Pancho Ruiz, una memoria virtuosa en un músico bellamente natural

A los seis años de edad, Pancho inició clases de piano con una tía, quien era muy autoritaria y acabó odiándola. Le interesó más la música cuando a su hermano le compraron un órgano Kawai y comenzó a tocar por iniciativa propia, con más gusto. A los trece años, su primo Roberto González Ruiz vio que tenía facilidad y le prestó un bajo usado, viejo y sin marca; entonces se aprendió todos las rolas de los Beatles: “Me lo prestó sin amplificador y yo tocaba imaginándome cómo sonaría, lo que me ayudó a desarrollar oído relativo gracias a la dificultad de no oír qué tocaba, y luego comparaba lo que tocaba cuando iba a su casa, donde sí había amplificador”, recuerda Pancho.

Empezó a tocar con sus primos jugando; su mamá tocaba el piano también, pues siempre ha tenido el instrumento en su casa. A los catorce años y a través de su primo, conoció a Arturo Ramírez (baterista), que era alumno de su primo en el Colegio Centro Universitario Anglo Mexicano (CUAM), y se juntó a tocar con ellos en el MUSICUAM. Pancho siguió desarrollando su memoria y su oído musical y estuvo como director del MUSICUAM de 1973 a 1993, lo que le brindó un gran entrenamiento auditivo y versatilidad.

¿Cuántos instrumentos aprendiste a tocar? Pancho contesta: “Toco bajo, teclados, guitarra, un poco de batería y hago coros”. También comparte que entre 1983 y 1988 estudió Arquitectura en la UNAM y analiza que le hubiera gustado estudiar música pop como fenómeno masivo” y no tanto en el Conservatorio. Él quería algo como Berklee, porque el pop y el clásico son mundos muy distintos. “Afortunadamente en México hoy tenemos escuelas como SAE Institute México, Centro de Creadores Musicales, REC Música y Sala de Audio, entre otras, que brindan un toque actualizado a la industria del pop”.
La antesala de entrada a la industria de la música
Cuando Arturo Ramírez entró a Kerigma en 1983, Pancho se convirtió en seguidor de ellos desde los 19 años de edad y por su experiencia, sacó todas las rolas del grupo porque las oía con facilidad, sin saber de armonía musical. “Mucha gente dice que tengo buena memoria, pero para mí es sólo una capacidad de relacionar acontecimientos o hechos de mi vida”, comparte Pancho, que no era parte de la banda, y en una ocasión, el primero enero de 1986, Tony Méndez (bajista), se fue a Alemania con su esposa y surgió la oportunidad de firmar a Kerigma con Discos Polygram y les pidieron un demo de dos canciones. A Pancho lo llamaron para grabar las canciones “Nena” y “Sin Rumbo”, las ensayaron y el cinco de enero las grabaron en el estudio de Polygram con Pancho Miranda y Fernando Roldán. Gracias a ese demo, el grupo firmó en la disquera y esas dos rolas quedaron definitivas en el disco “Siguiendo la línea”.

En 1988, Kerigma invitó formalmente a Pancho y así entró al mundo profesional de la música. Empezaron a trabajar otro disco durante 1989, lo grabaron el año siguiente y así surgió “Esquizofrenia”, donde viene “Tres Lunares”. Entonces creció aprendiendo armonía y teoría musical, al tiempo de tocar los teclados, sumergiéndose en lo tecnológico y lo técnico, desde cómo se conecta un micrófono, el uso de efectos y el desarrollo de MIDI con una computadora Atari que le abrió el panorama en programación digital de teclados.

De la mano de grandes productores musicales
Con el trabajo de Pancho con Memo Méndez Guiú por largo tiempo y de aprender producción musical, el músico se reafirmó y se multiplicó cuando comenzó a trabajar con Memo Gil desde 1995 y hasta la fecha. Un año antes comenzó a grabar el disco “Morir imaginando” de Kerigma y acto seguido, Memo Gil lo invitó a colaborar con él. “Memo es mi gran maestro de producción y de ahí a la fecha he trabajado con él”, agrega. Mario Santos y Paco Rosas lo alentaron para estudiar armonía formalmente; ellos le fueron enseñando cosas que él ya intuía: “El oído es la principal herramienta de todo músico y productor”, menciona.

“A partir de 1995, en co-producción con Memo Gil, he grabado cuatro discos de Ragazzi, siete de Pandora, siete de Mijares, dos de Yuri, de Thalía, de Álvaro Abitia, de Víctor García, la primera generación de la Academia de TV Azteca, dos de Lucero, uno de Kany García que ganó un Latin Grammy, uno de Carlos Rivera, tres de Daniela Romo, uno de César Costa y muchos otros, hasta llegar a 130 álbumes”.

Como bajista de sesión, Pancho Ruiz ha grabado en los discos de Sin Bandera, Alejandro Fernández, Natalia Lafourcade, Ha Ash, Tres Copas y Edgar Oceransky. En producciones y co-producciones propias, cuenta con trabajos como el disco “Viajeros”, de Kerigma en 2019, y “Yael” y “Horizontes” con Mérlindon Crostwaytt en 2018.

Una de las historias más importantes de Pancho es la que ha tenido con Mijares, a quien conoció en el estudio grabando, después de seis discos, en 2009 salió el bajista y Mario Santos, que era director musical en ese entonces, lo llamó para cubrir esa plaza y desde entonces lleva once años trabajando con él, tocando en más de trescientos conciertos y con el “Twour Amigos” de Emmanuel y Mijares lleva más de 250.

Tiempos de cuarentena en grabación
Además de lo anterior y en fechas recientes, durante la temporada de confinamiento sanitario, Pancho Ruiz participó desde casa en el concierto de Mijares y Emmanuel “Música con causa”, para reunir fondos para insumos de protección médica al personal que enfrenta a la Covid-19 en primera línea. Trabajó en edición digital de audio para Tania Libertad, Bronco, Alejandro Fernández y Daniela Romo y sigue dando clases on line en CCM y REC Música. Pancho se dedica cien por ciento a la música y relata: “A pesar de que por momentos me las veo difícil por las temporadas de vacas flacas en grabación o conciertos, cuando hay pasión no importa, se soporta más fácil haciendo música, que es lo que más disfruto en la vida”.
Pancho se dirige a quienes inician en la industria: “La manera de producir está cambiando radicalmente a como era antes. Todo músico puede verse en la imperiosa necesidad de montar un home studio; lo he confirmado con la pandemia. La globalización nos está obligando a eso. Cuando nos contratan en el extranjero para grabar lo hacemos desde casa. No se necesita demasiado equipo; sin embargo, yo grabo las baterías en el estudio, debido a que muchos estudios tradicionales subsisten por grabar cosas que no puedes en casa. Hay quien adapta en su hogar espacios para grabar baterías, piano u orquesta, en la medida de lo que se hará”.

Finalmente, Pancho señala que es importante leer los manuales de los equipos que se usan: “No sólo se trata de apretar botones, sino leer los manuales en inglés, aún antes de tener equipo, porque esto puede ayudar a tomar la decisión de comprar o no tal equipo”.

En las redes sociales es posible contactar a Pancho Ruiz en: @franciscoruizg y @kerigmarockmexico (Instagram), y panchoruizmusic y kerigmarockmexico (Facebook).

¡Hasta la siguiente columna!