La trayectoria de Lauro Eduardo Plaza Ávalos, más conocido en el medio como Lalo Plaza, abarca veinticinco años en los cuales ha trabajado con emblemáticos proyectos de la música hecha en México, como podemos mencionar a Gerardo Enciso, El Personal y en la nueva generación a Sabino, Elis Paprika y The Warning. Eduardo vio la primera luz en la Ciudad de México y a temprana edad emigró junto con su familia a Guadalajara, desde donde ha desarrollado su carrera.
“Entré en contacto con ingenieros de audio como Mauricio Ramírez ‘Magú’, Paco Navarrete y Eduardo Sandoval. Trabajar con ellos fue lo que me hizo decidir dedicarme a esto”.
La música como principio y fin
Lalo nos narra: “De alguna manera, mi familia siempre estuvo ligada con la música, pero más que nada les gustaba mucho bailar y la fiesta. No hay antecedentes de miembros que hayan trabajado en la música de manera profesional, aunque mi madre -que era de un pueblo de Jalisco-, siempre fue muy fanática de la música y me ponía música clásica, además de escuchar mucha música ranchera y tríos como Los Panchos. Mi padre es oriundo de la Ciudad de México y es diseñador gráfico. A finales de los años ochenta, una de sus clientas era Irene Poulos, propietaria de un restaurante en Tlaquepaque en el que tocaban grupos. Ahí conocí al jazzista Arturo Cipriano, a quien mi padre le diseñaba las portadas de sus discos y la publicidad de sus conciertos”.
“Dentro de ese entorno, a mí me llamó la atención la batería. Llegamos a un acuerdo con Daniel Kitroser, el baterista del proyecto, en el que, a cambio de darme clases, yo armaría su batería en los shows. Tiempo después, Daniel entró a trabajar con Gerardo Enciso y El Personal en su nueva formación, hasta que me invitó como su roadie formal, y empezamos a trabajar con estos dos proyectos. Ya nunca tomé clases, pero me empecé a interesar en el escenario. Fue así como entré en contacto con los ingenieros de audio de esos proyectos, como Mauricio Ramírez “Magú”, Paco Navarrete y Eduardo Sandoval. Trabajar ahí fue lo que me hizo decidir dedicarme a esto. Esos fueron mis inicios y duré trabajando con ellos prácticamente hasta que El Personal se volvió a separar”, recuerda Lalo.
A partir de estas experiencias, se empezaron a abrir las puertas para Lalo: “Después de eso, Nelly Rosales, propietaria de la productora Péndulo Producciones, me invitó a trabajar como su stage manager y ahí trabajé con muchísimas bandas de Guadalajara en bares. Fue por ese tiempo que “Magú” abrió su escuela de audio Dynamix y me invitó, aunque me resistí primero por cuestiones económicas, hasta que un día asistí y me hizo ver que mi percepción se ampliaría. Finalmente ingresé y así sucedió, sobre todo corrigiendo errores que yo cometía y aportándome fundamentos teóricos que yo desconocía. A partir de ahí se puede decir que empecé a trabajar profesionalmente esta parte del audio, ya como operador”.
El Roxy
“Fue ahí cuando empecé a trabajar en el Centro Cultural Roxy, que inicialmente fue una galería y después lo convirtieron en foro. Estuve ahí diez años, durante la administración del empresario Juan Carlos Delatorre. El foro ya tenía un escenario de cemento y el techo era de lámina, y por esto último era complicado meter un equipo que sonara bien. En la siguiente administración, ya era yo jefe de producción y me dieron la oportunidad de proponer qué podíamos implementar para mejorar las cuestiones del audio, cosa que no logramos, pero lo que sí se pudo realizar fue tener un equipo propio de audio e iluminación. El empresario Christopher Dehmlow tenía una fábrica de bocinas llamada Acoustic y se hizo un trato de renta durante un período. De alguna manera, la estructura de negocio fue más rentable para nosotros y para las empresas que colaboraban con nosotros. El Roxy no solo fue escuela para las personas que estuvimos, sino también para las bandas”.
“Me sigo negando un poco a la aceptación de los procesos digitales, y no es porque no considere que sean prácticos. A pesar de esto, creo que el montaje, desarrollo y cobertura se han facilitado muchísimo para, por ejemplo, sonorizar una arena”.
