En la actualidad, la mayoría de los músicos tenemos un home studio, un estudio en casa que nos permite trabajar nuestras ideas, generar demos de nuestra música y llevar a cabo la pre-producción de un tema o proyecto, teniendo en cuenta que la producción final del mismo se llevará a cabo en un estudio profesional; esto, por supuesto, dependiendo de qué tipo de proyecto estemos realizando. En muchos casos, un estudio casero es suficiente para llevar a cabo la producción completa, pero en otras ocasiones no será suficiente para concluir nuestra producción al no contar, por ejemplo, en caso de requerirlo, con la microfonía suficiente para grabar una batería, una sección de cuerdas o instrumental, una cabina adecuada acústicamente para realizar una grabación controlada y algunos retos adicionales. Es una realidad comentar que muchos estudios caseros sí cuentan con las posibilidades que acabo de mencionar, de tal forma que puede realizarse una grabación profesional sin tener que rentar tiempo en un estudio de grabación formalmente constituido.
Todo depende de las necesidades
Un estudio de grabación profesional cuenta con instalaciones acondicionadas acústicamente, equipo periférico, microfonía, bocinas, consolas, interfaz de audio y computadora, así como recursos adicionales que muchas veces no tenemos a disposición en un estudio casero. El dueño de un estudio profesional invierte una cantidad de recursos económicos justamente para proporcionar estas ventajas a sus clientes, además de generar una experiencia de servicio y atención personalizada. Un estudio casero normalmente cuenta con una computadora, una interfaz de audio, algunos micrófonos y periféricos y su ventaja es principalmente que está a la mano en cualquier momento y que no cuesta, más que lo que hemos invertido en él.
En lo personal considero necesario rentar tiempo de estudio profesional cuando los requerimientos de la grabación lo exigen: grabar una sección de instrumentos que requiere de una cabina con espacio físico para grabarlos que involucre el uso de distintos tipos de micrófonos, con un sistema de monitoreo y audífonos suficiente para que los músicos se escuchen adecuadamente es algo que no siempre es posible tener en un estudio casero y genera una serie de problemas a resolver. Rentar un estudio profesional nos permite resolver estos obstáculos, contando con la experiencia de un ingeniero de grabación y de los asistentes del estudio.
Desde la época de los Beatles, muchas bandas se rentan un estudio de grabación no sólo para grabar sus temas, sino para vivir literalmente una temporada en él: ahí conviven, ensayan y en muchos casos incluso componen sus temas dentro de las mismas sesiones en el estudio. Actualmente, me parece muy buena considerar esta idea en el caso de una banda; sin embargo, el obstáculo generalmente al que una banda se enfrenta es el presupuesto, porque los estudios profesionales cuestan. Recuerdo haber estado grabando en un estudio en Los Angeles allá por 1993 y en el que Limp Bizkit estaba grabando un álbum completo en un estudio alterno al que yo me encontraba y que rentaron cerca de tres meses. Tuve la oportunidad de entrar al estudio donde esta legendaria banda grababa su disco y pude comprobar no sólo la instalación y presencia obligada de sus instrumentos, sino prácticamente un departamento amueblado y acondicionado, donde el grupo convivió por todo este tiempo en la grabación del disco.
Otra ventaja que tienen los estudios de grabación profesionales, es que muchos de ellos cuentan con pianos acústicos que muchas veces se requieren en una producción. Aunque hoy existen muy buenos pianos virtuales, un instrumento real es insustituible, sobre todo si está en buenas condiciones y el estudio cuenta con los micrófonos adecuados para grabarlo. En la Ciudad de México existen muy buenos pianos acústicos en lugares como Estudio 13, Estudios Noviembre, Valenzo Studios, Sala de Audio y el estudio de Sony, entre los que conozco, todos ellos con una excelente infraestructura y equipo para grabarlos profesionalmente.
La creatividad tiene la palabra
El estudio profesional, mas allá de ser el lugar donde se graba, es un espacio de convivencia donde se construye el sueño de un proyecto, donde se logran los objetivos, donde se experimenta, donde se convive con otros músicos, donde se viven experiencias complicadas también, donde se obtiene el resultado tan esperado. Como pertenezco a una generación donde todo se grababa en los estudios profesionales, me es difícil pensar en un proyecto en el que no se vivan todas estas experiencias. Sin embargo, debemos reconocer, por supuesto, las ventajas que ofrece el hecho de tener un estudio casero y que dichas experiencias se pueden vivir en un entorno adaptado.
Los estudios caseros nos permiten, gracias a la tecnología actual, realizar el tracking de un disco completo. He participado en muchas producciones que se han realizado prácticamente en un estudio casero o adaptado y los resultados han sido maravillosos. Recuerdo la grabación del disco “Hu-Hu-Hu”, de Natalia Lafourcade, donde tuve la oportunidad de participar como arreglista. El disco se grabó en una casa en Cuernavaca adaptada para ser el espacio creativo que el disco requería. Fue un estudio casero que contaba con un gran equipo técnico y humano. Sin aislamiento acústico específico, literalmente los espacios de la casa se convirtieron en las cabinas de grabación de todo lo que se grabó en aquel bello proyecto. Instrumentos musicales, cables, equipos periféricos y micrófonos repartidos por varias zonas de toda la casa formaron el singular mobiliario del recinto, que además tenía espacios para convivir, platicar, comer o simplemente permanecer en un entorno propicio para la creación musical.
En un estudio casero es posible hacer un disco completo. Lo importante es contar con lo necesario para grabar con calidad y tener la experiencia para lograrlo. Muchos proyectos basados esencialmente en registrar tracks que involucran elementos electrónicos o instrumentos virtuales pueden realizarse con éxito en un estudio casero, con un buen micrófono, un buen preamplificador y sin tener ruidos. Esto es suficiente para obtener un buen track de voz.
Para resumir, considero fundamental que todo músico profesional y estudiante de música tenga un estudio casero para experimentar, componer, grabar y llevar a la realidad sus ideas musicales. Invertir en un estudio profesional implica una fuerte inversión económica, que solamente algunas personas o inversionistas pueden hacer y que requiere de un alto costo de mantenimiento. En mi experiencia, al ser un músico involucrado más con el proceso creativo, me ha resultado más conveniente tener mi estudio casero bien equipado y rentar un estudio profesional cuando lo requiero. Creo que de esta forma es posible dedicarnos cada quien al área que ha decidido dedicarse: los músicos y compositores a crear música, aunque ello no nos aleje de estar involucrados con los aspectos técnicos que la producción musical exige hoy en día, y los ingenieros a grabar, ya que un estudio profesional debe ser construido, administrado y operado por profesionales dedicados cien por ciento a ello.
Por Mario Santos*
* Es músico, pianista, compositor y productor musical mexicano con 35 años de experiencia en el medio musical contemporáneo. Ganador de un Latin Grammy como productor musical, ha sido director y arreglista en múltiples proyectos y con diversos artistas: Natalia Lafourcade, Café Tacvba, Filippa Giordano, Gustavo Dudamel, Eugenia León, Cecilia Toussaint y Fernando de la Mora, entre otros. Ha sido compositor para diversos proyectos de cine, teatro y danza y es fundador de CCM Centro de Creadores Musicales, pedagogo, conferencista e importante impulsor de la educación musical en México.