La carrera de DLD ha dado un paso vertiginoso desde que la banda se hizo acreedora al segundo lugar en el concurso Rastreo de bandas 2003, organizado por la extinta estación de radio Órbita 105.7 FM: Dejó de ser Dildo para convertirse en DLD, pasó de ser un grupo independiente para formar parte de las filas de uns disquera trasnacional y dejó atrás los foros pequeños, donde cautivó a sus primeros seguidores, para debutar en el Palacio de los Deportes en un concierto propio.
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El vocalista Francisco Familiar, el guitarrista Edgar Neville y el bajista Edgar “PJ” Hansen lanzaron recientemente Futura, su sexta producción discográfica y la más ambiciosa hasta ahora, grabada en parte en Cancún, Quintana Roo. En ella, el trío muestra una cara mucho más rockera, al mando en la producción junto a su inseparable cómplice, Armando Ávila, en un experimento de reinvención que los sitúa como una de las propuestas más destacadas de la escena actual en México. La agrupación cuenta, en entrevista, cómo ha sido su evolución desde los primeros conciertos hasta su primera vez en el llamado Domo de Cobre.
“La parte del proceso de producción de Futura en un lugar como Cancún fue sobre todo por razones más intrínsecas, más propias, para que fuera una experiencia que le agradara a nuestras mentes, a nuestros cuerpos, oídos y corazones”, comienza Erik; “la grabación empezó en el Hard Rock Café Hotel de aquel lugar, pero el proceso de composición sucedió un año y medio antes, desde nuestro búnker, donde siempre ha sido. Nos sentimos muy cómodos, dejamos muy bien el estudio, y evidentemente llegar a Cancún y llenarnos de energía fue maravilloso. Para nosotros también fue una aventura nueva, todos los discos los habíamos hecho en un estudio, y de repente hacerlo allá, con una vista particular, nos ayudó mucho a darle ese tratamiento final al disco”.
“¡Todo salió de maravilla! Terminamos grabando todo en una semana, aunque originalmente planeábamos grabar en dos semanas. Regresamos a terminarlo a Cosmos Producciones, en el Estado de México, de la mano de Armando Ávila”, continúa Erik.
La relación de DLD con Armando Ávila se ha ido fortaleciendo conforme han pasado los años, transformándolo en un personaje que ya es parte de la historia de la banda. Erik cuenta cómo ha sido este camino: “Es una situación padre porque nos llevamos muy bien de toda la vida, y en el estudio pueden existir momentos de tensión. Sin embargo, al final del día, el entendimiento es muy bueno, todo lo potencializa. Todo ese sonido que llevamos, él lo hace sonar ocho veces más potente, nos entiende muy bien”. Por su parte, Paco Familiar añade: “Armando (Ávila) no nos está cobrando por lo que hace, sino por lo que sabe. El entendimiento fue desde el día uno, nos juntamos y platicamos, obviamente ya nos conocemos desde hace mucho y hemos llegado a un punto en el que aprendemos uno del otro”.
Una coproducción, como en el caso del reciente disco de DLD, requiere un alto nivel de autocrítica e incluso el enfrentamiento con miedos propios. Es ahora PJ Hansen quien habla de esta vivencia: “Queríamos hacer un viaje espiritual y conseguir un sonido que nos representara mucho más. ¿A qué me refiero con esto? A que cada quien trabajó en su sonido para poder unificarnos con mucha más fuerza, profundizar y saber qué tanto podíamos dar. Eso es parte de la coproducción, llegar a ese punto, ser muy honestos y tener una posición bien clara de hacia dónde queremos ir, eso hace que el disco tenga ese corazón”. Erik Neville apunta: “Al final, cuando uno llega al estudio, ya está todo compuesto, todo lo hacemos nosotros desde el búnker. Gran parte del rock and roll es eso, no ponerte límites y justo eso fue lo que quisimos mostrar en Futura. El caso era llegar a un sonido, a que la canción llegara a algo, que comunicara algo”.
El resultado suena a un DLD mucho más rockero. “Nos dimos a la tarea de no hacer sólo canciones, sino tratar de sacar lo que tenemos en el corazón, ponerlo en frecuencia y hacer que en conciencia colectiva de cuatro o cinco personas, empataran. Creo que ahora ya encontramos ese sonido, ese diseño sonoro que tanto buscábamos”, menciona Paco Familiar. “PJ, por ejemplo, componía mucho con el piano, a veces tomaba un acordeón y de ahí se seguía. Ahora nos tocó decidir hacia dónde iba cada cosa y creo que ese plan nos vino bien; antes no le poníamos tanta importancia. ¡Todo sirve! Ahora ya no recae todo sobre un solo de batería, o sobre un requinto, a lo mejor podemos dejar de cantar una estrofa completa y la música lo da o viceversa. A veces la voz es un instrumento más. ¡Eso siempre es padre, darle la vuelta a la tuerca!”
La ayuda técnica
Sobre el aspecto técnico en el estudio, DLD narra lo que echaron mano a la hora de grabar: “Toda la vida he usado guitarras Fender, estuve grabando con una American Vintage 64 que apenas restauré. También usé mis Stratocaster”. En teclados, PJ Hansen menciona: “Usamos Virus. Para Las Cruzadas, primera canción del disco, abrimos con un teclado Privia de Casio, que es otra marca que tiene muy buenos sonidos, muy ochenteros”.
Por otro lado, Paco Familiar menciona: “Toda nuestra microfonía es Shure, con muy buenos equipos, mientras que bajos usamos el Fender Jazz Base”. La grabación y mezcla de Futura corrió a cargo de Adrián “Rojo” Treviño, viejo cómplice de DLD y frecuente colaborador de Armando Ávila en Cosmos Producciones.
Tras su participación en la pasada edición del Festival Vive Latino, el trío mexiquense originario de Ciudad Satélite presenta en vivo su nueva producción discográfica el primer día de este mes, en lo que representará su debut en el Palacio de los Deportes.