Sería difícil imaginar un punto en el que bandas célebres de rock como Tool y Primus converjan con tradiciones indígenas americanas; sin embargo, esto ha sido posible gracias al festival Cumbre Tajín, donde la música se ha convertido año con año en el medio ideal para difundir múltiples mensajes y reconocer costumbres e ideologías imprescindibles para la comprensión de las realidades de los pueblos indígenas y contemporáneos del mundo.
Desde su creación, en 1999, este festival, realizado anualmente en el estado de Veracruz, se ha caracterizado por ser un proyecto que impulsa el crecimiento de la economía, el turismo, la educación y el desarrollo de las comunidades totonacas, a través de un modelo de regeneración que fortalece la identidad y difunde el pensamiento indígena.
Esta característica ha hecho que el festival sea un punto de referencia para artistas nacionales e internacionales que encuentran un foro muy acogedor en Cumbre Tajín, cuya oferta musical para celebrar su edición número quince estuvo encabezada por Tool. Además del cuarteto californiano de art rock, el cartel de este año lo completaron Primus, Puscifer, Afrojack, Jack Johnson, Babasónicos, La Banda El Recodo de Don Cruz Lizárraga, Bajofondo, Illya Kuryaki & The Valderramas, Los Amigos Invisibles, Los Ángeles Negros, Nervo, The Crystal Method, Edward Sharpe & The Magnetic Zeros, Vayijel, The Wookies, Jenny and The Mexicats, Los Románticos de Zacatecas, Samantha Ronson, Fobia, Funker y Soflama.
Cumbre Tajín se ha acreditado tal prestigio como uno de los festivales culturales más importantes a nivel mundial que ya ha comenzado a inspirar a otros países como Chile, que este año creó el festival Chile Mágico 2014, donde la cosmovisión del pueblo mapuche se conjuntó con el arte contemporáneo y el rock.
A la lista de logros del festival veracruzano se suma su próxima colaboración con el festival británico Glastonbury, cuando la cultura totonaca llegue al suroeste de Inglaterra en junio para compartir su cosmovisión indígena. Este es un hecho sin precedentes que hace de Cumbre Tajín el primer festival latinoamericano que entabla un intercambio cultural con el festival creado por Michael Eavis.
El desafío de consolidar Cumbre Tajín a nivel internacional
Para Brenda Tubilla, productora ejecutiva de Cumbre Tajín, cada edición representa un reto enorme. El prestigio internacional al que se hizo acreedor el festival desde 2012, cuando la diva islandesa Björk fungió como estelar ese año, ha hecho que ella y su producción tomen riesgos y cuiden hasta el más mínimo detalle en la planeación y realización del evento. El resultado de ese esfuerzo ya tuvo su primer galardón: un premio Luna del Auditorio 2013 como mejor espectáculo de música afroamericana.
“Queremos que nuestro festival sea único y estamos trabajando en un festival que se rija por sus propias reglas. Puedo decir que este año tuvimos públicos muy marcados (metalero, electrónico, regional, rock latino y folk), porque hicimos una reestructuración y pensamos que era mejor dedicar una jornada a cada audiencia. La diversidad es nuestra bandera y el cartel estuvo diseñado precisamente para ello”, señala Brenda.
“Hemos buscado no perder la identidad del festival, no perder la parte de que la cultura totonaca es la protagonista. Los conciertos en Cumbre Tajín no son iguales que en otro lado, la vibra de los músicos y el público es distinta y no lo digo yo, nos lo dicen ellos”.
En cuanto a la producción general, Liz Gil, productora general del festival desde hace cuatro años, indica que todas las necesidades en este rubro están basadas en el elenco artístico invitado al Nicho de la Música, el escenario principal.
“Una de las novedades este año fueron los 36 in-ears inalámbricos en el Nicho de la Música, con un sistema Shure Axient; la mayoría de los grupos que tocan en este escenario usan sistemas personales; no tenemos tiempo para los cambios, entonces tuvimos dos sets. En cuanto al diseño de iluminación del festival, fue de Osvaldo “Chicho” Guliano y estuvo basado en la banda principal del festival, que este año fue Tool, pero obviamente tratamos de respetar a los cuatro grupos que cerraron el escenario principal cada día, como Jack Johnson, Babasónicos, Afrojack y Banda El Recodo”, comenta Liz.
Al respecto de Tool, ésta es una banda que se ha caracterizado por presentar conciertos en vivo, en los que el audio es perfecto. A diferencia de otras agrupaciones de rock, el cuarteto californiano realiza pocas giras, pero el público que asiste a sus shows puede estar seguro de que el dinero invertido en el boleto de entrada justifica un montaje elaborado y muy cuidado en cada detalle.
