Ya llegó la banda. Del grupo infantil Timbiriche han surgido una chica dorada, varias Marías, comentaristas deportivos de cable, jueces de reality shows, actrices de televisión y populares cantantes solistas. Tres de ellos decidieron asociar sus talentos para presentar uno de los espectáculos más exitosos de los últimos años, redescubriendo esos hits individuales, himnos cantados por toda una generación.
Teatralidad que involucra al espectador
Referencia obligada para público y artistas, Benny Ibarra ha sido productor, arreglista, compositor e intérprete de su propia maquinaria musical. Es una de las mentes creativas y ejes del trabajo artístico de Sasha Sökol y Erik Rubín, sus compañeros de excursión, quienes también propusieron una gran cantidad de ideas para lograr este concepto musical, presentado el 2012 bajo el nombre de Primera Fila SBE, en un disco que salió a una extensa gira por México y el extranjero.
Muy contentos. “Por todo: la gira está padrísima y al CD le ha ido muy bien”, considera Benny al inicio de la entrevista; “creo que esto nos dará más alcance para hacer otro disco”.
¿Quienes más los acompañan? Benny presenta al elenco: “Están Vico Gutiérrez (teclados), Santiago Ojeda y César Miranda (guitarras), Pepe Damián (batería), Mauro Muñoz (bajo) y Michelle Abril (coros)”.
Volverse a ver. “Todos ellos son autores; por eso, Erik y yo ensamblamos esta banda. No solamente pensamos en la gira, sino también en nuestros próximos discos”, agrega; “fuimos a San Miguel de Allende a componer y hacer arreglos de los temas; estuvo muy a gusto que todos pudiesen aportar en los talleres de composición. Esa fue la dinámica”.
Una gran ventaja. “Somos muy afortunados; porque desde que ensayamos, estuvimos diseñando el sonido que queremos que escuche nuestra audiencia”, ilustra Benny; “en los conciertos tenemos un ambiente más controlado. Estamos perfeccionando detalles muy específicos y conforme pasa el tiempo, hemos ido mejorando”.
La tecnología y la música, también en primera fila. Empecemos con la ruta de la señal; primero, las voces: “Pasan por preamplificadores API”, explica Benny; “de ahí, van directamente por un snake gigante a la sala. Cabe mencionar que la señal se divide en dos. “Le doy libertad absoluta al ingeniero de sala, para que haga el proceso que quiera, empezando por un DeEsser o algún ecualizador de Waves, que nos permite ver (en un mini analizador) si hay alguna frecuencia dando lata en el micrófono. Es muy útil para trabajar”, recomienda; “de ahí, vamos a un compresor Waves 1176. Y ya, es lo único que tienen en sala”.
Cambios en la microfonía. “Gustavo Borner (ingeniero de audio ganador de 14 Premios Grammys), me comentó que la serie Digital 9000 de Sennheiser le había parecido excelente. Yo usaba la serie 5000 con cápsulas Neumann”, recuerda Benny; “y sonaban muy bien; después supe que ya estaba la nueva línea y decidimos usarla. Fuimos los primeros en Latinoamérica en tenerla y aunque no tuvimos la oportunidad de escucharla antes, confiamos a ojos cerrados”.
“Los primeros shows en el Auditorio Nacional que hicimos de esta gira, en abril pasado, justo la mañana del primer concierto los micrófonos estaban apenas en la aduana”, cuenta Benny; “alguien de Sennheiser fue por ellos y 20 minutos antes del sound:check estábamos abriendo cajas”, continúa Benny
Obvios beneficios. “En calidez de sonido y confiabilidad del sistema de radiofrecuencias”, explica el artista; “todos oímos inmediatamente una respuesta de instrumento más dinámica”.
Un gran viaje. “Con Sennheiser y la consola Venue”, resalta el cantante; “siempre que voy arrancar una nueva gira hay borrón y cuenta nueva. Me siento a la mesa y trato de sacar otros sonidos. La Venue es una mesa versátil y resulta muy divertido proveer de herramientas para un show que podamos repetir casi en cualquier circunstancia”.
