El TEC de Monterrey y su debut en la producción operística

“La Mare dels Peixos” es una ópera en tres actos basada en un cuento tradicional valenciano escrito por Enric Valor, con música de Jorge Sastre y Roger Dannenberg, que vio la luz en 2016. El año pasado, los coordinadores de la carrera en Producción Musical Digital (IMI) del Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey (TEC), Diana Urquiza y Mijael Gutiérrez, supieron de ésta y, dada su singularidad en temática y el uso de recursos tecnológicos para su producción, la tomaron como el proyecto de acreditación del Semestre I de la carrera, donde los alumnos deben materializar una propuesta real de producción.

El resultado no sólo significó el debut de la institución en la producción de una ópera, sino que también delimitó un exitoso modelo de sinergia entre dependencias públicas y privadas, en el que intervinieron el Centro Nacional de las Artes (CNA), con alumnos y personal de la Escuela Superior de Música, la Escuela Nacional de Pintura, Escultura y Grabado La Esmeralda, la Escuela Nacional de Danza Clásica y Contemporánea y el Centro Multimedia, además de la Orquesta Sinfónica Infantil de Ciudad Nezahualcóyotl. La presentación se hizo en el Teatro de las Artes del CNA, en el marco del aniversario número 25 de la Feria Internacional del Libro Infantil y Juvenil (FILIJ). A continuación, los detalles e involucrados en el proceso que llevó a buen puerto esta historia.

Del aula al escenario

Los factores relevantes para considerar el montaje fueron: el uso del lenguaje valenciano plasmado en los diálogos, la primicia de presentarla fuera de su región de forma profesional y los elementos tecnológicos, como el videomapping, para su realización, lo que en conjunto permitió corroborar la pedagogía de aprendizaje del TEC, que busca enfrentar a sus educandos a situaciones reales. Así lo puntualiza Mijael: 

“Fue la primera producción de ópera hecha por el TEC. Independientemente de la labor que suele hacer el Departamento de Difusión Cultural, fueron los alumnos de IMI del primer semestre, donde abordan temas de gestión de eventos culturales y negocios de la industria, los que asumieron el reto, cubriendo aspectos de ingeniería en la producción —diseño sonoro con audio grabado y en tiempo real además del videomapping—, y añadir valor social con la participación de los niños de la Orquesta Sinfónica Infantil de Ciudad Neza, quienes fueron los encargados de manipular el sonido en tiempo real; una forma de involucrarlos con las nuevas tecnologías y sumar a la visión de motivarlos para que sigan en el arte. Por otro lado, también se logró una producción compartida con el CNA y sus escuelas, estableciendo una relación directa para que se conjuntaran en un mismo proyecto y participaran sus alumnos. Por eso el montaje estuvo listo bastante rápido, en dos o tres meses”.

Sobre esto último, Diana complementa lo dicho por su colega: “De lo que se trató fue de la gestión del proyecto completo: hacer presupuestos, coordinar logística, definir el diseño audiovisual y escenográfico, buscar patrocinadores, gente que se quisiera sumar y organizaciones. Formalmente hacer un proyecto artístico sin pedir presupuesto público”.

“Esto también surge de la necesidad que vemos tiene la industria del espectáculo de brindar experiencias y que nosotros podamos entonces darle al alumno un desafío lo más cercano a la vida profesional. Parte del modelo educativo está orientado a eso, así que es óptimo que realicen una producción. Hace un año, uno de los compositores me habló del proyecto y cómo usaban el software para el sonido en tiempo real. Ese factor de tecnología es algo muy cercano a lo que es la carrera y por eso nos interesó. El mensaje es que el arte y la tecnología son para todos e involucra a todos”.

Cimiento sólido, la preproducción

Ana Aguilar, quien tuvo a cargo la producción general, describe los pasos de la fase previa al montaje, donde los catorce alumnos del Semestre I mutaron de estudiantes a profesionales:

“Nos coordinamos y dividimos en departamentos: vestuario, mapping, iluminación, audio, coordinación artística y demás, y nos dejamos guiar por Juan José Tagle —director escénico—, quien montó todo, y ya lo demás lo atendimos en los ensayos y en la función desde el backstage”.

“Empezamos con las audiciones y la selección; de ahí nos juntamos en TEC Campus Santa Fe y CDMX para resolver temas y cuestiones de programación, que se hizo con la plataforma TouchDesign para el mapping, además de la grabación de todos los foleys para sonidos de fondo que fortalecieron lo hecho por la orquesta y lograron que el proyecto fuera multimedia”.

“También se grabó al narrador, y en ello nos ayudó mucho uno de los compositores para que tuviera buena pronunciación y fuera entendido por todos. Lo otro fue entrenar a los niños en el software Soundcool —sistema para la creación musical, sonora y audiovisual colaborativa— que manipularon desde iPad, lo que nos obligó a ser más sensibles con los procesos de enseñanza con ellos”.

