Semana de las Juventudes 2017, fiesta para todos

Desde su primera edición en el año 2013, la Semana de las Juventudes, organizado por el Instituto de la Juventud de la Ciudad de México ha ido tomando forma y fuerza, y sin duda se ha convertido en un espectáculo de gran calidad, esperado por el público. En estos cinco años han sido muchas las bandas que se han subido a los escenarios que se montan en la Plaza de Santo Domingo y el Zócalo capitalino, para convertir este evento en un abanico de expresiones artísticas donde la música, el arte, la lectura y otros aspectos culturales lo han consolidado como el festival gratuito más importante de México y Latinoamérica. 2017 no fue la excepción, y a través de Productora de Espectáculos y Eventos Especiales (PREES), la producción integral fue un éxito.

Un elenco completo

El cartel para esta edición estuvo compuesto por bandas y músicos bien conocidos en la escena mexicana, entre ellos El Tri, Ely Guerra, Fat Boy Slim, La Gusana Ciega, División Minúscula, Illya Kuryaki and the Valderramas y Plastilina Mosh, entre otros, quienes se dieron cita durante tres días para llevar a cabo el festival. Sin duda, uno de los conciertos más esperados fue el de Caifanes en el Zócalo, grupo que no sólo inauguró el inicio del evento, sino que además celebró treinta años de su formación y su primera presentación en este emblemático lugar de la Ciudad de México, lo que detonó el interés, gusto y asistencia de más de ciento diez mil personas.

Durante más de dos horas y media, Caifanes se apoderó de la plancha del Zócalo. A la cabeza de la producción, Carlos Rosanoff, y su equipo de trabajo de PREES, logró consolidar la Semana de las Juventudes CDMX con una gran calidad.

Primer día: Caifanes conquista el Zócalo

El Festival de las Juventudes no pudo tener mejor inicio: la presentación de Caifanes en el Zócalo fue un hecho que será recordado por mucho tiempo. Saúl Hernández, Alfonso André, Sabo Romo y Diego Herrera llegaron al escenario instalado en el Zócalo para cantar las canciones que los han posicionado como una de las bandas pilares del rock en español.

Una persona que fue esencial en la presentación de Caifanes en el Zócalo fue John Gibbe, ingeniero de sala dela banda, quien con su experiencia y equipo de trabajo logró consolidar el éxito de la banda y hacer que los asistentes disfrutaran durante más de horas de esta mítica agrupación: “Estuvimos muy contentos, para todo el staff fue especial venir al Zócalo y realizar este concierto. Ha sido una gran experiencia; el trabajo de muchas personas ha sido el impulso para esto tenga excelentes resultados”, expresa.

Caifanes utilizó el sistema L-Acoustics K1 en el PA, mientras que en out fill se usaron los subwoofers SB28 y altavoces KARA en delay. La distribución fue de doce K1 por lado, 24 subwoofers al piso y otros ocho por lado, además de doce SB28. Se montaron tres torres de retraso, compuestos de dos sistemas KARA por lado y un sistema central de doce SB28. La consola que se utilizó fue la Solid Stage Logic L500 y se ocuparon cuarenta canales, sin plug ins. John destaca: “Se eligió esta mesa por su sonido, reconocido por el estilo que caracterizó a la gran mayoría de los discos en la época de los años ochenta y noventa, los cuales fueron grabados con consolas de esta firma”.

“La prueba de sonido no fue complicada”, finaliza John Gibbe; “pero presentó un gran reto, porque al ser el Zócalo una plancha enorme de concreto con tres paredes, se generaba mucho rebote, desde el piso hasta los edificios, y eso pudo ser un poco desconcertante, pero conforme la gente iba llenando los espacios, se sintió una mayor y mejor estabilidad, lo que ayudó a que todo saliera conforme lo planeado”.

Luces retro

Otra área que destacó fue la iluminación en todo el festival. Yahir Garfias, diseñador y programador de iluminación para PREES detalla en qué consistió el concepto y diseño que se utilizó para el evento. “Jesús Guevara, diseñador de iluminación de Caifanes, nos entregó un diseño relativamente retro y vintage para su presentación. Utilizamos una serie de luces wash colocada de cierta manera que nos permitieran emular las PAR, realizamos ciertos efectos y tratamos de jugar con el escenario. Jesús conjugó todo esto para integrar lo retro y lo nuevo en la iluminación y lograr un excelente show”, señala Yahir.

