Tips para mejorar con cada sesión

Por Alan García*

El camino de llegar a tener un sonido propio y del cual te sientas orgulloso es largo y lleno de barreras. Al trabajar con audio es muy probable que un día hayas sentido que tu trabajo suena increíble; terminas el día motivado y no puedes parar de escuchar lo bien que te salió, pero al día siguiente ya no te da esa impresión y escuchas todo lo que pudiste mejorar.

Siendo el sonido un trabajo creativo y en gran medida subjetivo, es difícil tener un parámetro para ir creciendo; lo más probable es que a todos nos toque experimentar la duda de si somos lo suficientemente buenos para dedicarnos al audio profesional en algún momento. Es por eso que esta vez quiero compartir contigo algunas sugerencias que me han servido a lo largo de mi carrera y que también han sido de utilidad a mis alumnos.

Poder confiar en que lo que estás escuchando se traducirá de buena manera a cualquier sistema es algo invaluable.

Muestra tu trabajo a alguien en quien confíes y que sepas que sabrá escuchar 

Es muy fácil meternos en nuestra burbuja y si no tenemos la referencia de alguien más, pudiera ser que no identifiquemos los problemas que podríamos resolver. A lo largo de mi carrera he tenido diferentes maestros y amigos que me han ayudado enormemente a mejorar la calidad de mi trabajo, porque un oído extra es muy valioso. A la fecha, cada canción que trabajo se la envío a mi equipo de trabajo, en quien confío plenamente y que sé que me dará su opinión objetiva.

Te recomiendo que entre tus compañeros de trabajo o escuela empieces a compartir los resultados que logras y poco a poco te darás cuenta de quién te puede ser de más ayuda. Otra idea es que le pidas tu opinión al siguiente ingeniero que tomará tu trabajo; es decir, si hiciste la grabación, habla con el ingeniero de mezcla para pedirle consejo, o si estás mezclando, pide al ingeniero de masterización que te dé sus comentarios respecto a tu trabajo.

Cambia una sola cosa en tu siguiente sesión

Hay muchas técnicas que podemos probar, ya sea en grabación, mezcla o masterización; sin Embargo, mi sugerencia es que en cada sesión que tengas pruebes algo nuevo. Puede ser una técnica de microfonía distinta, un efecto nuevo en la voz o un compresor distinto en el bajo, por ejemplo. Al cambiar sólo una cosa es muy fácil identificar qué es lo que te da esa nueva técnica y con eso puedes decidir si es algo que te funciona y que vale la pena agregar a tu arsenal de opciones, o si es mejor lo que hacías antes. Yo tengo veinte años trabajando en muchísimas sesiones y esto es algo que sigo haciendo. Además de darme más herramientas, me da la satisfacción de sentir que mi sonido se va renovando poco a poco con cada canción que trabajo.

Descansa

Uno de los factores que puede jugar en tu contra es no tomar descansos dentro de una sesión. Cuando estás mucho tiempo escuchando una canción una y otra vez, como sucede en la mezcla, es muy probable que dejes de escuchar las cosas que en un inicio querías corregir, pues el oído se acostumbra a ellas. A mí me funciona no pasar más de cuarenta minutos sin tener un pequeño descanso para levantarme y distraerme por un par de minutos. Luego de esto estoy listo para regresar y como si fuera magia, escucho algo distinto a lo que estaba escuchando momentos antes.

Para evitar trabajar doble en la siguiente sesión piensa siempre en tener todo lo más organizado posible.

Aprende a confiar en lo que escuchas

Cuando trabajas en audio dependes del sistema con el que escuchas y del espacio en donde lo haces. Son muchas las variantes que para bien o para mal afectarán el resultado final de tu trabajo. Poder confiar en que lo que estás escuchando se traducirá de buena manera a ualquier sistema es algo invaluable, pero puede ser algo muy complicado. Especialmente al inicio de nuestra carrera, no nos es posible tener un cuarto tratado acústicamente con monitores que nos den una imagen clara del sonido general; la mayoría de las veces, la respuesta de frecuencias que tendremos estará lejos de ser óptima. Entonces te propongo dos soluciones:

1. Usa referencias. Escoge cinco canciones que te guste cómo suenan y escúchalas antes de empezar a trabajar. Entre más identificadas tengas estas canciones sonoramente, más fácilmente ajustarás tu oído a tu sistema de sonido.

2. No trabajes todo el tiempo en los mismos monitores. Te recomiendo tener por lo menos dos sistemas para escuchar. Puede ser que trabajes un poco en tus monitores principales y después en audífonos o en unos monitores con menor rango de frecuencias. El propósito es “reajustar” tu oído con cada cambio y volver a notar problemas una vez que cambies de sistema.

Ten orden desde el principio

Cuando uno está en medio del proceso creativo, muchas veces lo que menos quiere es estar pensando en ser organizado; sin embargo, esto mismo nos puede limitar la siguiente vez que abramos esa sesión o le puede afectar a la siguiente persona que trabaje en el proyecto. Mi papá me decía: “el flojo trabaja doble”. Así que para evitar trabajar doble en la siguiente sesión piensa siempre en tener todo lo más organizado posible. Nombres y colores en los canales para mí son fundamentales, ya que así me puedo mover muy fácilmente entre todos los tracks de una sesión. Es un hábito muy fácil y que al final te hará trabajar de manera más rápida y efectiva.

Como siempre, espero que te sirvan estos consejos y que en tu próxima sesión seas mejor que en la anterior. Si quieres mandarme un comentario por favor hazlo a alan@sunorecords.com leo y respondo todos los correos.

*Ingeniero de Mezcla y Masterización en Suno Records y Customer Success Manager en SoundBetter.