Productor, compositor y guitarrista, Mosy comparte su inventiva y aptitudes técnicas para la producción musical y discográfica tanto en su proyecto solista como con Ritmo Peligroso, banda a la que pertenece desde hace más de una década. Su gusto por la música pop ha sido un factor de desdoblamiento creativo constante, aplicando el conocimiento adquirido durante el furor del género en los años ochenta y noventa, cuando vivió en México e Italia y donde vivió distintos emprendimientos en agencias como Conceptos.
Con filosofía artística
La crisis sanitaria dejó en Mosy muchas secuelas que influyeron en su forma de trabajo, pero esto lo inspiró para desarrollar conceptos propios: “La pandemia fue terrible para mí -como para tantos-, porque tuve que cerrar el estudio que apenas había echado a andar en 2019, y cuando me di cuenta de que no iba a cambiar pronto la situación, pensé: ‘hay que tomarlo con filosofía artística y aprovechar el momento para trabajar en los discos que quiero hacer’. Me llevé la parte del estudio a mi casa y con eso también fui armando los streamings en vivo que hice; me puse a crear y explorar. Utilicé una técnica distinta para componer y obligarme a desarrollar el desafío de hacer el disco homenaje al pop que me encantaba de los ochenta y noventa: Tears for Fears, Jamiroquai, Depeche Mode, Duran Duran, Lenny Kravitz, Prince, The Police. Quería hacerlo a mi modo y estilo, un tributo a ese pop que siempre me ha gustado, pero no había estado en mis otros discos”. Así se desarrollaron las ideas que dieron vida a su disco “El Conde y las Crónicas del Pop”.
“Básicamente, lo que hice fue componer todo directamente en el secuenciador, usando las bases; muchas de las ideas de preproducción fueron con Reason, que me encanta porque es muy intuitivo y tiene muchos sonidos, me divertí muchísimo. Estoy patrocinado por Steinberg, entonces puedo acceder a muchos juguetes que, ya en la faceta de producción, llevé a algo más profesional”.
Además de producir su propio disco, Mosy se involucró en el álbum de cuarenta aniversario de Ritmo Peligroso “Pachanga peligrosa”, durante el confinamiento: “El mismo proceso de preproducción para ‘El Conde y las Crónicas del Pop’ aplicó para el álbum de festejo de la banda. A lo largo del tiempo, Piro y yo habíamos platicado sobre ideas y de ahí fui armando cosas en Cubase, con todas las herramientas hermosas que tiene de instrumentos virtuales, que luego complementé grabando guitarras. Armé demos completos que tenían ya su línea para muchas canciones; fui eligiendo las que coincidían en concepto y personalidad, y se las mandé a Piro (que estaba en Los Ángeles). Luego pudo venir y aprovechamos para trabajar más los temas que queríamos sacar”.
Todo 2021 fue de preproducción de ambos discos y fue casi un semestre del año siguiente cuando se abordó la producción, con el reto extra de añadir invitados al de Ritmo Peligroso, como Alex Lora, Dr. Shenka (de Panteón Rococó), Rubén Albarrán, Leo de Lozanne, Sax y Sabo Romo, en coproducción con Piro.
En cuanto a la mezcla de “Pachanga peligrosa”, ésta fue hecha por Mosy: “Realicé la producción, mezclé y la masterización la hizo Scott Hull (que es un buen amigo de nosotros) en Masterdisk. El proceso de autoproducir es complejo y sencillo a la vez y ahora que hemos podido tener herramientas de preproducción y he expermentado cómo grabar y aplicar lo aprendido en estudios, me puedo hacer cargo de esos procesos, porque en mi caso, he compartido y aprendido de mucha gente”.
