Rock Connection: el rock vive

Por Juan Carlos Flores

Hay quien dice que el rock está muerto. En marzo pasado tuvo lugar en Guadalajara la primera edición de Rock Connection, un hecho que atestigua que esta máxima carece de veracidad. Esto tuvo lugar en la explanada frontal del Palacio de la Cultura y los Congresos (también conocido como PALCCO). En este suceso, se reunieron alrededor de 150 instrumentistas provenientes de bandas tapatías para ejecutar simultáneamente el tema emblemático “El son del dolor”, originalmente grabado por la banda Cuca. El proyecto está encabezado por el empresario Ernesto Rivera y por el guitarrista y compositor Galileo Ochoa “Galo” (ex miembro de Cuca, actual líder de Nata y co-compositor del tema), quien llevó la batuta en la dirección musical. La actividad está enfocada a ofrecer un homenaje itinerante a canciones emblemáticas del rock mexicano. 

Se reunieron alrededor de 150 instrumentistas provenientes de bandas tapatías para ejecutar simultáneamente el tema emblemático “El son del dolor”, originalmente grabado por la banda Cuca.

Un gran rompecabezas 

Galileo describe la idea inicial: “Hace un año, conversando con Ernesto Rivera, quien es un gran amigo mío, me hizo la invitación para participar en la materialización de esta idea. Empatamos enfoques y nos basamos en su deseo de que iniciáramos el proyecto justamente con “El son del dolor”. Acordamos que él llevaría la parte administrativa y de patrocinios y que yo tendría el papel de productor artístico y la labor de armar un equipo confiable, desde el punto de vista técnico. Para esto invité a Eduardo Galván, quien tendría la responsabilidad de la captura de audio y asigné cuatro coaches -para guitarra yo mismo tomé el cargo-. En voces estuvo Gustavo Bolsa, de Nata; Gustavo Muñoz, de Disidente en baterías, y Alejandro “Chamuquín” Gómez en bajo. Esto también tuvo una captura en video para redes”.

El productor continúa: “El primer paso fue meternos a mi estudio, Boogie Studio, a grabar una versión base de la canción, muy controlada en arreglos, para que cuarenta músicos de cada instrumento pudieran replicarla lo más sincronizadamente posible. Hubo una convocatoria vía redes para participar, que tuvo una gran respuesta. Cada uno de los elegidos trabajó con su grupo, para entonces realizar ensayos por zona. Una de las necesidades básicas era tener un monitoreo suficiente para que todos los músicos presentes estuvieran cubiertos, hicimos alrededor de quince tomas generales junto con la banda de coaches y una para cada área, en las que fui muy insistente en cuidar todos los detalles. Hubo una buena planeación, pero sinceramente, jamás me imaginé el rompecabezas que sería la mezcla en el estudio”.

El monitoreo fue crucial y para esto se convocó a la empresa DB Audio, representada por Rodolfo “Rudolph” González, Charly Haro y su equipo de técnicos, y Jonathan de la Peña, quien se encargó del área de radiofrecuencias.

Con buena actitud todo es posible

Eduardo Galván González es ingeniero de audio que trabaja y apoya a numerosas bandas de Guadalajara, además de haber sido el encargado del área de audio en los Juegos Panamericanos de 2011, y tiene entre sus clientes corporativos a Grupo Vidanta. Así describe su papel en Rock Connection: “Tuve a mi cargo la producción y la logística de la parte técnica. Recibí la invitación de “Galo”, quien me presentó a Ernesto. El proyecto me pareció muy interesante, ya que era un gran reto interconectar a tantos músicos locales. Lo primero que hicimos fue analizar la convocatoria con el objeto de visualizar cuánta gente tendríamos y con base en esto hicimos un layout, para empezar a trabajar en la logística. Mi idea fue tener a una banda principal tocando sobre un escenario que fungiera como guía para todos los participantes, microfonear directo a tres o cuatro grupos de instrumentistas principales y todo el resto por medio de micrófonos ambientales. Para este trabajo de coordinación, requerimos de mucha gente de staff, la cual a su vez estuvo coordinada por Armando “Rostro” Jiménez, quien trabajó con los técnicos de cada área. Hicimos el montaje desde las seis de la mañana y un tema conforme fue transcurriendo el día fueron las altas temperaturas que hubo aquel día, las cuales, además de la incomodidad causada, nos obligaba a estar pendientes de que los instrumentos no se desafinaran. La verdad es que la buena actitud de los participantes ayudó mucho para que todo el trabajo fluyera”.