El concepto escénico 

Con experiencia en el ámbito teatral público (Centro Cultural del Bosque, UNAM) y privado, Juan José Tagle define, por su parte, el sello de su trabajo en esta ocasión como director de escena: “En este caso, el contexto remite a un pueblo pesquero, así que me imaginé que toda la escenografía fuera un puerto con su muelle olvidado de alguna ciudad del mundo; un pueblo que podía ubicarse en Latinoamérica o un país hispano. De ahí partió todo. Teníamos el agua como elemento importante y tenía que ver con el pueblo pesquero y los navegantes; luego destacar también la parte de la guerra y, algo muy arraigado en Occidente, sobre cómo los pueblos donde había agua dieron paso a grandes civilizaciones. Ya que el cuento tiene sus raíces en la historia medieval, quisimos dar esta correlación con los elementos agua, tierra, fuego, éste último evidente en el dragón del segundo acto. En esencia, el muelle fue la parte básica”.

Entendido de las maneras y prácticas de la producción teatral, Juan José Tagle quedó gratamente sorprendido del resultado obtenido por esta compañía:

“Nunca había trabajado con estudiantes y esta sinergia de todos los alumnos y cómo se comprometieron ante un proyecto profesional no me había pasado, sabiendo las exigencias que el medio tiene. No fue un proyecto escolar, estaba en el marco de las celebraciones del 25 aniversario de la Feria Internacional del Libro Infantil y Juvenil y eso no era cualquier cosa. Teníamos esa responsabilidad como parte de la relación bilateral entre una institución privada como el TEC, que además nunca había producido una ópera, y el CNA, una de las instituciones más importantes de nuestro país que se dedica a la pedagogía de las artes”.

“Fue muy bueno cómo encontraron sinergias para hacerlo. Ese fue el gran reto del proyecto y resultó un éxito. Yo les di a todos trato a nivel profesional y correspondieron. La diferencia entre el estudiante y el pro es que, mientras el primero pregunta cómo resolver algo, el segundo lo resuelve. Y así pasó, en ese nivel estaban”.

Aspectos como sacar ventaja del equipamiento de audio Meyer Sound ya instalado en el teatro, plantear un diseño de iluminación protagonista que ayudara a resaltar el vestuario (luminarias en interacción con lásers), y lograr el patrocinio para proyectores y computadoras donde se corrió el TouchDesign para programación, dieron también sello al trabajo de producción de “La Mare dels Peixos”.

Cambiar el espectáculo

Con la petición de repetir la alianza este año y estandarizar que los espectáculos apliquen tecnología, el objetivo del TEC se va cumpliendo:

“Hoy tienen ya un portafolio que va más allá del aula. Es muy satisfactorio ver lo que se logró y me siento agradecida con la gente del CNA y todas las marcas y personas que se sumaron. Ya queremos empezar el que viene”, afirma Diana; y Mijael añade: “Es una experiencia interesante del modelo educativo llamado proyecto TEC 21, que tiene que ver con la experiencia. La implementamos desde el inicio y ahora vemos la magnitud que puede alcanzar y queremos más”.

Para Ana ya marcó un antes y después: “Esto es lo que quiero hacer. Aprendí de todos. Fue una experiencia muy buena que me ha enseñado a ser humilde, amable y atenta; no se trata sólo de la producción, sino de dar también lo mejor de ti como persona”.

Están en el camino y lo celebramos.

Entrevistas: Nizarindani Sopeña / Redacción: Marisol Pacheco

 

Ópera La Mare dels Peixos

Teatro de las Artes del Centro Nacional de las Artes

Compositores: Jorge Sastre y Roger Dannenberg

Orquesta Sinfónica de la Escuela Superior de Música

Cantoría de Niños de la Escuela Superior de Música

Director de escena: Juan José Tagle

Productora ejecutiva: Diana Urquiza

Productora ejecutivo: Mijael Gutiérrez

Coordinador de gestión musical: Alfonso Meave

Coordinador de diseño sonoro/visual: Mauro Herrera

Coordinador de ingeniería: Abel Villanueva

Asesora legal artística: Tamara Guadarrama

Asistente de dirección/floor manager: Alexis Aguilera

Stage manager/comunicación general: Omar Ramírez

Producción general: Ana Aguilar, Omar Ramírez

Producción: Brenda Castellanos, Gerardo Berumen

Coordinación de vestuario: Ana Aguilar, Deborah Morales, Martín López

Coordinación de iluminación: Arturo Anaya. Asistentes: Omar Ramírez y Julio Bernárdez

Coordinación de gestión musical: Ana Aguilar. Asistentes: Óscar Martínez y Martín López

Coordinación de mapping: Brenda Castellanos. Asistente: Diego Prazmowski

Coordinación de diseño sonoro: Gerardo Berumen. Asistente: Julio Bernárdez

Coordinación de escenografía: Fernanda Rodríguez y Arturo Anaya. Asistente: Omar Ramírez

Instructura en formación para sonoridad en la ópera: Fernanda Rodríguez. Asistentes: Martín López y Gerardo Berumen