Tengo un sueño: celebración de la infancia mexicana

Cobijado por el programa Cultura Comunitaria, que impulsa la Secretaría de Cultura de México a través de la Dirección General de Vinculación Cultural en coordinación con Fomento Musical, la edición 2022 de Tengo Un Sueño se realizó nuevamente en el Auditorio Nacional en la capital mexicana, donde más de 2 mil niños, niñas y jóvenes de los Semilleros Creativos compartieron su talento y las habilidades artísticas (teatro, circo, cine, danza, pintura, música, lenguas originarias y títeres) aprendidas en el año.

Junto a ellos, artistas como Elisa Carrillo, Lila Downs, Horacio Franco, 31 Minutos, Mono Blanco y Alejandra Robles “La Morena”, acompañaron esta fiesta de esperanza y diversidad cultural de la infancia mexicana, que busca ser testimonio del contrapeso posible al contexto de vulnerabilidad social en sus comunidades. Como el año anterior, esta edición reunió prácticamente al mismo staff de producción y técnicos.

Semillas que florecen, preproducción

Con 15 años involucrado en el diseño, desarrollo e implementación de proyectos para la infancia y la juventud del país, formando agrupaciones musicales comunitarias, Roberto Rentería, titular de Fomento Musical, ha sido director musical de los grupos en ediciones anteriores y, en la del 2022, fue también el responsable de toda la dirección musical del magno evento de tres horas: “Fomento Musical es el brazo musical del programa Cultura Comunitaria. Nos enfocamos en el desarrollo de semilleros creativos en este arte: orquestas, bandas, bandas tradicionales, ensambles instrumentales, coros en movimiento y agrupaciones de música tradicional mexicana, que actualmente suman 115 agrupaciones en todo el país y se atiende a más de 6 mil niños, niñas y jóvenes de 115 semilleros de 25 estados de la república”.

“En 2022 quisimos ofrecer una mayor oportunidad a los jóvenes, balanceando la participación entre la orquesta, la banda y la orquesta de música tradicional mexicana, más el coro nacional comunitario, de tal forma que cada una de ellas tuviera el mismo peso e importancia dentro del espectáculo. Tuvimos más de 750 niños, niñas y jóvenes artistas con un proceso de preparación previa de dos o tres meses, donde se fueron reuniendo poco a poco con niños de otras comunidades para comenzar todo el proceso de preparación y montaje”.

Una semana antes se realiza un campamento creativo en las instalaciones del Centro Vacacional del IMSS Oaxtepec, donde se reúne a los niños, niñas y jóvenes seleccionados, los especialistas por Semillero, el equipo creativo y técnico que dará forma al espectáculo:

“Hablamos de una orquesta de 160 integrantes, una banda nacional comunitaria de 100 integrantes, una orquesta de música tradicional mexicana de 110 chicos y un gran coro nacional comunitario de 160 coreotas, que tan solo en música nos dan un contingente muy grande; aunado a esto, se armó un espectáculo interdisciplinario, formado con los semilleros nacionales de teatro, circo, títeres, danza y lenguas originarias, con más de 2 mil niños, niñas y jóvenes”.

“En esa semana se tuvo un trabajo intensivo, de alrededor de 8 horas diarias de práctica y ensayos en pequeños y grandes seccionales, cuidando siempre la seguridad y la salud de los chicos con sus respectivos descansos. Todo esto implicó una parte operativa gigantesca, donde se involucraron alrededor de mil personas y seguro de gastos médicos para todos los que nos quedamos ahí”. Estos ensayos se llevaron a cabo en el Centro Vacacional Oaxtepec.

“Además, gracias al apoyo total de las autoridades pudimos usar tanto los salones del lugar como las áreas verdes para habilitar 26 carpas adicionales de trabajo y armar todo el espectáculo. El programa fue diseñado de tal forma que se diera esta interdisciplina entre los diferentes números escénico-musicales, donde todos los elementos fueran importantes: la parte visual, musical y escénica, y que fluyeran dentro del espectáculo, lo que conllevó un enorme reto técnico, que los ingenieros pudieron resolver de manera muy importante”.

