Tiempos de entrega, resultados concretos, optimización de recursos, tiempo y espacios, objetivos obtenidos. Todo ello y más obedece a un flujo de trabajo y si bien es de esperarse que ya lo tengas implantado en tu sistema, la pregunta clave sería: ¿Está realmente planeado para optimizar tu producción?
Si eres de las personas que comienzan un tema y jamás lo terminan, es tal vez porque tu flujo de trabajo no está siendo óptimo y es necesario realizar ajustes.
Planear para cumplir el propósito
Comencemos por definir lo que es un flujo de trabajo. A grandes rasgos no es más que la secuencia de pasos a seguir desde el inicio hasta la obtención final de nuestro objetivo; en el caso de la producción musical, desde la idea hasta la culminación de la pieza musical. Por lo tanto, si alguna vez has iniciado y terminado una canción, es porque quizá sin saberlo, seguiste un flujo de trabajo llevando a cabo una cadena de tareas que te llevaron a conseguir tu tema final; por otro lado, si eres de las personas que comienzan un tema y jamás lo terminan, es porque tu flujo de trabajo no está siendo óptimo y es necesario realizar ajustes que te permitan conseguir resultados.
Es posible también que en ocasiones recibamos grabaciones con limitados recursos técnicos que obedecen más a una falta de logística y planeación que a una limitante real. Espacios o músicos incorrectamente seleccionados para la participación en dicho material, agendas empalmadas, diferentes versiones de arreglos que además van sin supervisión o guiones diferentes entre los participantes son algunas de estas situaciones y a juzgar por la experiencia, la mejor manera de evitar gastar nuestra energía en resolver estos asuntos en una producción, lo mejor es contar con un apropiado flujo de trabajo. Usemos nuestros recursos en ser creativos y en potenciar la canción en la que estemos trabajando en lugar de usar nuestras fuerzas mentales y físicas en resolver asuntos que no fueron considerados al inicio, amén de contar con el hábito de prever incidentes futuros, como realizar copias de seguridad, utilizar no breaks y demás.
Un camino trazado y objetivo cumplido
Aunque parezca repetitivo, para que todos los participantes del proyecto estén en sintonía, es necesaria la preproducción, que será donde se les explica el propósito de la tarea, así como la manera de conseguirlo por parte de todos los involucrados a través de un flujo de trabajo y un plan de producción. Cada producción tendrá sus propias condiciones, relacionadas directamente con su naturaleza, pero existen puntos de partida que de manera general nos facilitan todo el proceso, de los cuales podría compartir algunos que a nosotros nos han resultado funcionales.
Elaboración de plantillas. Las plantillas en tu DAW permiten salvar todos tus ruteos, configuraciones y demás, de cada tipo de producción en la que usualmente trabajas, desde locuciones simples, hasta complejas configuraciones orquestales. Tu sample rate, bit depth, número y colores de canales, nombres, asignaciones, monitoreo y demás, todo ello permitiéndote hacerlo una vez y salvar dicha plantilla para tenerla lista siempre que lo necesites en las producciones de exigencias similares; además, siempre podrás realizarle ajustes, ya que puedes utilizarlas como un punto de partida, ahorrando mucho tiempo.
Contar con referencias. Esto nos da una idea más concreta de lo que se pretende lograr; no se trata de imitar, pero al tenerlo se esclarecen muchas dudas que pudieron ser malinterpretadas por parte del equipo, llevando el proceso por otro camino y alejándonos del propósito deseado. Una o dos canciones como ejemplo serán suficientes, ya que contar con demasiadas referencias generalmente confunde, sobre todo si estas difieren entre sí.
Tener una agenda actualizada. La organización adecuada de los tiempos es muy importante en una producción; esto dependerá de muchos factores, como la disponibilidad de los involucrados o del espacio físico, pero manejada de forma efectiva, puede brindarnos buenos resultados; por ejemplo, programar las sesiones de batería para un músico que viene de fuera, resulta funcional para todos hacerlo de la manera más continuas posible, de ser viable hasta en el mismo día, ya que reduce tiempo de ajustes y hospedaje y evita más desplazamientos. Darle continuidad también hace no perder el foco de lo que está sucediendo en la producción, así como mantener el control.
