Querido diario

Ya sé, voy a pasar los próximos días comiendo atún y tortas tres veces al día, pero a favor puedo decir que valió la pena completamente. Tuve suerte de que me vendieran el boleto a un precio muy favorable y nunca, nunca había visto a ninguna de las bandas que enlisto a continuación en un festival como el Domination:

• Khemmis
• Animals As Leaders
• Trivium
• The Black Dahlia Murder
• Converge
• Satyricon
• Lamb Of God
• Alice Cooper

Intenté llegar temprano para ver a Khemmis; su disco “Hunted” fue uno de mis favoritos en 2016, ya que su mezcla de subgéneros del metal, como doom y metal clásico ochentero, les ha significado una buena cantidad de seguidores y críticas favorables en diversos sitios especializados, y aunque parecían un poco fuera de lugar en el escenario principal, hicieron un trabajo muy encomiable para ser el grupo que iniciaba las actividades. Mi canción favorita: “Isolation”.

Mientras compraba la primera cerveza del día, comenzó Animals As Leaders, o lo que es lo mismo, la gimnasia artística con alto grado de dificultad en interpretación de guitarra y batería. Tanto Javier Reyes como Tosin Abasi tienen sendos instrumentos con 8 cuerdas y hacen el acompañamiento de bajo de manera percusiva y con otras técnicas exquisitas, lo que resulta en un sonido completo y redondo. Matt Garstka, el baterista, no se queda atrás en este trío de acróbatas musicales. Como dato curioso, Navene Koperweis, quien tocó con Entheos el primer día del festival, fue baterista de Animal As Leaders previamente. Momento favorito: Abasi y Reyes pidiendo a la gente que cantara la melodía de la canción final “CAFO”.

Una de las bandas más esperadas era Trivium; muchísima gente llegaba ataviada con alguna playera de ellos y sucede algo muy interesante a mi parecer con esta banda, creo que mucha gente que está ahora entre los 25 y los 30 años inició en cierta medida su inducción al metal con Trivium y dependiendo del disco que les haya tocado o que hayan escogido, hay preferencias marcadas en su dosis de metal. Lo cierto es que generaron el primer gran mosh pit del día y la gente realmente se volvió loca con “In Waves”, aunque yo me quedé esperando más canciones de “Ascendancy”. Lo que pudo ser mejor fue el audio, que en esos momentos tuvo fallas.

Corrí para alcanzar a ver algo de The Black Dahlia Murder (TMBD) y me sorprendió la calidad del sonido del escenario Headbangers en ese momento. TBMD es una banda súper cumplidora, pareciera como si tuviera un check list para escribir canciones de death metal: riffs agresivos y rápidos, voz desgarradora, blastbeats, solos increíbles, influencia de death metal sueco y demás.  Todo estuvo en su lugar y con una actitud increíble.

El segundo momento

Ahí compré la segunda cerveza del día y esperé para ver a la banda que más interés tenía por escuchar en vivo: CONVERGE. Intentaré explicar mis razones, imagino que cayendo en el fanatismo. Primero, un lugar común: “Jane Doe” es un disco icónico, aunque prefiero “Axe To Fall”; segundo, he seguido los proyectos de cada integrante y por alguna razón inquietante todos han resonado muchísimo conmigo. Me gusta el arte producido por Jacob Bannon (voz), también la selección de artistas en su sello Deathwish Inc, además de su participación como curador en el festival Roadburn 2018. Kurt Ballou (guitarra) es quizá uno de los mejores productores que hay en este momento y la discografía que ha ayudado a crear es variada y muy interesante. Ben Koller (batería) es una bestia detrás del instrumento, un torbellino que llena prácticamente todos los espacios y también su proyecto “Mutoid Man”, es divertidísimo. Por último, Nate Newton (bajo) es el cimiento de toda esa fortaleza junto a Koller, además, su proyecto “Doomriders” también es uno de mis favoritos. Momento preferido, sobrevivir al mosh pit en “Dark Horse”.

Tras esa presentación tomé las cosas con calma. Caminaba un poco intentando escuchar algo a la distancia de otros escenarios, pero sin descuidar el cambio de escenario para ver a Satyricon. En mi caso estaba protegido con indiferencia respecto de sus primeros discos; no es un insulto, sé de la importancia que tienen para el black metal, pero en mi caso, Satyricon es realmente interesante del disco “Rebel Extravaganza” hacia adelante y fueron la mejor sorpresa de todo el festival. Su sonido estuvo perfecto, su presencia en el escenario imponente y su conexión con la gente fue asombrosa. Mi momento favorito fue “Fuel For Hatred”; black and roll, baby.

Por un momento pensé en ir a ver un poco de Dream Theater, pero a ellos ya los había visto hace muchos años en su primera visita a México en el Auditorio Nacional, así que aguardé para la otra razón de estar ahí en el festival: Lamb Of God. Aunque han venido en 4 ocasiones anteriores, no había tenido oportunidad de verlos en vivo y en mi caso es quizá uno de los conciertos que más he disfrutado en mi vida. Todo se conjugó: la expectativa, el ánimo, la tercera y última chela del día, la fuerza y calidad de ellos, que abrieran con “Omerta” y tocaran “Laid To Rest”, que el set fuera compacto y macizo, que había miles de personas que se sumaron al culto.

Cuando finalizó Lamb Of God, necesité una pausa, un momento para saborear lo que acababa de ver, y luego me dirigí hacia el escenario principal para alcanzar a ver algo de Alice Cooper. Sé que quizá perdí en términos de historia y cultura general, pero en la vida se toman decisiones y no me arrepiento de lo que escogí; no obstante, la calidad del espectáculo de Cooper fue impresionante y su conexión con la gente también. Es un digno headliner.

Por David Ricardo Mora Acosta