Con el montaje marcado en el campamento creativo, se realizó el scouting en el Auditorio Nacional para marcar la dimensión escénica del show e identificar las necesidades técnicas requeridas: “El proceso de producción ya en el Auditorio arrancó con el montaje de un escenario enorme, ya que se hizo una ampliación de proscenio de 4 metros, un movimiento de todo el equipo de sonido hacia el frente para cubrir la ampliación y el colgado de la escenografía monumental, hecha por más de 1,400 niños. El Auditorio tiene la gran ventaja de ofrecer una tecnología de vanguardia de gran nivel y también implica una enorme responsabilidad artística por la calidad del trabajo que se tiene que presentar; de ahí partimos para que durante el campamento, la disciplina fuera la clave, tener orden y rigor en el trabajo con los chicos y que eso fuera el motor de todo este trabajo, además del manejo de la emoción, la diversión y la parte lúdica”.

“La disciplina sí es un enorme reto, pero también nos deja ver que los chicos no sólo tienen o desarrollan la capacidad artística, sino que tienen el potencial para llegar mucho más allá de esta, agregando el nivel técnico, la interpretación en todas las áreas artísticas; ver cómo llegan y cómo terminan haciendo una producción ya en niveles importantes es una enorme responsabilidad, pero un gran gozo por el trabajo que hacemos desde la Secretaría a través del programa Cultura Comunitaria, que está teniendo un impacto verdadero, que transforma la percepción que tienen los niños y los jóvenes de su entorno, de su comunidad, de las problemáticas sociales que no les son ajenas y generar ese granito de arena de conciencia en ellos, que les permita actuar en consecuencia y buscar un cambio dentro de sus comunidades. Ellos pueden convertirse en agentes de cambio para cada una de sus familias y comunidades y eso es lo más importante”, concluye el titular de Fomento Musical.

En 2022 quisimos ofrecer una mayor oportunidad a los jóvenes, balanceando la participación entre la orquesta, la banda y la orquesta de música tradicional mexicana, más el coro nacional comunitario” 

Roberto Rentería

Espectáculo esperanzador, la producción

Con la dirección escénica de Cecilia Sotres y de Gala Sánchez Renero en la dirección artística, se armó la monumental escenografía por los niños, un telón que vestía la parte trasera del escenario y que dio la pauta para el diseño y montaje del show, como comparte Víctor Zapatero, encargado de la iluminación: “Gala fue quien nos proporcionó ese pase escénico y, junto con Cecilia organizamos la sincronicidad del evento para marcar la entrada de los niños y el orden de cada número; los tiempos de las transiciones para que el espectáculo no se cayera y que la gente siguiera aplaudiendo con la misma fuerza. Es un evento muy complejo, de una escala y dimensión tremendas, donde se satura el escenario de artistas y de muchos elementos que hay que contemplar para que la iluminación ayude a diferenciar y observar bien a cada participante de los actos”.

Maestro Roberto Rentería Yrene
Nico Peláez, director de producción del Auditorio Nacional; Francisco Serrano, director operativo, y Víctor Zapatero
El equipo de RF, superando retos

“Es mi segundo año, pude ir a los ensayos en Oaxtepec y ahí decidí que la mejor manera de lograr esos cometidos era hacerlo por grupos, distinguir por un lado la escenografía -los telones pintados por los niños que iban cambiando de color- y luego dividir por bloques todo el escenario: en el de atrás el coro, luego la orquesta, que a su vez partí en dos bloques, y luego una franja, donde yo sabía que se iban a colocar los artistas invitados. En la parte donde estaba este proscenio añadido, de una profundidad de 7 u 8 metros extra al escenario que ya tiene el Auditorio, se ubicó el coro de niños y grupo artístico que estuvo participando de distintas comunidades y eso duplicó las dimensiones del espacio; el reto fue cubrir todo con luz, por lo que pusimos dos puentes laterales y uno frontal extra, ya que los ubicados en el Auditorio no permiten bajar tanto el ángulo de las luminarias para iluminar de frente ese extendido que colocamos”.

En total, el diseño lumínico ocupó 36 luces robóticas Vari-Lite10 Spot Wash, provistas por la compañía Alibaba, de Gastón Forti, quien hizo la programación. Víctor usó la consola MA Lighting GrandMA3 para operar todo el diseño.

“Para las dimensiones del show y las limitaciones de presupuesto, que hay que cuidar mucho en este tipo de  producciones, considero un buen logro haber hecho este diseño con el mínimo de equipos de alta calidad y un buen programador apoyándome, como Gastón”, afirma Víctor.

