las ideas que vienen incluidas en su libro. “Ahora que muchos trabajan más en estudios caseros creo que tienen mucho más tiempo para experimentar, entonces creo que lo deben hacer”. Otro ejemplo de lo que se puede hacer con las cosas que se tienen a la mano es grabar con un teléfono: “simplemente uno abre un teléfono viejo y conecta un cable de micrófono a él. Uno de los extremos debe ir conectado a una batería para darle energía y así ya se tiene un teléfono que puede grabar con muy buena calidad lo que uno quiera. De todos modos siempre tengo un micrófono de calidad por si mi micrófono experimental no funciona como debería. En la batería por ejemplo, siempre grabo con micrófonos de calidad, pero también frecuentemente tengo mis micrófonos experimentales conmigo. Tengo uno que le llamo el Dick Mic, que es un micrófono omnidireccional que coloco exactamente en medio de las piernas del baterista. ¡Capta muy bien toda la batería!”.

Retos, sin importar género

En una industria dominada por hombres es difícil abrirse paso como mujer. Sylvia ha encontrado ese camino trabajando mucho desde luego, pero también con arrojo y con personalidad. “En este negocio uno no puede ser tímido seas hombre o mujer, pero especialmente como mujer debes mostrar mucha seguridad a la gente que trabajará contigo; de esta manera será mucho más probable que confíen en ti. También debes ser cauteloso en la manera que te conduces entre ellos. En el pasado yo cuidaba mucho mi manera de vestir y de hablar, hoy ya no me importa tanto, pero cuando estaba tratando de encontrarme un lugar en la industria eso era relevante”.

Sylvia es sin duda un icono de los noventa. Una figura que refleja todo ese espíritu de rebelión musical en contra de lo cómodamente establecido durante la década de los ochenta. Una mujer de riesgos y aventura, tal como se plasma en cada uno de sus trabajos.