“Siempre he sido amante de la música clásica y he respetado a los colegas que la interpretan a través de la guitarra clásica, porque es un instrumento que te requiere todo el tiempo. Como decía Segovia: ‘la guitarra es la pequeña orquesta’, porque tiene las cualidades que te permiten hacer melodía, armonía, ritmo, todo. Yo tenía el anhelo de hacer un disco de pura guitarra y música clásica desde hace como once años”. Así comparte Sergio Vallín, el reconocido guitarrista del grupo Maná, el germen que dio vida al anhelo de una década para lanzar su proyecto personal, un disco sinfónico totalmente instrumental, con colaboraciones junto a Santana, Steve Vai, Alejandro Sanz, Juan Luis Guerra, Arturo Sandoval, Ara Malikian y Marco Antonio Solís, cuyo disfrute puede hacerse, además, en Dolby Atmos.
Del anhelo a la realización
Un concierto con la Orquesta Sinfónica de México para la Cruz Roja en el Auditorio Nacional sembró el deseo de Sergio por hacer un disco con un concepto totalmente distinto al marcado en su carrera de más de treinta años junto a Maná, donde pudiera compartir música con amigos que admira y que son conocidos como compositores y cantantes, pero también son tremendos instrumentistas, lado que poco se conoce. Al proyecto se sumaron Edy Land y Mario Gustavo Juárez (arreglistas y orquestadores, además de coproductor en el caso del primero), y el ingeniero Mikel Krutzaga, para desarrollar una visión universal de la guitarra dentro del lenguaje orquestal.
Entre los retos estuvo la complejidad de concretar las participaciones de los colegas elegidos, debido a su agenda, pero desde el principio hubo un enamoramiento por el proyecto y eso marcó el camino, como recuerda Sergio: “Por ejemplo, Steve Vai me dijo, ‘yo no hago esto, pero me gusta mucho y quiero participar, sólo espérame’… ¡y nos tomó seis meses que pasara! Luego, otra parte muy importante fue invitar a personas como Edy y Mikel, porque además de entender el lenguaje de la guitarra, tienen experiencia grabando orquestas y haciendo música de cine; por eso invité a Edy a que fuera coproductor y terminó añadiendo cosas valiosas”.
Ese trabajo de arreglo y orquestación de Edy y Mario permitió comenzar a unir las piezas de este rompecabezas creativo y ambicioso: “Fueron muchos meses en el estudio haciendo maquetas que sirvieran como columna vertebral de cómo sería cada rola y Edy también armaba algo y me lo mostraba; eso nos dio estructura para los arreglos y así lo llevamos a la orquestación sinfónica. Edy, que considero es nuestro Hans Zimmer (compositor alemán de música cinematográfica y videojuegos) mexicano, llevó el sonido a algo moderno, contemporáneo, muy amigable para el oído. Eso era muy importante para mí y nos tomó muchos meses. Hubo buena comunicación y fue fluyendo”, señala el guitarrista.
Por otro lado, la complicidad en un proyecto de academia musical en Aguascalientes teje el vínculo entre Sergio y Mario Juárez, a quien primero acudió para aterrizar el concepto de música sinfónica para guitarra que tenía en mente: “Al principio fue evocar repertorio de carácter nacionalista, como la obra de Manuel M. Ponce, porque eran temas que representaban mucho para Sergio en su vida personal y en su desarrollo en la música. Así surgieron las primeras ideas de este disco y fuimos trabajando, en los tiempos que tenía para cumplir sus compromisos por ahí de 2011. Luego me dijo que invitaría a otro arreglista para lograr un concepto más modernizado y así llegó Edy, en 2016. Nos conocimos y trabajamos juntos algunas colaboraciones. Él aportó muchísimo, prácticamente le dio el giro al disco, armó una cosa bonita e interesante que me dio la oportunidad de tener una orquesta sinfónica y poder expresarme, además de orientarme a ese sonido que Sergio estaba buscando en cuanto vocabularios y lenguajes usados estilísticamente. Para mí fue un reto enorme, porque no me había enfrentado a esa circunstancia. Edy me enseñó con este trabajo lo que enfrentan los compositores y arreglistas en el ámbito profesional y eso me enriqueció mucho, además de su generosidad y empatía”, comparte Mario.
