Con el cante flamenco en su ADN y una experiencia vital que le hizo renacer de un periodo de convalecencia, Isabel confrontó la adversidad con la fuerza de su cuerpo y la de su espíritu para abrazar el llamado artístico y poner su voz como vehículo para comunicar, tal como lo hace en el sencillo de lanzamiento de su proyecto, “No renunciaré”, tema de José Ruiz Venegas, bajo la producción de Paul Sefchovich y arreglos y dirección musical de Gerardo Amezquita, “El Carrizo”.
“Ésta es una canción que habla de no renunciar, no a la pareja o tal, sino no renunciar a ser quién soy y por eso quise que fuera el primer sencillo. Es música con la que crecí y escuché toda mi vida y, tras pasar un momento muy grave, al volver y evaluar lo que quería hacer, resultó que una de las terapias para recuperar la respiración, volver a ser consciente de ella, era el canto. Así conocí a ‘El Carrizo’, quien me fue llevando y dando confianza para cantar. Seguí con el proceso para rehabilitar y me ayudó a estar en el momento presente”, relata la intérprete.
Con el apoyo de varios amigos que también la impulsaron a cantar, llegó recomendado Paul, quien fungió como productor del sencillo y lo que será el proyecto musical completo: “Paul entendió perfecto que esto es como el jazz, y con ‘El Carrizo’ se fue haciendo un muy buen equipo. Me puse a estudiar más la técnica para poder expresar y sentir; Paul ha cuidado mucho eso, que no se pierda en algo tan digital al ponerlo en la computadora y lo que le toca hacer en el estudio”.
Luego de un año de entrar a grabar, la dinámica cambió con la llegada del confinamiento sanitario. La captura se hizo a la distancia y en el estudio La Zorra, donde Paul ha hecho otras producciones: “Siempre que estás en estudio trabajas bajo reloj pero ahí no se siente; cumples con los estándares más altos de calidad al grabar, pero lo haces disfrutando mucho y dejando fluir la creatividad. Primero hicimos una base con Isabel y con eso se citó a la gente para grabar los arreglos que hizo ‘El Carrizo’; di un paso atrás en ese sentido, porque comprendo que se trata de llegar al resultado y al final lo conseguimos, cada quien haciendo lo que corresponde”.
“La mezcla la hizo Memo Andrés, el dueño del estudio, integrante del grupo Espumas y Terciopelo, quien tiene una relación con el flamenco por parte de su madre y acá pudo grabar cosas como los tacones. Vivió el proceso de producción y por eso lo sumé en la post producción. El master lo realizó Enrique López Lezama, gran amigo bajista, con quien he trabajado mucho tiempo y confío en su elegancia para esta tarea, no es invasivo y le da la riqueza al sonido, le saca todo el potencial. Tiene su estudio de masterización y grabación Blue Grass, dentro del colectivo La Casa Azul”, comparte Paul.
Para Paul este proyecto le ha hecho recordar la magia de la producción: “La primera vez que escuché a Isabel para ella fue sorprendente porque, claro, uno no se escucha. Me siento muy agradecido con poder hacer eso. Con este proyecto recuerdo que se trata de magia y tengo el privilegio de hacerlo”.
En miras de acabar un EP y un homenaje a Manuel Alejandro, para Isabel, ésta ha sido la aventura de su vida: “Estoy fascinada con todo lo que ha pasado, porque estos jóvenes son muy talentosos; estamos preparando fusiones con bossa, con timbal, con lo árabe siempre respetando el flamenco, y ellos son tremendos músicos, se admiran, se cuidan, tienen más experiencia y me han ayudado mucho. Paul entiende perfectamente que es una música que sale del alma, ‘El Carrizo’ y yo luego estamos en trance, y él logra que se quede la magia”.