¿Qué es –y qué no es– un programa secuenciador?

Un programa o aplicación es, para decirlo brevemente, un conjunto ordenado de instrucciones que le indican a la computadora cómo llevar a cabo una tarea específica. El secuenciador es uno de los programas de mayor uso entre los músicos y la tarea principal que lleva a cabo es la reproducción automática de música. Sin embargo, esta definición es imprecisa porque esta tarea también la realiza un reproductor de discos compactos o de archivos MP3. Entonces, ¿cuáles son las diferencias?

El secuenciador y sus principios

Si alguna vez fuimos lo bastante curiosos como para desarmar una cajita de música, pudimos observar una serie de barritas metálicas, dispuestas progresivamente según su tamaño, que eran accionadas por las clavijas que se encontraban en un cilindro giratorio, produciendo de esa forma una melodía y su acompañamiento. Un instrumento similar a la caja de música es la pianola: un piano con un mecanismo añadido hace posible reproducir una pieza musical de manera automática. La pieza a reproducir viene “escrita” en un rollo de papel perforado que acciona las teclas y nos da así el resultado sonoro deseado. Estos dos ejemplos son sólo variaciones de una misma idea. La función del cilindro en la caja de música es la misma que la del papel perforado en la pianola: ambos dispositivos no guardan los sonidos en ellos, sino que accionan los mecanismos que producen la música, es decir, contienen las instrucciones de qué barras metálicas –en el caso de la caja de música–, o qué teclas –en el caso de la pianola–, se escucharán en cada momento.

Regreso al programa secuenciador. Si conecto un sintetizador –o algún otro teclado electrónico MIDI–, a una computadora con un secuenciador ejecutándose y acciono el botón de reproducción (“play”) de este último, podré escuchar en las bocinas una serie de notas con un timbre, por ejemplo, de piano, pero si yo cambio en mi sintetizador el sonido de piano por uno de flauta y oprimo de nuevo “play”, escucharé la misma serie de notas con sonido de flauta; si cambio en el teclado a un sonido de marimba y lo vuelvo a reproducir escucharé lo mismo pero con el nuevo sonido, y así puedo continuar cambiando sonidos y escuchando la serie de notas con distintos timbres. Este ejercicio demuestra que lo que almacena el secuenciador no es el resultado sonoro –como lo haría una grabadora. Luego, entonces, ¿qué es lo que guarda el secuenciador?

Cada vez que se da click en el botón de reproducción, el secuenciador manda al teclado una serie de números que corresponden a las teclas que debe de sonar, así como con la intensidad y duración. Se puede decir que el secuenciador y el sintetizador forman lo que sería una versión electrónica de la pianola. De hecho, si vemos un representación de esta serie de notas en nuestro secuenciador, se parecerá bastante al rollo de papel perforado.

¿Como obtiene esa información el secuenciador? Muy simple: se acciona un botón de “record”, se toca una melodía en el sintetizador y terminando de tocar se presiona “stop”. Es así que la serie de teclas pulsadas quedan almacenadas en la memoria de la computadora. Para confirmarlo, presionamos “play” y se escuchará la melodía exactamente como se tocó, con el mismo ritmo, la misma intensidad de cada nota y hasta con los mismos errores de ejecución. Después se pueden grabar más instrumentos mientras se escuchan los que ya se grabaron –para tocar en sincronía con ellos– y añadir melodías secundarias, partes armónicas, varias percusiones con diferentes patrones y demás, creando así una orquestación compleja.

A cada tecla que se pulsa en el instrumento le corresponde un único número y la serie de números que representan una melodía van a quedar grabados en el secuenciador. Pero aparte de existir números para cada tecla, hay números que describen otra serie de parámetros, como:

  • La intensidad con que se tocó cada nota.
  • La posición de la rueda de afinación (pitch bend) en cada momento.
  • La posición de la rueda de modulación (modulation wheel).
  • El accionar del pedal de sostenimiento (sustain pedal).
  • El movimiento del pedal de volumen.
  • La presión ejercida sobre la tecla después del ataque inicial (aftertouch), entre otros.