Con la experiencia como arreglista y musicalizador para cine ganada en México, pero principalmente en Los Ángeles, Estados Unidos, Edy se sumó al proyecto por sugerencia del reconocido ingeniero Rafa Sardina, amigo de Sergio. Así lo recuerda:
“Sergio escuchó mi trabajo de arreglos y me contactó. Tuvimos una reunión y me enseñó lo que habían hecho él y Mario; fue en esa sesión que hablamos de hacer algo más moderno y se nos ocurrió que el concepto podía ser incluso un poco más cinematográfico, por así decirlo. Lo comenzamos a trabajar y un buen ejemplo sería ‘Vivir sin aire’, donde cambiamos completamente la primera parte y nos marcó el camino justo de una real colaboración. Es un disco totalmente instrumental con fusión de estilos y el hecho de tener los invitados tan especiales que tuvimos haciendo algo que no estamos acostumbrados a verles es muy atrevido: tener a Alejandro Sanz y no ponerlo a cantar, por ejemplo, sino pedirle tocar una guitarra flamenca y mostrar lo impresionante que es con el instrumento, además de sumar a la orquesta sinfónica y no tener las consideraciones de hacer canciones de tres minutos y un poco más para que suenen en la radio”.
“El reto era dar coherencia a la fusión de lenguajes aparentemente muy disímiles, logrando una conjunción y resolver cómo usar la orquesta para ello. Ahí surgió la idea de buscar este sonido un poco más cinematográfico y usar su paleta instrumental, que es muy amplia. Los cores de guitarra fueron el punto para unificar y encontrar una línea del disco; creo que se logró, a pesar de que cada canción tiene lo suyo y es independiente, hay una unidad y ese fue el reto del disco”.
“Es un disco del que, en lo personal, me siento muy orgulloso porque desde que Sergio me lo platicó se hizo para dar vida a música que toque a la gente. No hubo consideraciones externas, como regularmente sucede, sino una especie de regreso al motivo por el que decides dedicarte a la música: que te haga sentir algo de una manera especial. Este disco se hizo buscando eso y espero que la gente lo perciba”, menciona Edy Land.
Grabación y mezcla, en vivo y a distancia
Con los temas y logística de invitados atendiéndose, el proceso de grabación transcurrió con Sergio grabando sus guitarras en Miami, México o la localidad que lo tomara si estaba en gira (previo a la emergencia sanitaria), y luego la planeación de la sesión con la Orquesta Sinfónica de Praga. La captura se hizo originalmente en estéreo, pero los alcances y la proyección que el disco fue tomando hizo proponer a Mikel llevarlo a Dolby Atmos.
“Mikel se hizo cargo de la grabación y mezcla; a él lo conocí por recomendación de Edy y se convirtió en una pieza clave, pues desde que empezamos a hablar nos entendimos. Para grabar la orquestación, se eligió a la Orquesta Sinfónica de Praga y se grabó en los estudios Smecky. Nos lanzamos todos. Fue una experiencia impresionante. Había grabado con orquesta de cámara algunas cosas con Maná, pero estar con ochenta músicos (sección de viento, cuerdas, metales, maderas, percusión, piano e incluso arpa), para hacer tu música, fue alucinante. Lo hicimos como en tres días; son músicos extraordinarios que a primera vista sacan las rolas, con algunas batallaron, se notó que el sabor latino tiene algo que los hizo lidiar (risas), pero lo hicimos en poco tiempo. En ese sentido, algo importante es mencionar que desde un principio yo no quise que estuviera ninguna disquera involucrada, porque no quería que me estuvieran presionando; esto es un gusto personal y por eso también agradezco a mis compañeros que se pusieron con la disposición de querer hacer el proyecto y se adecuaron a mi presupuesto para tener algo de primer nivel”, detalla Sergio.
