Fotos: Cortesía Festival Viña del Mar, Maniobra Films y LEC.
El Festival Internacional de la Canción de Viña del Mar cumplió su edición número 64 este 2025 y, para transformar por completo su identidad visual -desde su concepto en vivo, a su transmisión televisiva y como contenido on demand-, este evento artístico y cultural referente de Latinoamérica marcó un nuevo estándar a partir del planteamiento de su producción a nivel lumínico. De cómo se logró, hablan Zuhaila “Soho” Ávila, directora de producción de iluminación, y Pablo Gutiérrez, director de iluminación, ambos de la compañía LEC, quienes formaron la dupla mexicana que se trasladó a tierras chilenas para cumplir dicha misión.
Cambios de mentalidad para un show inédito
La invitación del productor general técnico del festival, Jaime Laval, fue el inicio de esta aventura, como recuerda Pablo: “Jaime es el productor general técnico de Viña desde hace muchos años y yo tuve la oportunidad de trabajar con él por mucho tiempo, cuando era production manager de Reik. Así nos conocimos y él ha estado al tanto de lo que hemos estado haciendo en LEC en cuanto a diseños; estaba latente volver a trabajar juntos, y a mediados de 2024 habló con nosotros para ver si estábamos interesados en colaborar en esta edición del festival. Es un evento que demanda mucha concentración, se trabaja con bastante tiempo de anticipación y es un proyecto muy delicado en el tema de iluminación, porque es un broadcast en vivo que se transmite todo el tiempo, de manera que se debe cuidar la iluminación de televisión y de cada presentación de los artistas, la gente, el jurado y demás. Era un desafío de programación enorme”.
La pauta a seguir respecto al concepto lumínico para la transmisión del festival fue lograr volumen y teatralidad en las imágenes, en la línea de la que se hace para la ópera y el teatro, donde la iluminación llega de los lados.

Una vez que LEC se involucró, lo que vino fueron las juntas con Jaime y Alejandro Jaramillo, quien hizo el diseño con su compañía Nitro Led en Chile, como relata Pablo: “Tuvimos muchas juntas con él para platicar cómo sería el proyecto en la visión que tenía y la pauta era modernizar el evento, pensarlo no sólo como un programa de televisión, como se había hecho en ediciones anteriores. Con ese objetivo en la mira de todas las áreas de producción, lo siguiente era cubrir los estándares que todo mundo conoce en cuanto a calidad final, porque este año, la transmisión se realizó también por Disney Plus, a través de su acervo on demand”.
Con el objetivo marcado, los tres meses de preproducción que el equipo de LEC usó para desarrollar el proyecto en el área de iluminación partió de dividir las actividades, como detalla Pablo: “Todo arrancó en octubre de 2024. Soho vio todo a nivel producción, atendiendo las juntas y enviando correos, con un trabajo de comunicación impecable con la gente del festival y la gente de los artistas. Luego, Luciano Marcos vio la parte de programación, Steven Smarc el control técnico, el manejo de universos, patcheo, consolas y networking; Charly Zamudio la iluminación para televisión y yo como director. Soho tuvo a Nadia Luna como asistente y Javier Nava, junto con Miguel Mendoza, hicieron la parte de planos, el trabajo en Vectorworks y el visualizador del showfile para la preproducción. Todo eso se le enviaba a Soho y ella, en comunicación con el festival y los iluminadores, nos regresaba todo con los vistos buenos. Algo que distingue al Festival de Viña del Mar es que todas las estructuras se hacen a la medida. Eso que requieres se fabrica y se hace especial para el recinto. A un mes de la fecha de inicio, la gente local -riggers, técnicos, estructuralistas y técnicos de iluminación- estuvieron construyendo todo el escenario”.

