El viaje creativo de la cantante, compositora y promotora Sara Valenzuela por la música ha sido en extremo satisfactorio y diverso. Sus inicios en las bandas Mala Vida y La Dosis marcaron el precedente para su carrera solista, en la cual se cuentan un EP y tres producciones; la más reciente de éstas fue lanzada el año pasado.
Talentos de todas partes
“Fulgor” (Discos Intolerancia, 2017), es el tercer material de Sara, quien se alía con viejos y nuevos amigos musicales para dar seguimiento a sus anteriores entregas: “Lado Este” (Fugazi Records, 2005) y “En la cocina” (Discos Intolerancia, 2012). A lo largo de los once tracks de “Fulgor”, desfilan los integrantes de Groove Collective, Barney Mcall, el bajista Jonathan Maron, el baterista Bill Campbell y el saxofonista colombiano Jay Rodríguez, además del tecladista Erik Deutsch. El talento nacional lo aportaron los músicos Samuel “Samo” González (bajo) y Frankie Mares (batería e ingeniero de grabación de una gran parte de la producción), ambos de la agrupación Troker, además de la cantante Iraida Noriega, el cantautor sinaloense David Aguilar, el guitarrista Juan Castañón y el bajista Richie Arreola.
Como en sus anteriores entregas, Sara demuestra su habilidad para elegir el personal técnico adecuado para plasmar sus canciones de una manera óptima y orgánica. Las sedes para llevar a cabo el proceso de esta producción fueron FM Estudios e Idar Estudios en Guadalajara, y el estudio Intolerancia de la Ciudad de México, nuevamente con la producción del incansable Gerry Rosado. Sara narra cómo fue este proceso.
Los estudios de Fulgor
“La grabación fue muy fluida. Se grabaron todas las bases en los estudios FM, de Frankie Mares. Éste es un estudio muy cómodo, ya que está en su casa, con un agradable patio. Mucho de trabajar con Gerry es hablar y hablar, y los espacios eran muy aptos y relajados para esto. Nos dábamos el lujo de tener descansos. Después, la producción de voces y algunas instrumentaciones adicionales se grabaron en Estudios Intolerancia de Gerry. “Lado Este” y “En la cocina” se hicieron en estudios pequeños, pero con la fortuna de tener productores que saben perfectamente hacia dónde van a llevar las cosas, y con el conocimiento de las herramientas y software. Gerry es un productor que hace cosas inesperadas. Por ejemplo, está grabando una batería y te preguntas a la primera escucha, qué está pensando hacer. Si coloca un micrófono en el bombo de una cierta manera o le pide a Frankie que le ponga una cadenita encima del platillo, ya tiene en la mente cómo procesará ese sonido y cómo lo ecualizará, pensando en el sonido final. De forma que cada mezcla que me mandaba tenía sorpresas. En ese sentido es la claridad que puede tener, junto con Frankie, quien a lo largo de la grabación estuvo muy a su lado. El proceso de tracking fue todo directo. No fue nada sofisticado y más bien todo el trabajo fue en la postproducción”, cuenta Sara.
El productor
Gerry Rosado sostuvo la batuta de producción para “Fulgor” y nos describe cómo fue la distribución del trabajo con respecto a las colaboraciones: “Varias voces u otras cosas se grabaron en Guadalajara en Idar Estudios, un estudio que ya no está. Más voces y las partes de Erik Deutsch, Samo y Frankie, Juan Castañón y Richie Arreola, las grabamos en FM. Dos piezas se grabaron en los estudios de Intolerancia; en el caso de la canción con David Aguilar y las partes de Iraida Noriega, además de algunas voces adicionales. También grabé guitarras y estuve haciendo los arreglos extras que hubo en varias piezas. Todo lo grabamos en Logic ProX y luego lo vaciamos. Recientemente estoy usando unos emuladores que me gustan mucho que se llaman Nebula, que más que una emulación es un sampleo por convulsión de entradas y salidas de equipos muy diversos, prácticamente de cualquier hardware que haya sido valioso en la historia de la grabación, lo que me permitió generar un sonido más orgánico y más cargado a la lógica de una grabación análoga completa, incluyendo la cinta, sin utilizar las cosas reales. Es un proceso un poco lento, ya que son plug-ins que consumen mucho proceso y entonces hay que estar haciendo renders, pero la alineación de armónicos es mucho más eficaz y el tema de fases se vuelve mucho más musical. Me gustaron mucho los resultados que se consiguieron en ese sentido. Creo que el disco tiene un sonido bastante cálido”.
“Es muy fácil hacer cosas interesantes con Frankie, Samo, Erik y Richie, todos músicos de muy alto nivel”, Gerry Rosado continúa; “lo que sí sucedía es que esas piezas se hicieron de una manera sin saber en qué iban a terminar, de modo que hubo que hacer bastante edición para acomodar estructuras. En este disco están entremezclados los procesos que uno haría normalmente en un cierto orden y que se hicieron en uno diferente por las circunstancias y tiempos. Lo que yo busco en una canción es que nada me distraiga de ella. Que no se escuchan cosas que parezcan intrusas y traté tanto en la mezcla como en el master, de tener un sonido cálido, completo. Es un disco amable, fácil de escuchar en el sentido de que no es agresivo, que se puede escuchar de punta a punta y que cualquiera de sus canciones puede ser incluida en un playlist sin que lo saque de balance. Son todas canciones todas muy accesibles y que resisten muchas oídas porque hay capas de información que uno puede seguir explorando”.
El ingeniero
Frankie Mares interviene para darnos los pormenores de su trabajo en FM: “en aquel momento el estudio era un poco más pequeño y existían sólo dos cuartos. En cuestiones técnicas usamos toda la microfonía disponible aquí. El proceso de producción desde el disco pasado con Sara ha sido muy fácil, ya que es muy clara con las ideas a la hora de los sonidos. Durante la grabación usamos preamplificadores Langevin, tanto para los overheads de la batería como para las voces. La tarjeta de sonido es MOTU y en cuestión de plug-ins, Gerry los trabajó en la mezcla y el master, el cual se hizo en Discos Intolerancia. Usó muchos VST y Waves. Lo que más me gusta del disco es que se escucha tocado en vivo, ya que últimamente, con tanta postproducción, se ha perdido ese espíritu. La mayoría de las bases fueron grabadas en vivo. Fue muy fácil trabajar con Gerry en ese aspecto y estamos muy contentos de haber participado en ese disco. Ayuda mucho que con Sara hemos hecho muchos trabajos y hemos trabajado constantemente para mejorar el estudio, el equipo y el sonido”, concluye.
Con Fulgor, Sara Valenzuela confirma su papel en la música mexicana denominada alternativa, con un buen número de seguidores, teniendo como base la hermosa Perla Tapatía.