Para Edy Land, lo importante de la orquesta era lo que aportara musicalmente, no un valor de nombre que la asociara como colaboración, además de que en Praga existe una especialización en el servicio de grabación sinfónico para todo el mundo:
“Necesitábamos una grabación bastante controlada. Por ejemplo, para cine normalmente se graba en estudios y hay una cuestión técnica de microfonía que es diferente a la de un concierto: en el primero se utiliza generalmente el Decca Tree, para capturar primordialmente el sonido de la sala, mientras que para la música de cine, además de ese sistema de microfonía, se requieren más micrófonos para hacer el sistema surround 5.1 y un poco más, porque el disco va a salir en Dolby Atmos, y también debes tener microfonía cercana de todos los instrumentos. Praga es un lugar donde en los últimos diez años se ha hecho un esfuerzo fuerte para tener estudios y orquestas, son de las mejores para grabar cine. Es por eso que esta ciudad ha crecido mucho en ese aspecto”.
“Hay también un factor de practicidad que cuando llegas allá, tienes una orquesta de excelente nivel que no está tan acostumbrada al estilo del estudio: pueden hacer diez tomas y no operan como las tradicionales que están acostumbradas a montar una pieza, ensayarla y después tocarla. En el cine y los arreglos no es así; la gente llega a leer la pieza ahí y a tocarla, se hacen varias tomas. Por eso fuimos allá”.
Con los invitados se hicieron las grabaciones a distancia, manteniendo comunicación constante para no perder el hilo de lo que se quería y luego realizar la edición y la mezcla, todo con Sergio tomando la batuta:
“La verdad, echamos la casa por la ventana. Fuimos cuidadosos y de hecho, ya se había mezclado y no me convenció cómo quedó, así que volví a ir a España con Mikel y estuvimos nuevamente trabajando Edy y yo. Ha sido mucho trabajo, pero sobre todo con el afán de que cuando lo escuchen, la gente perciba cómo transmite emociones”, apunta Sergio.
“Tuvimos una relación muy cercana, sobre todo por los arreglos que no fueron sólo los orquestales, sino también pensar cómo vestir cada pieza, si se usaba un beat o no. Esa fue la parte de coproducción que generó una relación muy intensa. Nació una amistad muy padre desde entonces gracias a este disco. En la mezcla también estuve cuando fuimos en un primer viaje a España, al estudio de Mikel; luego se le dio una última pasada, donde no acudí, pero me mantuve en contacto. Para mí siempre fue claro que la última palabra era de Sergio; sí lo considero mi proyecto porque le tengo mucho cariño, pero es claramente de él, nació de su cabeza y corazón y agradezco tener una buena relación con él en ese aspecto”, añade Edy.
“Es un trabajo muy cuidado que no fue sencillo, sino complejo y requirió atender muchos aspectos de cosas técnicas, de sensibilidad, gusto y estética y para eso se deben tener a las personas adecuadas que contribuyan para lograr la sonoridad que el proyecto requiere. Las colaboraciones fueron de gente increíble y dio como resultado un excelente trabajo, por la música, su esencia. Se logró plasmar así y fue un gusto tener participación”, reflexiona Mario Gustavo Juárez.
Sonoridad idónea para Dolby Atmos
Con la certeza de estar ante un proyecto donde la música es total protagonista, Mikel Krutzaga consideró llevarlo a Dolby Atmos y hacerlo sonar en ese sistema de escucha envolvente, inmersivo, más allá del estéreo normal: “La música daba muchísimos matices y supe que sería perfecta para tener esa sensación de estar sentado delante de la orquesta, con los músicos rodeándote. No todas las músicas dan pie para hacerlo, pero no se habían abierto aún las posibilidades para difundir incluso la música en sistemas multicanal o Dolby Atmos. Mantuve la idea y mientras tanto hicimos el disco, y quedó increíble, al punto de que esta música transmite, incluso escuchándola desde el teléfono, y eso es el valor más importante que debe tener la música, una composición”, puntualiza Mikel.
