Festival Picnic: un regalo desde Costa Rica

Su primera edición fue en 2014 y nació como un evento conceptual para 2 mil personas que, desde entonces, pondera la experiencia para los visitantes, dándoles música, gastronomía, vinculación con la naturaleza y un mercado de artesanías. El Festival Picnic en Costa Rica celebró su edición 2023 en el Centro de Eventos Pedregal, en Heredia, con una asistencia de 60 mil personas, extendiéndose a dos fines de semana, lo que consuma la estrategia del turismo de entretenimiento que enarbola este llamado “proyecto-país”.

Se ha convertido en un proyecto único en Centroamérica, con potencial de seguir creciendo, y por eso hemos activado la estrategia de invitar a la gente a que viaje y que también conozca el país”

Adrián Gutiérrez

Crear una experiencia diferente

Adrián Gutiérrez, director y uno de los fundadores del festival, relata cómo ha sido este desarrollo:

“Al inicio, en el primer recinto donde lo hicimos, había zacate, palmeras y vegetación de esa índole, que se prestaba mucho al concepto que queríamos y hemos mantenido: generar una estancia donde la gente pudiera compartir con artesanos locales y consumir la gastronomía de la localidad. En lo artístico, nos enfocamos en talento nacional y sólo trajimos un DJ internacional para el cierre; fuimos en contra de lo que la gente estaba pidiendo en la fiesta, porque queríamos algo diferente, multigénero y que la gente probara la experiencia”.

“Tengo que decir que no nos fue bien al principio y pensé que no lo volvería a hacer, pero la retroalimentación de los asistentes fue muy positivo. Me aferré y decidimos darle un twist para el segundo año: mantener las bandas nacionales, el mercado, la comida y traer un artista de peso, que fue Carlos Vives. Para no perder la identidad, nombramos Picnic Edición Latina al evento y pasamos de 2 mil a 8 mil asistentes, lo que nos dio la pauta para amar el siguiente, donde tuvimos otra vez a Carlos Vives, más Wisin y Fonseca, las bandas nacionales y dos DJ internacionales, con dos escenarios. Desde entonces, ésta ha sido la tónica”.

Con la fortuna de haber podido realizar el festival en febrero de 2020, justo antes del encierro por pandemia, para 2021 se tomó la decisión de apostar por realizarlo en dos fines de semana, lo que trajo como resultado el formato que se tuvo en 2022 y que alcanzó la asistencia de 60 mil personas, marcando el parámetro para lo que sigue: “Se ha convertido en un proyecto único en Centroamérica, con potencial de seguir creciendo, y por eso hemos activado la estrategia de invitar a la gente a que viaje y que también conozca el país, visite la playa y los volcanes y luego vuelva el fin de semana para otro día del Festival Picnic con talento local e internacional. Eso está gustando mucho”.

“Somos un grupo pequeño y hemos logrado hacer un proyecto relevante del que todos se van impresionados, quieren volver y participar. Se ha vuelto un evento que reta a nuestra Industria de la Música y el Espectáculo en la región. Técnicamente, Costa Rica tiene personal bien capacitado, porque son gente que es parte de crews con artistas internacionales que están en gira por el mundo constantemente, van aprendiendo por todo el mundo y traen su talento a Picnic. Las empresas que tienen los inventarios más completos y actualizados del país están aquí, como Mega Escenario, Audiotech y RCPV, para poder cubrir los cincos escenarios que tenemos ahora: dos principales y los demás secundarios. Se complementaron los riders para el tema de consolas con compañías internacionales como Blessure de Guatemala y Audio Performance SAS, de Colombia (para in ears y equipos de radiofrecuencia)”.

“Todos debemos trabajar de la mano. Generamos alrededor de 2,400 empleos por fin de semana y hemos logrado colaborar con la comunidad, haciéndoles partícipe de cómo realizamos nuestras estrategias para cuidar la movilidad, los impuestos que pagamos y cómo se distribuyen estos en el municipio, cosas así para dar esa visibilidad a la gente de lo que está pasando y lo que puede crecer”, valora Adrián.

