Por Alex Fank *
Hace algunos años, grabar un álbum solía representar todo un dolor de cabeza: había que reservar un estudio que contara con el equipamiento necesario y conseguir un ingeniero que supiera sacar lo mejor de la sesión, lo cual representaba una base en el costo de la producción, que ya convertía el hecho en todo un desafío.
Es posible, pero con los elementos necesarios
Hoy, gracias al avance de la tecnología en el mundo del audio profesional, hemos conseguido que aquello ya no sea la única opción, sino que también podamos realizarlo nosotros mismos, equipándonos a un costo realmente accesible. Y no sólo esto, sino que la nueva posibilidad de poder grabarnos en cualquier lado ha impactado en la música significativamente. Cada vez más, los artistas y productores prefieren un estudio más pequeño, quizás hasta hogareño, donde puedan trabajar en un ambiente tranquilo, agradable y sin tener que reparar en el tiempo que les queda restante.
De este mundo también nos vimos beneficiados los bateristas, y grabarnos pasó de ser un sueño utópico a una realidad. Pero, ¿qué debemos tener en cuenta a la hora de grabar baterías en nuestra sala/habitación/home studio?
Cuarto donde grabaremos
Es importante seleccionar un lugar donde podamos grabar cómodos, en lo posible lejos de fuentes de sonido indeseables como la calle, una heladera ruidosa, animales que se encuentren cerca y sobre todo, que no generemos molestia a los vecinos, ya que sería uno de los potenciales riesgos que atente contra el proyecto.
Sumado a esto debemos encontrar cuál es el mejor lugar para grabar la batería. Esto es más un trabajo de prueba y error que otra cosa, posicionando algún cuerpo de la batería en diferentes sectores y escuchar cómo resuena desde ese lugar. Es sorprendente cómo puede cambiar la sonoridad del instrumento si sólo la desplazamos un poco dentro de un mismo cuarto.
Cuando encontremos nuestro lugar ideal llegará el momento de acondicionar el ambiente para sacar lo mejor del instrumento con esa cantidad de presión sonora que seguramente generará. Para esto podemos hacernos de mobiliario como un sofá, colchones, acolchados, una estantería con libros y todo lo que posibilite absorber o difuminar las frecuencias indeseables.
Como regla general, podemos entender que todo lo que sea simétrico en lo que a paredes respecta resultará perjudicial a la hora de controlar la acústica del cuarto. Incluso nuestra peor pesadilla resultará si el cuarto es un cubo perfecto, por lo que podemos romper esto con acústica (páneles absorbentes, difusores, trampas de graves y demás) o muebles.
Preparación del instrumento
Llegamos a un gran e importante punto, ya que utilizando la frase de “una cadena se resume a su eslabón más débil”, si nuestra batería está fuera de condiciones, probablemente esto repercuta en todo lo otro y nos deje una calidad final inferior a la deseada. Para esto debemos contemplar un set de parches en buen estado, al menos que puedan devolver con calidad el sonido que queremos reflejar para la canción. La afinación de la batería es a veces desestimada, pero sumamente primordial; no sólo nos dedicaremos a buscar una altura acorde en cada cuerpo que cree algo orgánico en la canción, sino también buscar alterar su sonido cuando sea necesario, llámese utilizar dumpers, ponerle telas encima de los parches, hojas o cualquier idea que tengamos que pueda llevarnos sónicamente al audio deseado.
Equipamiento óptimo
Para grabar actualmente no se necesitan demasiados recursos, pero sí contar con lo mejor que esté a nuestro alcance. Cada vez existen más opciones económicas en interfaces de audio que pueden realizar un gran trabajo a la hora de grabar. Ejemplos como la línea Scarlett de Focusrite, Solid State Logic SSL 2, Universal Audio Volt, Audient Evo, Presonus Studio, son opciones de muy bajo costo y de aceptable calidad para realizar el trabajo.
