Por Nizarindani Sopeña Romero
Salomé Limón (España), productora, compositora, ingeniera y diseñadora de sonido, ganadora de Latin Grammys; Natalia Perelman (Argentina), técnica de grabación, mezcla y masterización, productora, gestora cultural y fundadora de la Red Multisonora, y María Elisa Ayerbe (Colombia), ingeniera de sonido, productora, propietaria de un sello discográfico y docente también acreedora de Latin Gammys, son tres profesionales del audio cuyo talento ha trascendido fronteras y las ha hecho reunirse en eventos como SoundGirls México, en el marco de sound:check Xpo. La siguiente es la conversación que ahora publicamos como eco del evento más importante de la Industria de la Música y el Espectáculo en nuestro país.
¿Qué importancia tiene para ustedes un evento como éste en la Ciudad de México?
María Elisa: “Yo vengo de Colombia y allá no hay un evento que reúna lo más importante de la parte técnica y producción de audio en un mismo lugar, lo cual me parece crucial, porque el mercado latinoamericano de la industria del entretenimiento, música y producción es enorme y hay todo un campo técnico asociado a esto. Es importante conocer las últimas tecnologías, hacer networking, conocer a la gente que está detrás de esto, y las marcas que vienen de otros países deben enterarse de que esto es un mercado muy proactivo, en el que vale la pena invertir y creer. Por otro lado, la presencia de SoundGirls es muy importante en Latinoamérica, para saber que las mujeres estamos trabajando y logrando cosas importantes y que hay muchas chicas dispuestas a hacer cosas muy interesantes”.
Si bien cada día hay más mujeres en el audio profesional, la visibilización todavía hace falta para asegurar que la equidad de género es un hecho. Así ha sido la experiencia de estas profesionales en esta área:
Natalia: “Yo tuve experiencias primero como ser humano; no me di cuenta de la cuestión de género sino hasta bastantes años después. Yo lo vivía como algo muy natural, porque era una vocación y nada iba a detenerme, pero en cuanto empecé a tomar conciencia porque quería crecer, ahí fue donde empecé a ver las dificultades para avanzar, hasta que muchos años después comencé a relacionarme y a encontrar otras mujeres que hacen lo mismo que yo. Ahí está la clave de la visibilización, porque esto nos permite asociarnos y crear colectivos”.
Salomé: “Otra cosa que ayudado mucho a conectarnos han sido las redes sociales. Cuando yo empecé pasaba lo mismo: empecé con mi hermano, Javier Limón, en el estudio, y para mí era un trabajo más; no me cuestioné si podía hacerlo o no y cuando fui a Bruselas a grabar al armonicista ‘Toots’ Thielemans me encontré con una mujer como ingeniera y ahí me di cuenta de que había más, pero no había redes sociales y me olvidé del tema, hasta que me aparecieron y empecé a conocer a más mujeres y ahí es donde yo creé la asociación en España que llamada PIAudio, para ponernos en contacto y apoyarnos”.
¿Cómo encontraron su vocación?
Natalia: En mi caso, fue completamente casual. Yo vengo de la música, como intérprete y compositora, y en algún momento se me hizo difícil el camino; no había muchas mujeres sobre los escenarios y más si éramos autogestivas. En un punto se me presentó la oportunidad de trabajar en un estudio de grabación y una persona me dijo que tenía muy buen oído, que sabía mucho de música y que le parecía que yo podía seguir por el camino de la producción. Así empecé, como asistente segundo en el estudio de grabación más importante de Argentina en ese momento. Me di cuenta de que eso era lo que quería hacer, por lo menos en ese momento, fue como un flechazo”.
María Elisa: “En mi caso fue muy diferente; desde niña yo estudiaba guitarra y música y sabía que quería estudiar algo relacionado con eso, pero al mismo tiempo no me apasionaba ser intérprete y no me veía en el escenario. No sabía qué camino tomar y por otro lado, me apasionaba mucho el Derecho y las Relaciones Internacionales; finalmente, mi mamá, que durante mucho tiempo fue productora de televisión, me hizo ver que yo era muy buena con la tecnología y que siempre se me había facilitado hacer ciertas cosas. Ella me dijo que había un punto donde convergía la producción y la ingeniería de sonido y así me di cuenta de que eso quería estudiar. Sin pensarlo dos veces, me inscribí en la Universidad de Chile y empecé a estudiar Ingeniería de sonido”.