Para volver al flujo de trabajo, podría mencionar que el más básico y típico debe tener el siguiente orden:
Idea. Establecer comunicación profunda con el artista para presentarla, delimitar presupuestos, alcances, objetivos y demás.
Composición. Materializar la idea musical/letra en un bosquejo que permita conocer por lo menos los rudimentos del tema.
Preproducción. Aquí es donde se define el equipo de trabajo ideal por parte del productor, los músicos que formarán parte del proyecto, el arreglista, el director musical y demás, así como los cronogramas, y se integra el equipo bajo los mismos lineamientos de trabajo.
Legal. Aquí ya puede procederse de manera paralela a registrar la obra en el Instituto Nacional del Derecho de Autor (Indautor), así como en caso de ser necesario, nombres del proyecto, revisión de contratos y demás.
Arreglos. Una vez que se extiende toda la información al equipo de trabajo, se presentan las referencias al arreglista y se es lo mas claro posible al solicitarle el trabajo. Es necesario acotar lo más posible, ya que de la orquestación del arreglo dependerá el presupuesto y eso normalmente se delimita en la etapa de preproducción, por lo que es necesario marcar las pautas a seguir al arreglista. Esta parte se entrega normalmente en maquetas MIDI para su autorización y también se reciben partituras en caso de ser necesarias para preparar la siguiente etapa de producción que es la captura.
Grabación. Ya en esta fase se procede a realizar las capturas; para este punto ya se cuenta con todo lo técnicamente acordado en la preproducción, así como el tipo de instrumentos, el estilo de interpretación, la microfonía y el equipo técnico, las partituras y demás, que garantice que se obtendrá lo mas cercano al propósito planeado.
Mezcla. Antes de estar formalmente en la mezcla es necesaria la edición, que es preparar para la mezcla el material y ajustar imprecisiones para de ahí dar paso inmediato a la mezcla, la cual se dedica a estilizar la obra, el balance y la interacción entre todos los elementos que intervienen en la misma, para hacer que el mensaje se concrete, generando la mejor experiencia posible.
Masterización. La ultima etapa de la post producción es la masterizacion, la cual estandariza y potencia todo el trabajo anterior en un producto formalmente terminado y competitivo, listo para ser lanzado.
Promoción. La tarea del marketing musical es algo que forma parte de dar a conocer la obra de manera pública y por los canales que den los mejores resultados de acuerdo a tu campaña, presupuesto y propósito. Existen miles de estrategias preestablecidas que pueden formar parte de tu plan.
Distribución. A la par se realizan las gestiones de distribución en los canales de acceso a tu obra, considerando que el arte y las fotos fueron hechas paralelamente a la producción de audio y cuentas con todo lo necesario para su publicación en plataformas de streaming, discos físicos y demás.
Un flujo de trabajo nos permite avanzar al objetivo cumpliendo tareas especificas; debe ser flexible, pero concreto, facilitándonos estar enfocados en cada una de éstas sin sentir el peso de todo el objetivo, que si bien jamás deberá perderse de vista, nos permite medir los avances de cada uno de los pasos que nos acercan a la materialización idónea de la obra.
Por Ferrer León*
*Es productor musical, ingeniero en audio y músico y cuenta con 25 años de trayectoria en diversas áreas de la producción, participando en diferentes proyectos dentro y fuera de México, que abarcan música regional, pop, jazz, rock y orquestas sinfónicas, así como música para empresas y soundtracks. También está a cargo de la producción de audio en la Dirección de Innovación de la Secretaría de Educación Pública. Es miembro votante de los Latin Grammy y cuenta con su propio estudio de grabación, AntenaStudio, en Guadalajara, Jalisco. Pueden encontrarlo en: ferrer@antenastudio.com y www.antenastudio.com