Amor por el sonido. Así podemos definir la esencia de esta gran señora de las consolas, que encontró en la Industria de la Música y el Espectáculo uno de sus propósitos de vida.
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Doña Griselda Jiménez fue la ingeniera de sonido del ícono de la música popular mexicana, Vicente Fernández (QEPD), desde 1982 cuando, trabajando en el Teatro Blanquita como actriz y bailarina, conoció al cantante. Sin duda, fue y será una figura representativa de la ingeniería en su género, gracias a su particular modo de trabajo y a su persistencia en el medio.
“Cuando empecé, yo armé mis cajones. No tenía para más e Imelda Miller me prestó un par de bocinas y una consola pequeña, que fue con lo que empecé a trabajar cuando salí del Teatro Blanquita, donde trabajaba con un par de amplificadores de bulbo, un par de consolas y doce micrófonos solamente. Aprendí todo lo del sonido cuando, como actriz, en una gira, mi padre ponía el sonido, pero una vez se enfermó, regresó a Guadalajara y yo me hice cargo del sonido a la vez que actuaba. De esa forma aprendí”, contaba doña Griselda acerca de sus inicios. Su encuentro con Vicente Fernández la puso en las grandes ligas de la mezcla y evolucionó junto a él para ofrecer el sonido tan característico del cantante en el escenario, que como era sabido, podía durar bastantes horas.
Sonorizar mariachis, la llegada de tecnología inalámbrica y digital y establecer un montaje distinto de monitores para que Vicente Fernández se escuchara apropiadamente fueron sólo algunas de las aportaciones de doña Griselda Jiménez a nuestra Industria. Supo combinar su vida entre giras y su familia, y aunque al principio de su carrera era vista extrañamente como mujer ingeniera de audio, siempre tuvo fijo el objetivo de trabajar por y para el sonido.
“Creo que las mujeres tenemos naturalmente feeling y podemos hacer ese trabajo que los hombres hacen, como la ingeniería en audio. Primero que nada, para mí fue una novedad y después una necesidad; después comencé a retarme para decir cada día: ‘sí lo puedo hacer’. Aunque llore y tiemble, aunque me dé miedo lo desconocido, puedo hacerlo, y estando frente a la consola, se me olvida el miedo y comienzo a buscar la razón de las cosas”.
Doña Griselda Jiménez marcó un camino para todos los profesionales del audio y es un ejemplo de persistencia y amor por la vocación, por lo cual será siempre recordada.
Con respeto y admiración a doña Gris.
Descanse en paz.