Asimismo, se contó con tres pantallas: la central, de nueve por siete metros de ancho, mientras que para Caifanes se usaron también dos laterales de seis metros.

Además de las pantallas, para la presentación de Fat Boy Slim se utilizaron tres equipos láser Pangolin:

“Pangolin es muy conocido, se utiliza en festivales y en el Zócalo usamos tres de ellos para Fat Boy Slim. Para esto usamos la consola MA Lighting GrandMA, mientras el programador del DJ interactuó con su consola aparte. Me gustaría destacar que lo realizado por Jesús Guevara con Caifanes (quien usó otra mesa de control), facilitó mucho el trabajo en iluminación, nos mandó el diseño y la colocación, todo muy bien elaborado”, añade Yahir.

Una de las cuestiones que el staff tuvo que resolver, fue el montaje de pantallas, tanto de Caifanes como de Fat Boy Slim. Dado que la banda mexicana tocó primero, el diseño del DJ quedó detrás de las pantallas; es decir, ya había un montaje previo, por lo que al bajar las pantallas destinadas a Caifanes, se encontraban listas las torres; el equipo de trabajo de iluminación logró interactuar con ambos diseños, sin que en ningún momento existiera ninguna contrariedad.

“Entre puntos de rigging, colocación de fuentes y pantallas y demás cuestiones, nos tardamos como seis horas; fue bastante rápido, entre puntos y colocación, sin contar el montaje. La producción de esta Semana de las Juventudes contó con mucho talento humano, fue un show comparable con cualquier espectáculo de nivel internacional. El diseño retro de Caifanes, lo moderno de Fat Boy Slim y lo dinámico para el resto del festival fueron cuestiones que el público valora mucho. Estamos muy contentos de haber sido parte de este gran festival”, finaliza Yahir Garfias.

El artífice del diseño de iluminación de Caifanes, en la Semana de las Juventudes y desde hace más de seis años, Jesús Guevara, menciona, por su parte: “Desde el regreso de la banda a los escenarios, su concepto de Iluminación ha sido totalmente integral al grupo, es decir, manejar la iluminación general con ambientes que ayuden a que puedan verse bien en las pantallas, lo que quiere decir que las luces siempre ayudarán a que en video se vean bien y que el público (la Raza, como la banda los llama), los pueda ver todo el tiempo, mientras cada uno ejecuta sus instrumentos. El grupo siempre se preocupa por esto; sin embargo, en el área de los efectos visuales y momentos musicales, tengo la libertad de interpretarlos”.

Acerca del proceso de creación en el diseño de iluminación del concierto de Caifanes en el Zócalo, Jesús Guevara explica: En esa ocasión, se tenía la inquietud y necesidad de que el público pudiera sentirse cerca del grupo. Actualmente, la única manera de acercarse al grupo es a través de sus celulares, usando sus zooms. A partir de esa necesidad, el diseño de iluminación inició pensando en video, de forma que las pantallas serían la parte más importante y que “abrazaran” a la banda y por sus dimensiones la gente volteara siempre hacia el escenario; por eso, las pantallas dentro del escenario, podían ser vistas desde los costados. Esto, más las pantallas laterales, hacía que la mayoría del público estuviera obligado a ver hacia el escenario”.

“Las luces, una vez más, servirían para ser parte importante del concepto de concierto y reforzar a la banda”, señala Jesús Guevara; “pero también poder tener luces en el aire sin mezclarse mucho con el video y manejar los momentos de iluminación con cambios de colores, efectos de trazos de luz y sobre todo ser más sutil a la hora de manejarla”.

“Creo que para Caifanes fue una de las mejores experiencias y poder tocar en la plancha del Zócalo, después de ese gran masivo en la delegación Venustiano Carranza hace dos décadas (evento que marcó un antes y un después); hizo crecer la inquietud de saber cómo iluminar y también que pudiéramos dimensionar el lugar, ya que esta vez el concierto sería al anochecer, de forma que teníamos que ver las necesidades de la iluminación del escenario y el lugar del público”, comenta Jesús.