Al principio, horas de programación de la consola. “Es algo que termino haciendo yo y me divierto tanto jugando con la Venue, que fácilmente me acabo las 990 memorias que tiene; “cuando Vico Gutiérrez lanza la secuencia, ahí empieza a volar todo; corriendo desde los sonidos de las guitarras (que cambian constantemente) hasta los efectos en la tarola. Todo está programado”.
La superficie controla nueve mezclas en el escenario. “Más la de sala”, concede Benny; “estamos hablando de diez mezclas que alimentamos con una sola consola”.
Llevar la Venue del ensayo. “Tenemos la confianza de subirnos al escenario (incluyendo al ingeniero de sonido) y hacer que suene, prácticamente con pocos ajustes”, revela por último Benny Ibarra.
Sin tiempo que perder
Ricardo Pacheco “Kanuto” entró al proyecto de SBE en febrero de 2013. Curiosamente, su acercamiento fue para el primer show con la producción completa, el día que se presentaron en el Teatro Metropólitan. “Cuando Roberto Rodríguez (de Seitrack Management) me dijo: ¿puedes ir al Metropólitan en la tarde?, ese día los conocí”. Aquella memorable tanda en el Metropólitan sería la misma para los shows del Auditorio Nacional en abril y septiembre pasados.
Si no es ahora. “Llegué y el espectáculo ya estaba diseñado”, continúa Kanuto; “Miguel Soto, productor anterior, tenía compromisos posteriores y yo tomé la estafeta con mucho gusto”.
Mucho peso en el escenario. “La parte central del escenario tiene cuatro toneladas de carga”, informa el productor; “y la pantalla está en el centro, no atrás, como se acostumbra”. Como un show diferente, las patas del ground support tienen otras dos y así lo hacemos a donde quiera que vayamos. Ha habido proveedores que no le ponen tanta atención al rider y nos dicen de entrada que no vamos a poder en algunos recintos, pero es cosa de intentar y una vez que se dan cuenta de lo que estás llevando, quedan muy contentos”.
Más capacitación. “A veces, los compañías de renta saben hacer bien cierto tipo de conciertos”, se sincera Kanuto; “pero se atoran cuando les pides un poco más. La mayoría de proveedores en el país se han portado muy bien con nosotros. Escucharon y estuvieron dispuestos a llevar su producción al siguiente nivel. Viajamos con la escenografía, todas las tarimas y las pantallas; son 42 metros cuadrados de LED Mesh, con motores de velocidad variable y un sistema de control Kinesys”.
Van juntos. “Somos más de 20 personas de gira”, repasa el jefe de producción; “entre ellos seis músicos, tres del equipo de automatización, tres técnicos de sistemas inalámbricos, dos de backline, dos de pantallas LEDs, dos de operación de contenido de video, un técnico de radiofrecuencia, un asistente, un personal manager y un elemento de seguridad”, concluye Kanuto.
“Yo lo veo con un sentido dramático”
Innovador. Referente de la vida teatral en nuestro país, Jorge Ballina se formó en la Escuela Nacional de Arte Teatral del INBA y bajo la tutela del maestro Alejandro Luna. Incansable, lo mismo es autor de montajes monumentales para ópera, que de la escenografía en Cock, la taquillera obra de Diego Luna.
“Conocí a Sasha hace mucho”, cuenta Jorge; “y cuando me llamaron, fue para hacer un guión detallado, pensando en todos los elementos. Teníamos la letra de la canción y los tiempos de duración, así que sabíamos dónde debe haber acentos o pasan cosas”.
Sólo tú. “Había una versión del concierto, sin elementos escénicos”, narra el escenógrafo; “estaba la parte musical, había luces y videos, pero ellos querían hacer algo más interesante y me llamaron. El equipo funcionaba muy bien, pero al principio, les costó un poco de trabajo entender el concepto”.
