Por Marisol Pacheco
Invención de Alan Estrada (idea original y dirección) en complicidad con Carlos Martínez Vidaurri y Daniel Delgado (productores), Siete Veces Adiós es el musical mexicano ganador del Premio del Público en Los Metro 2022 y trece nominaciones que avalan la convocatoria de más de ochenta mil espectadores que la han aplaudido en el Teatro Ramiro Jiménez, y los que la aguardan en su gira por 16 ciudades del interior de la República Mexicana a partir de enero 2023.
Una maquinaria perfecta
El musical que nació por actividades de taller teatral durante la crisis sanitaria tuvo como hogar el teatro donde se da cada noche desde marzo de este año y tiene a la productora Playhouse y los creativos de Ola Ke Ase como forjadores de un sueño cumplido con base en metas alcanzadas, tal como relatan Daniel Delgado y Carlos Vidaurri, fundadores de Playhouse en 2014 y formados en producción teatral con créditos en OCESA Teatro con “Wicked”, “El Rey León” y “Mary Poppins”, entre otras:
“La primera fase del proyecto fue hacer un musical original que pareciera mucho más fácil, pero la verdad fue más complejo, porque era la primera vez que todo sucedía y por mucho que el equipo creativo lo creó y se lo imaginó, hasta no verlo puesto en escena, no se sabe si funciona, no solamente en la actuación o musicalmente, sino en función del audio, la iluminación, el vestuario, porque no es lo mismo llevarlo del papel a la realidad. Esos han sido retos constantes y grandes que con mucha fortuna fuimos superando y amalgamando muy bien. Todo lo que se imaginó y hacer que funcionara, tanto el equipo creativo como la parte artística y la producción, fue puesto al nivel de lo que la historia está contando en el escenario, porque si la obra es espectacular, los actores lo están haciendo increíble y la música es buena, pero no se ve, no se escucha, se va un micrófono, se van tres lámparas y así, entonces no sirve de nada. Tiene que ser todo un conjunto, un engrane donde todo funcione perfectamente”, expone Carlos.
La elección del teatro, una fortuita coincidencia. “Durante la pandemia, incluso un poco antes, Pablo Jiménez (Q.E.P.D.) empezó a remodelar este teatro con miras a convertirlo en un referente en el sur de la Ciudad de México donde, realmente no había una sala de estas características, tamaño y equipo. Nosotros tuvimos la oportunidad de hacer aquí un concierto de Alan Estrada y Aitza Terán y fue una experiencia increíble: hicimos clic con Pablo y su familia de forma inmediata. No había una fecha de final de pandemia ni cómo saber cuándo regresaríamos al teatro, y si bien Siete Veces Adiós estaba ya en los planes, no teníamos una fecha para montarla y estrenarla”.
“Conforme las cosas fueron avanzando y se empezó a vislumbrar una fecha de reapertura, el teatro Ramiro Jiménez fue nuestra primera opción. Tocamos la puerta y fue mágico, porque su gente nos dijo que nos estaban esperando. Ha sido una experiencia increíble porque, con todas las renovaciones que ha tenido, fue reestrenar un teatro. Oportunidades de hacer eso en México son pocas o muy particulares. Nos abrieron las puertas para que, lo que se ve hoy en escena, lo armamos metidos aquí más de un mes y medio ensayando, montando, iluminando, sonorizando; es el resultado de muchos meses de trabajo. Usualmente, en el teatro eso no pasa: cuando montas una obra, sea la que sea, si no eres el dueño del teatro, tienes cuando mucho dos semanas, porque la obra corre como tiene que correr un mes después aproximadamente. Acá la obra corrió desde el día uno y fue en gran medida porque estuvimos aquí un mes y medio trabajando”.
“Sumado a eso, Pablo nos enseñó que esa idea del ‘teatro frío’ -porque no se conoce-, es un mito. Cumplimos más de veinte semanas agotadas y para él, esa teoría no existía, porque si la obra es buena y la gente la quiere ir a ver, irá hasta donde se presente, sabiendo que se va a hacer dos horas de camino, sin importar si el teatro es nuevo, estuvo vacío o si la obra anterior fue un fracaso, y aquí está la prueba de que es posible”, detalla Carlos.
Técnicamente, cubrir el apartado de audio era fundamental:
“Nos pusimos una meta muy clara en cuanto a la historia, la experiencia, el teatro, el audio, la iluminación y cómo lograrlo. Nos fijamos en qué estaba pasando y cuáles son los líderes del mercado. En ese sentido, por mucho, la tecnología y fidelidad que está manejando Shure para el teatro, es increíble. Siete Veces Adiós no es un musical con coreografías, pero eventualmente, el elenco que canta tiene que hacer movimientos, subir y cargar escenografía, entrar, salir, así que el equipo tiene que ser de mucha calidad y resistencia. Para nuestros protagonistas que no cantan, la claridad de lo que tienen que transmitir tiene que ser superior, porque varias veces están hablando encima de la música, así que, además de ser un gran trabajo de dicción de los artistas, tiene que haber una emisión limpia, clara y confiable. De hecho, manejamos doble micrófono para los artistas, porque nunca salen de escena”.
