Como cada año, el Informe Global de Música que realiza la IFPI (International Federation of the Phonographic Industry), destaca la cifra de crecimiento por sexto año consecutivo en los ingresos mundiales recabados por la música grabada (de 7.4 por ciento en el mundo y de 15.9 por ciento en América Latina), producto de un exhaustivo y desafiante trabajo en conjunto entre las compañías discográficas, socios y artistas para apoyarse en la creación, grabación y difusión de música, impulsados por la innovaciones en la manera en que los usuarios y fans pueden experimentar la música. De esto hablan Ernesto Sánchez, Editorial Music Manager en Deezer México, y Miguel Sáinz, gerente de marketing de la agregadora digital ONErpm México.
La crisis y los cambios de hábito
El complejo 2020 demostró que la oportunidad digital es inmensa, aunque al principio preocupó a todos por la caída de hasta 8 por ciento en usuarios que tuvieron las plataformas de streaming musical. Así lo recuerda Ernesto: “La repercusión de la crisis sanitaria para la industria en América Latina pasó de un momento de pánico, donde no se escuchó música porque la gente ya no iba en el auto, estaba en el gimnasio o se movía en el transporte, y se volcó a las plataformas de video, siendo Netflix y Amazon los que subieron. Ese cambio de hábito nos llevó a crear canales como Stay at Home (Quédate en Casa) donde empezamos a generar playlists basadas en estados de ánimo para relajarse, concentrarse, hacer yoga e incluso para home office”.
Al concluir marzo, Deezer empezó a subir y volvimos a alcanzar números estables e incluso de crecimiento pronunciado de 20 por ciento en el verano y de un 60 por ciento más de usuarios a partir de julio, creemos porque la gente aceptó que el confinamiento se quedaría un rato y debíamos escuchar música en casa”, menciona Ernesto.
La gente comenzó a consumir también música de catálogo y regional (en el caso de Deezer), dejando la música nueva y los lanzamientos a un lado; apenas está volviendo a consumir novedades y parte de nuestra responsabilidad que tenemos con las disqueras y las agregadoras es no permitir que las canciones mueran en esa playlist de novedades, sino que tengan una vida mucho más amplia”.
Miguel ratifica ese cambio y adaptación de consumo musical que tuvieron los usuarios: “Obviamente, hubo un cambio de hábitos para todos y creo que ese crecimiento del streaming en el reporte del IFPI nos dejó esa llamada de atención para entender qué estaba pasando con la forma de consumir la música. Se fue estabilizando y luego parece que les dimos esteroides a las plataformas y ahora que vemos la numeralia y el desempeño de las plataformas es increíble que estén creciendo, a pesar de los meses tan complejos que estamos viviendo”.
Desmitificar y educar
El reto que siguen enfrentando músicos y aliados para beneficiarse del negocio desde la mirada digital es comprender su funcionamiento y elegir de manera acertada: “Me llama la atención la idea de que el músico genera más del show en vivo y esto es cierto en parte, porque la verdad es que lo digital es una fuente de ingresos muy importante para muchos artistas y que es una fuente de ingresos constante, que tuvo un pequeño declive, pero que está creciendo”, puntualiza Miguel.
Sumado a ello, la alternativa es generar nuevos modelos de remuneración, como están haciendo en Deezer: “Ya hay un programa piloto en Europa y lo que sigue es México, con User Send Payment System, sistema en el que las disqueras y agregadoras tendrán de manera más directa los pagos sin intermediar. Es algo que ya usa SoundCloud y de esa forma se dividen entre ellos lo que corresponde de una manera más equitativa y justa para los artistas”, reflexiona Ernesto.
“Estamos viviendo un momento fantástico en el que nunca antes se había escuchado tanta música. Tenemos los dispositivos móviles y las computadoras, y eso permite que muchos artistas salgan a construir un negocio y una estrategia. Por eso, es nuestra filosofía en ONErpm abrir la oportunidad a todos los artistas, independientemente del momento de su carrera, porque gracias a lo digital y a la curación musical que hacen las plataformas, es posible encontrar nichos y construir ese negocio. Creo que el mayor beneficio con este ecosistema de disqueras independientes y demás actores de la industria está en que el más beneficiado es el artista, al tener más alternativas”, añade Miguel.
De lo anterior da testimonio Ernesto, al describir el desempeño del género regional mexicano en Deezer: “Me impresiona mucho que el crecimiento en un año ha sido del 133 por ciento del consumo de esta vertiente musical, desplazando al reggaeton, el pop y el rock. Los subgéneros de mariacheño con Cristian Nodal y lo sierreño con los tumbados y corridos han tenido un boom en el confinamiento sanitario. Los jóvenes no tienen prejuicio hacia la música regional, que sin duda es música compleja de hacer y vale la pena que estén dispuestos a escuchar”.
La oportunidad de seguir creciendo
Además de entender el comportamiento de hábitos en el consumo de música por parte de los usuarios, la otra labor es estar atentos a la forma en que la tecnología llega a la gente en nuestro país y el resto de la región. Miguel Sáinz lo describe así: “Hoy hay más usuarios de smartphones, más acceso de internet por WiFi o planes de datos, y crece el hábito de suscripción a plataformas con métodos de pago que no sean sólo las tarjetas de crédito. No llegaremos a construir ese negocio sin atender y comprender el desempeño de esas variables. Conforme se vayan poniendo parejos esos rubros, se seguirá beneficiando al mercado. Y luego, la educación de nosotros como industria hacia el consumidor final y no sólo de las plataformas o agregadoras, sino del artista, que debe ser más activo en invitar, pedir que lo escuchen, busquen, tengan sus links inteligentes, manejen comunicación y generen playlists”.
“Hay muchos artistas que todavía no saben el potencial que tiene lo digital y las posibilidades económicas que está generando. En México, el año pasado y lo que va del actual, lo que ha pasado y está pasando en la industria musical es que se está profesionalizando cada vez más. Las alternativas y opciones que tienen los artistas les abre un mundo, dependiendo de la negociación que realicen. Hay más interés e incluso lo vemos en el segmento de edad de los 40 años y con artistas que se están acercando para comprender y hacer el cambio”.
Finalmente, Ernesto coincide con Miguel recalcando las tareas por atender: “Hay mucho camino por recorrer. Para mí, el futuro de la industria musical es alentador y en una crisis como ésta, lo que ha hecho es acelerar un cambio y una tendencia que era inevitable”.
Son tiempos de cambio y los artistas tienen la posibilidad de tener el control completo de su obra. El esfuerzo está en informarse acerca de todas las opciones que tienen para diseñar un modelo a su medida, que los beneficiará siempre.