En resumen: al momento de presionar el botón de grabación, el secuenciador grabará no sólo las teclas pulsadas, sino también otras acciones que se lleven a cabo en el instrumento durante la interpretación, como pisar algún pedal, mover la rueda de afinación o un potenciómetro, ejecutar un aftertouch y demás. Y, por supuesto, todos esos números correspondientes a las acciones realizadas se mandarán al sintetizador cuando se ordene reproducir. Todo este conjunto de información es parte de una especie de lenguaje para instrumentos musicales llamado MIDI (interfaz digital para instrumentos musicales).

Ahora se puede definir el secuenciador de una manera más precisa. El secuenciador es un programa que graba información en la memoria de la computadora acerca de una interpretación realizada en un instrumento electrónico. El secuenciador no graba el sonido en sí mismo, sino que graba información digital (números) que describe cuáles teclas fueron pulsadas, la relación de tiempo entre ellas y diversos mensajes MIDI (como pitch bend o modulation wheel). Para que la ejecución sea grabada y reproducida, el secuenciador necesita de un instrumento electrónico capaz de entender estos mensajes; esto es, un instrumento MIDI.

Una vez que se tiene una secuencia de notas y demás parámetros grabados en el secuenciador, lo más probable es que se necesite hacer algunos cambios en ellos. Los procesos con los que se modifican estos datos se les llama funciones de edición, que nos permiten cambiar las notas erróneas, borrar las notas extra que tocamos por accidente, aumentar o disminuir la duración de las mismas, cambiar la intensidad de toda una sección de suave a fuerte, corregir la posición de las notas en el tiempo, insertar compases, copiar una sección entera y pegarla a continuación para producir una repetición, cambiar de tonalidad toda la pieza, cambiar el timbre con el que suena una serie de notas y demás. Esta capacidad de modificar la información grabada le confiere al secuenciador gran parte de su atractivo y es también una gran diferencia con un simple reproductor de música.

El secuenciador puede encontrarse en tres configuraciones: de software, de hardware e incorporados. Los primeros son los que se ejecutan en una computadora o en un dispositivo móvil, mientras que un secuenciador en hardware se hospeda en una unidad independiente: una “caja” con pantalla, botones y teclado que tienen el único propósito de secuenciar –modelos muy famosos de este tipo fueron el Alesis MMT-8 y el Roland MC-500–. Finalmente, el secuenciador incorporado es el que viene contenido en algún sintetizador o teclado electrónico.

En la actualidad se pueden encontrar programas que además de ser secuenciadores, incluyen funciones de audio digital, notación musical e instrumentos virtuales –como ocurre en los programas llamados DAW (Digital Audio Workstation)–, funciones que a menudo se confunden con el secuenciador y de las que se hablará en artículos posteriores.

Para terminar, ¿quiénes utilizan los secuenciadores? Muchos profesionales dentro de la música: el arreglista que quiere probar ideas musicales, el compositor que necesita una maqueta sonora de su obra, el profesor que lo usa como herramienta de análisis musical en su clase o el intérprete que crea una pista musical sobre la cual pueda practicar la improvisación. El secuenciador es, por lo tanto, una herramienta muy poderosa que todo músico y si es posible, profesionales del audio, deberían conocer y aprovechar.

*Organista egresado de la Facultad de Música de la UNAM. Es profesor del Conservatorio de Música del Estado de México. De 2001 a 2004 fue tecladista del grupo de rock progresivo Iconoclasta y con su agrupación GOVEA ha producido dos discos compactos y un DVD. En marzo de 2010, la revista Músico Pro nombró a GOVEA ganador del concurso “Estrella Independiente”.

Su obra “Subliminal” —para cello y electrónica—, aparece en el CD “Impulse Codes” (2019), de Jeffrey Zeigler, ex-integrante del grupo Kronos Quartet.

Su música puede escucharse en www.youtube.com/user/superprogre