Alo largo de tres días, Playa Mamitas en Playa del Carmen recibió al Riviera Maya Jazz Festival 2014, una cita que, como cada año ocurre, congregó a un público hambriento de música frente a un escenario plagado de artistas de primer orden, cuyo marco iba más allá de los reflectores, pues la arena, el sol y el mar de Quintana Roo fueron acompañantes constantes. Chick Corea & The Vigil, Kenny Garrett, Virgil Donati, Pat Metheny Unity Group, Jorge Vercilo, Take 6, Pato Machete y Colin Hunter fueron los encargados de dispersar sonidos y generar la magia adecuada para que cada una de las jornadas luciera rebosante de talento y pasión.
Un concepto único
Con un escenario innovador y una producción de primer orden, el festival afianzó su búsqueda de crecimiento de la mano de un equipo que, como éste mismo se define, ya constituye una familia, cuyo objetivo primordial es mostrarse profesional en su desempeño. Fernando Toussaint, el menor de la reconocida familia musical mexicana, baterista de la banda Aguamala y director artístico del mismo, detalla las particularidades que el evento tuvo en su edición 2014: “El elenco se conformó de una manera peculiar, porque sabemos lo que el público quiere ver. Este año fue determinante en ese sentido, ya que se hizo un sondeo en redes sociales para preguntar a quiénes querían ver y tuvimos como resultado Pat Metheny y Chick Corea. El reto de tener a estas dos figuras fue muy complejo, desde las negociaciones para traerlos, que nos llevaron años. Fue un logro increíble para nosotros”.
“En lo técnico”, agrega Fernando, “con los años hemos logrado un equipo maravilloso. Gracias a que soy músico he podido conocer a gente arriba y abajo del escenario, y el equipo que trabaja con nosotros en la producción (LAP Entertainment), ha resuelto el festival de una manera muy profesional desde hace mucho tiempo, así que yo eso casi lo delego por completo. Es complicado, pero tenemos mucha comunicación entre nosotros. Este año tuvimos un escenario diferente, de forma semicircular, pero el equipo técnico resolvió todo muy bien. La idea es mejorar no sólo en el elenco, sino también en lo técnico año con año”.
Respecto al futuro del Riviera Maya Jazz Festival, su director artístico finaliza: “Ahora queremos internacionalizar el festival de una manera distinta y ponerlo en un lugar más fuerte, al igual que Playa del Carmen. Sabemos que tenemos un potencial muy grande; este año tuvimos una asistencia de treinta mil personas y nos da gusto que el público se ha apropiado el festival. Ahora queremos que el mundo se dé cuenta de lo que pasa aquí. Entre nuestros planes próximos se encuentra traer a figuras como Stevie Wonder, Prince, Jamiroquai, Bobby McFerrin o Dweezil Zappa, y este año es muy importante porque vamos a tener una actividad mucho más profunda en redes sociales y la página del festival (www.rivieramayajazzfestival.com), además de seguir realizando actividades paralelas al evento, como pasó ya este año, además de tener la posibilidad de contar con patrocinadores para elevar todavía más su calidad y hacerle ver al mundo lo que hacemos, que para los músicos ha resultado increíble”.
Antonio Méndez, director de LAP Entertainment, compañía que encabeza la producción del Riviera Maya Jazz Festival, refuerza lo dicho por Fernando Toussaint: “Siempre hemos considerado que lo más importante es pensar en la gente. ¿De qué nos sirve contar con el mejor equipo del mundo sin un personal de confianza alrededor de él?”. Antonio aún recuerda lo que ha ocurrido en ocasiones anteriores, cuando han fallado las plantas de energía, una vez que la lluvia azota la playa. “Tuvimos complicaciones técnicas por esto, lo que ha significado un parteaguas para el festival, debido a que no podemos arriesgarnos a que nos ocurra lo mismo”.
En la proveeduría de estos equipos esenciales para el festival estuvo ML Peninsular, empresa cuya casa matriz está en Veracruz, pero que cuenta con una sucursal en Yucatán. “Esta compañía cuenta con equipo muy bien cuidado”, explica el productor técnico; “sin embargo, el año pasado un panel digital se averió con la lluvia y se apagó, de forma que en esta ocasión contamos con dos plantas: una para audio y otra para iluminación, con sus respectivos repuestos, y dos pequeñas, una para motores y otra para áreas de trabajo (camerinos y demás). Tenemos a cuatro personas en guardia las veinticuatro horas, checando que todo esté en orden al respecto”. Para 2014, el equipo de producción instaló un escenario que, más allá de alojar los equipos y tener propósitos estéticos, presentó un concepto único en México. “Se montaron lonas porque no sólo buscábamos proteger el escenario del sol con malla sombra, sino también del agua. Comparado con los escenarios de años pasados, esta vez tuvimos uno más grande. Y claro, sabemos que no podemos proteger el escenario al cien por ciento de las inclemencias del tiempo, pero sí lo más posible. Estamos minimizando errores, poniendo carpas donde antes no había. Hemos aprendido de los errores”.