Ahora bien, la pauta a seguir respecto al concepto lumínico para la transmisión del festival fue lograr volumen y teatralidad en las imágenes, en la línea de la que se hace para la ópera y el teatro, donde la iluminación llega de los lados, hay juego de sombras y capas en el escenario, en oposición a cubrir con luz blanca la parte de enfrente, sin manejar perspectivas. Así lo describe Pablo: “La idea de Alejandro era ir hacia lo que se está haciendo en Europa y Estados Unidos con shows donde el volumen se genera por la iluminación lateral, sin tanta iluminación blanca de frente, con colores no tan saturados y volúmenes. Por eso lo crucial era cambiar el chip en la mentalidad de hacer las cosas como se han hecho los últimos 15 años. Alejandro Jaramillo y su equipo también crearon los visuales, donde se usó mucho el negro y el volumen”.
Para Soho, conseguir ese cambio de mentalidad fue fundamental para el éxito: “Éste fue un Viña que se atrevió a hacer algo distinto, donde tanto el video como todo lo que ocurrió con los performances, estuvieron unidos. Esta edición mostró que sí se puede cumplir con la calidad de los entregables que se solicitan, algo que no se había desafiado en 64 años”.
En esto es muy difícil delegar, soltar y confiar, así que cuando tienes eso de los miembros con los que haces equipo, estás tranquilo, porque sabes que están haciendo su trabajo y que tú no eres el que está haciendo todo, sino que eres parte de una cadena”.
Pablo Gutiérrez.

Esto se reforzó con el trabajo de enlace y comunicación que permitió acompañar de principio a fin a la producción del festival y a las de sus artistas invitados, como relata Soho: “Tener reuniones por Zoom, enviar correos, seguir la cadena de comentarios en WhatsApp, todo eso demanda ser sumamente organizado y planear muy bien cada movimiento. Algo que sumó mucho a ello fue tener un área específica y, junto con toda la gente que atendió las necesidades locales, la empresa Bizarro, explicar cuál era el formato del festival y hacer ver a los iluminadores que no era un show normal, como el de una gira, y se debía reprogramar su diseño para cumplir ciertos estándares y protocolos con las que se trabajó para cuidar toda la imagen del festival”.


“Esas reglas del juego se comunicaron de forma adecuada, con el apoyo de la gente de Bizarro y nosotros como estudio que comandó lo lumínico y que creamos los lineamientos a seguir para que todo mundo tuviera las mismas oportunidades y el mismo flujo de trabajo. En eso ayudó también Andrés Albornoz, gente de producción, junto con Jaime Laval, para llevar un buen proceso y la comunicación con cada uno de ellos. Se logró un flujo de trabajo increíble, en el que pudimos atender cada necesidad de los iluminadores, con la información actualizada constantemente, por lo que se pedía le dieran seguimiento. Todos debían ser súper estructurados para no perderse con tanta información yendo y regresando, saber si podíamos dar soluciones o si las peticiones entraban en el presupuesto o las cubría el artista”.
“Los acompañamos desde el primer correo hasta que terminaron el show, levantaron su consola y nos abrazamos. Fue un acompañamiento absoluto y eso marcó la diferencia de manera sustancial este año en Viña porque todos nos reconocían que estuvimos pegados escuchándolos. Lo que queríamos hacer era brindar una experiencia de producción pensando como si fuéramos nosotros ese iluminador y cómo queríamos ser tratados en un festival y más en uno tan grande como éste. Al final nos convertimos en una comunidad padrísima y fortalecimos lazos”.
Compañías que hicieron realidad las ideas
Otro eslabón que entró en esa dinámica de reciprocidad fue el de los proveedores de equipo, como deja entrever Pablo: “Empresas como Iluminación Chile, que proveyó todo el equipo de iluminación, estuvo increíble en su servicio y trato. Usamos luminarias de Clay Paky, Chauvet y Robe. Una de las cosas que fue un plus, que se está usando mucho en la industria y a nosotros nos gusta bastante, es el sistema Robe RoboSpot de seguidores que se usaron por primera vez en Viña, algo muy importante, porque se usaban seguidores convencionales con una persona operando arriba. Otra cosa que cambió los números musicales para bien fue que se pudieron utilizar a diferentes temperaturas con los artistas bien iluminados todo el tiempo, eso con los seguidores de back, la óptica y el tiro espectacular. También usamos mucho MAC Aura de Martin en el piso”.


