María Moctezuma, la esencia autóctona del sonido raíz

Con un trabajo de composición y canto donde combina instrumentos prehispánicos y ritmos latinos, María Moctezuma ha dado identidad a su propuesta artística que goza de reconocimiento a nivel nacional e internacional. Luego de cuatro discos publicados, presenta “Xmajana”, que contó con la producción de Hernán Hecht.

Fui compartiendo la mezcla con María y ella me iba diciendo lo que quería mover o lo que le gustaba. En mi estudio llegué directo al audio que quiero, con las cosas casi pre mezcladas, porque fui creando con los condimentos que tengo a la mano y que conozco”.

Hernán Hetch.

Hernán Hecht , María Moctezuma y Charles Fletcher

Preproducción a distancia

Con el anhelo de colaborar con Hernán, María lo buscó a través en septiembre de 2020 y de ahí arrancó un diálogo a la distancia para compartir las canciones y armar maquetas: “Ya tenía tiempo de haber compuesto las canciones y había llegado el momento de querer grabarlas, así que le escribí a Hernán, porque es un músico y productor que admiro y sigo desde hace tiempo, y a partir de ahí fue maravilloso cómo se fue dando la relación con la música”.

“La pandemia me ayudó a terminar los arreglos de las rolas y grabé las primeras ideas en mi tableta con Garage Band. Para las cosas que no podía sacar ahí, como la batería, la hice tocando yo, haciendo los patrones que me gustan en seis octavos o tres cuartos y que es muy difícil que reconozca la tableta digitalmente; recurrí a lo orgánico para armar las maquetas y quien les dio el toque mágico y profesional fue Hernán; yo le mandé también solos de guitarra, voz y algunos coros. Traté lo más posible de rescatar lo que estaba en mi imaginación”.

“En la grabación, hay instrumentos como ocarinas de barro y algunos que usaron nuestros ancestros para las primeras músicas que imitaban al jaguar y a las aves”, menciona María. “Me empecé a dar cuenta de que ciertas ocarinas están en distintas tonalidades y no pueden acompañar cualquier canción. Con base en eso y la rítmica de las canciones, los instrumentos fueron elegidos. También pensé en la sonoridad que quería y cómo llevar ahí mi guitarra, que es mi instrumento principal”.

Durante este proceso, María estuvo acompañada de los músicos Roberto Soto (batería), Charles Fletcher (bajo) y Merle Hansen (percusiones), además de invitados especiales, como el rapero maya Pat Boy y la actriz y cantante de teatro regional yucateco, Olivia López, quienes abrazan la labor de difundir su lengua originaria en su quehacer artístico. “Tengo una relación musical y de amistad con todos y traíamos un ánimo bueno, muy motivados por saber que Hernán era el productor”, recordó María.

Curiosidad, comunicación y adaptación, la guía

Para Hernán, alejarse de lo conocido fue un manjar que desató sus inquietudes como productor: “María es un personaje distinto, con una energía diferente a la que estoy acostumbrado a trabajar. Me gustó mucho que tuviera lo que ella llama el sonido raizoso que me parece espectacular porque, al ser de otro país, todo lo que es nativo es un lugar de misterio y respeto que me interesa investigar y profundizar; que me obliga a estudiar para comprender más dónde estoy parado y con quién voy a trabajar”.

“Eso me divirtió mucho, porque me sacó de la posición de Hernán, el que sabe y decide, y me puso en la posición de un niño, donde existe la curiosidad como el camino que me lleva de la creación a la expresión y de ahí al arte. Poder recibir así las canciones de María, con una cosmogonía completamente distinta y trabajarlas despacio, fue un proceso genial de transitar. Básicamente fui organizando todo lo que ella me mandó y sobre eso le armaba una propuesta respecto a las formas, las letras y la melodía; fue un trabajo bastante íntimo que tengo en mi proceso de pre producción para tratar de adueñarme de las canciones, por decirlo de alguna manera, y luego llevarlo a un intercambio. Ya con la sustancia base bien desarrollada fue que volé a Mérida para grabar juntos en Pacífico Estudios, el espacio de un amigo de María”.

Hernán continúa: “La producción tiene que ver con muchos aspectos y cuando llegas a un lugar del que no conoces la acústica, el equipo, el ruido del entorno y hasta el clima, es cuando se debe entender que tu rol no es decidir qué hacer, sino ayudar a que las ideas de los demás se manifiesten en un nivel más profundo. Uno es un ente que está al servicio. Las cosas no son como uno quiere la mayoría del tiempo y la herramienta ideal es estar atento, presente, abierto y dispuesto para sacar las cosas adelante”.

“Para la voz de María usamos un micrófono Avantone CV12, con un sonido muy particular que, al igual que todo el material que me traje después para trabajar, pasé por mis fierros viejos para que agarrara un carácter un poco más intenso”.

La mezcla fue hecha por Hernán: “Se la fui compartiendo a María y ella me iba diciendo lo que quería mover o lo que le gustaba. En mi estudio llegué directo al audio que quiero, con las cosas casi pre mezcladas, porque fui creando con los condimentos que tengo a la mano y que conozco. Siento que a María le fue llegando la información y la fue afectando no de manera negativa o positiva, sino transformándose a una cosa que se iba haciendo cada vez más grande. La masterización se la pasamos a Hans Mues”.

Aprendizajes y evolución

Para María y Hernán, las lecciones de esta colaboración fueron trascendentes:

“A mí me cambió la vida trabajar con Hernán, por la seriedad que le puso a mi trabajo, que es un ser sensible y muy amable. Tiene además una mente abierta y receptiva y a mí me impresionaba esa retroalimentación de las canciones, era como si respirara música”. No estuve sola, sino que él me iba jalando de cierta manera y al final siento que su presencia hizo que todos nos involucráramos fuertemente en el disco, tanto yo, como mis compañeros. Puedo decir que es un antes y un después en la producción en general”, concluye María, a quien recomendamos pase a escuchar haciendo play a su sencillo “Rojo el Ojo”.

Por su parte, Hernán concluye: “Me quedó una experiencia fresca, porque no estaba en esos días enfocado en algo por el estilo y fue genial estar en una situación en la que me topaba de frente con el folclor, sin ser irrespetuoso con lo que eso representa y al mismo tiempo recibir las influencias de lo que escucho claramente en María, que es rockerísima y guapachosa. Pude, a través de la música, conocer a alguien en un nivel más profundo que dejó la producción en un nivel secundario. Cuando pasa eso, que estamos creando juntos y que existe ese canal de posibilidad en la expresión, aprovecho que es la oportunidad de ofrecer algo honesto para compartir”.

Entrevista: Nizarindani Sopeña / Redacción: Marisol Pacheco