“La parte técnica de Tool es tan difícil como la de Björk o Pet Shop Boys. Para mí, no es precisamente que su producción sea demasiado compleja, sino la manera en cómo ellos ven las cosas”, señala Liz Gil. “La única modificación del show de Tool que se hizo en Tajín fue que no quisieron circuito cerrado de televisión; en la historia del festival ha sido el único show donde no lo hemos tenido, a petición de la banda. Esa fue la única modificación que tuvo este grupo”.
Otra de las peticiones de Tool para su actuación en la quinceava edición de Cumbre Tajín fue la de usar una consola análoga en sala. “Cargan consigo su Midas XL4 y aunque pesa alrededor de una tonelada, prefieren su sonido. Realmente, Tool se escuchó increíble, pero en México también tenemos excelentes ingenieros. El responsable del sonido de otra de las bandas, Afrojack, fue Germán Cuervo. El tema fue que el grupo vino con un ingeniero de video y uno de luces y lo demás lo hicimos nosotros”, explica la productora general.
Al igual que en ediciones pasadas, la producción del festival trabajó con las empresas Martin Stage, Premium Staff, 8 Pies, Plataforma, Job Vázquez y Backline. “Víctor Sotelo es nuestro jefe de escenario y los cambios entre grupo y grupo fueron de entre 15 y 20 minutos cronometrados, mientras que para el headliner hubo 30 minutos. Hubo, por ejemplo, cinco baterías por día, proporcionadas por la compañía de Job Vázquez, mientras que otro tipo de backline fue bastante sofisticado y hubo que subarrendarlo; nos pidieron cosas de las que hay una sola unidad en todo el país. Hablamos mucho con las bandas, les hicimos saber lo que teníamos y les dimos opciones o en su caso, ellos debían traer su opción”.
El hombre que hace sonar a Primus
Jason Mills ha trabajado como ingeniero de sala de Primus desde 2007. Originario de Cupertino, California, este joven profesional del audio posee estudios en computación y música, y su carrera profesional abarca colaboraciones con agrupaciones tan diversas como Dave Matthew’s Band, Tracy Chapman y Grateful Dead.
“Mi historia con Primus fue casi un golpe de suerte. Desde 2006 trabajo para la empresa Pro Media/Ultrasound y uno de los gerentes, que trabajó con la banda durante veinte años, necesitaba a alguien que lo reemplazara porque se involucró en otros proyectos, así que me consultó si podía suplirlo. Yo venía de ecualizar y mezclar monitores para Tracy Chapman y Grateful Dead, así que la oferta me vino muy bien”, cuenta Jason.
Trabajar con el bajista y vocalista Les Claypool, el guitarrista Larry LaLonde y el baterista Jay Lane representa para Jason una experiencia muy enriquecedora. “Durante el concierto, Les puede escuchar lo que proviene de nosotros y si escucha algo que no le gusta o algún otro sonido fuera de lo normal o lo que sea, le hará saber al ingeniero de monitores que hay algo que no suena bien y ese mensaje me los transmiten a mí. Usualmente, él hace las preguntas sobre lo que está pasando y eso me obliga a ponerme en sintonía. Puedo decir que hay una excelente comunicación y normalmente hablamos del concierto y discutimos cómo sonó y cómo nos sentimos. Hay un diálogo muy decente entre nosotros”, explica.
El ingeniero de audio de Primus señala que Les Claypool y Larry LaLonde se involucran minuciosamente en cada aspecto del show. “Tenemos unos astronautas inflables en el escenario y todo fue idea de Les. Casi todo el contenido de la pantalla de video es generada por nuestro colaborador de video, pero en cada caso, Les se involucra y dice lo que le gusta y no, además de establecer la relación con cada canción y participa en todo. En general, Les y Larry deciden cómo quieren desde el audio hasta las luces”, agrega.
Jason Mills trabaja con una consola Avid Venue Profile y prefiere Meyer Sound como sistema de PA. “Siempre me ha gustado trabajar con equipo Meyer Sound, además, mi compañía (Pro Media/Ultrasound) tiene una relación muy cercana con ellos desde la década de 1980”. En los shows, el ingeniero de sala de Primus emplea el procesador Galileo como sistema de optimización.
Jason también emplea Shure SM57 como micrófono en la batería, además de KSM y Beta 56; Les Claypool utiliza un Beta 57A y un 520DX Green Bullet, mientras que el guitarrista Larry LaLonde usa un Shure Beta 57A y un Sennheiser 906 en su gabinete de guitarra.
Aunado a la concientización de la importancia de la cultura totonaca en la zona y a la entrada de recursos que Cumbre Tajín ha traído en cada edición, el evento es muestra de los buenos oficios que su personal de producción tiene, desde la cabeza hasta quien concreta el último detalle sobre el escenario. Los reconocimientos son muy merecidos y el augurio son muchos años de presencia en la industria, cada vez con más y mejores propuestas.