La Lupita, vigencia en el estudio de grabación

Grabado en pandemia y combinando sesiones en Soga Records y los estudios del guitarrista Lino Nava (Watagushu y su project studio en Coyoacán), “La Tormenta” es el disco con el que La Lupita celebra tres décadas de carrera. Con la producción de Lino Nava, canciones compuestas por él y Héctor Quijada, el primer sencillo del disco que aparecerá por completo el próximo marzo lleva el nombre de “Linda Chica Rocker”, preámbulo de una fiesta que tomará punto clímax en los conciertos programados para el Festival Vive Latino 2022 y el Teatro Metropolitan.

Las sesiones de grabación se repartieron en Soga Recording, el estudio de Lino Nava en Coyoacán y más guitarras y alientos en el estudio Watagushu.

Una tormenta de sonidos

Como el primer disco de la banda, lanzado hace tres décadas, “La Tormenta” fue producido por Lino y es algo que se dio de manera natural al poseer dónde y con qué tomar decisiones y acciones estéticas, como él lo menciona: “Desde siempre la búsqueda de sonido para las canciones de La Lupita tuvo que ver con varias latitudes estéticas; el rock intenso, la música funky o disco y hemos tenido contacto con la música popular mexicana. Nos autoprodujimos ese primer disco, después trabajamos con Jorge Amaro “La Chiquis” y con Didi Gutman de Brazilian Girls. Después regresamos a producirnos nosotros, básicamente porque yo, desde la preproducción y preparación de los discos, tengo a disposición instrumentos musicales: si quiero un órgano Hammond o guitarras Les Paul, Telecaster, un teclado Moog o pedales muy específicos, lo tengo todo a la mano, afortunadamente, además de que las cuerdas que siempre uso son D´Addarío. Así lo hicimos esta vez y en una etapa complicada de crisis sanitaria y demás, trabajamos a distancia, con la preparación de la música por mi parte, sumando las ideas de melodía, letra y otros elementos de Héctor, para compaginar la tarea”, narra Lino.

Las sesiones de grabación se repartieron de la siguiente manera: en Soga Recording, en Cuernavaca, se capturaron las bases, mientras que las guitarras y teclados fueron registradas en el estudio de Lino en Coyoacán y más guitarras y alientos se grabaron en Watagushu, otro estudio de Lino en la carretera libre a Cuernavaca: “A mí me emociona mucho escuchar las canciones nuevas, porque es un disco que tiene mucha diversidad de estilos. El primer sencillo es muy rock, pero hay canciones que tienen que ver con de mariachi con punk o arreglos de metales muy coloridos al estilo Earth, Wind and Fire. Hay canciones que tienen que ver con la psicodelia y el trip hop. Algo que está muy claro es el tono y color de la voz de Héctor y el estilo de un servidor de hacer música y tocar la guitarra. Eso une todo el proceso”.

“Las guitarras fueron grabadas en cuatro semanas y hay una selección muy amplia, desde Les Paul, Telecaster, guitarras de los años cincuenta, acústicas, Harmony y mi Ibanez JEM Steve Vai 777 para algunos solos en los que armaba una especie de ‘Y’ que pasaba por mi pedalera, reconfigurada por ‘La Güera’, un gran técnico de guitarras que tiene su boutique de instrumentos vintage en El Ensayadero, con una colección de pedales de los años 80 y 90 y muchos hechos custom y mis especificaciones de sonido, de modo que la  ‘Y’ mandaba la señal a un amplificador JCM 800 Marshall de 1988 con el que prácticamente he grabado todos los discos de La Lupita y ha sonado en discos clásicos del rock mexicano como “El Circo” de La Maldita Vecindad y las guitarras del primer disco de Café Tacvba, que tuve el honor de grabar”, cuenta Lino.

