Sordera por inatención vs atención selectiva

Como ya comentábamos muy brevemente en el artículo anterior de esta columna, entender el fenómeno de ceguera por inatención nos trae muchos beneficios en cualquier proceso de una producción sonora y hasta en la vida misma. A continuación, analizaremos cómo este fenómeno mental del ser humano funciona, cómo no caer en sus trampas y a su vez emplearlo de manera consciente a nuestro favor en la vida diaria y como profesionales del audio.

La sordera por intención es la incapacidad de nuestra mente de percibir todo su entorno. Al poner la atención en un objetivo en específico, la mente ignora los demás estímulos y es ciega o sorda a todos ellos (aún entre los diferentes sentidos)”.

Definiciones importantes.

La cognición.

Es la capacidad del ser humano para percibir su entorno e inicia desde los sentidos (físicos) hasta la interpretación de nuestro cerebro (mente). Pongamos un ejemplo: Escuchamos la voz de nuestro ser amado. El proceso de cognición inicia con las vibraciones de esa voz en tu tímpano que por medio de un proceso mecánico de alta ingeniería convierte a pulsos eléctricos en las terminaciones nerviosas que se comunican con tu cerebro donde interpretas esa voz; ¿Quién es? ¿Qué te quiere decir? ¿Qué emociones protagonizan ese comentario? Y demás. Es apasionante ir desmenuzando la forma en la que el cerebro realiza procesos aún de manera inconsciente, como la determinación del timbre de la persona que me habla o la velocidad con que mi mente interpreta si la otra persona está en peligro. Eso nos da para otro artículo, pero en esta ocasión podemos resumir que la cognición es el proceso físico-mental donde nuestro cerebro interpreta nuestro entorno.

Porcentajes de atención.

El investigador, ingeniero y pionero de la neurociencia aplicada al día a día, David del Rosario, explica que nuestro porcentaje de atención de todo nuestro entorno en un instante es de 0.5 por ciento. Expandamos esta idea. En un momento tenemos millones de estímulos sensoriales: visuales, auditivos, del tacto, olfato, internos de nuestro cuerpo y demás. En un instante podemos estar oliendo algún perfume, al mismo tiempo estar viendo a una persona, tocando su mano y tener una piedrita en el zapato. Todos esos estímulos están pasando en el mismo instante. ¿Podemos interpretar a detalle todos esos elementos a la vez? La respuesta es no. De manera consciente podemos solo poner nuestra atención en una fracción de ellos. La neurociencia cognitiva estima que aproximadamente podemos poner nuestra atención en solo un 0.5 por ciento de todo lo que podemos sentir. Eso explica por qué podemos enfocarnos tanto en una película o una obra y olvidarnos de nosotros mismos por momentos (esto también lo analizaremos aquí más adelante).

Sordera por inatención y atención selectiva

Ya que hemos descrito lo anterior, podemos aclarar muy bien estos dos fenómenos, que en realidad es el mismo, pero visto de diferente perspectiva.

La sordera por intención es la incapacidad de nuestra mente de percibir todo su entorno; es decir, al poner la atención en un objetivo en específico, la mente ignora los demás estímulos y es ciega o sorda a todos ellos (aún entre los diferentes sentidos).

Por otro lado, la atención selectiva es la capacidad de focalizar la atención en un punto en específico, de manera tal, que para la mente no hay nada más e ignora el resto de los estímulos.

Con ejemplos cotidianos se puede describir esto de una mejor manera:

1. Cruce de conversaciones en un área pública.

Es común que una persona que está platicando con otra en un café, comience a oír la conversación de una mesa a lado y que se interese tanto que comience a escuchar y seguir el hilo conductor de la otra mesa. En automático su mente cancelará la conversación de su propia mesa. Será sordo a la plática de su acompañante, siendo este un fenómeno cognitivo que no tiene que ver con el estímulo físico, sino que tiene que ver todo con el manejo de la atención y la capacidad de selección.

2. En el estacionamiento: “Bájale al radio para ver mejor”.

Al manejar y llegar a nuestro destino, sentimos la necesidad imperante de bajarle al radio para podernos estacionar. Resulta un poco gracioso, porque no se nos hace lógico, puesto que el sonido no impide que nos estacionemos, pero cognitivamente, sí lo hace. La demanda mental para estacionarse es alta y no se puede compartir con poner atención a la música, así que selectivamente elegimos poner atención a estacionarnos y preferimos bajar el volumen para ver mejor.

Ejemplos profesionales de audio.

Aquí ponderemos unos ejemplos en algunos flujos de trabajo donde se ve con claridad el manejo de la atención.

