Potrillo dorado. Alejandro Fernández es el cantante que llevó nuestra música folclórica del palenque de gallos al Palacio de Congresos en Madrid. Nadie como él ha roto la barrera entre el mariachi y el pop. Su primer disco de 1992 llegó al segundo lugar de la popular lista Billboard y desde entonces, el jalisciense ha orientado su carrera a otros géneros, alternando el traje de charro con la camisa de la balada y el saco de crooner.
Una cascada de luz. A 21 años de comenzada su carrera musical, el hijo predilecto de Guadalajara sigue reinventándose. Confidencias, su nuevo álbum, fue presentado en el Auditorio Telmex de la Perla Tapatía, durante el XX Encuentro Internacional del Mariachi y la Charrería. Con invitados como Alejandro Sanz y acompañados por nueve músicos, tres coristas, un staff de primera y la magia de la tecnología, el hijo menor de Vicente Fernández conjuró la noche más romántica de su vida en el Auditorio Telmex de Guadalajara.
“Nuestra labor ha sido darle figura”
Sin duda, la carrera de Alejandro ha ido creciendo y cambiando. Al manejar dos estilos musicales, se ha colocado en el gusto de la gente de habla hispana. Tanto en América como en Europa, la empresa Procolor tiene varios años prestándole todos los servicios de producción.
“Procolor es una compañía que iniciamos hace 20 años, cuando el rock en español hizo explosión en México”; hace historia su fundador Javier Barba. “Como parte del movimiento, nos fuimos posicionando en la renta de equipos para conciertos. A partir de ahí hemos trabajado con artistas de todos los géneros musicales que nos han dado su confianza y así hemos llevado a nuestros equipos a trabajar por todo el mundo”.
Una compañía amigable y humana. “Damos un servicio cálido”, garantiza Javier; “algunos miembros del personal que trabaja con nosotros lleva 18 años en Procolor. Eso habla de que los artistas se sienten familiarizados y buscan regresar”.
A gran nivel. “Para Alejandro Fernández quisimos hacer una producción que lo representara como un artista heredero de la mexicanidad; porque el mismo público lo toma así”, considera el tapatío; “para engrandecer su carrera, cada gira hemos tratado de subir un escalón”. Alejandro está entre los diez artistas latinos más importantes. “Gracias a eso y como responsables de los temas técnicos, queremos que el espectáculo que lleva por todos lados esté a la altura de esos primeros lugares de habla hispana y con cosas nuevas”, finaliza Javier Barba. “Esta gira tiene temas que a la gente le han revivido momentos muy especiales. Muchos jóvenes han recibido muy bien el disco y todos hablan de él”.
Fácil trasportación: 240 en un espacio de 50
Entró a trabajar a Procolor hace dos décadas, primero en producciones muy pequeñas, pero con su esfuerzo, Miguel Ángel González llegó a ser el jefe de iluminación en 1997 y así sigue hasta la fecha. Su labor, “es tener el equipo al cien por ciento en bodega y por lo tanto en el evento”, relata; “montarlo en tiempo y forma. Estar al pendiente cuando hay alguna falla y repararla lo más rápido posible”.
La preproducción. “Tiene un año, desde que empezaron los diseños y se mandaron fabricar equipos que nada más nosotros contamos con él”, apunta, “pantallas, sistemas de rieles y trusses. Esto tiene planeándose cerca de un año y antes de montar en el Auditorio Telmex ensayamos 40 días”.
Señal desde la consola ChamSys. “Esta vez manejamos un sistema por vía AB Net y nosotros convertimos la señal a DMX; utilizamos 18 líneas en total, de las cuales dos son para los servidores de video y las otras 16 para iluminación”.
La compañía checa fabricante de equipos de iluminación Robe fue la elegida para esta imponente producción en el Auditorio Telmex: “Aparte de su luminosidad, el brillo que entrega y lo amigable que es trabajar con protocolos DMX y protocolos de AB Net”, resume Miguel Ángel González; “me gustó mucho lo liviano del equipo, porque entrega mejores resultados”. A destacar es el hecho de que el distribuidor de la marca lumínica en México es Vari Internacional, y José Alberto García estuvo al pendiente de la buena marcha del montaje y el show mismo.
