Geoff Emerick visitó México por primera vez, invitado por la Audio Engineering Society sección México (AES), durante el Programa Educativo que la asociación realiza cada año a propósito de sound:check xpo. Aquella vez, su magna conferencia giró en torno, por supuesto, al trabajo que el ingeniero realizó desde inicio de la década de los sesenta con Los Beatles, cuando grabaron los álbumes Revolver, Sgt. Peppers´Lonely Hearts Club Band, The White Album y Abbey Road, en el legendario estudio del mismo nombre.
Una extensa entrevista con Geoff fue publicada en aquel tiempo (sound:check No. 121), en la que compartió experiencias con el cuarteto de Liverpool que no habíamos conocido y que, dichas de viva voz, sumó a la ya de por sí inmensa admiración por el trabajo de la agrupación y por supuesto del que fuera su ingeniero de grabación por varios años.
Por segunda vez Geoff Emerick aceptó nuestra invitación y junto con el periodista musical Haword Massey volvió a cerrar con broche de oro el Programa Educativo 2012 de AES México, charlando otros temas que quedaron pendientes la primera vez, como su postura acerca de las tecnologías digitales y la opinión que le merece la educación en el campo de la ingeniería de sonido, además de sus planes a futuro en una industria musical revolucionada en gran medida por la banda que él grabó en aquellos años sesenta.
“Geoff Emerick: Estructura, experimentación sonora, disciplina en el trabajo, conocimiento técnico y un refinado gusto en las decisiones técnicas que aplicó durante las grabaciones de The Beatles. Me emocionó convivir con él durante su visita histórica a sound:check xpo 2012”.
Humberto Terán
La historia es conocida por muchos. Un Geoff Emerick adolescente llegó como operador de cinta a los estudios Abbey Road, donde quería aprender todo lo relacionado con la grabación. Ahí se encontró con Norman Smith (primer ingeniero de Los Beatles), y por supuesto con su productor de cabecera, George Martin. Ahí empieza nuestra entrevista, que bien puede tomarse como la segunda parte de aquella especial primera vez, hace cuatro años.
“Yo nací análogo y ese es mi criterio, porque sé bien a lo que suena”, comienza Geoff; “cuando llegó el sonido digital, al principio la calidad estaba un poco fuera del mundo que yo acostumbraba escuchar y no sonaba nada bien. Durante los siguientes meses y años, con el sonido desde el punto de vista técnico (aunque no soy tan técnico), descubrí los motivos por las que técnicamente lo digital no sonaba tan bien. Varios años después sabemos que lo digital puede llegar a ser malo y eso depende de los convertidores”.
“Además, con la enseñanza que ya existe, la que los muchachos reciben en las escuelas de Pro Tools, tienen la oportunidad de ser automáticamente ingenieros y productores de discos. Hay miles de ellos, pero cuando yo empecé, tenías que trabajar con orquestas, escuchar los sonidos y todo lo que hiciera falta para saber qué se grabaría”, señala nuestro entrevistado. “Ahora es muy distinto y hay una gran línea divisoria. Lo que quiero decir es que esta simple línea pueda hacer que la tecnología convierta la música en cenizas, porque en el fondo, tienes que saber a qué suena. Y hasta donde sé, cuando estoy trabajando no tengo que ver con la tecnología: simplemente se trata de pintar un retrato con la paleta de sonidos que te han dado los instrumentos y tú estás reproduciendo esa imagen”.
Sin embargo, a decir del reconocido ingeniero de grabación: “No todos pueden hacer eso, porque cuando se está grabando música no siempre se piensa que es como plasmar una pintura. De modo que imprimimos nuestras propias habilidades en ella, pero con esta especie de enseñanza Todo Incluido, muchos jóvenes están aprendiendo a dibujar con números”.