Minucioso empeño. “De planeación y luego coordinación. El trabajo más difícil fue coordinarnos para que se unieran los esfuerzos”, señala Jorge; “al principio sólo Sasha y yo conocíamos el montaje global. Por lo general, cada quien trabaja por su lado y las cosas no se integran, pero esto no fue aquí, y se dieron las cosas para que el concepto fuera elegante y sencillo, con un escenario limpio, como ella había propuesto”.
Jorge Ballina cuenta cómo se delimitaron los elementos en el show. “El video, iluminación y elementos escénicos partieron de la música y estuvieron perfectamente organizados para contar una historia. Hay un momento en el que sólo hay un triángulo de color”, Jorge Ballina pone el último ejemplo; “otras veces las pantallas se mueven y esto se junta con el video y la luz, para hacer una composición que enmarque a Sasha, Benny y Erik de una manera distinta a lo convencional”.
“Si el artista no está a gusto, lo demuestra”
Amigos de verdad. “Los monitores son tan importantes como cualquier parte del espectáculo”, define Gustavo Zertuche, encargado del buen escuchar para los artistas huéspedes durante los conciertos en el Auditorio Nacional. “Sin ellos, no hay show, como sin el PA, los técnicos o los micrófonos”, señala.
Benny solicitó la ayuda de Gustavo. “Básicamente, en los conciertos del Auditorio me encargué de los músicos invitados”, habla del motivo, “porque en el sistema de Benny viene todo mezclado desde sala y ya no había la capacidad de generar más mezclas para los invitados”. La idea fue que ellos estuvieran cómodos. “Por el tipo de recinto, él me encargó esta parte”, comenta Gustavo; “dentro del mundo de los monitores, lo más importante es conseguir una buena mezcla para que el músico toque a gusto y que no esté preocupado por cómo está sonando, sino por lo que está interpretando”.
14 monitores personales. “Todos los invitados tuvieron in-ears inalámbricos en esta ocasión y pudimos hacer su mezcla como ellos exactamente quisieron. El in-ear los aísla y es posible hacer una mezcla como la quieran, pero sigue habiendo artistas que les gusta más sentir la presión del monitor”. La cuestión fue que aquí no hubo monitores en el escenario, ni un sólo monitor de piso o sidefill”, explica Gustavo.
Radiofrecuencia, renglón delicado. “Dada la circunstancia de los artistas invitados, pedimos apoyo a Emmanuel Collado y él se encargó de la RF”, acredita; “en el Auditorio tuvimos 40 canales de RF y eso tiene su ciencia. Hay que tener cuidado; sin inalámbricos, este show sería muy complicado y no sonaría”, recalca el especialista en monitores.
En concreto, para resolver el delicado rubro de las radiofrecuencias, el ingeniero Emmanuel Collado fue reclutado por la producción para enfrentar los problemas de un concierto frente a la zona hotelera de Polanco y a un kilómetro de la Residencia Oficial de Los Pinos. Espacios inundados por el tráfico de señal.
“La radiofrecuencia ha explotado en los últimos años. Hoy en día, cualquier cosa es inalámbrica, desde el control del coche hasta la microfonía profesional”, considera Emmanuel; “hace diez años, tener un sistema de ocho micrófonos inalámbricos para un show era muy difícil de manejar. Hoy, llegamos a tener en un mismo foro más de cien canales de microfonía, monitoreo y comunicaciones”.
Laberinto de ondas. “No es como decir: voy a ajustar estos valores en mis equipos de forma lineal y vamos a trabajar”, advierte Emmanuel; “no funciona así, porque cada canal de audio tiene que corresponder a una frecuencia determinada”.
Reglas claras. “No puedo mandar más de un canal de información de audio en una frecuencia”, reitera, “es donde empieza el problema: tenemos tantos canales de audio y necesitamos los mismos canales de RF; pero el ambiente de RF está expuesto a cualquier tipo de interferencias”.