“Me parece que hace tiempo que Shure despegó y la tecnología que está ofreciendo va por encima. Para nosotros era muy claro y lo decíamos desde nuestras juntas de producción. Sabemos que si se va o suena mal un micrófono, todo el mundo se percata y lo comenta; es de lo que más se habla en las notas de prensa. El audio, y más por ser un musical y todavía más por ser un musical original, tenía que ser infalible, y esto lo logramos con Shure”.
Los fundadores de Playhouse mencionan lo que a ellos les concierne para que esta obra sea el éxito que es: “Lo que hacemos es que todo funcione como debe. Coordinar toda la parte creativa, de producción, técnica y el elenco; somos el centro donde llega toda la información, repartimos y delegamos para que funcione la obra. Buscar cómo atraer más público, publicidad, ventas y lo que tiene que ver con eso. ‘Siete Veces Adiós’ implicó el desafío de hacerse en la pandemia con toda la parte de protocolo y pruebas, que fue algo complicado, pero afortunadamente no hemos tenido que parar y eso es todo positivo”.
Un sonido preciso
Una de los atributos más elogiados de este musical ha sido su diseño sonoro, que arropa la fidelidad y expresividad de lo que se habla y canta. Detrás de ello están los experimentados oídos y conocimientos de Gonzalo “Chacho” Peniche, quien se inició como profesional del audio en el teatro y ha tenido participaciones destacadas en obras como “Cabaret”. Así detalla los desafíos y soluciones de audio que se implementaron en la obra con Nexo, Shure y Allen & Heath:
“El punto de partida fue entender las propiedades acústicas de este teatro, un recinto rectangular como el formato tradicional de una sala de cine, con muros paralelos dentados no tan profundos y un bajotecho de plafón muy liso y muy reflejante, que hacía como una especie de cono en la parte de atrás. Con la asesoría de Claudia Cárdenas, arquitecta en acústica, y mis inquietudes, nos pusimos a trabajar en medio de la crisis sanitaria y una de las cosas que vimos cuando empezamos a medir el tiempo de reverberación, fueron las diferentes caídas que tenía el teatro, que eran casi perfectas con un poco de paralelismo en algunas partes, pero incómodas en la parte posterior, y por ello metimos acondicionamiento para absorber en toda esa área y alrededor de donde iba a quedar nuestro sistema de audio: el Nexo GEO M10, que nos permitió hacer una cobertura totalmente homogénea del espacio”.
“No soy ingeniero en sistemas, pero con ayuda del programa SpectraFoo Complete hicimos las mediciones y pudimos visualizar en tiempo real lo que estábamos oyendo. Luego, con el software de configuración NS1 de Nexo, armé los diseños y con mi sonómetro medí las ponderaciones A, B y C para validar lo que nos indicaba el NS1 y el analizador. En realidad, los GEO M10 son plug & play y lo que corresponde es todo el tema de la predicción, porque el equipo te va a dar la respuesta que tú determines. En ese sentido, el criterio con el que se colocó había sido que fuera totalmente homogéneo de la fila de hasta atrás hasta casi la segunda o tercera fila de adelante”.
“Nosotros decidimos cambiar ese concepto para tener más punto de origen, porque cuando estás en la parte baja y tienes las bocinas tan altas, se pierde la verdadera imagen sonora y, en esta obsesión de la cobertura, sí la consigues, pero no tienes una buena imagen sonora para el espectador, así que nuestra primera decisión fue bajar el equipo, buscar un punto medio entre la cobertura y con esta imagen que conseguimos con la proyección que armamos, logramos mantener naturalmente una pérdida de 3 dB al final del teatro y que las primeras filas tuvieran 3 dB más de presión, porque los subwoofers que en el plan original queríamos subir al escenario para que fuera una cosa más homogénea y no logramos hacer, tuvimos que ponerlos abajo; por ello buscamos compensar ese nivel de presión en las primeras filas hasta conseguir un equilibrio y sin poner ningún tipo de front fill”.
“El resultado fue maravilloso, porque tenemos un espacio que no es anecoico, pero tampoco reflejante; tiene un equilibrio y logramos un sonido de sala muy cohesionado. Otro factor fundamental ha sido el surround, que por modesto que sea, funciona perfectamente bien y genera los ambientes y los efectos que se necesitan. Ha sido una gran solución contar con este sistema, que tiene una cobertura tan controlada y una potencia precisa”, detalla Chacho.
Respecto a la consola, la sorpresa ha sido sumamente grata por el desempeño de la SQ de Allen & Heath. Chacho comenta: “No era la consola que originalmente pensamos y la verdad, en un primer momento no hubiera pensado que diera el rendimiento que le hemos podido sacar, pero nos ha dado la respuesta tecnológica a todo lo que hacemos, porque, además, no solamente fue la capacidad de tener todas las mezclas de monitores (diez) y la del surround desde ahí, sino que cada uno de los músicos opera desde su celular su propia mezcla, además de la tableta con la que nos apoyamos en el escenario y otra en posición de sala que nos sirve de complemento”.