El tratamiento del audio, tanto en sala como en monitores, sigue siendo un punto crítico por la magnitud del espectáculo, y han sido las mejoras de lo aplicado en cada edición las que han depurado el diseño y operación, como detallan a continuación sus responsables:

En sala, la dupla formada por Luis Quiñones y Humberto Terán llevó la parte de conducción y la artística operando las consolas Yamaha PM10D con dos racks RPio, más una Digico SD9, donde se atendió el coro y extras, en tanto que toda la mezcla de música se hizo desde la consola Avid Venue del Auditorio Nacional.

Luis Quiñones comparte la esencia y desafíos de su labor: “Este año hubo más invitados y eso fue lo que más cambió respecto al año anterior. Técnicamente, los requerimientos eran más complejos, pero los pudimos adaptar a lo que existía previamente: fueron más de 90 inalámbricos, tuvimos más diademas y en muchos casos lo que se hizo fue usar los mismos transmisores para diferentes diademas, hasta tres por transmisor, porque no estaban simultáneamente en escena y fue posible hacer eso. Mi actividad fue igual que el año pasado, Humberto mezcló la orquesta en una consola y yo mezclé básicamente todo los inalámbricos, diálogos, conducción, en la otra consola más unos canales extra de los invitados”.

“Coordinar el intercambio de los bodypacks, dejando fijas las diademas a los participantes, ayudó bastante. Humberto tuvo un poco más complicada la labor, porque las orquestas crecieron mucho, y en vez de ser una sinfónica donde de repente entraba un grupo tradicional, ahora tuvimos varias: orquesta sinfónica, orquesta tradicional y banda, y cuadrarlo en términos de microfonía fue difícil, porque no podíamos estar metiendo micros extra para cada uno. Vimos dónde compartir para cada cosa y eso fue algo que cuadramos en los ensayos en Oaxtepec, además de revisar y ajustar los input lists, a partir del original que había mando Humberto, checando las posiciones de los diferentes instrumentos, qué dotaciones había, qué micros extra llevar, además de saber cómo se iba definiendo el repertorio”.

“En el Auditorio Nacional, como se movió al frente el PA, Jorge Soto hizo un ajuste final y, al igual que el año pasado, la gente de L-Acoustics dejó una configuración, conociendo lo que conlleva el evento. Iniciamos montaje un lunes junto con el line check, el martes empezamos las pruebas y ensayo de algunos actos, el miércoles hicimos otros ensayos y uno general muy breve, y el jueves por la mañana ya continuamos con el show.

“No tuvimos el mismo tiempo de preproducción que el año anterior, pero algo que hizo una diferencia enorme fue tener a Annette Fradera gestionando todos los temas, desde la parte del repertorio hasta el rider, los equipos, los pagos, tenerla de apoyo un año más y que fuera el puente de comunicación entre lo artístico y lo técnico nos ayudó muchísimo”.

Para Humberto Terán, sonorizar a las distintas orquestas fue una delicia, particularmente, la Orquesta Tradicional que es algo sui generis en México. “La integran 5 vihuelas, violines, 22 jaranas, 5 quintas huapangueras, 5 guitarras de son, 2 guitarras leonas, 4 marimboles, 3 arpas jarochas, 3 arpas grandes o más, 12 marimbas -entre chiapanecas y veracruzanas-, flautas, clarinetes, saxofones, cornos, trompetas y trombones, eso es una aportación tímbrica, rítmica y de repertorio para México fascinante, además de que son niños y jóvenes los integrantes; ese sonido fue sorprendente, al igual que el repertorio. El año pasado tuvieron mucho éxito, porque acompañaron a Javier Camarena, y ahora fueron como Orquesta principal con su repertorio, así que la microfonía fue prácticamente adaptada para la Orquesta Sinfónica a la Orquesta Tradicional: usé la mayoría de micros disponibles del Auditorio Nacional, Schoeps, AKG, Shure de diferentes tipos y de refuerzos Shure 58 y 57. El ensamble tradicional creo que es la aportación más importante para el evento y para México”.

“Algo muy impresionante fue el diagrama y flujo que organizó Jorge Soto, que le dio un sentido y una certeza a cada paso que se logró. Ese trabajo de ingeniería, más la labor de Alejandro Peralta, que hizo el trabajo de  radiofrecuencia, hizo jalar todo”.