Salomé: “Mi hermano tenía mucha carga de trabajo y necesitaba ayuda, y empezamos a trabajar con él mi otro hermano y yo, pero él no decidió seguir. Para mí, al principio era un trabajo más, sin saber que era una vocación, y poco a poco me fui enamorando de la profesión. Empecé como asistente, tirando cables y llevando cafés, y después pude empezar a sentarme en la consola. Fue una evolución natural y luego empecé a mezclar y a producir. Una vez que salí del estudio, el gusanillo de la composición también me llamó y y poco a poco me he ido abriendo camino. En el cine me metí porque David Trueba me llamó para hacer el sonido en directo de alguna de sus películas y quería alguien que estuviera más vinculado a a la música que al cine, así que me propuso hacer diseño sonoro. Cada día aprendo un poco más y justo en estos momentos hemos hablado más de la preparación que necesitamos sobre audio inmersivo e inteligencia artificial
Natalia: “Muchos años después de trabajar, comencé una carrera universitaria de Artes Electrónicas, que tocaba ligeramente algunos temas que iban más allá de la ingeniería, porque todo lo práctico yo ya lo había adquirido y no necesitaba saber tanto sobre esas cosas. Lo que necesitaba era saber más sobre lo teórico y lo artístico relacionado al sonido y eso me dio una gran apertura en mi manera de pensar. Hasta la fecha sigo haciendo cursos y poco antes de la pandemia volví al conservatorio, porque sentí que debía ejercitar de nuevo la lectura de pentagrama para grabar mejor a las orquestas que me tocaban”.
Es un hecho que hay muchas chicas en nuestros países quieren estudiar audio…
Natalia: “Sí, pero aún son pocas, y de las que logran hacerlo, son menos las que terminan y mucho menos son las que logran insertarse en el medio”.
María Elisa: “Y no solamente pasa en nuestros países; yo vivo en Estados Unidos y con las clases que he dado en institutos de audio allá, también me he dado cuenta de la deserción que hay por muchos factores. Uno es por la manera en la que los docentes y las instituciones educativas hacen el enfoque en la educación, en un campo que principalmente es masculino, y luego, como dice Natalia, cuando salen, entran a un campo laboral extremadamente machista”.
“Otra cosa que también nos afecta a mujeres y hombres es que nuestro campo es muy pequeño y hay muy poca oferta laboral, y no hay conciencia en el tema de la diversidad, la inclusión y la equidad, entonces, las chicas que son minoría en estos temas, compiten en unas condiciones que son distintas a las de sus colegas masculinos. Ahí es cuando la equidad debe hacerse presente para abrir cupos específicos y delegar a personas que se encargan de mantener esto de una manera equitativa”.
Natalia: “También faltan profesoras y eso es muy importante, porque si las chicas no se ven reflejadas en estas figuras, es difícil creer que es posible para ellas”.
¿Qué cosas prácticas podemos hacer las mujeres para cambiar la industria?
Salomé: “En España, en la industria del cine, hay unas cuotas en las que, cuantas más mujeres jefas de equipo hay, se reciben más apoyos económicos -aunque también sucede que puede haber trampa y los hombres ponen a las mujeres para después ellos hacer el trabajo, como puede ser la esposa del sonidista, por ejemplo, sin que ella realmente haga el trabajo-, pero creo que este tema es vital y nos ayuda por lo menos a entrar. Otra cosa que creo que hace falta son tutoriales de mujeres, tanto en inglés como en español en estos temas, para que las chicas sepan que es posible”.
“Además de visibilizarnos, los hombres pueden ayudar contratándonos cuando tienen la posibilidad. Es complicado, porque a veces no se te ocurre y muchas veces, lo que viene a la cabeza es contratar a un hombre, porque ha sido con quien has trabajado toda la vida; entonces hay que dar ese paso extra de buscar a una mujer para demostrar nuestro talento”.
¿Qué ocurrió en el panel de la Academia Latina de la Grabación (LARAS) en este ciclo de conferencias?
María Elisa: “Fue muy bueno, hablamos de nuestras experiencias, pero también el punto era mostrar a la audiencia cómo eso en esencia es un reflejo de lo que probablemente les esté pasando a los asistentes también, y cómo nosotras, en medio de nuestra carrera con las limitaciones que tuvimos, encontramos el camino para asociarnos y empezar nuestro trayecto y participar en los proyectos, competir y ser miembros activos y poder participar en comités y demás charlas con LARAS. Muchos chicos y chicas preguntaban y contaban sus experiencias de vida, sus limitaciones y nos pedían un poco de consejo y guía para poder enfocar”.
“El objetivo era mostrar que en esencia, nosotras no nos conocíamos, pero al vernos también en un comité de LARAS encontramos la manera de encontrar una comunidad y de encontrarnos en ella. Afortunadamente estaba Isabel Paz, de la sección de membresías y todas las preguntas técnicas que había más puntuales, ella las resolvió”.