Rebel Cats acaba de cumplir su primera década en la escena musical como una de las agrupaciones promotoras del rockabilly y el rock and roll en una de sus venas más puras. Vincent Van Rock, Vince Monster, Lalobilly y Chucho Tormenta son los integrantes que dan vida a esta propuesta cuya música resulta de una mezcla intergeneracional de músico y fusión de ritmos que le han impreso carisma y solidez. Recientemente lanzaron “Rebel Cats & sus Amigos”, un álbum grabado en 2014 en el que participaron colegas y amigos como el fallecido Johnny Laboriel, Álvaro Henríquez (Los Tres), Tito Fuentes (Molotov) y Jay de la Cueva (Moderatto), entre otros.
A los Rebel Cats se les encuentra frecuentemente en aquellos sitios en los que se practica el rock and roll de la vieja escuela y con frecuencia alternan con aquellas agrupaciones que iniciaron el rock en México en la década de 1970.
Ha pasado una década desde la primera vez que Rebel Cats se subió a un escenario, ¿cómo ha sido su experiencia en la escena musical y cómo ha ido evolucionando su propuesta a lo largo de los años?
“Empezamos con muchas influencias de boogie, de blues y de rock and roll. El primer disco es mucho de todo eso y en diez años hemos ido puliendo el estilo, hemos definido mucho de lo que hoy es Rebel Cats. Tal vez hay bandas que empiezan a incluir instrumentos y estilos, y nosotros creemos que ha sido al revés, nos hemos ido más a lo más purista, a lo más rústico, tanto que a veces hacemos shows sin batería, sólo con guitarras acústicas, eléctricas y contrabajo, retomando mucho de lo que han sido nuestras influencias”.
“Creo que lo hemos hecho mucho al revés. Elvis Presley y Johnny Cash empezaron con guitarra acústica, contrabajo y guitarra eléctrica, no utilizaban batería y así fue como comenzaron a grabar. Luego Cash y Presley ingresaron a las filas de disqueras trasnacionales y entonces introdujeron batería. En el caso de Elvis unió a The Jordanaires, así que luego hubo presencia de coristas y pianos”, señalan.
A finales de la década de 1950 y 1960, el rockabilly adopta el sonido del trombón y el saxofón. Johnny Cash se clavó más en rockabilly, metió incluso trompetas, cada quien fue creciendo en su sonido.
Tomando en cuenta esas influencias, ¿cómo han usado las bondades que ofrece el rockabilly en beneficio de la evolución sonora de Rebel Cats?
“A lo largo de los años, los Rebel Cats nos hemos ido más a lo radical, a lo más silvestre, a lo más purista. Empezamos a utilizar elementos del rock and roll, queremos comunicar el sonido y estamos utilizando los elementos del rockabilly de los cuales Elvis Presley y Johnny Cash echaron mano. También tenemos influencias del rock and roll, nos inspiramos en Bill Haley, que introdujo el sonido del saxofón, por eso entró Chucho a la banda, porque justo queremos reflejar esa evolución, también inspirados en lo que hicieron Elvis y Bill Haley en su momento”.
“En esta nueva etapa comenzamos a trabajar más las canciones. Del primer disco a éste sí hay una evolución en la composición, sobre todo en las armonías y en los coros, eso ha sido parte esencial de todo lo que pasó en la década de 1950, cuando el du bop nutrió al rock and roll y al rockabilly”.
“Hay varios guitarristas esenciales en el sonido del rockabilly: por un lado está el sonido Gibson, con Chuck Berry y Roy Orbison a la cabeza. Por otro lado está el sonido de Telecaster con James Burton. Hemos tratado de fusionar esos sonidos con las guitarras de mi papá. Las Gibson son más para el rock and roll. Las Gretsch tienen un sonido más grave, que es para rolas más heavy”, menciona Vincent Monster.
“La batería, en la cuestión técnica, es más sencilla. Muchos bateristas en la década de los cincuenta usaban sólo tarola-platillo, un tom de piso o de aire. Es curioso porque hay grabaciones de Buddy Holly y The Crickets de esa forma. La canción Peggy Sue suena como si sólo le pegaran a un tom y cuando ves el video resulta que el tipo le está pegando a los toms y a la tarola. Por eso no me clavo tanto en tener toms, platillos. La nuestra es una batería muy minimalista”, comenta Chucho.
“Por otro lado, el sonido del contrabajo es esencial en el rockabilly, es mucho de lo que diferencia el rockabilly del rock and roll mexicano. En los cincuenta se tocó con bajo eléctrico y en Estados Unidos con contrabajo; de esta forma, el sonido es muy radical”.
¿Cómo es el proceso de creación en la banda?
“Pocas veces hacemos maquetas, la verdad es que casi siempre hacemos las canciones ya casi a la hora de grabar. A veces yo hago una canción y mi papá complementa con los arreglos en la guitarra y yo hago los arreglos de coros. No hay ningún ritual en especial, a veces él, sentado frente al televisor, hace una canción, o yo caminando en la calle se me ocurre algo, lo tarareo y lo escribo. No contamos con un Home Studio, así que todo lo plasmamos en el papel, digamos que usamos un método muy artesanal”, confiesa entre risas Vincent
¿Cuál es el equipo de Rebel Cats?
“En microfonía usamos el modelo 55 de Shure. Obviamente por una cuestión estética, para darle un toque de la década de 1950, tuvimos algunos inconvenientes al usarlo en festivales, sobre todo por la cercanía con los monitores. Entonces nos dimos cuenta de que hay un modelo Shure Super 55 para aplicaciones de uso en vivo o en grabaciones, nos acomoda mejor y aguanta la batalla”.
“De amplificadores usamos los Fender Twin Reverb, aunque mi papá siempre se ha sentido muy cómodo con un Peavey Bandit 112, un modelo con una bocina de 12 pulgadas que usan músicos como Eric Clapton. También usamos guitarras acústicas Epiphone, y yo en particular uso una Fender Tim Armstrong”, complementa Vincent. “Por su parte, Lalo usa dos contrabajos y un tololoche. Siendo sinceros me gusta más el sonido del tololoche porque se escucha más vaquero. En batería trabajamos con una Slingerland de acrílico transparente, mientras que el piano es un Yamaha Piaggero, el saxofón un Selmer y la armónica es una Hohner”, concluye Vincent Monster.
La verdadera rebeldía es sencilla, sin demasiados artilugios que desvíen la atención del mensaje real. Los Rebel Cats lo saben, y es así como con un solo maullido tienen el respeto en todas las azoteas.