Enjambre, banda originaria de Fresnillo, Zacatecas, ha contado y cuenta con un éxito considerable en nuestro país, con grandes cantidades de seguidores en festivales y escenarios donde se presentan. Sus letras, que nos recuerdan las canciones con las que nuestros padres pudieron conocerse y enamorarse (o desenamorarse), reflejan la intensidad de la emoción millenial. Con motivo de su más reciente producción discográfica, que lleva por nombre Imperfecto extraño, sus miembros hicieron saber acerca de los procesos de grabación y producción de dicho álbum, que se inició con sus comentarios acerca de su presentación en el Teatro Metropólitan:
“Fue un gran concierto; gracias a eso pudimos abrir una segunda fecha y fue el modelo de lo comenzó a ser la gira de Imperfecto extraño. Liberamos canciones semanalmente para que el día del concierto la gente llegara con las canciones registradas y pudiera interpretarlas con nosotros, además de que la idea era no saturarlos con todo el álbum, sino hacerlo poco a poco. De ahí en más, interpretamos canciones de discos anteriores que iban bien con las del nuevo disco”, inicia Luis Humberto Navejas, vocalista de la banda.
“Este es el segundo disco que trabajamos con Phil Vynal como productor. Optamos por seguir trabajando con él e hicimos una preproducción que tardó un poquito más de tiempo, tanto, que el disco lo hicimos en dos partes: una se grabó en los estudios Sonic Ranch, en la localidad de Tornillo, Texas, y la segunda parte se grabó en Testa Estudios, en León, Guanajuato, con sonidos y cosas nuevas que siempre Phil hace”.
Cabe mencionar que durante la gira de su disco anterior, Proaño, el grupo ya comenzaba a hacer cosas nuevas, pensando en una nueva a producción. Ya con esa gira terminada, Enjambre tomó un descanso y en ese lapso se hizo la preproducción de Imperfecto extraño.
“Decidimos hacer este nuevo disco en dos partes porque queríamos ver hasta dónde podíamos llegar con las nuevas canciones”, continúa Luis Humberto; “queríamos seguirlas tocando para ver su potencial; cambiábamos las versiones y hasta que quedamos cien por ciento satisfechos, comenzamos a grabar. La cosa fue de ese modo y fue un proceso muy lindo. Durante otra etapa de la producción nos fuimos a una hacienda de una familia de amigos que fue ideal para poder componer nuestras canciones. Fue una experiencia inolvidable porque el ambiente fue muy familiar. Las compañeras de los integrantes y miembros de nuestra familia pudieron ir, y ahora que ya llevamos tantos años haciendo música, pudimos trabajar de manera muy relajada. A veces estábamos diez o quince horas tocando y después nos íbamos a hacer otras cosas, mientras estuvieron con nosotros personas de nuestra familia”.
Un productor con huella en México
Javier Mejía, guitarrista de Enjambre, cuenta acerca del trabajo de la banda con Phil Vinall: “Ya nos conocíamos mejor, así que de pronto dejábamos algunos cabos sueltos sabiendo nosotros que él los completaría y viceversa durante la producción. También quiso involucrarse en la composición, pero sin duda, su ayuda más grande fue en detalles de arreglos y sonido. Cada quien conocíamos nuestros puestos y creemos que Imperfeto extraño quedó muy bien gracias a nuestra relación con Phil. Fue un proceso agradable, con sus respectivos topes o conflictos, pero que se superaron rápidamente”.
Sobre Testa Estudios, Luis Humberto comenta: “Es un estudio de un conocido nuestro en León. Sabíamos que existía, pero no teníamos muy claro cómo era. Después lo fuimos a conocer y vimos sus equipos y decidimos grabar ahí, con equipo análogo, así que grabamos en cinta. El ingeniero de grabación de la primera etapa fue Jerry Ordóñez en Sonic Ranch, un ingeniero estrella que siempre que mete mano todo suena muy bien; incluso varios de los discos de Zoé han sido permeados por el trabajo de Jerry. Sonic Ranch ya tiene un sonido emblemático”.
