Pedro Dabdoub es un compositor a quien le gusta crear lenguajes nuevos de comunicación con el público. Desarrolló su estilo de crear música desde muy pequeño, iniciando en México con estudios de piano. A los doce años emigró a París, ciudad que formó parte de su educación estudiando música clásica, medieval, coral y demás. Comenzó a componer entre los trece y los quince años, nutriéndose de las vivencias y la experiencia de crecer en países y culturas diferentes siendo muy joven.
Experiencia aplicada
“En París estudié con varios maestros de música clásica y después emigramos a Argentina, donde con ocí a Nicolas Krauz, que fue mi maestro de piano, alguien que me enseñó a interpretar haciendo análisis de partituras pero de una manera muy particular, contándome las anécdotas e historias de cómo y dónde nacían los temas, haciendo que me involucrara emocionalmente con el autor, aprendiéndome de memoria todo, pero ya con un conocimiento más profundo de la obra. Después con Susana Agrest continué con el piano, estudiando la carrera de composición en la Universidad Católica Argentina. Viviendo ahí me influencié de toda la música popular de la región y después volví a México para estudiar en el taller de composición de Amparo Rubín, donde comencé a aplicar lo que ya traía de improvisación instrumental a la canción, transformando lo instrumental que tenía a música con letras, además de influenciarme por el huapango, porque a la vez quería hacer algo nacional”.
El estilo de Pedro es una mixtura de toda la música de los países en que creció. Música latinoamericana como Soledad Bravo, Chico Buarque, Heitor Villa-Lobos; francesa y europea como Jacques Brel, Georges Brassence, el mundo de la canción y las fusiones de música folclórica como la zamba, el chamamé, la milonga y la chacarera con el jazz y el rock. Nuestro entrevistado cuenta: “Soy una persona muy inquieta y curiosa musicalmente hablando, me gusta tener mucha información musical de muchas partes del mundo para tener recursos para jugar y generar con esa búsqueda lenguajes nuevos. Me gustan mucho las fusiones de tango o huapango con pop. En argentina el piano es un instrumento folclórico y en México no; lo más cercano son la marimba y el arpa. Entonces, siendo el piano mi instrumento principal, trato de llevarlo al punto donde se vuelve folclor, fundiéndose con todo lo demás”.
Composición e improvisación
Con el tiempo, Pedro Dabdoub se ha dado a la tarea de influenciarse escuchando géneros como el jazz, además de tener la presencia de la música tradicional de los países que le han dado hogar. Keith Jarrett, Chick Corea, Pat Metheny, Philip Glass o Michael Nyman son algunos de los nombres que están muy presentes en la obra de este músico.
“Siempre me ha gustado improvisar”, comenta Pedro; “creo mucho en la espontaneidad, es parte ya de mi proceso de composición, toco por horas y después lo escucho para encontrar una buena idea que me guste para desarrollarla; así fue como surgió este disco. Pienso que ese proceso es mas lógico, natural e intuitivo. Escucho música por temporadas para nutrirme y paso largos periodos de tiempo sin escuchar nada que no sea lo que estoy componiendo o las ideas que voy generando, tratando de encontrar ese algo nuevo que me sorprenda a mí mismo; siempre busco decir las cosas de una manera personal, con melodías nuevas desde mi sensibilidad. Lo primero que hago por la mañana es encender la computadora y el piano, tengo mi estudio en casa y ahí es donde trabajo; se necesita tiempo para que la inspiración llegue, pero también creo que hay que forzar a la inspiración con esfuerzo. Después de encontrar una buena idea me doy a la tarea de terminar el tema y evaluar si vale la pena que esté en un disco. Si la escucho mil veces y me sigue gustando, entonces creo que es una buena canción; si no, sólo la dejo y la olvido”.
