Andrea Básef es un nombre que cada vez se escucha más en el circuito de exponentes del jazz manufacturado en México, gracias a que su álbum Deseo del tiempo mezcla elementos de la música sincopada con las bondades del bolero, una aleación sonora en la cual tuvo injerencia el pianista Alex Mercado, quien al lado de la propia Andrea produjo la tanda de canciones que la obra aloja.
“Siempre he cantado. Aunque hubo un momento en mi vida en el cual decidí, como a los quince años de edad, que quería ser actriz”. Al tomar esta decisión, Andrea se involucró de lleno en el terreno actoral, así que en su plan de estudios, con tal de sentirse capacitada para desarrollar cualquier clase de personaje, la música fue parte primordial de su formación. Fue precisamente en ese periodo de aprendizaje que descubrió el jazz: “Entonces decidí hacer mi disco, Deseo del tiempo, con la plena conciencia de que aún me falta mucho por estudiar, porque como cantante sé que siempre hay que estar aprendiendo”. La cantante encontró en la música un mar de posibilidades a nivel creativo, como ella misma lo cuenta: “Decidí dedicarme profesionalmente al jazz, luego de actuar durante algún tiempo. Y cambié de prioridad a sabiendas de que no estoy descubriendo ningún hilo negro, pero cuento con la certeza de que hago lo que más me fascina y mi manera de interpretar diversos temas hace la diferencia. Uní jazz y bolero porque los segundos cuentan historias completas que no se quedan en la anécdota; respecto al jazz, procuro darle una intención más contemporánea, porque las mujeres somos diferentes hoy y yo busco eso, ubicarnos en un nuevo contexto”.
Lecciones completas
“Estudié música y armonía con maestros particulares –explica nuestra entrevistada-, y Teatro en la UNAM. Fui la última generación que tomó clases con Héctor Mendoza y eso me enorgullece mucho, porque él es parte clave de la forma en la cual abordo las canciones; del teatro aprendí a interactuar con el público”. James Demster, Verónica Murúa, Luisa Versokova, Magos Herrera y Arturo Rodríguez integran la plantilla de maestros de canto que formaron a Andrea desde muy temprana edad: “Fueron muy benévolos conmigo, especialmente en cuanto a sus enseñanzas de técnica vocal. Yo digo que sufro de trastorno de musicalidad múltiple –sonríe la intérprete-, pues me gusta todo, pero necesito acomodarme a cada género que interpreto, encontrar el camino adecuado, y en ese sentido mis maestros me ayudaron a localizar la forma correcta de abordar cada cual. Eso sí, mi estilo lo definí a solas”.
Alex Mercado y Andrea se conocieron en un local que se dedica a proyectar artistas comprometidos con el jazz y las fusiones arriesgadas: el Zinco Jazz Club. Ella fue a escuchar a Alex, se acercó y luego de tomar clases con él, echaron a andar el proyecto sónico de Andrea Básef, al tiempo que nutrían su amistad. “Deseo del tiempo fue una producción totalmente independiente –comenta- bueno, tuve apoyo del Fondo Nacional para la Cultura y las Artes (FONCA), pero es un disco que produjimos Alex y yo. Él me ayudó mucho, porque entonces yo no contaba con todos los elementos musicales para aterrizar mis ideas, así que le explicaba todo, como si se tratara de un asunto teatral; yo pasaba por la trompeta y el contrabajo, la batería y el resto de instrumentos, le platicaba a Alex todas mis intenciones como intérprete y nos entendimos padrísimo, porque los arreglos se escuchan en el disco tal como yo quería que sonaran”.
Grabado en el Distrito Federal, precisamente en Sala de Audio, con Salvador Tercero y Ricardo Méndez Herrera al mando de las perillas, Deseo del tiempo contó con la mezcla y masterización de David Darlington, quien llevó a cabo su labor en los estudios Bass Hit Recording, en Nueva York. “A David lo conocí por medio de Magos y Alex, pues ellos ya habían trabajado con él”, explica Andrea. “Estuvimos primero hablando vía email y luego terminé yendo a NY, donde le dejé todas las sesiones y le platiqué más o menos cómo quería que sonara el disco. Yo buscaba un trabajo redondo donde la banda sonara bien integrada a la voz y viceversa. Así, David me entregó una primera mezcla a la que le seguimos haciendo arreglos. ¿De qué tipo? Bueno, hay líneas muy pequeñas en algunas canciones, como en Así, donde determinado instrumento dialoga conmigo, y entonces eso no era muy evidente en la primera mezcla. Ocurrió que David asumió que mi voz era lo más importante, pero no era del todo así. En aspectos como ese metí mano; pero pasó pocas veces. En realidad, David es una persona que trabaja maravillosamente. Sin embargo, de pronto salía mi personalidad obsesiva y ahí estaba yo, haciendo apuntes”.
Cabe resaltar que existe una edición especial de Deseo del tiempo, la cual presume cinco temas registrados en directo en la Sala Telefónica del Centro Cultural Roberto Cantoral, con la destreza de Icautli Cortés en la consola. Así que el futuro luce alentador para Andrea y es ella misma quien lo relata: “Quisiera que en mi siguiente disco hubiera la posibilidad de meter algunos temas escritos por mí, claro, sin cambiar el giro de lo que hoy hago. Pero de momento estoy contenta porque a mi disco le ha ido muy bien; mucha gente me está conociendo y estoy bien concentrada en él, promocionándolo, haciendo lo posible por prolongar su vida con la ayuda de la edición especial”.
Redacción: Alejandro González