Quien también ha grabado discos en la carrera solista de Paul McCartney, Elvis Costelo y Cheap Trick, entre otros, continúa: “Para mí todo comienza en el piso de la sala de grabación. Ahí es donde escuchas algo y piensas: ‘la combinación de esos instrumentos tal vez podría sonar bien, o hay cierta tonalidad ahí’. Ese puede ser el sonido dominante dentro de tu cabeza: el que te llevas al control room y luego lo sacas. Y en cierta medida lo construyes alrededor de los otros sonidos y texturas que se escuchan junto con el sonido dominante, del que incluso la gente en sala no se percata. Puede ser la amalgama de dos notas o lo que sea”.
Sin embargo, no todo es un gris panorama en el mundo digital. Geoff Emerick también ha tenido la oportunidad de hacer música para cine: “También hay que decir que la nueva era tecnológica es realmente buena para los trabajos de cine gracias a la calidad del sonido digital, ya que es muy limpio y preciso, sin pérdidas de señal. Para los soundtracks de película simplemente es excelente, especialmente los sistemas de sonido THX, son increíbles, absolutamente, de manera que desde ese aspecto, en mi opinión es un avance. Pero en música, particularmente yo todavía trabajo en análogo; no estoy demasiado involucrado en lo digital”.
“Adoro grabar materiales que impliquen un reto. Normalmente no me inclino por las cosas promedio. Yo gano trabajando desde la forma en la que produzco algo; me sumo al artista lo más posible para volverme parte de él. Me gusta trabajar elementos muy particulares, así como todo el proceso de la grabación; siempre he estado fascinado por ello y viene desde mucho tiempo atrás, desde Los Beatles obviamente. Yo solía procesar discos norteamericanos, los que tenían mucho más graves que los discos producidos en Inglaterra. Así que uno de mis objetivos fue mejorar las frecuencias bajas. Esa se convirtió en mi fuerza conductora”.
Es de suponer que tener a Geoff en la consola es fantástico para cualquier banda. “Sí, por ser la voz más vieja. La mayoría de los grupos con los que ahora trabajo solían grabar como los demás, en digital y con Pro Tools. Pero yo quiero sacar lo máximo de ellos y con el mayor sentimiento. Los llevo a grabar de verdad, en estudio, como una sola unidad. Y esto puede llevar 25 tomas, en vez de editar a partir de tres. En alguno de los proyectos de hace algunos años, cuando íbamos a lanzar un álbum acoplado, las bandas estaban acostumbradas a trabajar con Pro Tools, pero los regresamos a las grabadoras de cuatro canales, con el viejo equipo y espíritu. Y tenían que tocar bien en el estudio”.
“En estas sesiones, hubo una ocasión en la que una banda llegó con dos coristas más. Había tres cantantes, pero dos de ellas tenían que cantar juntas y habían estado regrabando sus armonías individualmente. El encargado había estado mezclándolas juntas en Pro Tools y yo no iba a trabajar así. El caso es que ellas dos estaban en la cabina individual y tenían que cantar al mismo tiempo, cosa que nunca antes habían hecho juntas. Si tú no estás viendo la boca del otro cuando estás cantando y todo lo demás, no sabes cuándo cortar las palabras e intenciones. Y nunca nadie se los había advertido, así que pasamos cinco horas con ellas. Y al final de la sesión, con lágrimas en los ojos nos lo agradecieron, porque apreciaban mucho los consejos que les habíamos dado y haberlo hecho bien, por primera vez en sus vidas”.
“Éste es el punto. La grabación con las nuevas tecnologías es a veces difícil, debido a que está inmiscuida en todo, ya no necesitas que el grupo toque junto, ni que canten afinados. Llegará el momento en que tal vez quieran que alguien más haga el trabajo por ellos. Y ahora eso parece ser la nueva forma de trabajar, la cual limita el desarrollo de bandas realmente buenas”, advierte Geoff.
“De manera que si tenemos unos 20 nuevos grandes grupos apareciendo, al menos uno podría ser prefabricado, con todo lo que viene detrás, y existe el factor de que con toda la tecnología se inhiba el talento, la composición de canciones y el desarrollo de la música. Especialmente en el pop, pero creo que en el mundo del jazz todavía se hacen bien las cosas. Eso supongo. Creo que la principal diferencia en composición y desarrollo musical entre los grupos de antes y las bandas nuevas es que deben trabajar en el ensayo; ensayar y ensayar. Y hay algunos que ya no lo hacen más”.