“En el tema de consolas, esta edición fue el primer festival de esa magnitud que se hizo con MA3. Esto fue un desafío para todos los iluminadores, pues la mayoría traía su show en MA2 o en otros programas, y nosotros tuvimos que programar todo el festival en MA3 con el sistema de networking en las consolas. Fue una experiencia súper bonita para nosotros, se trabajó muy bien gracias a la manera en que se compartía la señal a los iluminadores, que fue bastante rápida. En sala tuvimos seis consolas MA Lighting, una para televisión, otra para correr las competencias, una de backup, otra con el networking, la del artista y su backup, todas en red y trabajando en simultáneo. Algo que nos ayudó a lograrlo fue que la marca nos brindó soporte con una persona desde Alemania y otra de Latinoamérica”.
“Las consolas fueron provistas por la compañía Iluminación Chile; lo único que llevamos desde México como LEC fue un estudio de previsualización, algo que implementamos prácticamente en todos los shows que diseñamos y que nos permite ahorrar tiempo y dinero en producción. Montamos uno en Viña con el Depence como software de previsualización, ligado al sistema de audio. Fue una herramienta que cambió muchísimo las cosas para los iluminadores que fueron, porque trabajaban en el estudio todo el tiempo y, cuando llegaban a FOH, ya estaban prácticamente hechos, con muy poco por mover. Eso ahorró tiempo de producción y quitó horas de desvelo para ellos. MA Lighting nos apoyó poniendo dos consolas en el estudio previsualizador y todo lo demás fue de Iluminación Chile; las estructuras y motores fueron provistos por Nitro LED, así como las estructuras que hicieron especiales para el diseño y el rigging”.
Otro distribuidor local que destacó fue MMT, como añade Soho: “Estuvieron muy al pendiente de nosotros y la verdad, eso fue un reto para lograr un proceso distinto respecto a que todos usaran MA3 y darles la seguridad y soporte técnico para que programaran en sus estudios y casas. Son los distribuidores de MA en Chile y desde que se enteraron de que lo íbamos a hacer nosotros y que se iba a tratar que todo fuera MA3, hubo una ayuda y apoyo impresionante, desde los distribuidores de México: Wholestage con Luis Duque. Realmente, el apoyo humano que hubo de todas las partes y compañías fue enorme y estamos muy agradecidos con eso”.
A nivel humano, la experiencia en Viña del Mar fue fantástica. Siempre tuvieron la disposición para enseñarnos y platicar, llevarnos de la mano todo el tiempo para hacer mejor nuestro trabajo. Eso lo llevaré tatuado: la búsqueda por hacer equipo y tener el mismo objetivo y proyecto”.
Soho Ávila.

“Nunca hubo rivalidad entre compañías y eso fue muy bonito, porque nos permitió no solamente hacer el seguimiento a partir de correos y recibirlos allá, sino también brindarles lo que ofrecemos en LEC, que es hacerlos sentir cobijados y dar soluciones para que se sintieran seguros a la hora de pararse en el festival. Muchos aprendieron a usar la consola MA3 en este festival”.
El éxito conseguido se plasmó en el alza del rating de la transmisión y la demanda por revivirlo en Disney Plus. Para Pablo, el aprendizaje de esta titánica misión fue la solidez del trabajo en equipo, sello de su casa, LEC: “En esto es muy difícil delegar, soltar y confiar, así que cuando tienes eso de los miembros con los que haces equipo, estás tranquilo, porque sabes que están haciendo su trabajo y que tú no eres el que está haciendo todo, sino que eres parte de una cadena que, si no sabe o domina lo que debe comunicar o pedir, todo se altera en el flujo de información, y por lo tanto, la toma de decisiones, lo que puede afectar a todos”.



