Mario Sandoval, conocido solamente como Sandoval, es un compositor mexicano que, tras su exitoso álbum “Lo que siempre soñamos ser”, con Paty Cantú como el dueto LU, ha comenzado a tener una activa carrera solista. Con motivo de su nuevo disco, Sandoval donde explica acerca de sus procesos de composición y de grabación.
Procesos de composición hacia un camino
“Éste es el segundo sencillo del disco y se llama “No me voy a ningún lado”. El primer sencillo se tituló “Cuánto más”. Cuando comencé como solista, los productores querían sacar sencillo por sencillo, pero no me gusta eso. Todo mundo quiere buscar el hilo negro y cómo la industria debe avanzar. Ahora, por ejemplo, Coldplay, o John Mayer han estado sacando EPs porque saben que los discos más largos ya nadie los escucha; sin embargo, quiero seguir haciendo discos completos”.
“En cuanto a composición”, menciona Sandoval; “yo trabajo diferente. Saco canciones conforme voy componiendo. No soy un artista que trabaje con fechas límite. Muchas de mis canciones son aquellas en las que en algún momento compuse y que ahora recopilo. Para mí esos temas están llenas de alma porque cada canción tenía que salir cuando debía. Acumular grandes canciones crea un gran disco y no uno de encargo. Mis canciones son piezas que compuse, que dediqué a alguien, de las que grabé un demo y que ahora para el disco las saqué a la luz”.
“Primero que nada, tengo inspiración. Puedes tener todo un ejército de instrumentos y equipos, pero si no tienes inspiración no sirve de nada. Normalmente compongo con guitarra y piano, y lo hago en mi estudio. Normalmente creo la canción desde cero hasta el final. No sólo hago la pura melodía y letra. A veces imagino ya la batería y la quiero grabar; los coros; guitarras segundas… para mí crear una canción es crear casi todo de una vez”.
Sandoval también explica: “Trabajo en Pro Tools con instrumentos virtuales y acústicos. Me gusta mucho la evolución tecnológica actual. Mi primer recurso tecnológico para componer fue el teclado Tritone de Korg, que tenía un secuenciador interno, pero sólo tenía una pantalla y era difícil editar. Ahora, hasta cierto punto se trata de “arrastrar” y “pegar”, a manera de ensamblar, pero eso no me gusta tanto. Me gusta que las cosas sean creadas por uno mismo”.
“Siempre todo lo grabo en mi casa; en mi estudio”, comenta Sandoval. “Tengo el equipo necesario para llevarme lo que es digital. Ya que tengo las bases, los tempos, los teclados, todo bien definido, grabo todo lo que tiene que ver con audio, como las baterías en vivo, cuerdas, vientos y voces grabadas. Para el disco nuevo, busqué un ingeniero para mi disco. No un productor. Y fue Gustavo Borner, quien tiene Igloo Studios en Los Ángeles. Es divertido trabajar con él; yo produje mi álbum”.
“Con Gustavo pudimos crear algo espectacular, con la mitad del presupuesto que teníamos hace unos años. Sin embargo, si quiero un corno francés, lo consigo. Trabajé con los músicos de John Mayer, y con los músicos que hicieron la música de “La La Land”. Ahí es donde veo que mi presupuesto se está usando en mi disco”.
“Ya conocía a Gustavo Borner desde hace tiempo; él fue el ingeniero de mi primer disco con Lu, y yo quedé fascinado con su sonido. Hicimos mucha química. A veces las mejores tomas, cuando haces un demo, debemos dejar de pensar que son demos para el celular, si es que ya estás grabando en Logic o en Pro Tools”.
La grabación
“Estuvo muy bien porque en este disco comencé a incorporar baterías reales, que en este caso fueron grabadas por el baterista de John Mayer y fue excelente; fue una base muy bien marcada. Nunca había grabado con todos los músicos juntos, con partitura, como en los años cuarenta. No hubo nada mejor que grabar así en un estudio. Colaboró también el músico que toca el pedal steel con Stevie Wonder y con el pianista de Taylor Swift. Trabajé con un equipazo, sin limitaciones”.
Sandoval señala: “Como compositor, lo que uno tiene que hacer es transmitir. Yo me encargo de la parte emocional y el ingeniero se encarga del sonido”.
La mezcla también fue hecha por Gustavo. “Realmente cuando estábamos grabando él ya estaba mezclando; no me di cuenta de cuándo mezcló”, recuerda el compositor, quien también cuenta que normalmente graba su voz con el U87 de Neumann: “Cuando grabé las voces de este nuevo álbum hice unas cinco tomas y después sólo escogimos las mejores. No soy un clavado de quedarme ocho horas ahí. Siempre soy consciente hacia dónde va todo”.
Con una banda integrada por mujeres, Sandoval está consciente de que ahora menos que nunca, no existen fórmulas para un determinado éxito en la industria musical. Porque no se trata solamente de vender, sino de llegar a quienes se tiene que llegar con una identidad definida, a través de todos los recursos que la tecnología de comunicación permite, además de contar con un equipo creativo sobresaliente; y eso, en la parte musical, está absolutamente cubierta para el compositor: “Tengo ahora una nueva familia de músicos excelentes”, concluye.
Entrevista: Nizarindani Sopeña / Redacción: Michel Loeza