El sistema es Sennheiser. “Todo se procesa en la consola. De in-ears, instrumentos y micrófonos fueron 25 sistemas inalámbricos”.
“Lo mejor de trabajar con Benny, es que todos los días aprendo algo nuevo”
El ingeniero de sala Manuel Terrazas comenzó su carrera en el estado de Chihuahua, hace 16 años. “En una compañía de renta, jalando cables y cargando bocinas. Hace diez años vine al Distrito Federal para estudiar sistemas en Meyer Sound. De ahí, pasé la mayor parte del tiempo haciendo monitores para La Academia, Lupita D‘Alessio, Allison y Natalia Lafourcade”, hace una pausa, “en la gira SBE, hago sala y monitores”.
El concepto del show. “Básicamente, es escuchar un disco”, matiza Manuel; “sabemos que tenemos cambios, pero Benny se involucra: siempre está ahí, ve la prueba de sonido y a veces hace recomendaciones de sistema. Yo lo admiro; porque sabe muchísimo”.
La de Benny Ibarra, una superficie Avid Venue Profile. “Tiene un gran poder de proceso increíble. Estamos corriendo cien plug ins y la mesa hace su trabajo sin ningún problema. Siempre estuvo trabajando al cien por ciento en este show. Dejo la mezcla lista y puedo hacer los efectos por canción o cambiarlos; cada voz e instrumento llevan efectos diferentes conforme va pasando la canción. Tenemos 950 snapshots en la consola, corriendo amarrada vía Time Code y MIDI, para que esté sincronizada con las luces y las pantallas”.
Monitoreo eficiente, desde sala. “La batería la tenemos en un subgrupo, que se comparte para los monitores y la sala”, iguala el soundman; “ese subgrupo lo mando a sus PQ Controllers de Digidesign”.
Los cantantes tienen un L-R de batería. “Cada músico usa un par de auxiliares en estéreo, donde le mandamos las cosas que no tiene directamente en el PQ”, explica su mecánica, “en los PQ, cada quien tiene los canales que quiera, donde pueden oír su voz o la guitarra. Otro, puede tener una configuración adicional. Lo que no cabe, se los mando en una mezcla L-R, más el subgrupo de batería. En sala tenemos otro grupo con todas las voces”.
Con elenco e invitados. “Generalmente, estamos usando 38 canales; pero para el show del Auditorio Nacional tenemos ocho más”, se refiere al rider; “de audio, viajamos con micrófonos Sennheiser, cables, subsnakes y cajas directas, los in-ears y los inalámbricos de instrumentos, que son de Benny. Llevamos la consola y nuestro propio snake”, finaliza Manuel Terrazas; “no falta nada: son la misma batería y backline”.
Efectos exclusivos
El estudio de diseño de iluminación Next Level adquirió notoriedad hace cuatro años a partir de sus creaciones con el software Wysiwyg para las Fiestas del Bicentenario hace tres años. Eduardo López “Toto” y Antonio Pérez Ríos fueron convocados por la producción del tour para integrarse al staff y ofrecer un panorama distinto. “Llegó Jorge Ballina a proponer su idea y el concepto empezó a crecer. Toda la programación fue en Next Level y posteriormente, nos trasladamos al Teatro Metropólitan, donde estuvimos tres días previos a los primeros conciertos. Ahí, fuimos corrigiendo hasta que quedó bien. No paramos y cuando teníamos oportunidad, seguimos aumentando el show”, explica Toto.
Antonio Pérez habla de la consola que operaron. “Usamos una GrandMA que era disparada desde la secuencia de Vico Gutiérrez. Él nos envía la línea de tiempo que la consola recibe y activa las luces. La GrandMA se eligió por su estabilidad; el show requería de varias cosas, desde la sincronización de video, luces y motores”.
De base. “Son las luminarias Vari-Lite VL3500 Wash y VL3015 Spot, al igual que Sharpy de Clay Paky y unos efectos Atomic, Leekos y Ministrips, cosas de iluminación convencional que también fueron parte importante del show”, se despide Antonio Pérez Ríos”.