Técnicamente, los requerimientos eran más complejos, pero los pudimos adaptar a lo que existía previamente”

Luis Quiñones

 

El delicado tema de la radiofrecuencia

Como participante por tercera vez en Tengo un sueño, Alejandro Peralta, ingeniero de audio especialista en RF y profesor de dicha materia en Sala de Audio, decidió invitar a un selecto grupo de alumnos para hacer frente a la enorme tarea de que los sistemas inalámbricos operaran sin problema alguno. “En esta ocasión, la idea de estar en los ensayos fue entender la manera en la que correrían todos los números, saber qué cantidad de micrófonos inalámbricos se usarían y tener contacto con los niños que usarían los equipos, para que su desempeño en el escenario fuera el mejor”, menciona Alejandro. Santiago Morúa fue el líder del equipo y nuestra ancla para dar seguimiento a lo que estábamos haciendo”. Los demás participantes invitados por Alejandro fueron Diana Sedano, Carlos García, Fernanda Hernández, Carla Herrán y Mónica Luna. “Al Auditorio Nacional llegué el lunes anterior al evento y me dediqué a posicionar las antenas, hacer toda la coordinación de frecuencias, reprogramar todos los transmisores que lo necesitaban y los in ears y dejar todo listo para que al otro día, corriéramos más ensayos”, menciona el ingeniero de radiofrecuencia (RF).

¿Cómo manejar 94 canales de RF para un evento con 2 mil niños en el escenario? Santiago Morúa explica: “Para lograrlo, usamos el sistema Axient Digital con transmisores AD1 –bodypacks- y AD2 -micrófono de mano con pastillas SM 58, Beta 58 y KSM 11, además de tener 16 canales de sistemas PSM 1000. Tuvimos también la fortuna de contar con el administrador de espectro Shure AD600”.

Además de la cantidad de frecuencias a coordinar en Tengo un sueño, una de las condiciones especiales fue que los principales usuarios de la microfonía eran niños. Diana Sedano menciona que trabajar con ellos fue bastante laborioso, pero muy interesante. Santiago agrega: “Hubo de todo quienes estuvieron muy nerviosos y quienes ya sabían moverse en el escenario”.

La consigna del evento era que todos los micrófonos fueran de diadema, pero conseguir tantas era imposible. Se usaron los Beta 53 y SM 35, así como lavaliers y micrófonos de mano. Además hubo aplicaciones no muy usuales: “Algunos instrumentos tuvieron que ser inalámbricos, como pianos, arpas y trompetas, porque los cambios tenían que ser rápidos. En esta ocasión, el espectro se vio más limpio, pero hay que tener cuidado, porque puede ser que las frecuencias estén ahí, sólo que en donde estuvo la antena pareciera lo contrario, menciona Alejandro Peralta”.

El interés por el área de RF por parte de la producción de un evento tan grande como Tengo un sueño llena a Alejandro Peralta de mucho orgullo: “Me arriesgué a invitar a gente que no había participado en un evento de esta magnitud”.

Desde que tuvimos las juntas previas hablamos de muchos más requerimientos en cuanto a la orquesta y la microfonía, las diademas en las presentaciones y todos los sistemas inalámbricos”

Jorge Soto

Con ustedes, los monitores

En el puesto de monitores, con las consolas Solid State Logic Live 500 y Live 550 Plus, la dupla estuvo con Everardo Cano atendiendo la mezcla para los ensambles instrumentales, y Jorge Soto en el apoyo de Santiago Álvarez, de los demás instrumentos. Es Jorge quien detalla así su labor: “Desde que tuvimos las juntas previas hablamos de muchos más requerimientos en cuanto a la orquesta y la microfonía, las diademas en las presentaciones y todos los sistemas inalámbricos. Cuando me llegó el primer guión, inmediatamente empecé a cuadrar cómo poder repetir sistemas, porque iba a ser una locura darle el suyo a todos. Para mí lo primordial fue lograr coordinar los cambios y no tener que preocuparnos por tantas frecuencias, porque ya sabía que eso se iba a convertir en un problema si lo dejábamos crecer”.

“Tuvimos más de 100 diademas, compartieron transmisores con los micros para poder administrar rápidamente los recursos y moverlos de uno a otro; incluso hubo un momento en que nos cambiaron el orden por una cuestión de la energía que alcanzaría la presentación y se movió el orden de las interpretaciones, y eso hizo que de repente se nos juntaran dos números, donde se compartían los mismos micrófonos. La solución fue coordinar perfectamente bien ese cambio para que, en menos de 30 segundos, salieran los de un acto y entregaran los micros a los que entraban”.