Jazzpango
Para nuestro entrevistado es casi inconcebible pensar la música sin imaginar una fusión que resulte interesante y diferente. Bajo esta visión surgió Pedro Dabdoub Project, un proyecto creado para hacer música muy a su estilo, “Jazzpango es un concepto que inventé; es una fusión de Huapango con Jazz y nace de la búsqueda de crear un lenguaje. Empecé componiendo canciones donde junté elementos característicos del huapango y les di forma de pop, pero fui profundizando mi inquietud musical hasta lograr una fusión mas instrumental con la dotación característica del jazz, ritmos de huapango y falsetes y el piano jugando a ser arpa o marimba”.
El disco fue grabado en Studio 105 y Honky Tonk y colaboró Mario Contreras como productor. La dirección musical estuvo a cargo del guitarrista Pavel Cal, Aarón Cruz estuvo en el contrabajo, Roger Nuncio en la batería y Pedro fungió como compositor de los temas, creador de la idea, el piano y la voz. “Estoy arropado por grandes músicos de jazz, Aarón es el mejor, es un contrabajista fantástico, con una gran sencillez y un enorme talento. Roger es de esos bateristas que de verdad hacen música con la batería, y Pavel es un guitarrista de jazz que conoce el huapango y es alguien que entiende claramente el concepto de lo que quiero decir con mi música. Mario es un productor con una sensibilidad muy particular que entiende mi lenguaje y nos comunicamos muy bien. Participaron además Diego Franco en el sax y Luis Cardoso en los arreglos de cuerdas. Con todos ellos estoy muy agradecido”, señala Pedro.
El disco fue un proceso largo de dos años; me tomé el tiempo necesario para que quedara lo mejor posible. Aunque hubo poco tiempo para ensayar y grabar, logré que parte del disco se hiciera en vivo, cuatro temas son con la banda completa y los demás son un par de instrumentos y la voz”.
Música que cura
Inmerso en diferentes mundos como el budismo, el desarrollo humano de la conciencia y la espiritualidad, la obra de Pedro va desde hacer música de meditación, cábala y tantra, hasta grandes éxitos como coautor y temas de telenovela como Me hace tanto bien, grabado por Alejandro Fernández, o los temas interpretados por Danna Paola Te quiero tanto y Mundo de caramelo, que lo han hecho merecedor a diversos reconocimientos, entre ellos el premio SACM por canción del año. Además fue ganador de la beca María Grever y ha sido interpretado por Gloria Trevi y Lila Downs, y fue firmado como artista por Universal Music con el proyecto U.N.O. huapango pop, además de trabajar con productores como Mario Domm, Aureo Baqueiro, y Memo Méndez Guiú, entre otros.
“Lo que yo intento es que no se pierda como compositor, esa parte curativa y terapéutica, que tiene la música. Me gusta que sea universal y conecte con el alma y las emociones, sin importar el género. A veces hago cosas desprejuiciado sin pensar si estoy tocando lo correcto o no; busco un lenguaje de adentro hacia fuera y lo hago de una manera catártica, desarrollando esa capacidad de trabajar sin prejuicios y encontrando realmente lo que quieres decir. Desde mi propia visión considero que estoy en el punto donde la música tradicional rompe el límite de ser folclórica, desarrollando mi propio lenguaje que con el jazz se convierte en World Music”.
Para la grabación de Jazzpango se utilizó:
Pedro Dabdoub. Piano y voz
Piano Yamaha CP1
Micrófono voz: Neumann TLM 103
Roger Nuncio. Batería
Batería Yamaha Maple Custom
Patrocinado por Platillos Bosphorus
Micrófonos para batería. Royer R-121, AKG 451, Sennheiser M 421-II, Shure SM57, Beta 52, Yamaha Subkick, AEA R88
Pavel Cal. Guitarra
Ibanez Pat Metheny PM100
Amplificador Fender Twin Reverb
Micrófonos: Shure SM57 y Sennheiser MD421-II
Aarón Cruz. Contrabajo
Contrabajo Kay 1946
Bajo eléctrico Warwick Thumb Bass 1991
Bajo eléctrico Warwick Thumb Bass 1989
Micrófono contrabajo: Neumann TLM 103