La pregunta obligada: ¿Cuál es la opinión de Geoff Emerick acerca del futuro en la industria de las grabaciones?
“Pienso que vendrá el surgimiento de algo nuevo. Hay cierto sector de la generación más joven que no está al tanto de cierta calidad en la música; sin embargo, pienso que en algunos años habrá mejores sistemas para reproducirla. Siempre saldrá algo nuevo que ellos puedan comprar para escuchar material, entonces el ingeniero debe pensar en el mañana; en que habrá mejores equipos. Pero lo realmente preocupante es que todos esos muchachos que sólo escuchan MP3 no busquen producir esa calidad de sonido en los estudios”.
“Otra cosa es que los procesos en el estudio han cambiado. Antes el ingeniero de grabación siempre mezclaba sus tomas. Hoy eso en muchos casos ya no pasa y quienes graban se lo dan a alguien más para la mezcla. Creo que eso funciona en ciertos casos, pero nosotros siempre solíamos mezclar nuestras propias grabaciones. Además que muchos sabíamos también masterizar, con todo y limitaciones. Con el vinilo había ciertas limitaciones, pero cuando desapareció y salieron los CDs sabíamos que podíamos ponerle cualquier cantidad de graves y poner otras cosas; a veces eso fue en detrimento de la reproducción musical. En vinilo, los estilos surgían del disco”.
“En cuanto a equipos, en los estudios debo adaptarme a lo que tengo y a la banda o artista de que se trate, en diferentes partes del mundo, así que no puedo limitarme a una marca. Debo trabajar con lo que haya en cualquier estudio, los monitores, micrófonos. Pero también, cuando se trabaja así, cada álbum tiene una identidad sonora propia”.
“De nuevo, regresando al aspecto pictórico”, continúa Geoff, “considero que se deben tener diferentes posibilidades, colores, pintura y todo lo necesario para ejercer el oficio. Ya sabes, lo que puedas sacar en una grabación a partir de lo que escuchas en el estudio. Cada artista implica un reto. Digo, no deberíamos llamarle trabajo de estudio: estás haciendo lo mejor posible. Y simplemente tienes que ser positivo y enfocarte, porque todo se trata de grabar música: no necesitas miles y miles de dólares en equipo”.
Siempre es un honor contar con la presencia de Geoff Emerick, uno de los componentes más importantes en la entrañable música de los cuatro grandes de Liverpool. Y es todavía mejor compartir lo que tiene que decirnos, gracias a su continua actividad y a sus muchas sesiones de grabación que tiene por delante.
[su_box title=”Dos indispensables” box_color=”#952323″]Para quien busca más información del trabajo de Geoff Emerick y Los Beatles, los títulos Abbey Road. The story of the world´s most famous recording studios y Recording The Beatles, ofrecen vastos datos acerca de la historia del estudio, los equipos e ingenieros que trabajaron en él. Abbey Road. The story of the world´s most famous recording studios: Escrito por Brian Southall, Peter Vine y Allan Rouse, con prólogo de Paul McCartney y prefacio de George Martin, hace un recorrido por la historia de los legendarios estudios, desde su apertura en los años treinta, los ingenieros más importantes y los artistas que pusieron en oro el nombre de sus estudios, como Cliff Richards, The Hollies, Ella Fitzgerald, Manfred Mann, Pink Floyd y actores como Sofía Loren y Peter Sellers, además de por supuesto, Los Beatles. Recording The Beatles: Kevin Ryan y Brian Kehew ofrecen el recorrido más completo a todas y cada una de las sesiones de grabación del cuarteto de Liverpool en Abbey Road, gracias a años de búsqueda y extensas entrevistas con los involucrados en estas grabaciones. Cuenta con datos detallados de los equipos usados en cada sesión y de la manera en que cada canción fue grabada. Son más de 500 páginas, fotografías e ilustraciones de esta faceta del mundo Beatle. Imprescindible para ingenieros de grabación.[/su_box]