De ese modo, con la mezcla en estéreo terminada y masterizada, se dio la ocasión de hablar directamente con la gente de Dolby Atmos quienes, en ese momento, ya estaban alimentando las plataformas digitales para distribuir música en este tipo de formato que sólo podía tenerse en el cine y algunas versiones para Blu-ray; Mikel expone cómo llevó la mezcla de “Microsinfonías” de estéreo a Dolby Atmos:
“Le dije a Sergio que esta música merecía ser escuchada en ese formato. Ya nos tomó la emergencia sanitaria en ese punto del proyecto y él estaba trabajando los nuevos proyectos de Maná, así que nos marcamos unos plazos y trabajamos a distancia. Lo que se hace es armar una mezcla nueva, llevarla de dos altavoces a 7.1. Abrí la sesión, con mis ecualizaciones de guitarras y reverbs, tal cual estaban, pero a partir de ahí hice una remezcla. Empecé a generar y a mover los instrumentos dentro del espacio; no fue partir de cero, sino que se armó una sesión ya mezclada descartando la salida en dos canales del estéreo como tal, para generar un 7.1, .2 o .4”.
“Luego, como son muchas pistas que van juntas —que antes eran dos—, necesita la decodificación del AC4, indicado para audio en Dolby, como existen también TrueHD y que se eligen según el formato y si tienen mayor o menor cantidad de datos en función del sistema que vayamos a bajar —Tidal o Amazon, por mencionar algunos—, si tiene una carga muy elevada cuesta más. Es su propio sistema de compresión; después los reproductores hacen la descompresión, por eso hace falta tener instalado un decodificador Dolby para que puedan reproducirse esas pistas que se unieron, repartir, separar otra vez”.
“Por eso, la opción Dolby Atmos sólo está disponible en Tidal y en Amazon Prime, pues estos ya tienen el decodificador. Si eres cliente de Tidal puedes escuchar en el celular los que tienen la opción Dolby Atmos o a través de Apple TV, instalando la aplicación de Tidal y así decodificarlo como si fuera una película de Netflix o de HBO. Así, en un equipo de home cinema, puedes escuchar las músicas en surround, en Dolby Atmos. Y así se podrá disfrutar mucho más un disco como éste”, afirma entusiasta el ingeniero”.
Para Sergio, el hecho de que surgiera la posibilidad de poner Microsinfonías en Dolby Atmos, fue el detonador que hizo posible su lanzamiento:
“Tomó tiempo y no se habían dado las cosas y, de pronto, haberlo mezclado en Dolby Atmos fue el acelerador. Estoy muy agradecido con Mikel por haber tenido la fe y el amor a este proyecto y ponerlo a consideración de la gente de Dolby, que ni siquiera había escuchado el disco. Mikel se los contó de tal manera que estaban enamoradísimos, con alta expectativa e incertidumbre. Cuando me empezaron a escribir los directivos de Dolby y pudimos escuchar todos, tuvimos la certeza de que todo el esfuerzo y la espera valieron la pena.
“Hoy creo que está saliendo el disco en el mejor momento porque, respetando a todos los géneros de música, creo que hacía falta un proyecto así donde la música hablara por sí sola, instrumentalmente. Es impresionante escuchar a Marco Antonio Solís tocando percusiones como nadie lo ha escuchado en un contexto sinfónico o de repente a Juan Luis Guerra hacer la melodía de “Bachata Rosa” en su guitarra o a Alejandro Sanz tocando puro flamenco, o a mí, en un contexto como líder, totalmente fuera de mi banda. Steve Vai, que tiene un disco con orquesta sinfónica en vivo, hizo referencia especial a que es muy difícil mezclar lo que es una obra para guitarra con una orquesta sinfónica y que suene bien. Eso aprendí y reiteré: que la música es el lenguaje del alma puro y que no hay fronteras ni límites de hasta dónde puede llegar; es muy poderosa. Nos hemos divertido mucho”, reflexiona emocionado el guitarrista.
