Pensado como su primer álbum de larga duración, el guitarrista, compositor y educador Paco Herrejón comparte “Caleidoscopio”, un disco que relata la serie de vivencias que el músico experimentó en una etapa de fuerte transformación personal. Formado por diez canciones, todas de su composición y arreglos, el LP tuvo una producción diversificada en su proceso de grabación, combinándose los home studios, la experiencia y conocimientos de los músicos invitados (Iván y Javier Barrera, Chuz Estrada, Giovanni Figueroa, Pepe Hernández, Daniel Perri Navarro, Jorge Brauet y Carlos Munguía), con la de ingenieros de audio que armaron la captura en espacios como Pieza Estudios y Estudios Green.
Preproducción: sin prisa pero sin pausa
“Los músicos que me acompañan son amigos o colegas con los que he colaborado en el trabajo o en sus proyectos originales, como Pepe Hernández, a quien conozco desde hace 13 años y con quien toqué a veces hasta en dos ocasiones a la semana durante tres años. Con Iván Barrera llevo tocando en su proyecto dos años y en el caso de su hermano, Javo, lo conocí a través de él. Y así los demás: coincidimos en el trabajo acompañando a algún cantante y hemos hecho una bonita amistad; cuando los convoqué fueron muy colaborativos porque les gustó la música”, menciona Paco.
El concepto del disco refleja el gusto por este concepto, como una obra completa que cuenta una historia: “Para mí, discos como el “Sgt. Pepper’s Lonely Hearts Club Band” y “The Dark Side of The Moon” son extremadamente significativos, porque marcaron mucho la manera en que percibo la música. Se me hace un trabajo extenso y profundo contar una historia a través de un disco de larga duración y era algo que quería hacer cuando decidí dedicarme a la música, un sueño que por fin pude plasmar en este álbum. Partí de armar una especie de guión para saber por dónde debía irme para que el disco se sintiera relacionado. Previamente hice un EP con una banda que tengo, el cual me sirvió como la culminación de haber estudiado grabación, mezcla y masterización varios años, porque siempre me ha gustado esa parte y había querido desarrollarla”.
“En ‘Caleidoscopio’ puse mucha dedicación, porque salió en un periodo previo y durante la pandemia, en la que todos vivimos experiencias bastante duras, de introspección personal muy fuerte para mí, y ya tenía las herramientas para poder desarrollar las composiciones y trazar esa historia. Fue como hacer una película con su guión; un previo con las maquetas para saber más o menos cómo quieres que suene. Sobre la marcha fui modificando cosas, pensando qué músicos me gustarían para cada tema y así lo fui tejiendo hasta llegar al punto en el que se ve la prenda terminada y la satisfacción es muy grande”, menciona Paco.
Me parece un trabajo extenso y profundo contar una historia a través de un disco de larga duración y era algo que quería hacer cuando decidí dedicarme a la música; un sueño que por fin pude plasmar en este álbum”
Producción apoyada en el conocimiento y la camadería externa
“Para mí lo más importante es la composición. La forma en la que trabajé fue con maquetas en el DAW, pues de esa manera tuve una previsualización de cómo llegarán a sonar las canciones en sí, porque a veces un software de notación musical no te da todos esos elementos que se necesitan, como baterías virtuales e instrumentos que acercan más a cómo va a sonar el producto final, e incluso ayudarnos a elegir qué música le va mejor a cada composición. Mi proceso es: tener la idea que refleja algo, componer, hacer la maqueta, pensar en los músicos podrían funcionar y como hoy muchos músicos graban en su casa y envían los archivos, fue cuestión de montar la producción general en el mío”.