Tuvimos que correr mucho con los tiempos, fue una logística complicada y lo que ayudó fue tener equipos técnicos por área para tener homogeneidad en los cinco escenarios”

Federico Moren “Mimo”

El suficiente equipo humano es la diferencia

Por su parte, Miguel Gómez, director de producción y desarrollo de contenido audiovisual, junto a Federico Moren “Mimo”, jefe de producción técnica, han visto evolucionar el Festival Picnic, al que cariñosamente llaman “monstruito”, y relatan cómo se han edificado los ejes de su labor para contribuir en ello: “La idea de los directores es iniciar el montaje lo más anticipado que se pueda, pero tuvimos que mover fechas e ir entrando escalonadamente, porque había aún eventos en el foro y necesitábamos construir desde áreas de experiencia VIP, más los cinco escenarios y zonas de activaciones”, va describiendo Federico y continúa: “Tuvimos que correr mucho con los tiempos, fue una logística complicada y lo que ayudó fue tener equipos técnicos por área para tener homogeneidad en los cinco escenarios, desde su diseño hasta su operación”.

“El escenario principal fue doble, uno pegado a la par del otro -de 17 por 7 metros- para tener un back to back, mientras que el segundo tuvo 19 metros de boca, ¡nada pequeño! El despliegue de equipo fue inmenso: sólo en LEDs eran casi 700 metros, más pantallas internas, laterales y la del centro; alrededor de 600 luces en escenarios; más de 200 risers… por eso tuvimos que completar trayendo equipo de Guatemala y Colombia (RF, micrófonos y cuatro consolas), pero todo lo demás fue con empresas locales. En el escenario principal tuvimos 64 cajas Leopard de Meyer Sound más 36 subs y 16 MILO como frontfill y sidefill. A nivel de equipos, en Costa Rica estamos muy bien, las compañías tienen lo que se pide en riders. En la iluminación se jugó con varios diseños, uno por escenario, y para el principal Kenry Solano trabajó dos, para usar uno distinto cada fin de semana”.

Un festival que llega a todos lados

El énfasis que Picnic da a la experiencia que vive el público se cierra con los contenidos visuales que se usan y transmiten en toda la narrativa previa, durante y después del evento. Miguel expone cómo se va construyendo esto: “Todo parte del núcleo creativo que hay en Picnic y que cuida mucho todas las aristas de lo que se habla y la manera en que se quiere mostrar. Este año la evolución de eso fue poner la idea de Costa Rica como destino a propósito del festival para generar los principales insights y tener una conceptualización para lograr conectar y emocionar a la gente y a los artistas. Es el desafío de comunicación”.

“Eso se combina con usar equipo top y celulares para atender la cercanía, la inmediatez y el impacto, y también la parte más narrativa con cámaras Alexa Mini LF -lo último para cine-, Phantom para ciertos momentos y tener 1,000 o 2,000 cuadros por segundo, cámaras Sony digitales de distintas gamas. Hasta una Super 8 hemos metido para dar ese toque vintage con los artistas; eso es lo que ha dado una personalidad al festival. El trabajo narrativo es de corte comercial y el rango de cobertura que hemos logrado nos deja hacer contenidos para momentos de clímax, aftermovie o ciertas texturas y facturas visuales. El artista lo aprecia porque sabe que estamos cuidando su imagen”.

“Hay una experiencia visual en todo el festival desde las tarimas, se cuida todo porque debe traducirse visualmente y debe lucir lindo. Algo que también ha sumado en ese sentido es convocar a artistas visuales locales de gran sensibilidad, con quienes nos apoyamos en foto y videografía. Hemos aprendido a dosificar la salida de los contenidos, sobre todo para redes sociales, que sigue siendo un gran reto, pero también hemos creado materiales de memorabilia, como una revista interna donde ponemos mucho material visual”.

“Picnic es el ejemplo de lo que es la cultura del festival. La gente está muy entendida y comprende la diversión y potencia de eso; es el proyecto que hemos soñado y ha sido muy bonito construir toda esta comunicación y afinidad con su público”, menciona Miguel.

Para 2024 se avista un plan más agresivo que incluye trabajar con una empresa mexicana para seguir innovando y creciendo el Festival Picnic en diversos ámbitos, como comparte expectante Adrián: “Lo que sigue es consolidar armar esos paquetes regionales con un banco que nos permita combinar esta experiencia de concierto-turismo a la que ya también estamos convocando al Instituto Costarricense de Turismo. Por eso lo llamamos proyecto-país, porque mantenemos la esencia de dar un lugar a lo local, desde músicos hasta emprendedores, artesanos, artistas de diseño y artes gráficas. Nuestra meta es lograr convocar a 40 mil personas por día”.

Hay una experiencia visual en todo el festival desde las tarimas, se cuida todo porque debe traducirse visualmente y debe lucir lindo”

Miguel Gómez

Entrevistas: Nizarindani Sopeña / Redacción: Marisol Pacheco