El caso de Jorge Siddhartha es un ejemplo de versatilidad y de perseverancia en el mundo del Indie Pop, donde ha gestado una trayectoria envidiable que incluye highlights como su inclusión en la nominación al Latin Grammy. Ha tenido placements de sus temas en películas como Bajo la Sal. Sus videos están entre los tops de canales como Telehit, Exa TV y MTV. Sus dos producciones anteriores, Náufrago y Why you? lo han llevado a girar por numerosos foros y festivales dentro y fuera del país. También destaca su papel como productor de proyectos como Technicolor Fabrics, Caloncho y Pambo. En este 2014, nos entrega su consolidación con su tercer álbum, El Vuelo del Pez.
Han sucedido muchas cosas desde su papel como baterista de ZOÉ, y Jorge nos narra el proceso por el cual pasó para convertirse en solista, al conversar con él de manera casual en una popular paletería cercana a su cuarto de ensayo: “Ha habido un cambio abismal en un periodo de tiempo corto, cuando empecé a producir mis primeros demos, los cuales realicé en una consola de 4 canales y en 2 caseteras, en forma muy artesanal y low-fi. Después empecé a maquetear con una multitrack de minidisc de 4 canales con la cual experimenté mi primera incursión a la grabación solista. Toda esta etapa me generó un aprendizaje para usar los recursos actuales y maximizar mi aprovechamiento de la tecnología, cuando empecé a usar una Mac con MIDI. Mis primeras dos producciones fueron concebidas, maquetadas y realizadas en un home studio por mí mismo, cuando carecía de una banda que me respaldara en las grabaciones”.
La producción de El Vuelo del Pez se logró después de una interesante travesía por varias locaciones en las que se combinó la labor creativa y de producción: “El primer paso para elegir los estudios y locaciones para la grabación de este disco fue rediseñar el esquema de los anteriores, en los que las maquetas se reinterpretaban en el estudio, lo cual se llevaba mucho tiempo, además de que se perdían momentos mágicos que no se recreaban como yo quería. Adoptando una diferente dinámica, hice un scouting para buscar un lugar en el que los factores creatividad y grabación se conjugaran de manera satisfactoria. Para esto preparé una infraestructura móvil: renté equipo para transportarlo a las locaciones en donde crear y grabar con calidad. Alquilamos una consola análoga, preamps, microfonía y todo el equipo que se pudiera haber utilizado en un estudio profesional. Localicé una hacienda en Michoacán, a la que me trasladé con mi banda, y que cumplía con todas las características y ambientes. Había aposentos con techos muy altos y varias bóvedas de madera con excelente acústica. Si queríamos grabar en un ambiente muy seco, o muy “reverberado”, contábamos con él. Aproximadamente el 50 por ciento de lo que escucha en El Vuelo del Pez son ejecuciones definitivas que se realizaron en la hacienda. Te puedo decir que, por ejemplo, todas las baterías, las cuales fueron interpretadas en un 50/50 por mí y por mi baterista, quedaron en la mezcla final”.
“Terminando las sesiones en la hacienda, regresé a Guadalajara e ingresé al estudio Suite 21, de Sebastián Castillo (Becker), en donde se grabaron casi la totalidad de las guitarras y algunos bajos. Tomando en cuenta que el dueño del estudio es un guitarrista, pudimos contar con un gran arsenal de instrumentos, además de la experiencia y asesoría de Sebastián como productor y músico”.
“Posteriormente, y después de grabar algunas cosas menores en mi casa, me fui yo solo a una cabaña a Hacienda la Herradura con el fin de componer letras y grabar voces en una cabina provisional. Finalmente, con todo el material, entramos a REMI Estudios, de Aldo Muñoz, a realizar la postproducción, mezcla y masterización”.
Aldo Muñoz, quien es el coproductor de El Vuelo del Pez (al igual que en las dos producciones anteriores de Siddhartha), tiene una sólida carrera en la escena de Guadalajara, lidereando a la popular banda Los Contras, en los años ochenta y noventa, y como guitarrista de Azul Violeta durante un período. Es uno de los productores tapatíos más activos de la prolífica Perla de Occidente. Aldo nos relata un poco de esa trayectoria: “Soy el propietario de REMI Estudios, el cual inició operaciones en el 2000, con un portastudio Tascam de cassette. Con el tiempo evolucionamos a digital, hasta que aparecieron las computadoras. Con Siddhartha he trabajado en sus tres producciones y en el caso de El Vuelo del Pez, me encargo de la coproducción, mezcla y masterización, así como de hacer algo de las guitarras y teclados. Yo recibí las sesiones grabadas en un 90 por ciento, resultado que valoramos en postproducción, manipulándolas, agregando y quitando cosas, hasta finalmente llegar a la mezcla y master”.
Siddhartha retoma la palabra para describir el resultado final de esta producción: “Este es el disco más orgánico que he hecho. En las otras dos producciones, el software fue más utilitario.En este caso, por ejemplo, ningún teclado fue virtual, todos fueron naturalmente tocados, sin MIDI, a la antigua. Al igual se intentó que todo el material fuese ejecutado con las tomas más relajadas, y reducir al mínimo el trabajo de edición. Con respecto a lo musical, percibo que todos los tracks tienen una personalidad diferente. El sencillo (“El Aire”), el cual tiene una base electrónica muy evidente, no es necesariamente la cara que da imagen a todo el disco. En el resto de las canciones, la guitarra es la que lleva la canción, aunque hay un par de canciones en donde no hay un instrumento protagonista”. Y, con respecto a su relación con la tecnología, comentó para cerrar esta narración: “Honestamente, puedo decir que si no fuera por la tecnología como la conocemos hoy en día, yo no podría haber sido solista”.