Eduardo prosigue: “Se configuró un input de 64 canales y usamos un par de consolas Digico para la captura y el monitoreo, respectivamente. “Galo” armó una banda guía para ser seguida por los músicos, con él mismo a la guitarra. No podíamos microfonear a todos los músicos porque sería una locura en la mezcla, pero sí cuidamos que el microfoneo asignado en secciones y personas nos diera este ambiente de masa. El monitoreo fue crucial y para esto convocamos a la empresa DB Audio, representada por Rodolfo “Rudolph” González, Charly Haro y su equipo de técnicos, y Jonathan de la Peña, quien se encargó del área de radiofrecuencias. Se asignaron in ears Sennheiser a todos los bateristas, cantantes y guitarristas con el objeto de que la sincronización en la ejecución sobre el clic fuera lo mejor posible.  El sistema de PA fue más que nada destinado a comunicación y algunos backups”.

“Galo” Ochoa retoma la palabra para describir la compleja tarea de homologar el sonido generado por esta gran cantidad de fuentes en la mezcla: “Ya con el evento finalizado y la captura realizada, Eduardo trajo todo al estudio, importamos todos los tracks e inicié con el proceso de selección de todo el material. En cada toma había más de ochenta canales y en todos estos podría haber tomas excelentes, pero como había ambientales y una inevitable contaminación entre un micrófono y otro, había tomas que no funcionaban. Un gran reto fue encontrar las tomas propicias y concordantes entre un instrumento y otro para lograr un equilibrio sónico. En la silla del ingeniero de mezcla es muy fácil querer embellecer la grabación. En un punto me di cuenta de que al hacer eso se estaba perdiendo la magia generada por todos estos músicos juntos. Después de un día y medio, pensé: ‘Estoy enfrentando esto mal’. Entonces lo dejé fluir de una manera más natural y estuvo interesante. Hice una mezcla estéreo de cada zona y aprendí mucho dejándolo respirar”.

Ahora en retrospectiva, “Galo” menciona su experiencia y sentir sobre la ejecución colectiva de su canción: “Siento mucho agradecimiento, ya que todos le invirtieron tiempo y nadie cobró un peso, además del trabajo que les significó aprenderse la canción. Sin ningún problema estuvimos tocando la rola y divirtiéndonos, sonando como una gran máquina”. Por su parte, Eduardo agrega: “Estamos muy contentos con el resultado y sé que la idea es que esto se siga haciendo en Ciudad de México y Monterrey, con alguna canción representativa de esas ciudades”, concluye. 

El rider de Rock Connection

  • 02 Consolas Digico SD9
  • 02 D2-Rack Digico
  • 01 Digico MQ-Rack MADI I/O
  • 01 D-Rack Digico
  • 01 Kit de grabación con dos computadoras Intel 17
  • Audio FOH Elipsis LA-108 All
  • 06 In ears Sennheiser IEM G4
  • 40 Receptores Sennheiser EW300 G3
  • 02 Combinadores de antena Sennheiser
  • 01 Set de antenas Sennheiser
  • 10 Sistemas inalámbricos para voces Sennheiser EW500 G3
  • 03 Splitters de antenas Sennheiser
  • 64 Micrófonos Sennheiser, AKG y cajas directas
  • 64 Bases de micrófono y cables
  • 80 Subsnakes
  • 01 Snake Ramtech
  • 01 Red eléctrica