“Solamente dos minutos
tomó convencerme”
Universo electrónico. El diseñador de iluminación Alain Corthout nació en Bélgica. En 1990 se incorporó a la industria del espectáculo como operador de lámparas robóticas para Vari-Lite. Con el tiempo entró en contacto con algunos diseñadores, en especial Ignace D`Haese, con quién trabajó como free lance durante siete años. Su buen desempeño lo llevó a colaborar con grupos populares en su país, sobre todo durante la explosión de la música electrónica a fines de los años noventa. Paulatinamente, la importancia de sus clientes electro-dance fue subiendo hasta desbordar el estilo, lo que se reflejó en 1997, cuando su socio Ignace hizo los planos de iluminación para el tour Más, taquillazo de Alejandro Sanz. Así, Alan fue invitado a programar y asesorar durante los ensayos en Bélgica al operador de la gira.
Alejandro Sanz sería su primer contacto con la música latina. Años después, la oficina del español lo convocaría de nuevo. El trabajo de Alan Corthout no pasó desapercibido e inmediatamente fue requerido para hacer sus luminosos diseños en los conciertos de Miguel Bosé, Juanes y finalmente Juan Luis Guerra.
Con suficiente espacio. “La producción de Alejandro Fernández me llamó hace casi un año”, recuerda Alain; “de modo que tuvimos mucho tiempo para prepararlo todo. Y quedó muy bien. La primera idea fue hacer un show con menos iluminación y más video, pero durante la planeación, uno de los operadores se fue, así que me dijeron que haríamos algo distinto”.
Nuevo concepto. “Yo les dije que usáramos más luces y menos video”, Alan profundiza; “debido a la emoción. La música de Alejandro Fernández es muy dramática. Tan emocional, que pensé que sería mejor aplicar iluminación, más que pantallas y video. Nuestros videos eran muy básicos al inicio porque sólo queríamos una pantalla al fondo del escenario, pero después decidimos que hubiera otras dos al frente”, razona el diseñador; “para usarlas en los grandes conciertos, dejando una pantalla IMAX arriba del escenario. Y resultó”.
Visuales únicos. “Empezamos a trabajar en las ideas que incluían más iluminación y definitivamente queríamos tener mucho control del movimiento”, detalla Alain; “así podríamos hacer más cosas sólo con algunos washes y motores. Fue cuando creamos estas estructuras móviles personalizadas para sostener las luminarias. Fueron construidas especialmente para Alejandro”.
Nada a la suerte. Como tuvimos tanto tiempo de anticipación, construimos y adaptamos las estructuras”, admite Alain Corthout; “nos llevó semanas terminarlas, probarlas y ponerlas realmente a funcionar. Trabajan muy bien; es algo nuevo que no existía”.
Materializar los planos. “Estuvimos diseñando con el software Autocad y para la visualización usamos el programa Capture. Me gusta el resultado con él, creo que es muy realista”.
Pidió 240 luminarias Robe. “Cuando empezamos a diseñar el show, un buen amigo de Robe en Bélgica me llamó. Aquella era la semana en que teníamos que decidir qué elementos serían y me dijo: tienes que ver las Pointe. Las llevó y fue fantástico. Tienen un zoom muy bueno, de manera que deja de ser un beam y se convierte en spot, por lo que podemos hacer mucho”, dispara Alain. “Es muy ligera y su relación valor-precio es muy buena. Le dije a mi amigo que las necesitábamos en tres meses y estaba tan convencido, que sólo dijo: `perfecto, lo haremos”.
La cantidad de dispositivos Robe ocupaba 80 por ciento en ese momento. “Sólo nos quedaban las laterales, y el distribuidor de la marca en Bélgica nos sugirió probar los spots Robin MMX. Yo nunca había trabajado con ellos, así que cuando estuvimos en la Ciudad de México, la gente de Robe vino con las MMX para hacer unas pruebas. Tuve dos minutos para convencerme. De acuerdo: haremos el show con las Robin MMX”.
Procolor tuvo la última palabra. “Ellos tenían que decidir si iban también a comprar las MMX”, expone el diseñador lumínico; “porque para las compañías de renta, es difícil. Pero las Robe son brillantes. Desde que comenzamos los ensayos, prácticamente no hemos tenido problemas, sólo algunas correcciones en las Pointe; pero es un producto nuevo. Del resto, soy fan”.
