Preamplificadores: clave del registro sonoro

Antes de comenzar, nos gustaría aclarar que no entraremos en la famosa y estéril charla de qué es mejor, si el audio y la grabación analógica o digital. Este artículo versa sobre sacar lo mejor de ambos mundos y recordar que lo importante es registrar el arte de la música lo mejor posible.

Una pieza esencial

Vamos a centrarnos en ese eslabón de la cadena de audio llamado preamplificador. Básicamente, es el responsable de tomar la señal del micrófono (ya sea de tipo condensador, listón o dinámico), y elevarla a señal de línea. ¿Señal de micrófono? ¿Señal de línea? Sí. La señal de micrófono va desde -60 dBV (0.001 volt) a -40 dBV (0.010 volt) y la señal de línea es de 0 dBV (1.000 volt, en algunos casos 1.2 volt). Se puede ver que la señal que nos entrega el micrófono es despreciable y si queremos operar sobre ella, sería imposible. Para evitar esto, debemos utilizar un dispositivo que “eleve” la señal a un voltaje que sea manejable y que guarde una buena relación con el ruido agregado en la señal por esta “elevación”.

Aclaración: el preamplificador, en el caso de los micrófonos de condensador, no así en los dinámicos y listón, debe de alimentarlos eléctricamente con el famoso +48v o alimentación fantasma; esto hace que funcione el circuito interno del micrófono y polarice la cápsula del mismo, pero esto no lo preamplifica, sólo hace que el circuito funcione y entregue señal.

La naturaleza de estos equipos es que basan su operación en bulbos o transistores; hay varios que permiten en el mismo dispositivo una u otra alternativa. Cabe aclarar que la elección de un tipo u otro no debe basarse en una moda, sino en la fuente de sonido que grabaremos y el micrófono que utilizaremos. Si vamos a grabar algo que es muy delicado y que no tiene gran volumen, probablemente usemos un preamplificador de transistores, ya que tienen poca distorsión armónica y además baja señal de ruido. Ahora, si queremos grabar una voz para rock con cierta distorsión armónica (no es mala palabra) y que el sonido tenga cierto carácter “vintage”, usaremos un preamplificador de bulbos para imprimir esa distorsión armónica deseada en la señal y (puede ser), un poco de ruido.

El corazón

El elemento más importante de un preamplificador, ya sea de bulbos o transistores, es el transformador, que tiene varias funciones, desde ajustar impedancias, desbalancear y balancear la señal y el aislamiento galvánico. Se encuentra en la entrada y salida del mismo dispositivo.

Pocas son las interfaces de audio actualmente que tienen transformadores y se prefiere tener preamplificadores operacionales (acoplados en corriente continua, con dos entradas y una salida), y que uno ingrese el color del equipo por las entradas de línea. Al comprar una interfaz de audio que traiga preamplificadores, debemos revisar qué tipo y calidad de ellos se incluyen para no llevarnos sorpresas al momento de grabar y encontrarnos con un sonido que no nos guste. ¡Hay que escuchar con nuestros propios oídos (y no ajenos) antes de comprar!

Nota: Hay preamplificadores de alta gama sin transformadores, como los GML. Estos se denominan TL (Transformer Less), ya que el trabajo de los trasformadores es realizado por circuitos operacionales. No hacemos aquí el juicio de valor de si es bueno o malo el uso de operacionales en estas etapas, ya que varios fabricantes de alta gama tienen criterios distintos, pero cabe aclarar que la mayoría concuerda en que los mejores transformadores son los Jensen, por sobre los operacionales. Obviamente, estos también tienen sus ventajas y desventajas dependiendo el caso. Cada marca utiliza un bobinado (cantidad de vueltas), del transformador distinto, haciendo que éste imprima un carácter al sonido, una determinada distorsión, armónicos y por desgracia, hasta ruido.

La evolución

Al principio, generalmente los preamplificadores formaban parte de la consola; es decir, por cada entrada de micrófono había un preamplificador y la calidad del mismo dependía de la calidad de sus transformadores y de la consola en general. Con el tiempo, han empezado a hacer presencia constructores de preamplificadores que sólo se dedican a generar estos módulos, evitando el resto de la consola. Hoy en día es muy común ver en estudios varios de estos preamplificadores que dan la oportunidad de elegir el “color” deseado a ingenieros y productores, sin tener que atarse necesariamente a los que vienen en la consola, ya que éstos entrarían por línea a la misma.

Diseñadores, gurús y marcas

Antes de decidir qué preamplificador usar, hay que elegir un buen micrófono y realizar pruebas con la misma fuente sonora. Si bien varias marcas traen las especificaciones de sus equipos y éstos hacen de todo, menos el café, es importante que no solamente nos basemos en las marcas ultra reconocidas, recetas que le sirvieron a otros ingenieros o porque “un amigo me contó”, sino en lo que nos dicen nuestros oídos y si el equipo aplica para lo que lo necesitamos.

Tuvimos la oportunidad de hablar con John La Grou, fundador y CEO de Millennia, diseñador pionero de varios preamplificadores que son estándar en la industria del audio y grabación y por si fuera poco, miembro de Audio Engineer Society (AES) y emprendedor. Una de las preguntas que le hicimos fue qué analogía usaba para hablar de los preamplificadores y sus cualidades. Nos dio una referencia sobre el Millennia HV-3: “Realmente se trata menos de naturaleza aditiva y más acerca de la neutralidad, la “falta” de la naturaleza. El HV-3 es simplemente como la mejor lente fotográfica Zeiss que agrega una aberración mínima y un error de color. Una gran lente permanece absolutamente correcta incluso en los bordes extremos, y no presenta imágenes fantasma, astigmatismo o brillos. Del mismo modo, un gran preamplificador de micrófono sigue siendo neutral en el timbre, incluso en rangos dinámicos extremos (tanto ultra bajos como ultra altos), y no presenta distorsiones transitorias detectables ni artefactos inducidos de giro. En resumen, ese es el preamplificador de micrófono HV-3”.

Conclusión

El mundo de los preamplificadores es enorme y de ser posible nos gustaría escribir mil artículos sobre ellos, ya que es abrumadora la cantidad de información disponible y en muchos casos muy poco clara. Hay que investigar, pero sobre todo escucharlos para saber a oído crítico qué nos gusta y qué ayuda a la música.

*Músico de carrera, compositor, profesional del audio y la tecnología, residente en la Ciudad de México. Actualmente se desempeña como consultor en audio, productor, realizando grabaciones y masterización. Desde 2005 tiene su propio sello: Fusa Records (www.fusa-records.com). Estudiante avanzado de Ingeniería en la UTN, Argentina, colaborador en páginas sobre audio y tecnología. Miembro AES Full desde 2007, participando activamente en disertaciones sobre informática musical y tecnología aplicada al audio tanto en México como en Argentina. Contacto: mdiazvelez@fusa-records.com