El submundo detrás de los escenarios con sus habitantes y sus apariciones fugaces sobre los entarimados, responsables de los rituales internos que albergan los shows, había permanecido en las sombras hasta ahora. En 2018 llega Rock Staff a las salas de proyección nacionales. Este interesante documental plasma las vidas de los señores del backstage con un punto de vista humano y humorístico.
Una especie extraordinaria
El creador de Rock Staff es Leonardo Orozco, más conocido en el medio como “Palomo”, experimentado roadie, quien en nuestra charla nos narra con pasión su experiencia profesional y su paso de los foros de conciertos, al uso de las cámaras y las salas de edición: “Este proyecto nació en 2007 y es la historia de los staff, roadies, o llamados “jalacables”, que viajan con los grupos para ayudarles con las cuestiones técnicas. Somos a los que les mientan la madre mientras se hacen los cambios de set, les avientan monedas o que duermen abajo del escenario (risas). A la vez acompañamos a los músicos de una manera más íntima. Esta vida que afortunadamente me tocó vivir, es increíble, y es asombrosa la cantidad de lugares en los que te puede poner un instrumento, tomando el hecho de que ni siquiera somos músicos. En Rock Staff, lo que van a conocer es la vida de las personas que se dedican a esto hace veinte o treinta años y las historias de cómo se convierten en nanas, choferes, personal managers, personal de seguridad y de todo. El músico requiere de muchas cosas y a veces no hay quien cubra esas necesidades. Nosotros terminamos haciéndolo”.
Antecedentes
Palomo narra sus inicios: “Yo empecé en 1999 de una manera un poco accidentada. Trabajaba en un restaurant de pollo frito y un primo que en ese entonces tocaba en una banda llegó y me dijo que cuatro grupos de Guadalajara se irían a una gira de doce fechas en un camión, la cual iba a terminar en Nogales. Me invitó a trabajar con ellos. Yo no tenía la menor idea de cómo armar una batería, pero siempre la música me había gustado, así que accedí. Una de las bandas que viajaba era Plástiko. En el camión me tocó compartir asiento con Chicho, el baterista, y me encontré con que iba en calzones y con un casco puesto. Fue un viaje de ocho horas. En el viaje íbamos platicando y me iba preguntando quién era yo y que hacía, y me dijo que necesitaba un roadie de batería. Como yo no trabajaba con nadie, regresando de la gira comencé a trabajar con esta banda y me quedé ocho años con ellos, siendo una gran escuela para mí. En ese tiempo, derivado de mi labor con ellos, trabajé con muchas otras bandas como Genitallica, Clan of Xymox y Belanova. Después empecé a girar con Sussie 4, que para mí fue dar un paso más. Posteriormente giré alrededor de cuatro años con Los Amigos Invisibles, lo que me dio la oportunidad de viajar mucho. Durante todo este proceso de crecimiento laboral comencé a grabar video con Plástiko, con mi teléfono, una handycam y lo que tenía a la mano en ese entonces. Tanto el proceso del documental como el de mi vida personal y laboral han ido muy a la par, y de alguna manera refleja cómo hemos crecido muchos de los que hemos trabajado en esto hace casi veinte años”.
“Cuando empecé a hacer producción con Plástiko” menciona Palomo, “les sugerí empezar a grabar sus shows. Al terminar, veíamos el video ya en el hotel o en la camioneta, y esto generaba una retroalimentación, ya que todos podían ver sus errores y corregirlos. De este modo, yo empecé a grabar en todos lados, todo lo que se podía. De repente me di cuenta de que tenía muchísimo material acumulado en cassettes. Al principio pensé en hacer un documental enfocado a Plástiko, y después tuve otras tres cámaras, así que empecé a tener más imágenes que plasmaban todo el trabajo interno, con la cámara colgada en el pecho, y grabando lo que sucedía ahí arriba, en los cambios de set de una banda y otra. Cuando empecé a llevarme a un camarógrafo, un fotógrafo y alguien de audio, pensé que esto podría ir en serio y así surgió la idea del documental. Pensé en el nombre, la imagen y se fueron sumando desde el editor, gente que sabía de documentales y de cine, hasta llegar a ser un crew de alrededor de diez personas. Así comenzamos a grabar entrevistas con los músicos y con la misma gente que fueron mis maestros y mentores”.
La música
Como éste es un documental realizado en el medio de la producción, era obvia la importancia de la banda sonora musical. Palomo cuenta: “Este trabajo se nutrió mucho con la música. Poco a poco se fueron sumando amigos que me fueron regalando piezas. Frankie Mares (Troker) y “Chemín” Santillanes (Fanko), me grabaron segmentos de batería y de trompeta, respectivamente, lo cual está increíble, porque no hay un track exactamente igual, ya que son tracks exclusivos. David Velasco (vocalista de Porter), me regaló una pieza llamada “Silvia”. Los Becker me dieron la autorización de uso de todo un disco (Andes, sin voz), que es la entrada y la salida del documental. Así, otros músicos como Javo Muñoz (Odín Parada, Baltazar), “Picho” Torres (Sussie 4), y Fer Huerta (Porter) aportaron también loops e intervenciones. Diego Cruz fue el encargado de hacer el diseño sonoro, encajó todas estas piezas y además terminó metiendo cosas de su propio proyecto solista. El tema principal (La vida es llena de cables), es de El Señor Coconut, y es un cover de Los Samplers, una banda chilena de los setentas, muy similar a la original, y que encajaba perfecto con la vida de los jalacables. Al final, tuvimos el contacto con los estudios SoundTube de Guadalajara, que son los únicos en Jalisco que tienen la certificación Dolby. Los hermanos Andrés y Juan Pablo Huerta, junto con Diego Cruz, metieron mano y lo dejaron increíble. Así fue como terminamos el proyecto”.
Rock Staff on the road
“Ahora que está terminado, lo que queda es lograr proyecciones en algunos puntos del país”, señala Palomo; “he estado metiéndolo a consideración en numerosos festivales, aunque el parteaguas viene a partir de la proyección que tendremos en el Museo del Chopo el próximo 30 de enero. Para mí es importante esta exhibición para que lo vea el público de la Ciudad de México. Estamos buscando proyección en Guadalajara, Monterrey, Oaxaca y Chiapas. Estamos tratando de diversificarlo y también buscar proyectarlo en Colombia, Perú, Brasil, Argentina y Bolivia, países en los que hay gente interesada. Además, hay gente de Europa que sigue la página”.
“Palomo” finaliza mencionándonos las expectativas acerca de Rock Staff: “Además de la proyección en el Museo del Chopo el próximo 31 de enero de 2018 a las siete de la noche, con entrada gratuita, seguimos buscando distribuidoras y festivales. Mi intención es que el documental se vea en la mayor cantidad de pantallas y plataformas. Sabemos que es complicado, pero nos encantaría que una cadena comercial la proyectara”.
En www.facebook.com/rockstaffoficial, pueden encontrar toda la información de la exhibición de este documental, que narra los ires y venires de esa especie extraordinaria que son nuestros queridos jalacables. ¡Búsquenla!