“Del otro lado, la ‘Y’ iba directo a un preamplificador Rectifier de Mesa Boogie con un gabinete de dos bocinas de 12 pulgadas y para ciertos sonidos, pusimos un Fender Twin Vintage u otro Mesa Boogie; todo estaba sonando al mismo tiempo con dos amplificadores microfoneados, cada uno, con dos micrófonos Shure SM57 y dos ambientales. En total fueron alrededor de 128 canales de grabación, con las voces de Héctor que metimos en varias capas, lo que me encantó porque su voz empalma muy bien con las armonías, los gritos y el bacanal que hay en ciertas partes, además de los coros que son voces de nosotros. A pesar de que no es un disco complicado en arreglos, hay muchas capas que hacen sonidos de alguna manera envolvente y de hecho, estamos buscando también hacer algunas de las mezclas en Dolby Atmos, que lo haremos en Soga Recording”.

“La Tormenta”, que estará disponible en formato digital, disco compacto y vinil, se podrá escuchar completo en marzo de 2022, siendo anhelados los conciertos en vivo como los que sucederán en el Festival Vive Latino y el Teatro Metropolitan.

Una voz entrenada que da lo mejor de sí

La voz de Héctor se registró con el micrófono Neumann U47, con una consola Rupert Neve de 32 canales. Por otra parte, y dadas las circunstancias de confinamiento que había cuando se grabó el disco, Héctor tuvo que trabajar para poner en forma su voz:

“Por las circunstancias que vivimos, sin conciertos, sentía la voz fuera de forma, entonces seguí estudiando. Tomé variadas clases en línea, desde técnica clásica hasta Roy Hart, porque me sirve mucho para ampliar un poco el rango de la voz. Creo que eso y las ganas de hacerlo en plan de sacar todo de adentro, liberar una olla express, fue de donde me agarré para recuperar forma con la ventaja de que es algo que puedes hacer cuando quieras y te sientas cómodo, sin distracciones. Busqué otras herramientas para ir encontrándole diferentes colores a la voz y, de hecho, la inspiración también vino de las canciones que Lino hizo completas, que me sirvieron para moverme en otro terreno. Me gustó mucho esa experiencia, porque fue donde más pude explorar hacia dónde moverme y darle diferente onda a cada canción”.

La ingeniería de grabación estuvo coordinada por Lino con el apoyo de Luis Yáñez, quien es el ingeniero de base en su estudio Watagushu, además de Carlos Olivares, en Soga Recording. El trabajo de mezcla está en los oídos de Sacha Triujeque, con quien la banda ya ha colaborado en discos anteriores, mientras que la masterización está a cargo de Erik Urbina: “Nos encanta que sea un mexicano masterizando aquí con una cantidad enorme de fierros y bocinas; es algo para celebrar que somos autosuficientes como país en calidad, talento y capacidad”, reflexiona Lino.

“La Tormenta”, que estará disponible en formato digital, disco compacto y vinil, se podrá escuchar completo en marzo de 2022, siendo anhelados los conciertos en vivo como los que sucederán en el Festival Vive Latino y el Teatro Metropolitan: “Ha sido un trabajo de año y medio complicado por la dinámica en la que grabamos el disco, pero todo vale la pena. Ahora que están empezando los conciertos presenciales ya vamos a tener la posibilidad de conocer la respuesta de la gente y eso es increíble”, señala Lino Nava.

“La carrera de la música no es fácil ni en las mejores circunstancias, así que este disco lo hicimos con una idea en la mente: ¡Hacerlo! Si hay que adaptarse a diferentes protocolos, lo hacemos. Evidentemente, había que ser muy cuidadosos en el tema de la salud de todos y lo conseguimos; no fue fácil, pero a fin de cuentas creemos que si algo aprendimos es que los artistas tenemos la creatividad no solo para hacer arte, sino para sobreponernos a los obstáculos que nos presenta la vida y seguir haciendo arte. Esa fue la mejor lección que pudimos sacar de todo esto”, concluye con acierto Héctor.

Señoras y señores, hay La Lupita para rato.

El trabajo de mezcla está en los oídos de Sacha Triujeque, con quien la banda ya ha colaborado en discos anteriores, mientras que la masterización está a cargo de Erik Urbina.

Entrevista: Nizarindani Sopeña / Redacción: Marisol Pacheco