Trabajando arduamente en la planeación de diseños al lado de Renato De La Rosa como supervisor técnico, Antonio y su equipo hicieron un escenario diferente e innovador. Y si a esto anexamos la buena calidad de audio, estamos hablando de otro nivel”. El equipo de audio al que hace referencia Antonio Méndez es el sistema Lyon de Meyer Sound. “Yo siempre he trabajado con esta marca porque sé que con ella obtengo resultados positivos”. Por su parte, José Gaudí operó como asistente por parte de la firma para brindar soporte técnico y así, con la convicción de que el público aumentaría de volumen respecto al año pasado, se usaron 28 cajas Lyon (14 por lado) y 24 subwoofers de la serie 2100. “El público cada vez crece más, de modo que se va hacia los lados, ya que no puede ir demasiado lejos debido a las condiciones de la playa. En ese sentido, colocamos pantallas de LED en una situación de delay y además instalamos un banner en la parte frontal para jugar con imágenes de circuito cerrado”, concluye el productor técnico del festival.
Desde el escenario
Leonardo Ibarra (stage manager), cuenta con dos años de experiencia en el Riviera Maya Jazz Festival, además de tener seis trabajando con Eugenia León. Su labor en el evento consiste en orquestar los movimientos que tienen lugar en el escenario: “Trabajo con un equipo de alrededor de ocho personas, que me permite coordinar acciones en conjunto y evitar inconvenientes. Algunos músicos traen a sus propios técnicos y otros no, entonces en ambos casos hay que colaborar, ayudar para que se sientan protegidos y ejecuten su trabajo de la mejor forma posible. Para llegar a este punto, la preproducción me manda información y esto nos sirve como guía para darle fluidez a su concierto”.
Cerca de Leonardo se encuentra Álvaro Acosta en monitores, quien, al mando de una consola Digico SD8 comenta las bondades de su herramienta de trabajo: “En esta consola tengo todo a la mano. En cuanto a la microfonía, cabe resaltar que este año las bandas han sido muy específicas con lo que requieren para sonar bien y esto ocurre porque saben de los instrumentos que usan, por ejemplo el piano, cuya sonorización puede resultar complicada debido al viento. En cuanto a monitoreo, estamos usando sistemas Shure PSM 900, así como Sennheiser. Respecto a los monitores de piso, estos son de Meyer Sound serie MJF”.
Si hablamos en específico del sistema Lyon, es Óscar Alberto Gamas, ingeniero de sistemas, quien ahonda sobre su uso. “El cambio de arreglo (de Milo a Lyon) fue planeado con antelación adecuada. Desde la etapa de preproducción buscamos tener listos los diseños, tanto de frecuencias medias y altas, (Lyon) como de bajas frecuencias (LFC 1100). Para esto usamos un programa de predicción, el MAPP online XT, para luego verificar el número de altavoces que necesitaríamos, todos los rellenos para atacar ciertas zonas y el delay. También definimos alturas en la medida de lo posible y con esa base obtuvimos ángulos y división de señales”.
Óscar también explica que, al igual como ocurrió en ediciones previas, esta vez fue colocada una línea de subwoofers cardiodes al frente del escenario. “Las mejoras que aplicamos consistieron en lograr que la línea de subs tuviera más divisiones en la señal, de modo que hubiera cobertura en los extremos del escenario. Esto antes no ocurría por una limitante de señales, pero ahora la gente que estuvo a los lados percibió el sonido tal y como ocurrió en el centro, donde todo fue más uniforme”. En el terreno de los rellenos, el ingeniero de sistemas explica: “Encontramos que, por la apertura que hay entre el PA (entre 18 y 20 metros), se generaba un hueco. En este caso, usamos altavoces UPA 1P y UPA 2P. También colgamos lateralmente unas cajas 2P y una torre de delays para llegar lo más lejos posible”.
En cuanto al software usado para monitoreo, Óscar Gamas menciona: “Hubieron tres Galileo AES, para con uno distribuir señales digitales a los otros dos. Si algún escenario ecualizó, se generó una escena en este equipo, mientras que en el otro se mantuvo intacto”. Después de esto, se llevó a cabo un análisis con la ayuda del software Smaart 7, con el cual se verificaron ángulos, alturas y señales, los previos al ajuste final”; un trabajo que buscaba encontrar resultados similares a los arrojados a lo largo de la predicción. “Tuvimos micrófonos de análisis acústicos (Lectrosonics TM400) que me ayudaron a moverme por todos lados, olvidándome de cables”, concluye el ingeniero de sistemas.
Del software a los fierros
Respecto al diseño de luces, Luis Jasso “Kito” apunta especialmente la importancia de haber contado con un techo con forma de cúpula en el escenario, pues esto provocó que las luces se cruzaran y el aspecto visual cambiara radicalmente. Para colgar el equipo lumínico hubo que prever dónde podrían encajar mejor los móviles beam y Vari-Lite VL3015, los cuales ayudaron a crear texturas. Así, Kito solicitó una consola Fog 4 full size y una Avolites Pearl por si alguien la requería (que fue el caso de Pat Metheny Unity Group)”. En cuanto al software, echó mano de Vectorworks con la ayuda del programa de AutoCAD, Spotlights, que permite diseñar en 3D.