“La coordinación de cómo fuimos arreglando los micrófonos se pensó de una manera teatral. Primero traté de plasmarlo en papel para hacer ese mapa de cómo llevar los cambios y luego ya lo terminé de afinar y coordinar con Alejandro Peralta para saber cuestiones de frecuencia, monitores, bodypacks y qué nos iba a funcionar. Entre los dos lo coordinamos con Alfredo Tafoya de Sara, quien nos dio la lista de diademas disponibles, y con base en esa lista, vimos que podíamos poner diademas independientes. En frecuencias sólo se compartió el tema de micros de mano, todo además, con su respectivo paso de sanitización”. En sala, como asistente estuvo Rayfa Reyes y en monitores, Santiago Álvarez.

“Everardo estuvo haciendo toda la parte de la orquesta y fue un acierto, porque esa mezcla necesitaba atender cosas precisas, y creo que tener a alguien haciendo sólo eso que se manda a los in ears -Shure y Sennheiser que se usaron- y a los monitores de piso, ayuda muchísimo a los ensambles, existió, pues, un concepto de monitoreo para eso en el contexto de todo el show, que es importante entender y atender. En ese punto, la comunicación que tuvimos con los directores de cada una de las áreas nos ayudó muchísimo para tener una buena coordinación y facilitar las cosas para todos. Esa apertura de parte de la gente de Fomento de Cultura la agradezco mucho, porque fue una atención que nos hizo más fácil el trabajo para que todo luciera mucho más”.

Al final, la satisfacción de haber llevado nuevamente a buen puerto este magno evento para la infancia de nuestro país, sigue dando motivación e inspiración al equipo, como lo sintetiza Jorge Soto: “Esta clase de eventos son los que realmente hacen que valga la pena a lo que uno se dedica. Trabajar con un crew de este nivel que siempre te deja enseñanzas increíbles, es un placer. Luego, es un enorme orgullo poder compartir algo que le aportará a estos niños, dejarles un conocimiento que les haga sumar a su crecimiento como artistas y personas”.

Entrevistas: Nizarindani Sopeña / Redacción: Marisol Pacheco

Mi trabajo fue contactar con los profesionales idóneos para este proyecto y fue por eso que todo salió muy bien. Hemos venido entendiendo mucho más los requerimientos de Tengo un sueño y eso es importante, porque al final, respecto al audio hay que seguir educando mucho para que esta parte evolucione de una manera óptima. Había que sonar de una manera excelente”.

Annette Fradera, coordinadora del equipo de audio Tengo un sueño 2022

 

Los equipos de Tengo un sueño 2022 / Auditorio Nacional

Consolas

• 1 Avid Venue D-SHOW @96 Ch
• 1 Digico SD9
• 1 Reverb Lexicon 960 L
• 1 Yamaha PM7D @90 CH (FOH2)
• 1 Solid State L500 plus @96CH, 1 Solid State L550 plus @128CH

PA Sala

• 24 K1 L-Acoustics, 12 por lado main PA
• 04 K2 L-Acoustics, 2 por lado downfill
• 16 K1-SB L-Acoustics, 8 subs por lado colgados
• 16 KS28 L-Acoustics, 8 subs por lado a piso cardioide
• 08 X8 L-Acoustics para front fill
• 06 Kara-i L-Acoustics, 3 por lado delay

Monitores

• 4 SF de 2 A15 + 1 KS21 L-Acoustics
• 1 X15 L-Acoustics (director de orquesta)
• 8 X15 L-Acoustics Proscenio
• 8 X15 L-Acoustics Coro
• 1 X15 LAcoustics Monitores
• 12 Canales de IEM Shure P10T Transmisores
• 16 Bodypack de Shure P10R Receptores
• 2 Combinador de antenas Shure PA 821
• 6 Canales de IEM Sennheiser G3 con combinadores y antenas.
• 1 Antena PA805
• 2 Monitores M-Audio

Sistemas inalámbricos y micrófonos para estos sistemas

• 16 Micrófonos de Diadema Countryman o Thomann
• 06 Micrófonos de Diadema DPA
• 20 Micrófonos de Diadema Shure Beta 53
• 08 Micrófonos de Diadema Shure SM 35
• 30 Micrófonos Lavalier Countryman
• 26 Micrófonos Lavalier Sennheiser MKE
• 96 Canales de Receptor Inalámbrico Digital Axient Digital
• 70 Transmisor “Bodypack” Inalámbrico Digital. AD1-G55
• 20 Micrófonos Axient Digital con pastillas B58, B58, KSM11, KSM8. AD2/G55
• 6 UA845 Distribuidores de Antenas.
• 6 UA874 Antenas Direccionales Activas
1• AXT600 Shure Analizador de espectro