Pensamiento alternativo, la respuesta al confinamiento
Entre los aprendizajes marcados con la llegada de la emergencia sanitaria, uno de los más importantes fue la revaloración del tiempo y los fines artísticos, como señala Mikel:
“En este mundo que vivimos ahora, donde todos los proyectos, digamos, antes de empezar ya casi tienen que estar terminados y las prisas y los presupuestos mandan, este proyecto me enseñó que en realidad hay cosas que necesitan su tiempo, que incluso éste puede ser uno de los elementos más importantes dentro del mismo. Luego, compartir con gente de tanta valía, a nivel musical y personal, lo que hace es enriquecerte. A partir ahora quiero que las cosas que haga lleven el tiempo que necesite, no el que se pretende. En eso Sergio ha sido un maestro: el tiempo pasó y acabamos, mejor de lo que pensamos en un principio. Es una gran enseñanza por todo el proceso que se vivió”.
“Por otro lado, en este momento donde las inercias se pararon, salieron nuevas formas de hacer cosas. Es muy probable que estemos dando pasos para una nueva forma de concebir la música, en el sentido tecnológico, no tanto el artístico. La tecnología va a una velocidad rapidísima y esto nos abre nuevos caminos en la ingeniería y producción musical para poder expresar la música de formas diferentes”.
Mario Juárez distingue el valor de las personas y poder aprenderles: “Este álbum me dejó estar cerca de personas con enorme trascendencia y proyección en lo que hacen, como Edy. Fue una coparticipación muy interesante y sincera; haber tenido la oportunidad de estar en un estudio como el de Praga con esos músicos de cerca; la paciencia de Sergio para las propuestas que iba haciendo…mi gratitud por vivirlo más en estos tiempos que nos alcanzaron donde es difícil conservar la ecuanimidad y, como Edy dijo: ‘se tiene que buscar la solución para resolver necesidades’ y es esa búsqueda la que hace que uno tenga que crecer más y sumar en eso a tus colaboradores, los docentes que están conmigo. Todo esto es el recordatorio de que el ser humano debe ser superviviente a costa de lo que sea”.
Por su parte, Edy destaca el salir de la zona de confort, tomar las oportunidades y sopesar el poder del arte: “Estoy muy contento de haberlo hecho, no sólo en este proyecto, sino en mi quehacer para el cine y lo demás. Ha habido tristeza porque mis colegas músicos la han pasado duro al igual que la gente que está en los estudios; ha sido realmente difícil y puesto a prueba nuestra voluntad. Sin embargo, también creo que se han encontrado formas de ir ante la adversidad con creatividad, como vemos con los conciertos virtuales y los estudios que vuelven a tener sesiones para grabar. En ese sentido, me da gusto que ‘Microsinfonías’ salga en esta época, porque el mundo necesita cosas que ayuden a pasar esto. Yo me metí en la música porque a mí el arte me hacían sentir y replantearme cosas; los momentos de mayores epifanías las asocio con eso. A veces podemos minimizarlo, pero cuando el arte está hecho con esa intención, de hacer sentir —no sólo entretener, que también es un objetivo, pero no el único ni el más importante—, tocar esas fibras que solamente el arte puede. Estoy contento de que este disco le haga bien a la gente”.
Finalmente, Sergio se entusiasma con la innovación y la universalidad de la música como lenguaje: “Somos testigos de una época fabulosamente innovadora, aunque hay mucha incertidumbre. La tecnología nos ha dado elementos que jamás imaginamos y, sin embargo, es importante no perder la base de dónde viene todo, porque está muy bien la tecnología y la manera de escuchar, pero eso no reemplaza, ni puede existir sin lo demás primero. Todo nace en una guitarra, en un piano, en una voz, lo demás es cómo lo vistes”.
