Dos circunstancias hicieron posible este espacio de creación musical y sello discográfico creado por Gina Récamier (compositora mexicana multi instrumentista, también conocida como Madame Récamier) y Álvaro Lamadrid: la primera, tomar el espacio de una casa para acondicionarlo como estudio de grabación, y la segunda, adquirir para restaurar una consola MCI Serie 500 de 1978, que estuvo en el estudio Do Re Mi y que fue con la que se hizo el pop en español de finales de los setenta y ochenta en México (discos de Luis Miguel, Mijares y Flans, entre otros).
Nueva York Música está plasmando su huella como un lugar donde es posible la aspiración de capturar, mezclar y masterizar el sonido clásico de la era análoga.
El tiempo para llegar a la meta
“Fueron alrededor de tres años, entre la mudanza y adecuar el cuarto en la casa, más la restauración de la consola, arrancar ya como estudio de grabación. En 2019 comenzamos a producir proyectos personales y aquí se grabó el disco más reciente de Madame Récamier. Además de la consola, conseguimos un par de máquinas de cinta de 24 tracks de los años setenta y ya está una operando al cien por ciento con resultados excelentes para el tipo de producciones que estamos haciendo”, inicia Álvaro la conversación.
“El proceso de la restauración fue muy importante; me ayudaron Carlos Carrillo “El Capi” y, en una primera etapa, don Alejandro Bernal. En ese momento pensé que sería cosa de seis meses, no de poco más de dos años, pero me aferré y llegué a las últimas consecuencias. Por fortuna hay grupos en las redes sociales con dueños de esas consolas de las que sólo existen 250 y han de quedar unas 100 operando, así que es una comunidad que ayuda y cuando tenía problemas, escribía para compartir la falla y siempre había alguien que podía orientarme para repararla. Entre esas ayudas y la mente del Capi la dejamos con 27 canales trabajando. Estoy feliz porque crecí escuchando discos grabados en esa mesa, los discos de rock clásicos de los años setenta de mi papá y así supe que quería hacer música de esta manera”.
Para recibir la consola en su nuevo hogar, también se hizo un trabajo de acondicionamiento acústico, cambiando el piso del cuarto y reforzando las ventanas con doble vidrio; se encargó a Rubén Coatl la creación de páneles para contrarrestar la reflexión del ventanal existente a lo largo de la pared del cuarto y en adición, para calibrar mejor el desempeño de los monitores, Roberto Velazco armó un resonador de membrana para trabajar ciertas frecuencias.
Álvaro continúa “ Todo esto ha sido un aprendizaje muy largo que incluye tener colegas en quienes confiar la tarea de grabación, como ha sido Jonathan Angarita, que viene del audio en vivo. Nos hemos entendido porque yo pienso más como músico y él puede descifrar las necesidades sonoras de un track. Hemos llegado a mejores estándares en las mezclas y los masters, estamos cada vez más felices de tener el equipo bien armado. Gina funge como manager y vínculo en aspectos como patrocinios y Jon es el inge de casa”.
Con un camino bien definido
Enfocados en recrear producciones con sonidos vintage, el rider del estudio incluye teclados electromecánicos como Rhodes, Wullitzer, Clavinet, Yamaha CP70, Hammond de bulbos de los años cuarenta con su bocina Leslie; una colección de amplificadores de bulbos con Fender Dual Showman, Twin Reverb, Bassman, algunos Orange y Buda Super Drive:
“Lo que gusta mucho a los clientes es que pueden capturar los sonidos verdaderos que traen en sus demos con softwares como Guitar Rig y sus emuladores de amplificación, que suenan bien, pero se capturan aquí y hay una gran diferencia. Con eso y micrófonos de listón AEA, el Reverb AKG BX20, máquinas de antaño de cinta y micrófonos como el RCA 77DX de los años cincuenta, cerramos esta cadena de onda vintage que nos permiten grabar directo a cinta”, enfatiza el productor.
Nueva York Música está plasmando su huella como un lugar donde es posible la aspiración de capturar, mezclar y masterizar el sonido clásico de la era análoga, sin que sea un presupuesto exorbitante o mandes a otro continente tu material:
“Es buenísimo, porque nosotros hacemos la masterización con Erik Urbina, aquí en México, quien entiende perfectamente las necesidades de quienes confían en nosotros y hace un trabajo muy recomendable que nos deja trabajar de forma distinta ese proceso. Al final se ofrece un servicio respaldado en un gran equipo con Álvaro como productor, Jonathan en la captura y mezcla y Erik en el mastering. Podemos ofrecer este trato distinto para nuevos artistas, al punto que eso nos llevó a crear el sello Nueva York Discos. Hay artistas como Joe Moreno de Puebla, Edson Gómez, de Tropical Forever y lo nuevo de esta banda también; la banda Oníricas de San Luis Potosí, que van empezando y tienen ideas muy buenas que necesitan aterrizar y tener un presupuesto amigable, como lo que nosotros podemos brindar”, detalla entusiasta Gina.
Álvaro complementa: “Hemos logrado credibilidad practicando y grabando a nuestras bandas y las de nuestros amigos; hay quienes se acercan para que les pasemos el tracking por la cinta hasta con quienes ya nos aliamos para ofrecer distintas opciones para lograr la producción. Estamos encontrando mucho talento que necesita ese empuje. Actualmente estamos armando distintos proyectos: un dueto de Veracruz, hermano y hermana, que hacen son jarocho mezclado con cumbia, beats y reggeaton y que nos mandan el demo con instrumentos tradicionales y de ahí se van integrando los demás elementos.
“Creemos que hay mucho talento que no tiene la manera de grabarse bien y se quedan rezagados; si en Nueva York Música facilitamos ese trabajo para que salga su música, eso es lo más importante para nosotros. Ser ese puente que los lleve para allá”, concluye Álvaro. Porque para conseguir el sonido deseado en el estudio de grabación, no hace falta irse lejos, sino llegar con quienes lo pueden hacer posible con la experiencia necesaria y sobre todo, con amor por la música.
Entrevista: Nizarindani Sopeña / Redacción: Marisol Pacheco