Sistema sólido
A tiempo. “El chiste era que esto corriera como reloj”, recuerda Esteban García de Altered VJs, la firma contratada para darle buena imagen al espectáculo.
Programas con capacidad. “En realidad, puedes trabajar en cualquier software; lo importante es entender el fin de la imagen”, resalta; “cuando entiendes que es para pantalla LED o proyector, hay que darle un tratamiento distinto”.
Visuales de Gabriel Cruz Rivas, conocido por su trabajo con Zoé. “Él tuvo que ver con la grabación del DVD Primera Fila. Después, yo me integré para hacer circuito cerrado porque estoy especializado en distribución de señales”.
La plataforma, basada en Apple. “Es una Mac Pro de 12 núcleos”, muestra; “tuvimos tres tarjetas de captura Black Magic, porque hay momentos en que necesitamos tres señales de video simultáneas”.
El reto: tres pantallas-tres salidas. “El software Modulate corre el video, pero al final hacemos una mezcla desde el software de mapeo de video MadMapper, con el que ruteamos los distintos videos que se generan en Modulate”.
Tecnología Syphon. “Es un programa para compartir video y aplicaciones en una misma computadora. El video del Modulate se pasa al MadMapper y con cámaras y visuales se hace la composición en tiempo real gracias a Syphon”.
Altered VJs realizó grabaciones previas. “Se levantó imagen previa de Sasha, Benny y Erik. Hicimos la producción en el estudio. La colaboración de talentos le dio una gran variedad, que no siempre existe”, subraya por último Esteban García.
Ampliar la perspectiva
Motores automatizados. “Tienen la ventaja de ser especiales para movimiento”, explica Nevid Alejandro Valdivia, representante de la firma Too-Motions, proveedora de los equipos inteligentes para la gira de los ex-Timbiriches.
Sistema Kinesys. “Su software Vector es de última generación: Metallica, Radiohead, U2 y Cirque du Soleil lo ocupan”, se alegra; “es tecnología de punta y en toda Latinoamérica somos los únicos que la distribuimos”.
Desplazamiento artístico. “Para la gira Sasha, Benny, Erik, los movimientos fueron creados con base en la visión teatral de Jorge Ballina”, explica el automatizador; “él hizo un concepto con movimientos sencillos pero muy efectivos”.
Corren, vuelan y se aceleran. “El software Vector está pensado para este tipo de trabajo y entrega un parámetro de ventajas impresionantes”, comenta Nevid; “podemos controlar características de aceleración, desaceleración, tiempo y velocidad y crear con una exactitud elevada, con un margen de error de un milímetro”.
Velocidad variable. “De 0 hasta 40 centímetros por segundo”, confirma; “tenemos un alto grado de precisión y seis sistemas de seguridad para voltaje, respetar los límites superior e inferior y si un motor va más rápido que otros, automáticamente se bloquean”.
Gracia infinita. “El movimiento de las pantallas hace que el ambiente sea mucho más gráfico y tridimensional”, considera; “da una sensación íntima. De repente, ves el escenario con una amplitud y volumen impresionantes”.
El show, bajo código de tiempo. “Todo va con base en un reloj”, asegura el experto; “la iluminación, audio y video. No hay una situación errónea: es una programación exacta, en milésimas de segundo”, concluye Nevid Valdivia; “ellos buscaban estos movimientos para el show. Nosotros somos una empresa joven en automatización, con tecnologías nuevas y levantamos la mano en la industria”.
Pocos días después del taquillazo en el Auditorio Nacional, Sasha, Benny y Erik llevaron su Primera Fila hasta el State Farm Arena de McAllen y el Laredo Energy Arena. El trío continuó su excursión por El Paso County Coliseum, el Club Rio de San Antonio y el 1 de noviembre actuó en The Wiltern (Los Angeles). Llenos totales, con un público entregado que cantó los éxitos de principio a fin.
Redacción: Víctor Baldovinos