“El Zócalo siempre es un reto para muchos de nosotros que estamos en las producciones, porque es integrar todos los elementos: sonido, video e iluminación. Esto último tuvo el papel necesario que se requería en esta ocasión, sin protagonismos, ya que Caifanes busca una presencia sólida en el escenario. Entre los equipos que se utilizaron en este concierto, estuvieron las Robe Robin Wash 300 para generar cambios de color e intensidades; Robin Pointe, para generar trazos y utilizar sus variados parámetros como zoom, gobos, prismas y efecto beam; Vari-Lite VL3500 Wash, para iluminar al público e integrarse a ciertos efectos de las canciones; Clay Paky  Mythos2, como back lights, para tener luces que generaran efectos de siluetas; Elation Proton 3k LED Color Strobe, muy importantes para los remarques de ciertos momentos de las canciones, pero también para crear un ambiente de color potente; Elation Mole Fay LED, muy importantes para la iluminación de público, para dimensionar el lugar y ubicarlos a los costados, así la gente no se deslumbra y pueda ver a su banda”.

“La consola que usé es la Martin M1, que utilizo siempre con esta banda y me da la seguridad de presentar mis luces, ya pre programadas”.

Finalmente, Jesús cuenta acerca de su experiencia previa en el Zócalo y de lo que aprendió en este concierto de Caifanes: “Había tenido la oportunidad de iluminar en el Zócalo, también con la necesidad de saber que habría más de 150 mil personas. Esto fue con Maná. Pero la primera vez que lo hice fue iluminando a Daniela Romo, por ahí de 1990; esa fue una gran experiencia, con todo lo que pasó, ya que faltaban muchas medidas de seguridad y organización. Antes, el público, tenía que comprar sus telescopios hechos de botes de leche para ver el concierto; gracias a ese recuerdo, pude pensar que la gente tenía que ver a su banda, aunque ahora es inevitable que use sus celulares. Pero, sin duda, el mejor concierto que he vivido es éste de Caifanes en el Zócalo, el Gran Ritual de Rituales, con el olor a incienso de copal que venía desde el escenario y calmaba a los guerreros de Raza Caifán”.

Grandes marcas, excelente resultados

En el área de monitores, el responsable por parte de PREES, Gustavo Bautista, explica que fueron utilizadas dos consolas Avid Venue SC48, cada una con 32 salidas. En una se ocuparon doce sistemas Sennheiser de la serie 2000, mientras que en la otra consola recurrieron a doce In Ears Shure PSM 900, lo anterior debido a que buscaban ofrecer y adecuarse al gusto de las bandas. “Juntamos todos los stage plots e hicimos secciones; en total tuvimos ocho y cada una tuvo dos monitores. Debo mencionar que participé el año pasado en la Semana de las Juventudes y sin duda aprendí mucho, estamos muy contentos por los resultados obtenidos. Trabajamos muy bien con todos los monitoristas”, explica.

Lo que bien empieza, termina mejor

Ya para el segundo día, además de Ely Guerra, La Gusana Ciega y Chetes, entre otras bandas, la Semana de las Juventudes contó con El Tri, banda que festejó sus 49 años de carrera musical y además presentaron su disco número cincuenta. Para el cierre, Fat Boy Slim puso a bailar a todos con su música electrónica. Se estima que en la segunda fecha asistieron más de 80 mil personas.

Ya en el último día, bandas como Illya Kuryaki and The Valderramas, Sonido Gallo Negro y Plastilina Mosh, entre otras más, cerraron la quinta edición de este evento, la cual dejó a todos una gran experiencia y en espera de que la siguiente edición sea mucho mejor.

Cabe mencionar que para el segundo y tercer día, se manejó el concepto de bandas sorpresas, que comenzó con División Minúscula el sábado, mientras que el domingo el Zócalo recibió a Plastilina Mosh y cerró con broche de oro la quinta edición de la Semana de las Juventudes 2017, un evento que no sólo presenta exponentes musicales de talla internacional, sino que es también un evento con causa social. A lo largo de estos cuatro años, han participado 62 bandas y han asistido 219 mil personas en 99 diferentes actividades en el Zócalo y en la Plaza de Santo Domingo, en la capital mexicana.

En 2013 nació este festival, el cual estaba destinado a conmemorar el Día Internacional de la Juventud; en aquel año se realizó en el Monumento a la Revolución. Un año después se optó por llevarlo al Zócalo capitalino y, por tanto, el número de actividades se incrementó, incluyendo talleres, conferencias, películas y presentaciones de libros, haciendo de este evento una excelente opción artística y cultural.

Ofrecer a los jóvenes y a la sociedad en general espectáculos de buena calidad es una constante en México, mismos que, sean gratuitos o no, deben integrarla. Lo hecho por Caifanes es una cuestión que pasará a la historia, ya que festejar treinta años en el Zócalo es un hecho memorable que se consiguió gracias al trabajo y esfuerzo de todos los equipos involucrados.