La cita tuvo lugar con Aarón Cruz, Patricio Iglesias y Alex Otaola sobre el escenario del Centro Cultural Roberto Cantoral (CCRC), quienes acompañados de Eword-John Ohm llevaron a cabo una sesión de improvisación con público y por si fuera poca cosa, decidieron grabarlo todo, para en el futuro prensar ese amasijo de ideas y sentimientos en un vinil. De entrada parece osado: ¿Grabar un disco en vivo, con músicos improvisando? ¿Quién podría asumir un reto de ese tamaño al mando de la consola? La respuesta: Icautli Cortés.
Icautli es ingeniero en jefe del estudio de grabación con el cual cuenta el CCRC; se encarga del mantenimiento de éste y, claro, de las grabaciones que se hacen ahí. Lleva 20 años en la industria de la grabación y alrededor de año y medio al mando de las perillas del espacio ubicado en Coyoacán. “Vamos a salir como héroes, como los grandes –explica Cortés antes de que arranque el concierto-, a grabar a tres músicos tremendos que conozco desde hace tiempo. Tenemos que aprovechar al máximo las posibilidades del CCRC, un espacio hermoso que posee una acústica envidiable: dos segundos de reverberación, algo casi perfecto”.
Pero, ¿cuáles son las herramientas que respaldan los sonidos de Otaola, Cruz e Iglesias? El CCRC cuenta con una consola SSL Duality, híbrida, que puede captar los ambientes digital y análogo. En estado digital controla todo el software vía Ethernet desde su interfaz. Es decir, es posible hacer que la consola análoga domine el software sin tener que usar el mouse ni manipular el teclado; sólo existe un botón como conmutador entre ambos mundos, algo que le permite al operador sentirse instalado en la old school, manejando un sistema digital de manera analógica. “Es una gran consola, de nivel mundial, la verdad”, explica Icautli orgulloso.
Respecto a la microfonía de la cual el trío echó mano, se contó con elementos vintage y otros modernos. La paleta de colores fue de marcas como Telefunken, AKG, DPA y Shure. Sobre la elección de éstas, el ingeniero en jefe del CCRR abunda: “Cuando hicimos la selección del equipo que queríamos que conformara el estudio de grabación, Roberto Cantoral Jr. y el resto del consejo nos apoyaron para obtener todo lo que necesitábamos. En realidad, nos trajeron el mejor equipo del mundo, última generación, los mejores altavoces, consolas y micrófonos. Hicieron un gran esfuerzo”.
“Por ejemplo”, continúa Icautli, “los monitores usados para la grabación de Alex, Aarón y Patricio son de la firma Quested. “Los trajo el propio Mr. Monitor (así le dicen a Roger Quested); él vino a platicar qué era lo que queríamos. Son totalmente custom, especiales para este lugar, de tres vías y conos de seda. Además, cada bocina tiene su propia amplificación, ninguna se comparte y ningún amplificador tiene dobles funciones; cada uno maneja graves, medios y agudos. Aparte, el cross over hace sus cortes con una fidelidad impresionante. Éstos son unos de los mejores monitores que he escuchado en mi vida, definitivamente”.
Con Pro Tools HDX HD10 y una Mac Pro detrás, además del resto de elementos antes descritos, parecería necio recurrir a una cinta para registrar sonidos, sin embargo, Icautli no descarta esa opción: “A mí me encantaría grabar en cinta, especialmente en esta locación, pero la verdad es que resulta caro y no es sencillo. Nuestro Pro Tools es de última generación y tenemos 40 canales listos para grabar (incluso podemos expendernos hasta 60). Por otro lado, con la cantidad de discos duros que tenemos nos podemos dar el lujo de grabar a 192 mil KHz, para cuestiones de alta resolución. Si llega a tronar un disco duro, inmediatamente se activa otro para seguir grabando, y si éste falla también, pues hay un tercero listo para actuar. Es decir, habría que fallar cuatro veces antes de detener una grabación. Además, cada uno de los sistemas, el Pro Tools y el de back up, tiene su propia fuente de poder. Si se va la luz o incluso la planta del lugar llega a fallar, no importa; ¡nosotros seguimos trabajando! ¿Qué más puedo decir? Claro que extraño la vieja saturación que ofrece la cinta, pero estoy muy contento con las comodidades que brinda un estudio moderno. El mundo digital es igualmente maravilloso”.
Respecto a los preparativos para la grabación, los músicos pasaron alrededor de tres horas alistándose. Se trató de un sound:check agotador donde todo fue revisado de manera muy necia, desde el color de cada tom hasta la afinación del bombo, pasando por la distancia entre micrófonos y amplificadores para evitar contaminación.
¿Cómo sacar lo mejor de Alex, Patricio y Aarón en el escenario, cómo conseguir que su improvisación se plasme efectivamente en la grabación? Icautli Cortés considera que en el CCRR tuvieron todo a su favor; un color de sala excepcional, una acústica envidiable y un puñado de músicos experimentados. “Aquí mismo se grabó a Paquito de Rivera, Leonel García, El Tri y otros grupos de jazz y orquestas, pero esta vez el reto consiste en capturar la esencia del trío. Es cierto que tenemos un gran equipo, pero la gente cree con eso basta para sonar bien y no es así”.
“La realidad es que el músico suena bien conforme consigue transmitir algo”, concluye el ingeniero en jefe. “Para mí, en esta ocasión, el reto fue lograr acomodar todos los elementos técnicos para que la música luzca, para que la gente aprecie cuán grandes músicos son ellos tres, artistas de abolengo en México. Tal vez soy como su fotógrafo, pero no basta con mi lente y mi cámara; también requiero de un talento especial para dar con la toma adecuada. ¿Qué más puedo decir? Todos estuvimos listos para tomarle una foto al trío y que ésta saliera bien”.
Esperamos con ansias el resultado de la aventura sonora de Alex Otaola, Aarón Cruz y Patricio Iglesias en el Centro Cultural Roberto Cantoral. Comandada por Icautli Cortés, podremos atestiguar la experiencia de estos tres músicos en el escenario, pero también su pasión por hacer de este arte algo memorable al escucha.