La forman 41 integrantes: madres de familia, campesinas, artesanas, docentes y, desde luego, músicas oaxaqueñas. Son el ensamble de mujeres que desde 2009 dieron forma a la Banda Femenil Regional “Mujeres del Viento Florido”, que dirigida por Leticia Gallardo, ha grabado los discos “Mujeres” y “Viento Florido: Homenaje a Compositores Tradicionales Oaxaqueños”, en las instalaciones del Centro de Capacitación Musical y Desarrollo de la Cultura Mixe (CECAM), de Santa María Tlahuitoltepec, en alianza con la estación de radio comunitaria XEGLO “La Voz de la Sierra”. Es su directora quien comparte el proceso de grabación de este álbum de trece temas.
Alientos que se hacen escuchar
Lo que no se cansan de enseñarnos las comunidades de nuestro país es la ventaja de la colectividad y la actuación comunitaria, tanto en la alimentación del cuerpo como del espíritu a través de la música: “Generalmente, los límites para grabar son los recursos económicos, así que tuvimos que sumar esfuerzos, tanto de las personas que colaboraron, como las que nos hicieron el favor de grabarnos, como fue el caso de la radio comunitaria XEGLO de Guelatao, que tomó los audios. Luego buscamos apoyo de manera independiente con una persona que amablemente nos pudo pagar los tirajes, pues cuando íbamos a las instituciones no podían… se sumaron esfuerzos de diferentes personas y particulares. La radio, más el esfuerzo de las integrantes, que poco a poco pudimos juntar nuestros ahorros para poder solventar los gastos que implicaba la grabación”, relata la maestra.
El disco “Mujeres”, plasmó la creación de compositoras e instrumentistas y permitió atender la parte de la composición y explorar melodías de música tradicional oaxaqueña, lo que fue basamento para las piezas que ha estado tocando la banda en distintas presentaciones: “Con ese disco quisimos mostrar la creación e interpretación de mujeres, hay solos de instrumentos que son composición de las integrantes en las que muestran sus habilidades”, detalla Leticia.
Por otro lado, en “Viento Florido” se hace un agradecimiento y reconocimiento a los maestros oaxaqueños y también se muestra su obra nueva, como lo muestra el tema “Viento Florido”, una polka para dos saxofones hecha ex profeso para la banda: “Este disco es en gratitud a los maestros que han estado apoyando y nos asisten a través de la música tradicional a las mujeres de Oaxaca. Hicimos también la invitación a las compañeras para registrar sus piezas y luego vino la selección de las que usamos en el disco, de modo que fuera variado y hubiera espacio para compositores y compositoras. En abril del año pasado grabamos, estuvimos en el CECAM una semana ensamblando y con los ensayos y luego se hizo ya la grabación en tres días”, recuerda la directora.
En casa, la grabación
La coproducción de los álbumes implicó la grabación en captura de los audios del equipo de la estación XEGLO “La Voz de la Sierra”, comandados por Orlando Benítez Sánchez, Daniel Corona e Ismael Valdez Zavala; Foco Rojo Estudio de la Ciudad de Oaxaca en el tiraje y la adición reciente de Colibrí Agencia Cultural en la gestión de una parte de la distribución digital en plataformas digitales, además de la difusión. “La mezcla y masterización la hizo la gente de la estación, nosotras acompañamos el proceso hasta que se terminó y salió el disco, estuvimos viendo qué se quedaba, qué salía. En septiembre de 2019 pudimos presentarlo en vivo ante nuestra comunidad”, detalla orgullosa Leticia.
Y no es para menos. Gestionar un ensamble de más de cuarenta mujeres apoyándose en un modelo flexible que atiende los diversos roles y por lo tanto tiempo disponible de las integrantes, es fundamental en el logro de metas y avances, como comparte la maestra Gallardo: “En esta grabación participaron cuarenta mujeres, pero en realidad somos un poco más, sólo que la dinámica de la banda es ser muy respetuosas en tiempos y espacios, comprender cuándo pueden y cuándo no, dependiendo de sus actividades y tratando de avanzar con las que están”.
“Yo soy profesora de educación primaria y otras también en otros niveles; la mayoría están estudiando, otras son campesinas y madres de familia, algunas artesanas. Hay de todo y justamente se trata de que sea un espacio donde las mujeres puedan coincidir y haya horarios flexibles si quieren pertenecer. El proyecto nos ha permito tocar en diferentes lugares, tanto en la ciudad como en las fiestas de las comunidades de la región de los estados de Oaxaca, Puebla, Morelos y la Ciudad de México, además de algunos conciertos o participaciones especiales, como la que tuvieron junto a Lila Downs para el recital “Canto a la Memoria”, interpretando “Ñulatoo nu Rhukuetsi (Mujercita Músico)”, una composición de la maestra Nataly Luis, y justamente estamos viviendo el proceso de saber que podemos participar en estas festividades de manera activa, porque lo convencional era ver a bandas de hombres o mixtas, no sólo de mujeres. Hoy afortunadamente hemos ido abriendo los espacios y tenido un poco más de reconocimiento para que crean en nosotras, nos inviten y vean que sí tocamos”.
Respuesta favorable
A pesar de las resistencias que aún enfrentan, lo que estimula a la maestra y sus guiadas es la inspiración sembrada en las jóvenes generaciones: “Lo que nos motiva es que generalmente a las presentaciones que vamos hay una, dos o tres jóvenes o niñas que ven que sí se puede, que es posible tocar la tuba, el trombón o la trompeta y empiezas a generar interés en ello. Como en todo, empiezas a hacer algo nuevo y, sobre todo en una comunidad, es algo muy difícil, pues hay todo tipo de reacciones: desde las personas que no creen en ti, las que tienen críticas negativas y los que no te abren espacios de presentación”.
“Afortunadamente, con la insistencia hemos venido logrando que cada vez haya más invitaciones, siempre en el entendido de que tal vez no hemos logrado vivir de esto, pero estamos conscientes de que nuestra labor todavía no es ahí, sino que está en la faceta de que haya mujeres que quieran tocar y puedan participar, trascender en la composición, en la dirección…ya posteriormente vendrán las generaciones que tengan esto como una fuente de trabajo. Hoy, las integrantes tenemos un trabajo alternativo porque nos apasiona y nos gusta hacer música y convivimos a partir de ella”.
Lo que sigue es mantener el plan de promoción y seguir aprendiendo: “Para nosotros, subir estos discos a la plataforma digital para que la gente pueda compartir la música es muy importante para que los escuchen en otras partes del mundo y también para que las compañeras sepan que está su trabajo, porque son un buen ejemplo de lucha y resistencia, haciendo música originaria de nuestro estado”, concluye orgullosa la directora.
Entrevista: Nizarindani Sopeña / Redacción: Marisol Pacheco