“Como guitarristas somos muy afortunados de tener el privilegio de compartir el tiempo y la vida con un instrumento que va pegado a ti, que es una extensión total de tu cuerpo y poderte expresar a través de él. Yo jamás había soñado tocar con Santana o Steve Vai… jamás lo imaginé en la vida y sí, hay que desear y soñar las cosas, y hay que trabajar duro. Eso nos quedó claro y también que lo más importante, y que es el verdadero éxito en la vida, es estar en paz contigo mismo. Este disco me da ese sabor”.
“Ahora me siento en paz, en el sentido de que llegó su momento y el de personas con las que verá salir la luz. Sanz me dijo: ‘Hiciste un disco muy atrevido y muy comprometido, porque hoy todos están viendo cómo y quién tiene más likes, streamings y tonterías para llamar la atención’. Ojalá este proyecto inspire a músicos, ingenieros y a todos a que se atrevan a hacer más música por la música en sí misma”.
Que así sea. Que el pensamiento alternativo y animarse a hacer cosas, marque este signo de los tiempos.
Entrevistas: Nizarindani Sopeña / Redacción: Marisol Pacheco
El equipo de Smecky Studios incluye:
Consola Neve 88RS, 48 canales
Monitores ATC SCL300ASL – LCR, built-in, ATC SCL100 – surround, built-in y ATC Custom SUB – two built-in subs under LR
Sistema de grabación
- Mac Pro Late 2013, 8-Core Intel E5 3GHz, 64GB/1866 Ram
- macOS 10.12.5 Sierra
- Avid Pro Tools HDX2 v12.7.1
- (02) Apogee Symphony mkII, 64 entradas y salidas
- Avid HD Sync
- AJA T-TAP Thunderbolt para salida de video
Preamplificador de micrófono
- (04) Millennia HV-3D, 32 canales
Equipo outboard
- Lexicon PCM96 Surround, analog I/O, (2) Lexicon 300
- EMT 140 Plate reverb
- Quantec QRS
- Yamaha REV 5, Yamaha SPX 90 II
- (02) Neve 83046 compresor estéreo
Microfonía
- (03) Neumann M150, (08) Neumann U87, (02) Neumann U47fet, (02) Neumann U89, (04) Neumann TLM103, (11) Neumann KM-184, (03) Neumann KM-84, (06) Neumann KM-83
- (02) Neumann KM-76, (06) Neumann KM-85
- (04) Schoeps CMC-5 MK4, (03) Schoeps CMC-5 MK2S
- (10) Calrec CM1050C
- (03) BBC ST-C (ribbon)
- (03) AEA R44 (ribbon), (2) AEA R84 (ribbon)
- (04) Audix CX-101, (4) Audix CX-111
- (02) Sennheiser MD 421
- Shure SM57, Shure Beta 52
- (02) BSS AR-133 DI box
Grabación remota
- Source Connect Pro v3.9
- Source Live v3.0 (web browser streaming estéreo, webcam disponible en el estudio)
Smecky Music Studios en la creación de “Microsinfonías”
Este lugar para la grabación fue abierto en 1943 y está situado justo en el centro de Praga, cerca de la Plaza Wenceslao. Es lo suficientemente grande como para acomodar una orquesta sinfónica y un coro completos y es apreciado por compositores, productores y músicos por sus cualidades acústicas de primer nivel.
Ahora gestionado de forma independiente, Smecky Music Studios es el hogar de la Orquesta Filarmónica y el Coro de la Ciudad de Praga, pero también alberga grabaciones de otras principales orquestas checas y bandas.
Smecky Music Studios ha grabado para una impresionante variedad de creadores de música internacionales y galardonados que cubren todos los géneros y estilos musicales imaginables. Los créditos internacionales han sido numerosos y desde la introducción de la plataforma Source Connect, muchas grabaciones ahora son monitoreadas remotamente por compositores y productores desde sus propios estudios de grabación.