“A eso añades que en un evento como éste te enfrentas a diferentes maneras de trabajar y de ver las cosas, la experiencia del Festival de Viña del Mar para los que integramos LEC ha sido de un aprendizaje tremendo, a la que se sumó la colaboración con la gente de Chile y tener la satisfacción y alegría de que todo transcurrió en armonía y ahora hay amistad y cariño”.
La virtud de ser equipo
Para Soho, asimilar lo vivido en Viña se traduce en la satisfacción de haber logrado algo único colectivamente: “En ediciones pasadas siempre había un iluminador, un nombre, una persona, un solo personaje era quien llevaba todo el proyecto, sin enterarte cuál era el equipo humano que lo hizo posible. Nosotros quisimos romper con eso porque es parte de nuestros ideales como compañía y nuestros procesos: somos un equipo, una compañía, no se trata de un solo iluminador o production manager, un programador, un director de televisión o un director general. Todos somos parte del proyecto. A veces, en este medio es complicado que la gente trabaje en equipo y cumpla los estándares y que los demás te vean con la seguridad de que eres por lo que un equipo de personas logra”.
“A nivel humano, la experiencia con Viña fue fantástica, son una comunidad increíble. Éramos los bichos raros externos del festival y siempre tuvieron la disposición para enseñarnos y platicar, llevarnos de la mano todo el tiempo para hacer mejor tu trabajo. Eso lo llevaré tatuado: la búsqueda por hacer equipo y tener el mismo objetivo y proyecto”.
“La primera vez que vine a Viña fue con Yuri como production manager. Ahora vine para estar del otro lado y mirarlo con esos ojos, sabiendo la responsabilidad que tienes, te obliga a poner toda la energía y amor, reconocer que te ganaste esa oportunidad luego de tantos años de trabajar y fortalecer tu trabajo personal y el de, ahora, la compañía que representas. Fue tan impactante lo que logramos que, en esta edición, las competencias de canto tuvieron un rating altísimo, algo que nunca había pasado. La misma gente de Chile de la televisión nos decía eso, es la primera vez que tenemos ese rating en las competencias, por lo regular pasa con los shows y ahora realmente la gente quería ver qué estaba pasando porque era tan radical y tan fuerte el cambio en lo que estaban viendo en escena, con las oberturas y los shows que le devolvieron la razón de ser al festival. Eso reconforta mucho el corazón, porque podemos decir que hicimos algo muy bien y pudimos impactar a muchas personas desde lo complejo que es una transmisión televisiva, que pudimos contar algo de distinta manera. Mejor recompensa de esto no existe”.
De esta forma, el Festival Viña del Mar arranca la que será una nueva historia en su imponente memorabilia.
Entrevistas: Nizarindani Sopeña / Redacción: Marisol Pacheco

El staff de LEC en Viña del Mar
- Pablo Gutiérrez. Lighting Director
- Soho Avila. Production Manager
- Juan Carlos Zamudio. TV Lighting Director
- Nesmar Cepeda. Lighting Integrator & FOH Manager
- Luciano Marcos. Lighting Programmer
- Nadia Luna. Production Assistant
- Javier Nava. LEC Studio
- Miguel Mendoza. LEC Studio
Staff Viña del Mar
- Jaime Laval. Festival Director
- Alejandro Jaramillo. Set and Video Designer
- Andrés Albornoz. Production Manager
Staff MA
- Stephan Saremba. Managing Director
- Max Brokbals. Product Management
- Alejo Arce. Regional Sales Manager
- Lorena Bello. Technical Support Latin America
MMT
- Luis Martínez. Technical Support
- Felipe Gameli. Distributor
- Christian Burgos. Technical Support
- Iluminación Chile. Rental Company

Festival de Viña del Mar 2025 / Requerimientos de iluminación
Stage
- 108 Clay Paky Sharpy Plus, 090 Midi-B, 072 Tambora Batten
- 040 Robe Robin Spiider
- 060 Ciberlight Color Strike
- 048 JDC1
Floor
- 012 Clay Paky Sharpy Plus, 026 Tambora Batten
- 022 Martin Mac Aura
- 012 JDC1
TV Lighting
- 064 Clay Paky Arolla Profile HP, 040 Mini-B
- 040 Ciberlight Bi Brut, 024 Blinder 4X100W, 060 PAR LED
- 006 Lycian M2 Follow Spots
- 004 Robe RoboSpot, 004 RoboSpot Motion Camera, 006 Forte LTX
- 012 Puntos de ClearCom
Haze
- 004 Martin 365 CO2
- 004 Antari F7
- 008 Martin Fan AF1
Control
- 004 MA Lighting MA3 Full Size. 001 MA3 Light Size, 002 MA3 PU