“He aprendido que puedo desdoblarme en cada rola, porque también tengo claro que lo importante es la canción. Cualquier mezcla o masterización, así como la producción, está en el ámbito de las apreciaciones; hay diferentes caminos. Ritmo Peligroso es una banda de rock latino y por eso la batería tiene que ser lo más importante a nivel percusivo, y las demás percusiones complementan eso. Tenemos un trabajo muy fuerte de remates entre “Pinaca” y “El Gato” para que no estén empalmados, para que haya un complemento, y entonces se oye muy bien cuando lo ponemos en la imagen estéreo. Ritmo Peligroso suena muy rockero, porque al final es eso: una banda de rock”.
Para este disco, el proceso de producción incluyó la participación del estudio Disco Ciudad, de Emiliano Aquino, donde se capturaron baterías, percusiones, la mayoría de los bajos y algunas voces. “Desde ahí, mi labor ahí ya fue de productor; en mi estudio hicimos guitarras, teclados y sintetizadores, percusiones menores y otras como timbales y congas, además de muchas voces de Piro. Emiliano nos ayudó en la parte de grabación de todas las bases que hicimos”, amplía Mosy.
Felices producciones
De “Pachanga Peligrosa”, ya había canciones nombradas: “Fuimos decidiendo el sonido para cada una, en particular ‘Dejen a los niños en paz’, que se fue por algo soul rock, casi power balad, que con la voz de Piro suena muy latino y en la que invitamos a Cecilia Toussaint. Fue muy lindo porque le dio un peso muy grande a la canción. Piro es un tipo muy abierto, nos dimos chance de jugar entre lo hard rock con latino, llevarlo a algo dance o rap, en fin, explotar ideas. Otra canción que nos gustó mucho en su proceso de creación fue ‘Un minuto de silencio’, y fue maravilloso tener a los chicos de El Gran Silencio porque desde antes habíamos querido hacer una cumbia. Ésta se volvió ska y tiene también rock. Luego, ‘Pistolero’ es nuestra ‘Pedro Navajas’: siempre quisimos hacer una salsa rock y se logró. En fin, como productor este disco fue muy gozoso”, menciona Mosy.
Finalmente, las apreciaciones de Mosy respecto a cómo llevar al show en vivo la música -la suya y la de Ritmo Peligroso-, se concentra en conectar genuinamente con el público, potencializando recursos como las redes sociales y un manejo de booking a la medida: “La única técnica infalible que nunca va a perecer mientras exista el arte, es la relación directa con el público. A mis otros proyectos (como Mosy & Friends), los muevo con distintas alineaciones de mi banda e invitados (como Sergio Arau y Kazz de Los Amantes de Lola), y según el recinto, convocamos. Las redes sociales juegan un papel muy importante, pero no se trata de hacer muchos seguidores, sino de crear un público comprometido para que puedas tener retribución de tu trabajo y a la vez, una relación personal con la gente que te sigue. Hay que conjugar eso y saber en qué ámbito vive y puede producirse tu proyecto a nivel espectáculo”.
Mosy forma parte de la comunidad Steinberg y está patrocinado por Seymour Duncan. Su equipo de producción se basa en una tarjeta Steinberg AXR4 (32 bits / 48-384 khz), monitores Rokit 8 Powered KRK, Imac Retina 4k, MIDI controller Keystation 49, Audífonos AKG y Roland, y entre sus micrófonos preferidos están el Neumann U87, el Baby Bottle Sl de Blue y el AKG C414.
Su equipo de guitarras consta de dos Ibanez S Series con pastillas Seymour Duncan Hot Rodded y Fender Vintage Single Coil (blanca y negra), una Fender Stratocaster, una Fender electroacústica de cuerdas de metal con pastilla Seymour Duncan y una Ibanez electroacústica de cuerdas de nylon, además de un bajo Fender Precision.
Los softwares que utiliza para producir, mezclar y masterizar son Cubase Pro 12, Halion 7, Groove Agent, Wavelab Pro 11, Superior Drummer 3 y Reason 12, así como plug ins nativos de Steinberg y Waves 13, entre otros.
Entrevista: Nizarindani Sopeña / Redacción: Marisol Pacheco