El productor, compositor y diseñador sonoro Uriel Villalobos Alva nació en la población de Lagos de Moreno, Jalisco, y en su paso por el rock y la música electrónica fundó proyectos como La Espuma del Gusano y God is my Name, en los cuales tuvo diversas experiencias que lo derivaron hacia la composición de música cinemática, realizando underscores para más de treinta filmes. El más reciente cambio de rumbo nos ofrece como resultado su primera obra orquestal como solista, la pieza llamada “Tloque Nahuaque”, con diseño de sonido y en síntesis. Basada en la deidad de la mitología mexica, la obra da inicio a una sucesión de tres piezas, mismas que tendrán su espacio en plataformas HD sucesivamente. Fue grabada en el propio estudio de Uriel, Hivari Studios Entertainment, y tuvo el apoyo de mezcla en el sistema Dolby Atmos en Sala de Audio, centro de producción fundado y dirigido por Salvador Tercero, quien realizó este último proceso.
“La posibilidad que da hacer mezclas Dolby Atmos es muy diferente a hacerlo en estéreo. Los efectos funcionan de diferente forma”.
Creatividad que se transforma
La coyuntura que acercó al compositor a la música cinemática se presentó inesperadamente: “Armé un proyecto llamado ‘Eleanor’, con una violinista. Nuestro montaje era una pantalla en la cual, detrás de nuestras siluetas, se proyectaban imágenes abstractas. En un concierto que dimos, un productor de cine se acercó y nos ofreció realizar música para cinco películas y de ahí acabé mudándome a Ciudad de México. Monté un estudio 5.1 y empecé a aprender más sobre el proceso de música para el cine y el diseño de sonido, implementándolos de manera integral para películas de horror. Este género te da mucha gama, ya que puedes hacer algo muy clásico o en su caso muy experimental. Empecé a tomar cursos en Berkeley College para música cinematográfica y a partir de ahí no paré”.
Después de generar un sólido historial, Uriel decidió darle un nuevo enfoque a su línea creativa: “Tuve la idea de escribir música para una película, pero que no solo se quedara ahí, sino que se pudiera escuchar en plataformas y que funcionara para el día a día. Un día le envié un preview a Ejival, de Static Discos -con quien ya había tenido una relación de trabajo previa-, y sugirió que editara algo de esa manera. Hice tres piezas, y una de esas era ‘Tloque Nahuaque’, la cual le gustó mucho”.
“Me fui a la parte de grabación”, añade Uriel; “una de las tres piezas es de piano. Yo quería tener un piano real, ya que los samplers son maravillosos y con un teclado MIDI puedes tener acceso a miles de sonidos de pianos, pero creo que pierdes un poco de sensibilidad. Yo quería ese sonido acústico, con la respiración y sonido del ejecutante presente, entonces busqué al pianista Rodrigo Favela, a quien le mandé las piezas y le encantaron. Acordamos hacerlas en Sala de Audio, el estudio de Salvador Tercero: un gran ingeniero que ha colaborado con parte de la historia de la música, pasando por José José y Luis Miguel hasta Alondra de la Parra. Le envié las piezas y me ofreció hacerlo en grande en su sala de Dolby Atmos, formato en el cual muchos clásicos se estaban mezclando. Él me mandó la partitura de mezcla, y la grabé en mi estudio y envié todo en Pro Tools para las sesiones en las que él implementaría su capacidad y talento como ingeniero”.
“Tuve la idea de escribir música para una película, pero que no solo se quedara ahí, sino que funcionara para el día a día”.
El compositor describe con entusiasmo su visión del sistema Dolby Atmos: “la posibilidad que te da hacer este tipo de mezclas en cuestión del montaje de los instrumentos y de la forma en que tú posicionas las frecuencias, los acordes y las melodías es muy diferente a hacerlo en estéreo. Tienes muchísimas más opciones. Los efectos funcionan de diferente forma. Para decirlo de una forma sencilla, es como si estuvieras en una sala de conciertos, en medio de la orquesta, como si estuvieras a un lado del director y poder sentir cómo viaja el sonido a través de la acústica y del espacio sobre tu cabeza. Es muy impresionante. Al momento de componer, tú tienes bien definidos sus instrumentos, pero vas produciendo con la opción de dimensionar el espacio que tienes entre izquierda y derecha, todos los milímetros que hay entre una y otra y cómo asignas cada instrumento en cada espacio”.
Uriel complementa y concluye: “Tidal y Apple Music presentan la música sin pérdida, o sea, en el formato original. No es un mp3 y de esta manera, la gente se dará cuenta del por qué nos quemamos la cabeza tratando de producir algo tan sofisticado. Es como escuchar a Pink Floyd en su formato original: te darás cuenta de qué se trata todo esto y el porqué esos discos suenan tan bien hechos. La calidad del producto final es lo que tiene que prosperar: entre mejor escuches la música, implicará más respeto al compositor y al productor, así como a la persona que mezcla. Creo que escuchándolo de esta manera, el viaje se vuelve mucho más interesante y sensorial: vibrar las frecuencias como realmente el compositor y el productor las pensaron”.
La mezcla, en Sala de Audio
Salvador Tercero narra el proceso de mezcla en este sistema: “Uriel me platicó de su interés en dar el brinco al siguiente nivel, ya que él trabaja en 5.1 para sus proyectos de cine. En el momento en el que se enteró que teníamos la aprobación de Dolby para la sala Atmos, me llamó, mandó los tracks y una pequeña referencia en estéreo -la cual nosotros siempre solicitamos-, y en la que plasmó cómo sentía que debía quedar, con indicaciones muy puntuales. Uriel trabaja con elementos sumamente distorsionados, pero que tienen su gracia y es importante darles su posición”.
“De ahí empecé a hacer algunas propuestas. Recibí los tracks sin ningún comando de automatización, compresión o efectos y partí haciendo una mezcla en estéreo, definiendo niveles, profundidades, planos y todo lo que involucra este esquema. Dolby Atmos permite trabajar tanto con un sofisticado sistema balanceado de monitoreo como con audífonos en casa, gracias a la nueva versión del Dolby Renderer, que es la herramienta por excelencia para mezclar en Atmos. Trabajando en binaural encontré muchas formas muy inteligentes y fáciles de resolver que después trasladé a la cabina. La música de Uriel tiene mucha dinámica, con pasajes extremadamente bajos, matizados y planos, así como pasajes muy fuertes, y hay que tener cuidado de no perder la contundencia. Una de las ventajas que yo veo en Atmos para efectos de la mezcla de música, es que el rango dinámico se amplía enormemente. Le mandé las alternativas, y ya a esas alturas estábamos muy involucrados con la parte de investigar cuáles eran los valores que teníamos que implementar para la entrega a plataformas. Si no conoces bien el protocolo, formato y restricciones que te imponen, corres el riesgo de no ser programado por estar fuera de norma, o que ellos mismos lo procesen, y consecuentemente haya cambios radicales a lo que tenías contemplado como un proyecto original. Afortunadamente la asesoría que tenemos es directamente de Dolby, y es una fuente muy confiable. El producto tuvo muy buenas opiniones”.