Metal, indie y hip-hop
Una de las destacadas facetas de Lalo como ingeniero de sonido, es la de mezclar metal. Yo crecí en la escena del reggae y del world music, que son los géneros que generalmente consumo, aunque reconozco que hay bandas con una gran fuerza y capacidad musical en el metal. Mi inclusión en esta escena fue circunstancial, porque en esa época yo trabajaba con unos amigos que después se hicieron productores de festivales y les encantaba el metal, de modo que todas las propuestas de trabajo que había venían de ahí. Esta misma empresa creó posteriormente el Hell & Heaven Metal Fest, en donde colaboré como production manager en las ediciones de 2013 y 2014. También he trabajado con la empresa Show no Mercy, especializada en este género”. Eduardo reflexiona: “Reconozco que el metal ha sido una de mis mejores escuelas y me ayudado para hacer todo lo que estoy haciendo con The Warning que, aunque no son precisamente metal, se emparentan”.
Otra experiencia en los festivales para Eduardo fue el Festival Xtremo: “La primera edición fue en el Auditorio Benito Juárez. Este era un festival producido en Guadalajara con cuatro escenarios corriendo simultáneamente. Aquí tuve la función de productor, pero en esa época no era lo mismo producir en el Roxy que producir en un lugar donde no tienes infraestructura y tienes que ponerla. Esto llevó a todas las personas que trabajábamos ahí a profesionalizarnos. El festival se realizó dos o tres años más, con artistas como Moby y Underworld”. Lalo nos describe sus alianzas de trabajo más sólidas: “Un período trabajé en un proyecto llamado Circuito Indio como productor, en el que se pretendía apoyar al circuito emergente. Ahí conocí a Sabino y cuando terminó el proyecto, su oficina me invitó a participar como técnico de audio y de producción para él. Me tocó ver una parte de su desarrollo. El último show que hice con él fue un Pepsi Center para siete mil personas”.
Lalo comparte sus experiencias con la artista indie y emprendedora Elis Paprika: “Elis es mi amiga hace muchos años y hoy tiene un proyecto muy interesante llamado Now Girls Rule, una asociación destinada a equilibrar la igualdad entre bandas femeninas y masculinas. Yo la admiro mucho en el sentido de que es una chica que ha sido muy guerrera en este tema. Aquí no solo hago la mezcla de su proyecto, sino que estoy conociendo mucha gente de la industria, chicas que tienen una percepción muy interesante de cómo llevar su carrera y que lo que están proponiendo es exigir lo justo. Con Elis estoy en el lugar exacto y me ha tocado conocer mucho mundo”.
Evolución técnica
Lalo empezó a mezclar a los 19 años y nos comparte su visión de los cambios técnicos a lo largo el tiempo: “Yo pertenezco a la que es probablemente la última generación en la que trabajábamos con todo lo análogo. No había consolas ni procesadores digitales y todo eran racks de efectos, gates y ecualizadores. Todo se tenía que conectar con cables. Yo me negué y me sigo negando un poco a la aceptación de los procesos digitales, y no es porque no considere que sean prácticos. Creo que hay una gran diferencia entre ciertos ecualizadores o consolas digitales que no dejan de ser emuladores. A pesar de esto, creo que el montaje, desarrollo y cobertura se han facilitado muchísimo para, por ejemplo, sonorizar una arena. Yo ya no visualizo un festival sin las consolas digitales, ya que con dos o tres de éstas puedes sacar adelante un line up de 15 o 20 bandas. Un punto riesgoso es hacerte dependiente a este tipo de tecnologías, cuando antes tenías que resolver todo con el oído. Hay muchos recursos con los que ya no necesitas tener tan buen oído para determinar si algunas frecuencias están molestando, ya que todas las consolas tienen un medidor. Me parece algo vital el hecho de que, si vamos a hacer audio, lo hagamos con los oídos y no con la vista”, concluye.
“El Roxy no solo fue escuela para las personas que trabajamos como parte del staff técnico, sino también para las bandas”.
La carrera de Lalo Plaza
- Ingeniero de sala y monitores The Warning
- Ingeniero de Sala Ellis Paprika / Now Girls Rules (también ingeniero de streaming)
- Production Manager e ingeniero de sala para Sabino
- Manager de producción para Circuito Indio
- Coordinador de producción e ingeniero de sala para The Original Wailers
- Manager de producción para Thermo
- Manager de producción en Guadalajara y Centroamérica para la empresa Show No Mercy
- Manager de Producción en las ediciones 2014, 2013.Festival Heaven and Hell.
- Manager de producción, ingeniero de sala y monitores para Rock por la Vida/Carpa Intolerancia-ULM ediciones 2016, 2015, 2014 y 2013
- Monitores y sala. Festival 212 RMX Ediciones (2012 a 2017)
- Encargado de producción Centro Cultural Roxy (1996-2001)