“De esta forma, yo grabé en mi casa, hice la mezcla y masterización de las guitarras y lo demás se lo pedí a los músicos, que lo hicieron en sus espacios, excepto baterías, donde yo quería sentir el room. Si bien hay varias técnicas que permiten simularlo, no hay como hacerlo en un estudio con los elementos necesarios. Por ejemplo, la que hicimos en Pieza Estudios en la canción donde tocó Chuz Estrada, la grabó el ingeniero Luis Fernando Canul, quien es mi amigo y uno de mis maestros. Ese estudio se oye muy bien y Luis Fernando llevó una tarola Premier Spifire que sonó impresionante; su microfoneo fue AKG D112 (kick in) y Neumann TLM 193 (kick out); Telefunken M80 (tarola, arriba) y Shure SM57 (tarola, debajo); dos Beyerdynamic, un D57c y un D57 (toms de aire, arriba), Sennheiser MD421 (tom de piso); AKG 451C (hi hats); Austrian Audio OC818 (en patrón supercardiode como overheads); Austrian Audio OC818 (2 en patrón supercardiode), Beyerdynamic M160 (overheads) y Neumann TLM 103 (2 para room a 3 metros enfrente de la batería. Esto lo pasó por preamplificadores Amek 9098 (overheads), Focusrite Octopre Dynamic (room) y Yamaha 01r Pres (el resto de los tambores)”.
“Destaco lo que hizo Javo Barrera en su home studio en Los Ángeles. De acuerdo a la rola que le mandé, él seleccionaba el sonido que consideraba de acuerdo a sus posibilidades de equipo para esa composición. Me fue mandando ejemplos y su grabación sonó sin inducciones en los micrófonos, vaya, siempre habrá un poco pero de repente te mandan baterías donde está el micrófono de la tarola pero se oye más el hat y eso se vuelve un problema. Javo mandó todo muy bien y en fase. El sonido de su batería se escucha gordito y bonito. En baterías tuvimos esas combinaciones en la captura”.
Y después de grabar…
El proceso de grabación duró dos años; Paco combinó sus tiempos creativos y de producción con la docencia y colaboraciones. Su trabajo de edición lo armó con Presonus Studio One, por la ventaja de funcionar como DAW y ligar las sesiones de mezcla con las de masterización:
“Sé usar Pro Tools y Logic, pero también Studio One de Presonus permite tomar algunos plug ins y efectos que están muy buenos, son como sintetizadores, pero sirven para modificar directamente audio sin ser necesariamente un instrumento virtual, cosas que otros DAW no tienen. La ventaja que tiene Studio One para mí es que permite ligar todas tus sesiones de mezcla con una sesión de masterización, entonces se puede tener una sesión de master donde estén todos los tracks del disco y si se quiere modificar algo de la guitarra, basta con dar clic en un punto, se abre la sesión ligada a ese track y se hace el cambio y lo coordino con el bouncing de la sesión de master. Es muy rápido, porque ya no es necesario bouncear el archivo por separado; ya está todo ligado”.
“En cuanto a la mezcla, con la mitad de las canciones usé plug ins Solid State Logic: el Channel Strip V6 y el Bus Compressor, que permiten hacer una mezcla sin usar nada más en cuanto a ecualización y compresión base; suenan impresionante. Otros que uso mucho son los FabFilter, por su interfaz y las prestaciones que se pueden hacer con ellos. En este proceso dejo que mis amigos y maestros escuchen, opinen y me aconsejen, porque eso me enriquece mucho y me ayuda a tener una perspectiva mucho más amplia de todo. Lo fui mezclando conforme fui avanzando y al final eso tomó dos meses”.
Paco también hizo la masterización. “Creo que lo difícil es componer y llegar a la idea correcta, al concepto de la canción. Mezclar es complicado, pero si tienes la experiencia, lo haces un poco más rápido. Este es un disco 100 por ciento independiente y yo estoy manejando todo lo que tiene que ver con él. Actualmente, el músico es un todólogo, pero hay con quiénes apoyarse y satisfacer la visión que tienes pensada de tu proyecto”.
Con la misión de presentar en vivo este álbum a mediados de año y poder armar alguna gira al interior del país, Paco Herrejón deja a flor de piel el entusiasmo grande que le dejó materializar este sueño personal que usted ya puede escuchar en su plataforma favorita.
Las guitarras y amplificación de “Caleidoscopio”
Desde hace 12 años, Paco Herrejón es artista Yamaha, por lo que el 85 por ciento del arsenal que usó para este disco comprende guitarras eléctricas Pacífica 612 y Revstar 2; acústica AC5R y electroacústica NTX5 Rodrigo y Gabriela Signature. Su amplificación digital es con plug ins Neural.
Entrevista: Nizarindani Sopeña / Redacción: Marisol Pacheco