1. Canal equivocado o ecualizador en bypass.

Un momento muy especial es cuando te esmeras en ecualizar algún instrumento de manera minuciosa y detallada y de repente te das cuenta de que estás en un canal equivocado o está en bypass. Y entonces te preguntas si estás en la carrera correcta. La verdad es que es algo muy humano que aún a ingenieros consolidados les ocurre. Lo que pasa es que nuestra mente no está enfocada en el sonido y puede ser que estés pensando en tu siguiente movimiento o concentrado en ver una pantalla, de forma que no estás concentrado en el cambio sónico que esperas. Creo que todos los que nos dedicamos a cualquiera de las ramas del audio profesional hemos experimentado este fenómeno.

2. ¿Me puedes mandar más monitor?

Otro clásico es el músico que pide un poco más de referencia en su monitor y que antes de que el ingeniero haga algún cambio, el músico asiente con la cabeza de satisfacción por la mejora de su monitoreo. ¿Cuántos pensamientos y puntos de enfoque tiene el músico? La canción que sigue, cómo ejecutar su instrumento, la gente en el público y más. En el momento de evaluar su monitor, debe concentrarse en escuchar el cambio y el ingeniero debe asegurarse de que realmente el músico siente el cambio.

3. Interpretación de una mezcla.

En febrero pasado pude asistir a una masterclass con Yulia Musayelyan, organizada por Berklee College of Music y Rec Música en la Ciudad de México. En dicha sesión, Yulia planteó con una perspectiva muy interesante la escucha y el análisis de piezas por capas (Listening in Layers). Básicamente puso un loop (no multitrack) y fue dirigiendo nuestra atención sobre diferentes elementos musicales rítmicos, armónicos y melódicos. Todos en la audiencia fuimos decidiendo poner nuestra atención en donde ella nos dirigía y fuimos desglosando la pieza. Para mí fue increíble, ya que yo aplico algo muy parecido cuando entreno a los alumnos a desglosar por frecuencia una canción o a encontrar los armónicos internos de una emisión sonora.

La atención selectiva es la capacidad de focalizar la atención en un punto en específico, de manera tal, que para la mente no hay nada más e ignora el resto de los estímulos”.

Tips para mejorar nuestro manejo de atención

Podremos encontrar decenas de ejemplos y lo importante es tomar consciencia y decisión de cómo manejar nuestra atención para ser más eficientes, desgastarnos menos y centrarnos en lo importante: el producto auditivo (canción, podcast, película, y demás). Aquí algunos tips desde esta perspectiva que para muchos son conocidos, pero que con este contexto toman un sentido especial.

·Orden y estructura: En tus sesiones dentro del DAW o en una consola de audio en vivo, tener todo perfectamente ordenado, con diferentes colores y nombres cortos. La meta es tener todo visualmente fácil; así no desgastarás tu cognición en procesos mentales visuales y los tendrás disponibles para el sonido.

·Cerrar los ojos: En las sesiones de entrenamiento auditivo que tenemos, el alumno mejora considerablemente si estudia con los ojos cerrados. Toda su atención se vuelca sobre lo audible. Algo parecido es disociar la mirada de un objeto y poner tu atención en el sonido justo como cuando recuerdas algo. La gente suele mirar hacia arriba, pero no porque ahí esté su recuerdo, sino porque su enfoque está en la mente.

·Pruebas a ciegas (A/B): Si tenemos la duda de cuánto colorea un preamplificador o la diferencia de un micrófono a otro en una misma fuente, conviene hacer pruebas a ciegas A vs B, para poder identificar la diferencia y decir con claridad cuál es cuál. Necesitamos no prestar atención a la pantalla, y ya sea que lo pongamos un shuffle en un reproductor o alguien más reproduzca el audio por nosotros a manera de examen, solo así podremos enfocarnos en solo escuchar.

A manera de conclusión, podemos decir que la atención es poderosa. Se puede centrar un punto determinado e ignorar todo lo demás. Siendo conscientes de esto y en general de cómo funciona nuestra mente, podemos entender cómo funciona nuestra escucha y así mejorar flujos de trabajo para llegar al objetivo sónico de manera exitosa.

Por Raúl de Jesús Bustos Castañeda*

*Es Ingeniero en Comunicaciones y Electrónica por el IPN. Cuenta con dos diplomados en Neurociencias y educación y Neurociencias para mandos medios, por el Instituto INECO-U. Ha sido docente por más de 12 años en instituciones como SAE Institute y Rec Música y es CEO y director académico en Sonic Ear Training Institute: soniceartraining.com. Contacto: raul.bustos@soniceartraining.com