Trabajo “Godín” o ser un “Godínez”, es una forma subcultural en México para referirse a la actividad de algunos oficinistas asalariados, trabajadores con bajos sueldos o personas sin expectativas de un futuro mejor y que se ha popularizado mediáticamente en los últimos años. Lo utilizaremos aquí de manera lúdica y sin la finalidad de herir a nadie, así que relajémonos y hablemos del propósito de este articulo, que lo que pretende es enfocarnos en nuestros planes de vida en el plano profesional, muy comúnmente denominados “sueños”.
Tomar las riendas no es tarea fácil, pero el hecho de trabajar en ello determinadamente habrá hecho que valga la pena tu vida y tu tiempo por asumir la responsabilidad personal de tus proyectos.
Tomar las riendas con un plan
Una de las principales trampas de un trabajo “Godín” es la seguridad de un sueldo. Éste siempre será uno de los argumentos que se utilicen para asegurar que no es posible dedicarse por completo a la música, ya que ésta no brinda la misma estabilidad financiera que un trabajo de oficina; la incertidumbre es algo que simplemente no es opción, ya que además (y aquí se utiliza el mejor y más sólido argumento), se tiene familia e hijos que dependen de esa seguridad.
Si bien todos buscamos una certeza financiera que nos brinde tranquilidad a nosotros y a nuestras familias, abandonar nuestros sueños también tiene un costo, del cual nadie quiere hablar. Pero pongamos el asunto en perspectiva: el trabajo “Godín” también pretende cumplir sueños, pero normalmente los de alguien más, y si bien es completamente útil durante un tiempo determinado o con un propósito muy definido, como por ejemplo, para crecer a un área de mayor oportunidad, obtener el presupuesto que te permita arrancar tus proyectos o desarrollar relaciones importantes para tu desarrollo profesional, estancarse ahí por más tiempo que el originalmente planteado puede generar la ilusión de que la realización personal está dada, ya que los aparentes logros, sean financieros o de reconocimiento social brindan esa sensación de tranquilidad y satisfacción por un momento, pero al mismo tiempo te aleja del propósito original que tenías para tu vida.
Hace tiempo leí un estudio que demostraba que los infartos eran una de las principales causas de muerte de las personas y que dentro de los infartos, la mayoría estaban relacionados con el estrés y la insatisfacción laboral. Un precio alto, ¿no es así?
Ahora retomemos la pregunta original del articulo. ¿Debería renunciar entonces a mi trabajo Godín para dedicarme a la grabación de tiempo completo? La respuesta es simple y arriesgada a la vez: ¡Sí!, siempre y cuando tengas la certeza de que tu sueño lo vale, aunque la manera de hacerlo es diferente para cada quien, ya que eso depende de cada circunstancia y voluntad individual. Con esto no quiero decir que abandones de manera abrupta tus compromisos laborales y emprendas una travesía sin plan ni rumbo fijo hacia lo que podría ser tu sueño y además, tengo que mencionar que si bien tus sueños no tienen precio, el camino hacia ellos sí lo tiene y debemos estar decididos a pagarlo.
Es importante que seas el autor de tus propios planes, dejando de lado aquellas expectativas que se esperan de ti y que no corresponden a tu área de talento e interés.
Claves: preparación y motivación
Una de las maneras de reducir las inseguridades relacionadas al cambio es sin duda la de prepararse continuamente, ser competitivo desde el lugar en el que estés y con las posibilidades que tengas en ese momento, además de motivarse con las personas que ya lo han logrado. Con el paso del tiempo verás que existen miles de escenarios que no son tan trágicos como lo percibías y que con buenas herramientas podrás afrontarlas y forjar un camino sólido que te acerque cada vez más a tus objetivos. Al hablar de grabación nos referimos a una de las actividades principales dentro de un estudio, por lo tanto tendríamos que esclarecer que, visto como un negocio y no como una guarida, es sin duda un negocio rentable, en el que al igual que cualquier otra organización, requerirás un equipo de trabajo humano sólido y de buena calidad, un área creativa con músicos de sesión, arreglistas, editores, ingenieros, productores y demás, un área de marketing, una de contabilidad, limpieza y demás. Con una estructura y una dirección definidas es sin duda un negocio que te permite vivir de él si estas dispuesto a tomarlo en serio y dedicarte a hacerlo posible.
Es importante que seas el autor de tus propios planes, dejando de lado aquellas expectativas que se esperan de ti y que no corresponden a tu área de talento e interés. Buscar la seguridad y la aprobación de los demás no te llenará, y no hablo de estar en contra de todo y todos, sino de ser fiel a lo que tú quieres hacer de ti, no lo que se espera de ti y mentalízate a que más de una persona estará en desacuerdo con tus propósitos, pero mientras no hagas daño a nadie, no habrá por qué pedir perdón.
Cada quien será el responsable de saber cómo y cuándo hacer planes para comenzar a trabajar en alcanzar sus propósitos; sin embargo, hay que saber que el momento perfecto no existe. En ocasiones, el temor al cambio hace que sabotees tus oportunidades, postergando la toma de decisiones y más aún la acción. ¿Cuántas cosas están en pausa por estar a la espera de ese momento o circunstancias perfectas?: “cuando tenga dinero”, “en cuanto tenga tiempo” y un sin fin de pretextos han hecho que todo se vaya postergando y al mismo tiempo generando la ilusión de que un día todo simplemente será perfecto e ideal, sin ningún obstáculo para tomar la acción necesaria, pero sabemos que eso no será así, generando frustración con el paso del tiempo. Tomar las riendas no es tarea fácil, dejar de esperar y tomar acción tampoco, pero quizá y aún sin garantías de lograrlo, el hecho de trabajar en ello determinadamente habrá hecho que valga la pena tu vida y tu tiempo por asumir la responsabilidad personal de tus proyectos.
Cada quien será el responsable de saber cómo y cuándo hacer planes para comenzar a trabajar en alcanzar sus propósitos; sin embargo, hay que saber que el momento perfecto no existe.
Por Ferrer León*
*Es productor musical, ingeniero en audio y músico y cuenta con 25 años de trayectoria en diversas áreas de la producción, participando en diferentes proyectos dentro y fuera de México, que abarcan música regional, pop, jazz, rock y orquestas sinfónicas, así como música para empresas y soundtracks. También está a cargo de la producción de audio en la Dirección de Innovación de la Secretaría de Educación Pública. Es miembro votante de los Latin Grammy y cuenta con su propio estudio de grabación, AntenaStudio, en Guadalajara, Jalisco. Pueden encontrarlo en: ferrer@antenastudio.com y www.antenastudio.com