No importa si contamos con pocos micrófonos, quizás incluso uno solo, pero mientras mejor sea la calidad del mismo, mejor será el resultado que consigamos. Rode NT1-A o el par NT5, Lewitt LCT 040, Audio-Technica AT2020, AKG C214, Aston Origin son ejemplos en micrófonos de condensador que realizan un trabajo muy bueno y con un costo muy accesible. Para micrófonos dinámicos, opciones como Shure SM57, AKG D112, Sennheiser e609, Audix D6, entre tantos otros, nunca los dejarán en mal puerto.
Otro detalle importante a tener en cuenta es contar con audífonos del tipo cerrados o intraurales, para evitar la mayor cantidad de filtración de audio indeseable en los micrófonos, como el metrónomo o las grabaciones de referencia. Sumado a esto, también debemos entender que mientras mejor nos escuchemos en los audífonos, más cómodos podremos grabar y eso impactará directamente en el resultado.
Por último y no menos importante, debemos contar con la cantidad suficiente de cables en la mejor calidad y conservación posibles. Esto ayudará a que no nos encontremos con ruidos, cortes o cualquier otro desperfecto generado por el encargado de llevar el audio a nuestra interfaz de sonido.
Técnicas de microfoneo
Existen un sinfín de técnicas para grabar baterías con pocos micrófonos, desde utilizar simplemente uno que cubra la imagen de nuestro instrumento o añadir uno extra para quizás reforzar el low de nuestro bombo, a lo que la imaginación y el presupuesto nos permita. Lo mejor de todo es que desborda la cantidad de información que hay en internet acerca de esto, con ejemplos audibles y muchas veces de la mano de grandes referentes de la industria, como Bob Clearmountain o Eric Valentine.
Como concepto general, lo que prevalece en estos casos es lo que determina el oído, el famoso “si suena bien, está bien”. Lo que deberemos tener en cuenta a modo de ayuda con pocos micrófonos es entender que los mismos captan en un patrón polar establecido (por ejemplo cardioide, siendo éste el más utilizado en micrófonos de costos accesibles) y esto no permite tener en primer plano lo que queremos acentuar (por ejemplo, el bombo y la tarola) y utilizar sus zonas de rechazo para poner aquellos elementos que menos necesitamos resaltar (platillos). Otro gran recurso es probar la distancia del micrófono a la fuente sonora, ya que esto no sólo altera el timbre del instrumento, sino que permite que se escuche más o menos la resonancia del cuarto, cosa que puede ayudar a darle más o menos espacialidad, dependiendo de lo que necesitemos. Así también, la posición del micrófono funcionará a modo de ecualización y según la ubicación del mismo, podremos captar más o menos ciertos colores en el sonido de la fuente.
Actualmente, los límites de la grabación son prácticamente infinitos y solo basta brindarnos a ella con toda nuestra creatividad e ingenio. Siempre será nutritivo dedicarle un tiempo al set up y llevar no sólo el instrumento al mejor nivel posible, sino también aprovechar lo mejor de los encargados en transducir el sonido a la computadora para lograr el resultado deseado: una gran toma de batería.
*Baterista, productor e ingeniero en grabación, mezcla y mastering radicado en Buenos Aires, Argentina. Tiene más de 80 álbumes producidos y 600 shows que lo llevaron a tocar en lugares como el Estadio Luna Park, Estadio GEBA, Cosquín Rock, Rock en Baradero y Personal Fest, entre otros. Ha tocado y grabado con artistas como Martín Elizalde, Antonio Birabent, “Viva la Vida” El musical, Dizzy Espeche, Jano Piccardo, Potra, Poli Sallustro, Sol Mihanovich, Angie Cadenas y Katie Ferrara, entre otros. Ha recibido la nominación para los Premios Gardel junto a su proyecto, Fetzet. En 2018 crea Fankhaüs, su propio estudio de mezcla y mastering, realizando más de 30 producciones entre música y publicidad.