“La SQ es una navaja suiza plus, con una calidad de audio y capacidad de procesamiento brutal, que permite entender qué importantes son estos procesadores con motor FPGA XCVI a 96 kHz que tiene la consola, que nos entrega una calidad de audio sobresaliente”.
En cuanto a la selección de microfonía, el camino fue con Shure para tener una amplificación hacia afuera y el monitoreo a punto para cada cantante. Chacho Peniche Explica: “Eso siempre es un reto, porque hay mucha exigencia respecto a que los micrófonos no se vean, pero al mismo tiempo, queríamos tener la presencia de un concierto. En esta obra en particular, que no es un musical tradicional, sino que se pretende que alcance un nivel de presión casi como un concierto en vivo, hay que cuidar el sonido sin perder la esencia del teatro”.
“El premio se lo llevó la diadema Twinplex TH53, que es la nueva propuesta y solución de Shure para sistemas teatrales. Con ella, tanto los cantantes como actores aprecian la comodidad y que factores como el sudor no tapen las cápsulas, además de que el cable tiene una gran solidez. Así, la diadema permite tener la cápsula prácticamente en la comisura de la boca y tener una presión que es casi equivalente a un micrófono de mano. La respuesta es extraordinaria y nos da mucha libertad para los cantantes. Los tres actores principales usan un sistema redundante, la diadema TH53 y el lavalier equivalente, el TL47 de la familia de Twinplex: van los dos pegados, con dos transmisores. Si uno falla, el switcheo es invisible y tenemos la misma respuesta con la pastilla”.
A esto se sumó el sistema inalámbrico Shure SLXD, que tiene como una de sus principales ventajas, la posibilidad de integrar el sistema de control Workbench para escanear y revisar cada función de las frecuencias disponibles: “Eso nos brinda mucha seguridad y solidez; el equipo transmite información, incluso como el estado de las baterías, lo que hace la vida muy agradable sobre el escenario”.
“Para la gira que se avecina, lo que hice fue recomendar un operador; así como en el teatro está Miguel Rodríguez, en la gira estará Matías Gauchad, un alumno mío muy querido y bien formado, a quien le queda perfecto la obra por todo el trabajo que hicimos con las secuencias y las pistas. Todavía está en la indecisión de si se va a hacer en surround para los diferentes lugares que no estén diseñados para eso, pero trataremos de que sea lo más parecido posible y la experiencia sea tan satisfactoria como la del teatro Ramíro Jiménez”, afirma Chacho.
Finalmente, la estrategia de saber elegir un equipo confiable y amarrar presupuestos, fue y ha sido clave en el éxito de la compañía: “Hubo muchas circunstancias, incluido el triste fallecimiento de Pablo Jiménez, el dueño del teatro. Ha sido un proceso con desafíos, quizás el mayor ya con la obra corriendo, sea el cambio de esquema de frecuencias que nos obliga todos los días, a escanear para no tener ningún tipo de interferencia, pero todos los demás aspectos, los fuimos resolviendo de la manera más orgánica posible”.
“Para mí ha sido muy gratificante ser parte de esta invitación que me hicieron Alan y Jannette Chao, ver la respuesta de los colegas y sobre todo, del público que viene cada noche y no hay mejor premio que éste para cualquier diseño de audio, que la gente lo mencione como una constante de lo que le gusta y es algo que nos deja una vibra que nos ha hecho sentir genial todos estos meses”.
“Siete Veces Adiós” tendrá su cierre de temporada en la capital mexicana este mes y luego se embarcará en un tour por 16 ciudades del país. Atienda el llamado de la consentida de los musicales y despida este 2022 yendo al teatro.
Las nominaciones en Los Metro de Siete Veces Adiós
• Mejor actuación femenina principal en un musical. Fernanda Castillo
• Mejor actuación masculina principal en un musical. Gustavo Egelhaaf
• Mejor actuación masculina de reparte en un musical. César Enríquez
• Mejor actuación femenina de reparto en un musical. Alba Messa
• Mejor composición de música original para un musical mexicano. Jannette Chao, Vince Miranda, Alan Estrada
• Mejor ensamble en una obra de teatro musical
• Mejor director de una obra musical. Alan Estrada
• Mejor obra de teatro musical
•Mejor escenografía para un musical. Jorge Ballina
• Mejor diseño de Iluminación para un musical. Félix Arroyo
• Mejor diseño sonoro para un musical. Gonzalo “Chacho” Peniche
• Mejor diseño de vestuario para un musical. Luis Roberto Orozco
• Mejor coreografía y/o movimiento para un musical. Diego Vega
• Ganadora del Premio del público a la mejor experiencia teatral del año
Nexo, Allen & Heath y Shure, las marcas del éxito teatral musical
• Sistema de audio Nexo GEO M10
• Consola Allen & Heath SQ
• Micrófonos de diadema Shure Twinplex TH53, TL47
• Sistemas de microfonía inalámbrica Shure SLXD