Eduardo Cabra “Visitante”, es reconocido internacionalmente por ser el productor y coautor musical de la famosa dupla puertorriqueña Calle 13. Junto a su hermanastro, René Pérez “Residente”, hizo historia al acreditarse 25 premios Latin Grammy en una década de carrera ininterrumpida. Hace un par de años, la pareja creativa decidió separarse para emprender caminos diferentes y desde entonces, el boricua adoptó una nueva etapa en la producción que rápidamente ha rendido frutos y le ha traído grandes satisfacciones.
Evolución que nace de la fusión
El músico y productor se hizo acreedor el año pasado pasado a un Latin Grammy en la categoría de Productor del Año, gracias a su trabajo con artistas como La Vida Bohème, Diana Fuentes, Silvia Moreno, Swing Original Monks y Vicente García. Con éste último, el puertorriqueño trabaja en el álbum debut de su proyecto “Trending Tropics”, próximo a estrenarse.
Inspirado en el trabajo incansable del argentino Gustavo Santaolalla, Cabra explica que del veterano productor admira la magia que logra al fusionar la música latinoamericana contemporánea con el folclor de la región. “Reconectar con lo clásico, con el folclor, y traerlo de una nueva manera es lo que más me atrae del trabajo de Gustavo”, dice, en entrevista, durante una visita a México.
¿Cómo ha cambiado tu visión de la música, ahora que estás metido de lleno en la producción?
“He aprendido mucho, he conocido nueva música más que nunca. Siempre me ha apasionado el asunto de la producción, fue algo que, desde los quince años, cuando entré al estudio de grabación por primera vez, me llamó la atención. El asunto de darle vuelta a las cosas, de documentar las ideas, de que estuvieran bien armadas, dentro de lo que uno piensa, es muy bueno. En los últimos dos años he trabajado como en nueve o diez discos y me ha encantado”.
Cuéntanos sobre la experiencia de trabajar al lado de colegas de diversas generaciones y géneros musicales
“El proyecto de la Vida Bohème es uno de los que me hacen sentir más orgulloso. Sinceramente, creo que ese disco, “La lucha”, está increíble. El de Gustavo Cordera (ex vocalista de Bersuit Vergarabat), fue un gran disco, estoy súper agradecido porque he podido colaborar con gente que admiro, como él. El trabajo con Bersuit que fue producido por Gustavo Santaolalla es extraordinario”.
“Por otro lado, admiro mucho también a Monsieur Periné, me parece que es un proyecto muy orgánico. Ésta fue la primera producción que yo hice. Había hecho antes la producción de Diana Fuentes, pero éste fue realmente el primer proyecto en el que trabajé completamente y con el que supe que quería dedicarme a la producción en los siguientes años de mi vida. ¡Fue brutal! El de Chambao (“Nuevo ciclo”), también suena increíble…”
“Otro disco muy interesante fue el de Swing Original Monks, que son unos amigos colombianos que escuché un día en Ecuador y dije: ‘Mira, vamos a hacer un disco’, e hicimos un álbum muy bonito. Han sido unos discos súper chéveres en los que he trabajado últimamente”, menciona el productor.
“Ahora estoy trabajando en el próximo disco mío”, continúa Eduardo, “con Vicente García; se llama “Trending Tropics”. Es música más electrónica con ritmos afrocaribeños, que ocurrió después del álbum que produje con Vicente García, llamado ‘A la mar’. Ese es un gran disco también”.
Cada proyecto musical demanda cosas muy distintas, ¿cómo es el trabajo en el estudio?
“Para mí, lo más importante es empezar hablando. Hay mucho trabajo previo, me gusta escuchar por dónde va la propuesta, escuchar las maquetas, encaminar el proyecto; me voy apoyando mucho en recursos como YouTube. Me gusta hacer esto porque cuando llega el momento de tomar el instrumento, ya uno está muy claro con quién estás trabajando. Con instrumentos a veces no se pueden explicar las cosas, a veces te quedas corto con un solo instrumento, o tienes una idea de hasta dónde quieres llegar y cuál es el sonido que quieres construir. Por lo general estoy uno o dos meses pre produciendo y siempre conversando con la banda en cuestión”.
Dentro de los recursos de la red, Eduardo Cabra ha producido ya dos discos a larga distancia, por Skype: “Fueron los de Silvina Moreno y el de La Vida Bohème (“La lucha”). Cuando nos vimos ya había hablado con ellos todas las notas previamente y llegamos directo a trabajar. “La lucha” se grabó en dos semanas y eso es muy bueno, que haya un acercamiento previo antes de comenzar y de llegar a acuerdos. Sucede que cuando vas a grabar se hacen cambios; quizá lo que se había proyectado no era el camino, entonces se intenta hacer otras cosas, en equipo. En mi opinión, los líderes del proyecto tienen que involucrarse, porque ellos son los que les toca defender su música en el escenario. Si ellos no creen en el trabajo que hicieron en el estudio, nadie lo hará”.
¿Qué herramientas usas a la hora de la grabación?
“En mi estudio, en Puerto Rico, tengo mis micrófonos favoritos. No me gusta ecualizar mucho, voy directamente del micrófono al preamplificador y del preamplificador al programa; tengo varias opciones, me gustan mucho los micrófonos de listón, que tienen un sonido más cálido. Mi micrófono favorito es un Wunder Audio CM7, pero eso depende de lo que se está grabando. Hay gente que le va mejor un micrófono que otro; por ejemplo, a Henry D’Arthenay (vocalista de La Vida Bohème), le fue muy bien con un micrófono Shure SM7B, que es bastante común y con el que le fue muy bien en la grabación”.
“Al inicio de mi carrera, lo que tenía fue muy arcaico. Fue una consolita Behringer, con un micrófono de esos que valen cincuenta dólares y trataba de hacer todo con eso y mi computadora. Entonces pensaba que tenía lo máximo y le saqué el jugo, lo exprimí, con eso salieron los primeros demos de Calle 13, hace más de diez años. Una enseñanza que me dejó todo ese proceso es que un buen micrófono no va a arreglar una mala idea.
Esta filosofía es lo que ha dado como resultado que Eduardo Cabra se esté convirtiendo en uno de los productores más exitosos de Latinoamérica y seguramente en poco tiempo lo será de muchos países más. Las ideas siempre serán lo más importante, y hacerlas sonar bien vendrá de ese origen.