Todos a favor. “Los muchachos de Procolor estuvieron de acuerdo”, se alegra Alain Corthout; “y nos fuimos cien por ciento con Robe. En algunos países europeos se está usando un poco más, pero en el Reino Unido, hay mucho equipo de la marca. En México, los shows de Alejandro Fernández serán una forma de abrirles nuevas puertas. Es un tour serio, con bastante equipo y la forma en la que las Pointe están siendo aplicadas no es convencional”, concluye Alain.
“A la gente le va a encantar”
Jorge Garrido “El Tío”, nació en Argentina. Hace 30 años era DJ cuando lo invitaron a entrar a una importante empresa española de iluminación. Así comenzó todo: trabajó en Madrid 17 años; en el Teatro de la Zarzuela y de La Villa de París. Diseñó luces para José José, Alberto Cortez y Facundo Cabral. Con Maná es asistente de Iluminación de Jesús Guevara.
Primero habla de cómo controló las luces: “Operé con una ChampSys, una consola nueva que apenas está saliendo al mercado; es buena y estable. Para el tamaño que tiene, incluye infinidad de posibilidades para trabajar con video y cámaras”. En cuanto a las luces: “Estamos usando todo de Robe, son 240 luces”, analiza; “me parece que el spot Robin MMX, que tiene lámpara 700 v, es una maravilla de luminosidad. De LEDs usamos las Robe 300, 600 y 1200, que ayudan a no consumir tanta energía”.
“Nos hemos preparado mucho para estar al cien por ciento”
La historia de Víctor Hugo Espinoza “Vikus” comenzó en el canal de televisión Canal 6 de Guadalajara. Se encargaba del programa turístico y la producción de documentales. En una ocasión, le presentó un proyecto a Maná y convencidos, Javier Barba lo invitó unirse a filas. Para esta nueva gira de El Potrillo ocuparon seis meses planeando videos. “Vino un equipo de Bélgica especialmente para hacer las imágenes”, nos muestra Víctor Hugo; “todo es inédito: no hay bancos de imágenes de nada. Son videos realizados y producidos por este equipo de personas”.
Metros de pantalla. “Instalamos atrás pantallas LED Eastar y Edslumen de 16 por 9 metros, a 12 milímetros y en alta definición. La partimos en cuatro y al frente usamos dos pantallas de 2.5 por cinco metros, móviles: hacen una pantalla o se abren, de forma que es muy interesante ver cómo se van juntando las imágenes”.
Equipo Panasonic. Trajimos cámaras P-2 y el nuevo switcher HD de la marca”, confirma Vikus, “hubo cuatro cámaras robóticas en el escenario, arriba y en las estructuras. Todas estuvieron conectadas a un servidor Arkaos, donde se hicieron las mascarillas, el mapeo para separar las imágenes y los contenidos móviles”.
Es un gran paso. “Para el show de Alejandro es totalmente diferente a lo que se había visto en años anteriores”, se despide Víctor Hugo Espinoza, “tenemos una súper calidad en toda la producción”.
Llegado el momento
Ante el delirio de 11 mil asistentes, Alejandro Fernández salió al escenario bañado por una cascada de luz. De traje oscuro y cabello relamido, abrió con una versión de Nuestro amor es así, al estilo big band en Las Vegas. La pantalla frontal se dividió en dos para dar paso a Se me va la voz, Cuando digo tu nombre, Estuve y Te voy a perder, tema que provocó desmayos.
20 millones de discos después. “Ha sido larga la espera”, dijo el artista agradeciendo; “me gusta estar en mi tierra. Estoy estrenando disco, gira y además celebrando el Encuentro Internacional del Mariachi”, antes de arrancarse con el nuevo hit: Hoy tengo ganas de ti. La locura.
Mexicanísimo. En la segunda parte del show, Alejandro se calzó el traje bravío y cautivó con sus versiones de Si tú te vas, No, Loco, Sin tantita pena y un popurrí dedicado a su padre, Vicente Fernández, el charro de Huentitán; cerrando conmovedor, al cantar ¿De qué manera te olvido?
Irrepetible. Así son las primeras noches de las giras exitosas.