“El hecho de que esta vez grabáramos en un espacio grande, propició que la energía fuera mayor”, menciona Javier; “nosotros somos una banda para tocar juntos. Anteriormente, más que nada por cuestiones financieras, grabábamos todo por partes, pero de un tiempo en adelante comenzamos a grabar juntos; sin embargo, la mayoría de las veces la voz se graba aparte. Procuramos no hacer parches y si se nos llega a pasar algo, consideramos si la toma completa estuvo bien y si es así, así se queda”.
“Nos gusta hacer experimentos en los estudios. Ver, por ejemplo, lo que hace un micrófono a cierta distancia. A veces nos gusta grabar todo, pero siempre terminamos insertando cosas en la grabación para buscarle más sabor a las canciones”, redondea la idea Luis Humberto.
Acerca de la mezcla
“La mezcla es algo muy importante”, explica el vocalista de Enjambre; “en este disco fue hecha en un estudio en la Ciudad de México que se llama Toy Factory, en la colonia Condesa. Es un lugar de Phil también y tienen muy buen equipo, también análogo. Las personas quienes estuvieron mezclando fueron Dave y Nacho, dos personas quienes saben muchísimo, marcaron la diferencia. Estuvo mucho Julián, alguien quien produjo toda la primera parte de nuestra discografía; alguien en quien Phil se apoyó mucho. Phil sabe que Julián es muy talentoso en la supervisión y asesoría, algo que marcó mucho la diferencia en este nuevo álbum”.
“En la mezcla hubo sólo una revisión; fueron cerca de quince días para este proceso y el máster nos lo entregaron después de una semana. De pronto regresamos la masterización una vez porque hubo algunos cambios. En este álbum metimos cuerdas y muchas más cosas, fue una locura, pero al final valió la pena y necesitábamos que quedara la mezcla casi intacta en la masterización”, comenta Luis Humberto Navejas; “siempre hacemos búsquedas y eso hace la evolución de disco a disco. Creemos que hasta la fecha, éste ha sido el mejor disco que hemos hecho y nuestra tirada es esa: mejorar”.
Sobre las influencias en cuanto a trabajo en estudio, Luis Humberto comenta: “Está el disco Yoshimi Battles The Pink Robots, de The Flaming Lips, al que le tenemos todo el respeto, no sólo las composiciones, sino a la manera en que fue grabado. Coincidimos mucho en bandas y producciones como las de The Beatles, The Kinks, The Cure. Nos gusta mucho la música vieja, la balada romántica. Hemos crecido con esta música, nuestros padres la escuchaban y nosotros la seguimos escuchando cuando nos mudamos a la Ciudad de México. Cuando ya nos juntamos los cinco, ya de adultos, todos coincidíamos en gustos. Nuestras familias incluso se conocieron desde hace mucho tiempo atrás. Todos nos conocimos desde muy jóvenes. Todos crecimos en ese aire rocanrolero, bohemio, y eso se refleja en nuestra música”.
“A nosotros, que ya tenemos más de diez años con carrera discográfica, ya no nos tocó la etapa de las discográficas, sino la era digital; sin embargo, lo que tenemos nos lo ganamos a punta de guitarrazos en el escenario y con eso me refiero al público”, termina el vocalista de Enjambre; “lo mejor es poner en otro lado la idea del rockstar y poner al frente la idea de presentarse y ganarse un público. Y si no se gana un público, que tengan la satisfacción de estar trabajando con gente profesional y estar haciendo lo que nos gusta. Enjambre tiene un público que se identifica con nuestra música y de igual manera, exhortamos a la gente a rescatar a esas bandas que pueden ser muy buenas y que pueden quedar en el olvido, a que le pongan un poco de atención a lo bueno, con verdadera propuesta”. Con este mensaje hacia la nueva música hecha en México, Enjambre se despide, a la espera de un concierto por estos días en el Auditorio Nacional. Sus pruebas han sido ampliamente superadas.
Entrevista: Nizarindani Sopeña / Redacción: Michel Loeza