¿Comprimir o no comprimir? Esa es la cuestión

Una de las herramientas más importantes de la ingeniería en audio es la compresión. Existen muchos tipos de compresores que fueron concebidos desde los años cincuenta y si bien la compresión es un invento desarrollado para la radio, en poco tiempo se volvió una herramienta indispensable en los estudios de grabación profesionales de música de todo el mundo.

Entender qué es la compresión

En nuestros días y con más de 20 años de Loudness War, la compresión lleva unos años siendo  mal interpretada o mal usada, donde se abusa y se degrada tanto el sonido como la dinámica de lo que se está tratando; es por esta razón que muchos ingenieros actualmente nos preguntamos: ¿Comprimir o no comprimir?

Hay 2 factores clave para volver a hablar de la compresión:

1. Las plataformas digitales. Como muchos de ustedes sabrán, las plataformas digitales aspiran a tener un nivel homogéneo que oscile entre los -14db LUFS; la razón de esto, aunque parezca increíble, son las listas de reproducción (playlists).

2. Cuando la música se masteriza extremadamente fuerte (con una oscilación en un promedio de -8db LUFS), después es imposible que coexista con otras canciones de otras épocas en una playlist, porque se escucharán mucho más fuerte. Esto, que no parece una razón tan importante, tiene mucho peso, porque en el mercado de la música actual todo se trata de playlists, de modo que una canción actual que esté masterizada a -14db LUFS puede empatar sin problemas con una de los años setenta, porque en las plataformas, lo que está por debajo de este target (-14db UFS), lo sube y lo que está por arriba, lo baja, de manera que si decides masterizar a un nivel alto, es probable que tu música suene ligeramente más fuerte, pero seguramente también se escuchará más aplastada.

En cuanto a formatos de audio más recientes, como Dolby Atmos, muchos dicen que será lo mismo que se vivió en los sesenta con el paso del sonido mono a estéreo. Desde hace años con los videojuegos y ahora con el avance del metaverso (puerta de entrada para la mayoría de las experiencias digitales y sucesor natural de lo que es hoy internet y que involucra entretenimiento y trabajo) y el sonido inmersivo, no tiene vuelta atrás; de hecho, grandes marcas están invirtiendo en la fabricación de audífonos circumaurales, porque permiten una mejor transducción del sonido inmersivo a estéreo.

¿Qué tiene que ver esto con la compresión?

Mucho, porque los algoritmos de Dolby Atmos, que es una de las propuestas de audio inmersivo con más potencia (y la que es muy probable que quede como estándar), funciona con señales que no están muy comprimidas. De hecho, la recomendación de este formato es trabajar con masterizaciones que no superen los -16db LUFS; 2db incluso más abajo que las plataformas digitales. La razón es que para hacer la codificación espacial se utiliza parte de la dinámica de un sonido, y si está muy comprimida, la señal no será correctamente codificada y tendrá problemas de transducción en el mundo inmersivo. Dolby Atmos permite trabajar el audio dentro de una esfera en la que los sonidos son tratados como objetos y en el centro de la esfera se encuentra quien está escuchando. Lo que quiero explicarles con estos puntos, es que en mi opinión, la compresión volverá a ser utilizada como se usó durante los ochenta y parte de los noventa, porque en este nuevo mundo de playlists y sonido inmersivo, la sobre compresión no tiene cabida.

La compresión tiene dos usos:

1. Controlar la dinámica de una señal. De hecho, para esto fue concebida, para que las radios pudieran transmitir su señal de forma uniforme y llegar más lejos, porque hace rendir mejor los amplificadores de transmisión. En poco tiempo fue ganando adeptos en los estudios de grabación, porque los ingenieros de aquella época podían obtener grabaciones que sonaban más parejas.

2. Añadir carácter a un sonido. Este uso es más nuevo, porque no necesariamente el compresor tiene que estar comprimiendo, sino que el ingeniero decide utilizarlo para colorear la señal o añadir ciertas características propias del equipo que esté operando.

Veamos unos cuantos consejos aplicados a cada etapa de la industria musical.

Grabación

La compresión en la grabación puede servir para tener control de la señal. Los sonidos con mucho contenido de frecuencias graves, como un bajo, o mucha dinámica, como una batería o instrumentos de percusión, son candidatos a comprimir ligeramente, porque de esta manera se logra un mejor nivel de grabación. El ratio puede ser de 4:1 y la reducción de ganancia que no supere los 4 dbs; en cualquier buen compresor, estos ajustes pasarán desapercibidos, siempre que el ataque y release no estén ni demasiado rápidos ni lentos, porque en el primer caso, la compresión se notará más, y en el segundo, el sonido se alargará quizá más de lo normal.

Un buen tip es pensar la compresión como un manipulador del ataque y sustain de un sonido. Si usas un release largo, las notas del bajo tendrán más sustain y si usas un ataque rápido, los picos de una tarola se atenuarán, pero ese efecto hará que nuestros oídos detecten más fácilmente que algo está “pasando” con el sonido.

Otra confusión con los compresores, es que algunos tienen el ataque y release al revés, y esto es porque como el compresor es un equipo que reduce los valores, por esta razón, los controles van  hacia atrás. Aquí hay que tener cuidado con el UA1176, porque es un error muy común.

Mezcla

Aquí es donde más se debería utilizar la compresión en la batería, el bajo y la voz líder, sin importar el estilo de música. Los demás sonidos entran en la categoría estética; es decir, se comprime solo por el carácter y no tanto por el control de la dinámica. También puedes utilizar un bus compressor para los buses de la batería o de algún otro instrumento e incluso en el master bus, la compresión junta más los diferentes sonidos y hace que tu mezcla suena más compacta. A este proceso se le llama glue.

La compresión multibanda también puede ser una excelente herramienta para tus buses o para el master bus de tu mezcla, porque el control independiente de cada banda puede ayudarte a lograr el equilibrio frecuencial en tu mezcla.

Masterización

En el mastering todo depende del trabajo y el sonido que se esté buscando. No existen cadenas mágicas, pero usualmente, un ingeniero de masterización podrá utilizar un bus compresor o un compresor de bulbos, un multibanda y por último, un limitador o maximizador, que es un compresor con ratios extremos. Se dice que un compresor comienza a comportarse como limitador cuando se utilizan ratios más altos que 8:1.

Para saber más sobre compresores, les recomiendo leer este artículo: (insertar link:

https://soundcheck.com.mx/compresores-versatilidad-y-mucha-utilidad/

¡A comprimir más inteligentemente y en menor cantidad. Excelentes grabaciones para todos!