“Es un programa profesional y muy versátil con medidas y detalles reales”, ahonda el diseñador de iluminación y añade: “Mientras más te involucras con el jazz, más herramientas adquieres para trabajar con él, porque se trata de acompañar a los músicos, permitir que la gente disfrute de su ejecución para que todo converja y finalmente se transmitan emociones”.
Para Renato De La Rosa, el Riviera Maya Jazz Festival posee características que le han permitido que muchas compañías hayan intentado resolver sus necesidades de producción: “El proyecto está bien dirigido, las cabezas imponen un estándar del cual es enorgullecedor formar parte”, dice Renato antes de desmenuzar los elementos que integran el evento. “Contamos con el mismo staff desde hace siete años, ya somos una especie de familia. Esta vez, todo arrancó con Martin Ground Support, con quienes hemos desarrollado siempre un escenario de vanguardia, donde las mejoras son constantes. Luego estuvo el back line de Celso Moreno, para nosotros, una tradición. Audio, iluminación y video fueron de Música Moderna, que trabaja con nosotros desde hace años. Entre todos revisamos con detenimiento las necesidades de cada artista, hicimos un rider general y como cada año, buscamos innovar. Así fue como tuvimos un escenario curvo que representó un reto en cuanto a diseño, además de presentar también el sistema Lyon”.
En cuanto a iluminación, Renato comenta que hubo cambios importantes, como involucrar luces beam y LED, y lo mismo ocurrió en el terreno de video, donde se trabajó en un diseño de pantallas más versátil, también de LEDs, sin dejar de lado una gran pantalla central, mientras en los laterales se introdujeron cámaras HD. Para Renato, mención aparte merece Martín Ríos, encargado de construir las estructuras del escenario: “Es una empresa pionera que lleva años trabajando con fierros y que cuenta con gente bien preparada, profesional, dedicada a introducir la ingeniería para mantener la seguridad en el escenario. Éste es un festival que parece poseer sets muy sencillos”, puntualiza Renato, “pero las necesidades de los músicos fueron bastante amplias, lo que generó cierta complejidad. El personal estuvo al tanto para ofrecer una atención bajo la dirección de Antonio Méndez. Por ejemplo, si se necesita un piano de cola, bueno, pues hay que traerlo, pero que venga acompañado de uno de los mejores afinadores de México”.
Ese nivel de atención con el talento artístico está reforzado por el soporte que brinda gente como Ricardo Mantini “Rocoto”(Avid), quien habla de la consola usada para el festival de jazz con soltura: “el ingeniero que viene con Chick Corea, por ejemplo, solicitó una mesa analógica, y claro, se le facilitó pese a que estamos usando Venue Profile en la sala. Grabamos con Pro Tools HD Native 11 y computadoras MacBook Pro”. Respecto a la experiencia de trabajar con Lyon, Rocoto es puntual: “Es un sistema que ofrece el mismo nivel de potencia que MILO aunque es más pequeño, además de que muestra mejoras en la calidad de audio”.
Finales felices
Para concluir con los involucrados en la producción de este ya importante evento en la Riviera Maya, toma la voz finalmente Salvador Castañeda, quien estuvo encargado de atender a los ingenieros que acudieron a mezclar el show de cada artista y en el caso de quienes no lo tuvieran, realizar la mezcla: “Pat Metheny Unity Group se tomó mucho tiempo para hacer su sound:check, es un artista que maneja con mucho cuidado ciertos aspectos de monitoreo e instrumentos; su espacio de prueba duró tres veces más de lo común. Por otro lado, Chick Corea pidió una consola analógica, esas fueron sus instrucciones (una que, por cierto, llevaba dos años sin ser usada), y esto fue un reto porque tuvimos que recordar ciertos aspectos de manejo que ya habíamos olvidado. No sé si lo digital arroje mejores resultados que lo análogo, pero sí tengo claro que el primero es más práctico. La media de canales que usamos fue de treinta, modesta en ese sentido respecto a otras ediciones, donde llegamos a usar hasta sesenta canales”.
“El de este año fue un cartel muy diverso”, remata Salvador-, de lo más versátil. Pasar de Pato machete a Chick Corea es una locura, y algo así no es más que una señal que indica que estamos creciendo, mejorando”. Es Rocoto quien continúa con la idea: “para la edición del año que viene habrá novedades, buenas nuevas, detalles que muy probablemente en la próxima sound:check Xpo mostraremos. Pronto sabrán más de lo que tenemos planeado”.
Así, con expectativas altas, concluye una edición más del Riviera Maya Jazz Festival, con la certeza de que 2015 traerá más playa, mar y sol de nueva cuenta, pero también sonidos estimulantes y claro, una producción a la altura del horizonte.